Pero ahora vivimos en un pueblo donde lo laboral se mezcla con lo familiar, donde las mascotas se han convertido en bestias salvajes y donde no se puede tener la certeza de que la persona que tienes enfrente sea de verdad.
Jon Bilbao es un novelista, traductor y guionista nacido en 1972 en Ribadesella. Por su trabajo literario ha obtenido los premios Ojo Crítico de Narrativa, Tigre Juan y Euskadi de Narrativa. Aunque La auditora es su primer guion para una novela gráfica, ya había adaptado junto a Raquel Alzate su relato Un anexo al Génesis que apareció en la revista El Balanzín número 11 y que podemos leer en el tomo Navegante en tierra que recopila las historias cortas de la baracaldesa.
Javier Peinado es un historietista, ilustrador y diseñador nacido en 1977. Sus tres trabajos en el mundo del cómic hasta La auditora siempre habían estado guionizados por Santiago García: la magnifica versión de la obra de William Shakespeare La tempestad (Astiberri), Héroes del espacio (Planeta) y El fin del mundo (¡Caramba!).
Mediados del siglo XXI, un futuro donde la contaminación ha vuelvo locas y agresivas a las mascotas y los robots se esconden entre los humanos para poder sobrevivir al exterminio. En un pueblo-factoría costero aparece un vecino asesinado por un robot. Las autoridades locales llaman a la empresa madre para que designe a una auditora que desenmascare al robot asesino.
La auditora es una historia que bajo una premisa detectivesca nos muestra un mundo de ciencia ficción, muy plausible y cercano, que afronta problemas similares a los que azotan nuestra sociedad actual. Algo que siempre está presente en las mejores historias de ciencia-ficción, que desde la distancia que les da el futuro hacen análisis muy certeros del presente. La contaminación, el capitalismo despiadado, el miedo al diferente, las condiciones laborales draconianas, el progresivo dominio político y social de las grandes corporaciones, etc.… son temas que están presentes en nuestro día a día y a los que deberíamos poner solución lo antes posible, ya que en ello nos va construir un mundo mejor.
Es una historia que inevitablemente recuerda a ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de P. K. Dick y a su adaptación cinematográfica Blade Runner por la presencia de robots escondido entre los humanos. Pero aquí no se trata de saber qué es lo que nos convierte en humanos como en la obra de Dick, sino de descubrir que nos deshumaniza y nos convierte en algo mucho peor que las maquinas. Los robots también sirven para criticar la xenofobia que está cada vez más presente en la sociedad y que es fruto del miedo al diferente, pero sobre todo de la ignorancia. Algo que por desgracia tiene mala cura, sobre todo con el mundo cada vez más cerrado que estamos construyendo. La deliciosa ironía del giro final es una joya, que tiene una diáfana lectura sobre la idiotez de la xenofobia y el racismo.
Lo más interesante del tomo es el microcosmos que forma en pueblo en el que se desarrolla la historia. Con una organización social que es una mezcla entre el feudalismo y la mafia. El pueblo en el que se desarrolla la historia parece anclado en los años cincuenta, a pesar de ver tecnología que lo sitúa claramente en el futuro. El equilibrio entre las distintas personas que habitan el pueblo se ve alterado por la llegada de la auditora además de por el asesinato y la posterior búsqueda del robot responsable que se esconde entre ellos. Los conflictos que se generan nos harán ver los más bajos instinto de cada uno de ellos, que es lo que de verdad los autores nos quieren contar. El asesinato y la investigación posterior es únicamente una excusa, un MacGuffin y cuando al final se resuelve nuestra atención está en otras partes de la historia bastante más interesantes.
Un entorno rural que resulta conocido porque es el típico pueblo costero que no ha sabido afrontar la reconversión del sector pesquero. Es una curiosa mezcla entre los años 60 y el retro futurismo de las historias de ciencia ficción de los años ochenta. No desentonaría entre las páginas de Cairo ya que es una historia atemporal que podría haber sido publicada hace cuarenta años y no cambiaría ni un ápice y que seguro que leída dentro de cuarenta años seguirá funcionando a la perfección.
En el apartado gráfico, Peinado nos recuerda a una mezcla entre la nueva línea clara de Daniel Torres y la clásica de E.P. Jacobs. Destaca sobremanera el ritmo y el control de los tiempos de la historia y como rompo la estructura de seis viñetas por página cuando la historia lo demanda. Dos de los aciertos del diseño de la obra además del toque retrofuturista de la tecnología son el color verde elegido para representar la contaminación que sirve para que en lugar de una obra gris sea más luminosa y lo bien que consigue convertir a las mascotas en amenazas. En cuanto al color predominan los colores planos que vuelven a enlazar a la obra con la línea clara. Peinado confirma todo lo bueno que apuntaba en sus anteriores obras, ojalá que se prodigue más en el futuro.
Astiberri hace una buena edición como es habitual, cada uno de sus productos es reconocible no solo por la calidad sino también por el diseño que hace de cada uno un objeto único.
La auditora es un excelente cómic de ciencia ficción que mezcla con sabiduría la trama de misterio con reflexiones sobre el mundo en el que vivimos, con una estética retrofuturista de línea clara. Jon Bilbao y Javier Peinado han formado un buen equipo que esperemos vuelvan a colaborar en proyectos futuros.
Guión - 8
Dibujo - 7.5
Interés - 7.5
7.7
Notable
La auditora es una cómic que reflexiona sobre algunos de los problemas que afrontamos como sociedad y que además ofrece una trama de misterios con varias sorpresas.
