Tras la II Guerra Mundial, Japón atravesó un período de democratización y desmilitarización, caracterizado por una serie de profundas reformas políticas, económicas y sociales. Las exigencias del período imperialista y la derrota frente a Estados Unidos sumieron al país en el agotamiento y en una prolongada época de penuria, durante la que su población experimentó la pobreza y la escasez de alimentos. Sin embargo, emprendieron una rápida y progresiva reconstrucción del país y de la economía que se acabó traduciendo en el conocido como milagro japonés, situando al país en la vanguardia de varios sectores estratégicos. Al amparo de esta recuperación económica, surgió durante la década de los 50 una red de librerías de préstamos (kashi-hon), en las que una castigada población podía evadirse de la cruda realidad gracias a las publicaciones de todo tipo que podía encontrar en ellas, que podían ser leídas in situ por una módica cantidad, o sacarlas en préstamo pagando un poco más.
El manga, que durante los años de la guerra había estado mal considerado, por ser visto como una fuente de distracción por la estricta jerarquía militar al mando del país, recuperó poco a poco su posición en la sociedad nipona, convirtiéndose en una forma de diversión popular. Por ello, surgieron editoriales dedicadas a surtir de nuevos productos a las kashi-hon, que llegaron a formar una red constituida por alrededor de treinta mil librerías a lo largo y ancho de Japón. Los kashi-hon manga supusieron una puerta de acceso a la profesión de dibujante para muchos jóvenes, que trabajaban de forma precaria y recibían una retribución ínfima, pero que disponían de una gran libertad creativa, lo que se tradujo en la aparición de mangas con contenidos menos infantiles que los de las revistas producidas a gran escala.
Bajo esta iniciativa, comenzaron su carrera muchos de los grandes nombres del manga, entre los que se encontraban TATSUMI Yoshihiro, SHIRATO Sanpei, TSUGE Yoshiharu, MIZUKI Shigeru, MATSUMOTO Leiji o UMEZZ Kazuo, el autor que hoy nos ocupa y que trabajó en las publicaciones para esta red de librerías durante los años 50 y 60, hecho que contribuyó al libre desarrollo de su propio estilo, a la experimentación de sus historias y a erigirse como el padre del manga de terror, siendo una referencia ineludible para posteriores generaciones de mangakas, como ITO Junji o MARUO Suehiro.
La casa de los insectos es una antología de relatos cortos publicados entre 1968 y 1973, que tienen como nexo común el estar protagonizados por personajes cuyas idílica existencia es interrumpida y asisten al desmoronamiento de su vida como la habían conocido hasta ese momento, agitando sus esquemas mentales, alterando su salud psicológica e induciéndolos a un profundo abismo que desemboca en la locura desenfrenada. Umezz destaca por su fascinante habilidad para crear atmósferas opresivas y pesadas, que los lectores casi pueden palpar, gracias a un imponente uso de la tinta y un certero uso de los planos para incidir en y potenciar la sensación de desasosiego.
No es gratuito en absoluto el hecho de considerar a Umezz como el padre del manga de terror, como aquí podemos comprobar. La lectura de estos relatos nos permite disfrutar del inquietante dibujo de este autor, que transita progresivamente de la cordura a la locura, despertando una sensación de inquietud gracias al perturbador trazo de su dibujo, con el que perfila conceptos abstractos inherentes al ser humano, como el amor, la perversidad, la pasión o el miedo. La lectura de estos relatos, que es recomendable realizar a la luz de una vela, deja un poso de malestar por la plausibilidad de los hechos que en ellos se narran, por ser una muestra de los terribles actos que podemos llegar a cometer, de la opresión a la que somos capaces de someter a nuestros semejantes y de la fragilidad de nuestra mente.
La casa de los insectos (1972) es el relato más relevante de este volumen, dando nombre a la antología y habiendo sido adaptado en forma de película live-action. En esta historia, Umezz presenta a un hombre que explica a su amante la tragedia de su esposa, que sumida en la locura, permanece inmóvil en una habitación de su casa, como una araña posada sobre su propia tela. El autor hace un ejercicio narrativo muy interesante al cambiar de perspectiva a mitad del relato, mostrando la visión de la mujer sobre las razones para haber llegado a ese estado de inconsciencia, rematando la historia con un clímax sórdido y ejemplarmente ejecutado.
El resto de relatos que componen esta antología son Ojos (1969), La vela (1968), Vínculos (1969), Escalera de caracol (1973), La cabeza (1969) y El fin del verano (1969). En todos ellos Umezz explora distintos caminos que acaban desembocando en la pérdida de la lucidez a causa de motivos dispares, a través de páginas plagadas de escenas macabras.
En este mes de septiembre, Satori Ediciones nos ha traído doble ración de manga clásico. Al lanzamiento de Tatsumi suman ahora el de este nuevo título de Umezz, del que han comentado que esperan editar nuevas obras en el futuro. Desde los primeros compases de su línea manga, la editorial asturiana se ha caracterizado por cuidar hasta el último detalle de sus tomos, presentado productos muy atractivos realizados con materiales de gran calidad. Una vez más nos encontramos ante un volumen en formato A5 (15×21 cm), con una robusta encuadernación rústica, vestido con unas preciosas sobrecubiertas y que incluye un bonito marcapáginas, como acostumbran a hacer en cada uno de sus títulos, aunque en esta ocasión, no encontraremos ningún tipo de contenido extra. El tomo tiene 216 páginas y cuenta con un precio de 18 euros. A continuación pueden verse varias imágenes de esta fabulosa edición, que sigue los estándares de calidad de las publicaciones de esta editorial.
VALORACIÓN GLOBAL
Guión - 8.5
Dibujo - 8.3
Interés - 8.5
8.4
Escalofriante
La casa de los insectos es una colección de relatos cortos que deja un gran sabor de boca. Umezz crea atmósferas opresivas y crea historias que van más allá del terror efectista, que hunden sus raíces en la miseria y la podredumbre moral de sus protagonistas.