Todo lo que está sucediendo ahora… Dentro de un tiempo nadie lo recordará.
La semana pasada publicamos una entrevista a
Como en los tomos anteriores, Zapico sigue mezclando a la perfección los sucesos y personajes históricos con los que él ha creado, aunque sus vivencias están basadas en las de persona reales. Los primeros nos sirven para conocer la historia con mayúsculas y los segundo para ver que detrás de los datos y estadísticas hay personas y tragedias, tal vez más mundanas, pero igualmente dolorosas. Y es gracias a ellos que podemos comprobar la magnitud de los hechos posteriores a la Revolución. Algo que nos conecta el tomo con las grandes obras de la literatura rusa, que eran capaces de contar las dos caras de la historia. Aunque en este caso no hay espacio para el romanticismo o el idealismo.
En el segundo tomo éramos testigos de las contradicciones en las que cayeron los revolucionarios y las injusticias que cometieron, en este vemos la brutalidad e impunidad con la que el ejército trato a los revolucionarios. En la obra ninguno de los dos bandos sale bien parado, ya que la crítica es igual para los dos bandos, que es la gran cualidad de la obra. Zapico en ningún momento está interesado en juzgar lo que sucedió ni en reescribir la historia, simplemente se limita a narrarla basándose en los que le han contado. Vemos como en los dos bandos se cometieron barbaridades, pero también queda claro que los motivos por los que luchaban no eran iguales. Los mineros buscaban acabar con unas condiciones de miseria, el ejército, por su parte, buscaba garantizar que no cambiara el desequilibrio socio-económico entre ricos y pobres. Los bandos que se enfrentan en la historia hoy en día siguen con los mismos problemas, la izquierda peleada entre sí y la derecha que sigue mirando al pasado sin ningún atisbo de capacidad de autocrítica e incapaz de poner a los desfavorecidos por encima de los intereses económicos de unos pocos. Y es que por desgracia gran parte de los problemas que vemos en La balada del Norte siguen presentes hoy en día, aunque con menos violencia, pero con ambas posiciones cada vez más distanciadas y enfrentadas.
Como en el segundo álbum en este la narración está dividida en dos, aunque también hay espacio para contar las pequeñas historias de otros personajes más anónimos. Por un lado, vemos a Apolonio y Tristán intentar llegar a Montecorvo tras el fracaso de la Revolución y por el otro a Isolina presa de los militares. Zapico sigue usando los periódicos para contarnos como se están desarrollando los acontecimientos en otras zonas de España, un recurso que es muy habitual en otros autores como Enki Bilal y que realmente funciona muy bien.
Los tres personajes principales sufren su propia revolución que cambia su forma de pensar y actuar. Al principio de la obra cada uno de ellos tiene una forma de ver la situación, pero al ir conociéndose e interactuando su forma de ver las cosas cambia. Apolonio es un hombre cuya personalidad esta forjada por la mina y las desgracias que ha traído a su vida y es la personificación de los mineros. A pesar de no ser políticamente activo acaba como uno de los líderes de la revolución por su honradez, pero sus creencias se ponen en cuestión al ver que su hija ama a Tristán, que representa todo contra lo que luchan. Tristán es en muchos aspectos su opuesto, un burgués rico que pese a defender las mismas ideas que la revolución, vive acomodadamente gracias a las minas de su padre. Él es el que más cambiará su forma de ver la vida, ya que sale de su bola de cristal y debe pisar la tierra por su amor a Isolina. Ella sirve para darnos la visión femenina y de la situación de las mujeres de la cuenca minera. Es el personaje que más crece en la obra, ya que vemos cómo va construyendo sus ideales e identidad, abrazando la única causa que lucha por sus derechos. Los tres representan la esperanza que hay que tener en la humanidad.
Gráficamente vemos la minuciosidad y la atención al detalle que Zapico ha puesto en cada página. Algo que nos permite vislumbrar la destrucción que ha generado la Revolución, unos estragos que son visible tanto en las calles y edificios como en las personas. Además de situarnos en la época gracias a los objetos y vestimenta que aparecen. El uso de márgenes negros entre las viñetas en las secuencias más dramáticas es uno de los aciertos de la obra, ya que potencia las sensaciones que transmiten. También destaca la planificación de las escenas de acción que mezclan muy bien la tensión con el ritmo. La economía de líneas con las que dibuja los rostros de los personajes permite que sean muy expresivos. Las portadas de los tres libros publicados son una maravilla que con solo un vistazo nos llevan tanto a la cuenca minera como al año 1934.
El libro cuenta con una magnifica edición por parte de Astiberri. Hay que agradecer que apuesten por una obra de una extensión tan prolongada tanto en páginas como en tiempo.
El tercer tomo de La balada del Norte es una nueva confirmación que estamos ante una obra que marcara un antes y un después, no solo en la carrera de Alfonso Zapico, sino también en el cómic español. Una obra ambiciosa y profundamente documentada que nos sirve para entender el pasado, el presente y seguramente el futuro de España. Esperemos que el final sea tan fantástico como lo han sido estos tres tomos.
Guión - 8.5
Dibujo - 8.5
Interés - 9
8.7
Derrota
Alfonso Zapico sigue contándonos la Revolución del 34 de manera veraz y crítica con los dos bandos en conflicto.
Ningún comentario en esta obra maestra…
Deseando leerla para acabar la trilogia
La Balada serán 4 tomos.
Mejor!