La canción de Red Sonja

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Estamos de aniversario. Cuando piensas qué puedes decir de un personaje como Conan el Bárbaro, entras en un estado de pánico. Tantos años, tantos artículos, tantos análisis de un personaje icónico suponen que la novedad es una quimera. Así las cosas decidí optar por mi fan interior y pensar como tal. Conan es un personaje magnífico, pero por qué no hablar de Red Sonja por ejemplo. Para mí desde adolescente fue un personaje que me fascinó. Por tanto mi pequeñito homenaje a Conan se orienta a un número que me impactó: Conan the Barbarian vol.1 #24. Bienvenidos a «La canción de Red Sonja»

Una relectura de los primeros números de Conan el Bárbaro puede suponer a fecha de hoy un choque brutal en lo relativo a aspectos como el lenguaje no inclusivo que contiene o el trato hacia la mujer que se desprende de sus páginas. Si bien, no debemos llevarnos las manos a la cabeza y por ello excluir de la lectura dichos números, puesto que son comics hijos de su tiempo y época. Sería un error apartarnos de los orígenes de un personaje como lo es Conan.

Los años en los que se circunscribe el origen del personaje objeto de este artículo no son ni de lejos lo que hoy en día a efectos de igualdad de derechos entre hombres y mujeres vivimos. Ni siquiera socialmente podemos hablar de equiparación entre ambos sexos con la diferencia de casi cincuenta años que nos separan. Épocas distintas, sociedades distintas. El movimiento de liberación de la mujer halló un hueco en el formato de la grapa, congeniando a las mil maravillas con temas sociales candentes que en esa época eclosionaron. Son años muy potentes en lo que a reivindicación de derechos se refiere.

Veníamos en el mundo del comic de una situación en la que las mujeres eran débiles y mojigatas. Sabemos que Marvel Comics siempre ha ido por delante de su tiempo en el tratamiento de derechos sociales y culturales. Así pues, surgieron heroínas fuertes e independientes reflejo de la emergente autoconsciencia femenina de los primeros años setenta: Thundra, Valkyria y Satana.

Entrando en lo que nos ocupa, Roy Thomas había hecho suyo un personaje que era el macho alfa. Conan era rudo, poco atento con las mujeres y las trataba en algunos casos como objetos y con desdén. Se trataba de un personaje imparable, fuerte, poderoso y seguro de sí mismo. Vuelvo a repetir que no es algo criticable, sino que nos encontramos en una época diametralmente distinta a la que vivimos. La genialidad del bueno de Roy fue introducir a la contrapartida femenina del cimmerio. Esa introducción supuso, desde mi humilde opinión uno de los mejores números de la primera época Conan el Bárbaro con el permiso de otros relatos y aventuras como lo puede ser «Clavos Rojos«.


Con un contexto como el anterior, no debemos olvidar que de entre las páginas de Conan han nacido mujeres a cuál más rica en personalidad y carisma. Bêlit, Valeria y como no, Red Sonja son las tres mujeres que nos vienen a la cabeza inmediatamente cuando pensamos qué féminas han hecho mella en el cimerio.

Red Sonja nació en Marvel Comics. Su primera aparición fue en Conan the Barbarian vol. 1# 23 (1973). Roy Thomas y Barry Windsor-Smith son los padres de este personaje en formato cómic. Red Sonja se basa parcialmente en un personaje de Robert E. Howard, Red Sonya de Rogatino, una espadachina que apareció en un relato que data de 1934 «La sombra del buitre«.

Tal y como cuenta Roy Thomas el nacimiento de este personaje femenino pudo traer causa de la confluencia de varios aspectos a cuál más fortuito. El guionista se topó por casualidad con un artículo titulado «Conan on Crusade«. Dicho artículo cuyo autor era Alan Howard (sin relación familiar con Robert E.) no trataba de Conan, sino sobre cuatro relatos que había escrito Robert E. Howard ambientados en el pasado, en concreto en las Cruzadas. Uno de ellos «Shadow of the Vulture» narraba el asedio de Viena por los otomanos allá por 1529. El protagonista de dicho relato era Gottfried von Kalmbach, el cual contaba con la ayuda de una «tigresa pelirroja rusa». El propio Roy Thomas se quedó intrigado por este personaje. Su imaginación se puso en marcha y transformó Viena en Makklet (la ciudad que es asediada en el comic por los turanios) e introdujo cierta pelirroja de armas tomar.

Thomas muy interesado se puso en contacto con Glenn Lord (el agente literario de los herederos de Robert E. Howard) y dándole el visto bueno le mandó fotocopias de la historia que había aparecido una revista pulp de 1934 con el nombre de Magic Carpet. El personaje mencionado (“la tigresa”) de dicha historia era Red Sonya de Rogatino. Thomas pensó desde el primer momento que dicha mujer había sido creada para ser uno de los personajes claves de Conan. Seguidamente y con las ideas claras decidió incluir al personaje en mundo del bárbaro y cambió la «y» por la «j». Con nimios cambios «Shadow of the vulture» se transformó en una historia de Conan. Thomas comentó en su momento que: “Creé a Red Sonja porque quería que Conan tuviese una guerrera que pudiera aparecer de vez en cuando en la serie. Había dos grandes mujeres en las historias de Conan escritas por su creador, Robert E. Howard. Una era Bêlít, la reina de los piratas, que tenía una melena negra, y la otra era Valeria, cuyo cabello era rubio. Así que quise crear una guerrera pelirroja». La historia del diseño de Red Sonja es por todos conocida, y este corrió inicialmente por cuenta de Barry Windsor Smith, no siendo del agrado de Thomas, de ahí su evolución posterior de la mano de otro autor, Estaban Maroto. La verdad sea dicha y poniendo todo en su sitio, el diseño era ciertamente horrible. Barry fue el primero en dibujarla, pero su imagen icónica corrió de la mano de Esteban Maroto y Neal Adams. Su diseño rompió esquemas y convirtió a Red Sonja en un icono erótico nuevo.

«La Canción de Red Sonja» es un relato desarrollado en Conan the Barbarian vol.1 #24. Se trata de una historia con un componente también emocional puesto que además supuso el canto del cisne de Barry Windsor Smith en esta colección. En concreto este número fue dibujado y entintado por completo por el dibujante británico regalándonos unas páginas barrocas y con un artista ya muy evolucionado respecto a sus inicios. El argumento es muy simple, y se trata de un relato de aventuras al uso. Si bien en este caso el protagosnista es una fémina, puesto que parece como si Conan fuese el secundario. El toque especial de este número lo supone el baño que se permiten tomar ambos personajes, que para la época y la colección que se trata fue ciertamente valiente. Para complicar un poquito las cosas el Comics Code hizo de las suyas y aunque nos parezca sorprendente exigió que Red Sonja tuviese el cuerpo más cubierto en la escena de marras donde Conan y Sonja se encuentran digamos que bastante cómodos. Tonterías a parte se trata de un número redondo y que quedó en las retinas de todos los fans de Conan.


Lo más interesante de Red Sonja es que Thomas le dotó de una personalidad abrumadora y remarcó su animadversión hacia los hombres (su actitud aventurera nació del odio hacia quien le violó en su adolescencia, hecho que conoceríamos después). Resulta ciertamente divertido ver como por primera vez una mujer se le resiste a Conan.

Si bien Red Sonja debutó en Conan the Barbarian vol. 1 #23 allá por 1973, la historia de su origen se contó en la historia «El día de la espada«, en Kull and the Barbarians vol. 1 #3 (1975), escrita por Roy Thomas y Doug Moench e ilustrada por Howard Chaykin. La misma historia fue posteriormente dibujada de nuevo por Dick Giordano y Terry Austin en The Savage Sword of Conan vol.1 #78 (julio de 1982). La historia de «la tigresa» no hizo más que crecer y crecer hasta el día de hoy, donde ha demostrado que pese a prejuicios y fetichismos es un personaje con fuerza, profundidad y tan carismático como lo es Conan el Bárbaro.

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