Habitaciones del terror.
«Hay algo diabólico en esta casa, y no creo que podamos manejarlo.»
Obras como Hombre, Las mil caras de Jack el Destripador, Burton y Cyb o Morgan/Ives consolidaron a Antonio Segura (1947-2012) y José Ortiz (1932-2013) como una de las parejas creativas más interesantes y exitosas de la década de los ochenta. Sin embargo, aunque a menudo tengamos asociados sus nombres de manera indisoluble ambos realizaron trabajos por separado de gran calidad. En el caso del dibujante nacido en Cartagena hay que recordar que durante muchos años dibujó cómics de todo tipo de géneros para mercados foráneos. Entre todos esos trabajos las colaboraciones más recordadas son las que realizó para las publicaciones de Warren en los años setenta, pero no hay que olvidar que en la década de los ochenta compatibilizó sus trabajos en el mercado español con una vuelta al mercado británico colaborando en revistas como Scream!, 2000 AD o Eagle. A diferencia de sus colaboraciones con la editorial de Vampirella gran parte de estos trabajos no han sido publicados en nuestro país o bien aparecieron en revistas hace años y nunca se recopilaron en tomos por lo que son series que apenas se conocen. Una situación que cambió hace un año cuando Dolmen recuperó La decimotercera planta, una serie que contaba con guion de John Wagner (Pensilvania, 1949), cocreador junto a Carlos Ezquerra de Juez Dredd, y su socio habitual en aquella época, Alan Grant (Bristol, 1949- 2022). Pero eso obra no era la primera colaboración entre la pareja de guionistas y Ortiz, ya que entre 1982 y 1983 habían colaborado en The house of Daemon, una serie de terror aparecida entre los números 25 y 47 de la revista Eagle que tiene mucho en común con ese trabajo posterior. Con la reciente edición que acaba de publicar Isla de Nabumbu con el título La casa del diablo. Como es habitual se trata de una edición restaurada y con una reproducción espectacular que permite disfrutar como se merece el enorme trabajo que realizo José Ortiz, además de contar con un estupendo artículo sobre el paso del autor murciano por el mercado británico firmado por Javier Alcázar y una impactante portada creada para la ocasión por Santipérez ante la ausencia de ilustraciones a color de la serie realizada por Ortiz. Una edición a la altura del talento del dibujante que deja atrás la chapuza que perpetraron en la revista Dossier Negro que publico hace cuarenta años la serie en varias entregas, pero con una reproducción deficiente y remontando las páginas para adecuarlas a unos episodios de mayor duración que los originales.
La casa del diablo nos cuenta las peripecias del constructor Elliot Aldrich y su mujer Casandra cuando se trasladan a comenzar una nueva vida en una casa idílica que acaban de remodelar. Sin embargo, durante sus primeras horas en la casa descubren que en lugar de vivir un sueño van a vivir una pesadilla, puesto que descubren que el lugar también está habitado por Daemon, una criatura diabólica muy poderosa. Para martirizarles los obliga a emprender un viaje de locura por diversas dimensiones en las que se deberán enfrentar a situaciones peligrosas y aterradoras junto a otras personas que entran en la casa, mientras van descubriendo los misterios que encierran Daemon y la propia casa.
Estamos ante una historia de terror que se enmarca en el subgénero de casas encantadas que estaba en boga a principios de los años ochenta, aunque con el paso de las páginas se incorporan elementos de otros géneros como la ciencia-ficción. La serie se compone de 23 episodios de cuatro páginas de duración cada una con una trama que se continua de uno a otro algo que condiciona de forma absoluta la forma de contar la historia que salta de una situación a la siguiente sin tiempo para pausas. Los protagonistas van pasando de una situación delirante a otra en las que vemos como Wagner y Grant hacen un enorme ejercicio de creatividad e imaginación presentando situaciones y dimensiones llenas de criaturas extrañas y giros de guion sorprendentes e inesperados, aunque sin hacer que cada episodio acabe con un golpe de efecto. Todo ello aderezado con el sentido del humor que encontramos en todos sus trabajos. Sin embargo, el limitado espacio del que disponían para cada episodio provoca que algunas de las situaciones presentadas carezcan del espacio necesario para desarrollarlas adecuadamente y explorar todas sus posibilidades. Además, esa misma falta de espacio también hace que los personajes apenas estén desarrollados, de forma que apenas los conocemos como sucede con los ayudantes del profesor Cormack, lo que provoca que no suframos excesivamente con lo que les va sucediendo.
Sin ningún género de dudas la parte más brillante de la serie está en los dibujos de un Ortiz que, pese a la enorme productividad que tenía en la época en la que realizó está serie, estaba en su mejor momento como autor. Al esplendoroso dominio del claroscuro al que ya nos tenía acostumbrado en otros trabajos que le sirve para crear unas agobiantes atmósferas de terror se une el uso de las aguadas para los grises que las potencian todavía más. Esas situaciones sorprendentes e imaginativas que Grant y Wagner escribían en sus guiones encuentran en el dibujante español el socio perfecto para hacerla realidad recreando con pericia cada uno de los diferentes mundos y criaturas con los que se topan los protagonistas demostrando una versatilidad que le permite reflejar con idéntica calidad escenas bélicas, de ciencia-ficción o criaturas terroríficas. Narrativamente es una obra perfectamente contada, pero al igual que sucede con los guiones el limitado número de páginas de cada episodio provoca que a veces haya un exceso de viñetas por páginas de manera que apenas podamos recrearnos con esos mundos salidos de los lápices de uno de los mejores dibujantes españoles de la historia.
La casa del diablo es un cómic que pese a algunos defectos del guion gustará los fans de las historias de terror que buscaban modernizar el modelo creado por EC Cómics, además de a los que disfruten de los trabajos del gran José Ortiz. Ojalá sirva como punta de lanza a la publicación del resto de obras que realizó para el mercado británico, mientras aguardamos que ECC comienza la reedición de las series que realizo junto a Segura. Si puede ser empezando por Morgan/Ives que nunca ha sido publicada en tomo.
Lo mejor
• El dibujo de Ortiz con un increíble uso de aguadas para los grises.
• La imprevisibilidad de la serie hace que en cada nuevo episodio nos sorprendamos ante los constantes giros de guion e ideas locas de Wagner y Grant.
Lo peor
• Al tratarse de episodios muy cortas la acción es muy atropellada y los personajes están muy pocos desarrollados.
Guión - 6.5
Dibujo - 9
Interés - 7.5
7.7
Pesadillas.
La casa del diablo es una obra de terror llena de situaciones sorprendentes con un Ortiz en estado de gracia que brilla por encima de algunos problemas de guion.
Sólo comentar que con respecto a las obras para el mercado británico de José Ortiz, recientemente Dolmen publicó los 3 tomos de «The 13th floor» y hace ya tiempos Kraken publicó su trabajo en Rogue Trooper. Yo hace poco me pude hacer con la edición completa argentina de The HellTreckers, en la que Ortiz sólo dibuja el primer capítulo, también publicado en los años 80 por MC en su cabecera 2000 AD presenta.
Y por último diría Dolmen incluye algunas páginas suyas de comic románticos en su tomo Desde Britania con amor.
Como ya digo en el articulo Dolmen ha editado su otra serie larga con Grant y Wagner, pero todavía quedan obras suyas por publicar de esta segunda etapa en el cómic británico. Ojalá Isla de Nabumbu o Dolmen nos las traigan.