Te ofrecemos la bella muerte. La única que uno elige.
¿Qué sentido tiene la vida cuando la humanidad está prácticamente extinguida? Esta es la pregunta que deben responder los tres personajes que protagonizan
Mathieu Bablet es un historietista nacido en 1987 en Grenoble. Tras su debut con La bella muerte en 2011, RUN le invito a participar en el segundo número de su serie Doggy Bags (Dibbuks), colaboración que repitió más adelante en los números siete y ocho. Poco después se embarcó en los dos tomos de Adrastrée, en su siguiente proyecto en solitario que mezclaba la mitología griega con la ciencia-ficción. En 2016 aparece Shangri-La, la obra que le sitúa como una de las esperanzas de futuro de la BD que formo parte de la selección del Festival de Angoulême de 2017. En 2018 aparece el primer álbum de Midnights Tales, una serie colectiva en la ejerce una función similar a la de un showrunner o a la Trondheim en Infinity 8, de la que han aparecido cuatro álbumes hasta la fecha. Además, desde ese año está preparando Carbone & Silicium su nuevo proyecto en solitario. También será de ciencia-ficción y en la que nos hablará de ecologismo y crisis migratorias.
La tierra ha sufrido una invasión extraterrestre por parte de una raza que se parecen mucho a insectos. Han diezmado a la humanidad hasta la virtual extinción. En una ciudad en ruinas vemos como tres de los pocos humanos que quedan tratan de obtener los recursos básicos para sobrevivir mientras esquivan a los invasores. Los tres afrontan los que pueden ser los últimos días de la raza humana de distintas maneras.
El principal problema con el que debe lidiar esta obra es la involuntaria comparación que cualquiera que hay leído Shangri-La va a hacer con ella. Algo tremendamente injusto ya que, aunque estamos ante una gran obra, no llega al mismo nivel en ningún aspecto. Pero sí que está muy por encima de la media de lo que podemos encontrar en las librerías. La bella muerte es una obra que mezcla las historias de supervivencia en entorno hostiles con la ciencia-ficción algo que se ha visto en infinidad de ocasiones. Sin embargo, tiene la ambición de hacerse preguntas que no son habituales en ninguno de los dos géneros.
La trama se puede considerar que está dividida en dos partes. En la primera vemos el día a día de los tres protagonistas y somos testigos de como la rutina y la certeza de tener los días contados hacen que se tengan que plantear el sentido de la vida. Cada uno de ellos enfrenta el problema de una manera distinta y actúa en consecuencia. Esta primera parte tiene un desarrollo más cadencioso que sirve para que nosotros como lectores sintamos el mismo hastio que los protagonistas. Sin duda estamos ante la mejor parte del cómic y la más original. En la segunda parte la acción se precipita ya que los protagonistas descubren que pueden terminar con la amenaza de los extraterrestres. Este tramo de la historia es mucho más convencional, aunque también tiene cosas interesantes sobre ver como los protagonistas buscan la bella muerte que se merecen todos los héroes.
Además de la idea principal de la obra que es el sentido de la vida y como se afronta la falta de un objetivo, también hay una reflexión sobre la construcción de la identidad individual sobre todo en la trama de los extraterrestres. Aunque quizás no acaba de estar todo lo bien desarrollada que podía, algo que pasa en más momentos de la obra, en la que a veces tenemos la sensación que Bablet ha intentado abarcar demasiado.
Uno de los grandes tópicos cuando se habla de una obra en la que el escenario tiene mucha importancia en el desarrollo de la obra es decir que es un personaje más. Algo que en este caso no es cierto, aunque la sensación de claustrofobia y de apocalipsis que trasmite la ciudad es vital para entender los sentimientos de los personajes. Sin esos viajes por la ciudad medio destruida es difícil comprender la desesperanza que invade a los tres protagonistas. Y para ello Bablet se toma todo el tiempo que necesita.
Desde la portada vemos que, pese a tratarse de su primera obra, Bablet puso todo su empeño en hacer el mejor trabajo posible. Destaca como ya hemos dicho en la representación y diseño de la ciudad en ruinas, que está omnipresente en toda la obra. El realismo de la ciudad contrasta con su forma de representar a los seres humanos que tiene unas proporciones y rostros antinaturales, pero que son coherentes. La paleta de colores está condicionada por el desarrollo de la trama dentro de la ciudad así que priman los grises y ocres mortecinos. Obviamente el dibujo no llega a la calidad de sus obras posteriores, pero ya se vislumbran todos sus aciertos en estas páginas.
Hay destacar la fantástica edición que ha realizado Dibbuks. Además de una gran reproducción, tamaño y un precioso diseño, el tomo cuenta como extras con varias ilustraciones y una historia corta que sirve de prólogo a la obra. Ojalá nos traigan el resto de obra de Bablet en tomos de la calidad de este.
La bella muerte es una obra excelente, más si consideramos que se trata del debut de Bablet en el cómic. Nos ofrece una visión distinta de la ciencia-ficción, aunque peque de tratar de abarcar más de lo que podía. Su lectura te deja con ganas de releer Shangri-La y deseando que su nueva obra aparezca los antes posible. Esperemos que en los próximos meses Dibbuks se anime con Adrastrée.
Impresionante debut
Guión - 7.5
Dibujo - 8.5
Interés - 8.5
8.2
Bablet firma una excelente obra con algún fallo de principiante pero que nos ofrece una visión novedosa que amplía las fronteras de la bd de ciencia-ficción, con un apartado gráfico apabullante.
Después de leer Shangri-la todo lo que saque este autor para mí es compra obligada.
Opino igual, cuando salgan Adrastrée y Carbone & Silicium también irán a la saca
Ya somos tres.
Sin duda alguna, no hemos leído el mismo cómic: en mi opinión el guion no tiene por dónde sostenerse, tomando unos derroteros la historia que la hacen soporífera e insoportable. Me pareció un auténtico tostón pretencioso y un sinsentido.
Aunque sea solo para ver su evolución, creo que merecerá la pena leerlo.
Gran reseña