La Casta de los Metabarones

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La dinastía de Jodorowsky y Jiménez

La Casta de los Metabarones es una serie de cómics compuesta por ocho álbumes editados entre 1998 y 2003 por Les Humanoïdes Associés. Sus autores son el prolífico escritor y psicomago chileno Alejandro Jodorowsky y el dibujante de origen argentino Juan Giménez. En España la edición de las ocho entregas de 64 páginas corrió a cargo de Norma Editorial, mientras que la edición integral en un volumen de 584 páginas le ha correspondido a Random House Mondadori en su línea de libros Reservoir Dogs. Este tomo único tiene un tamaño de 18×24 cm, algo menor que el de los álbumes europeos, pero la obra resiste perfectamente el cambio de formato. Existe también una historia corta de nueve páginas dibujada por Travis Charest que vio la luz en la revista Métal Hurlant y un noveno álbum con bocetos, páginas adicionales y declaraciones de los autores.

El último Metabarón era uno de los secundarios de El Incal (1981), la famosa obra de Jodorwsky y Moebius sobre las aventuras de John Difool. Cuando a Jiménez le presentaron la oportunidad de trabajar codo con codo con Alejandro Jodorowsky, su editor sugirió rescatar al Metabarón para expandir su historia. El punto de partida para el nuevo proyecto serían las ocho páginas de la historia corta sobre el Metabarón que los autores de El Incal realizaron para Los Misterios de El Incal. El artista argentino recreó y amplió ese breve relato, quedando establecida la base de una larga historia sobre la genealogía de los Castaka.

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En orden cronológico, los ocho álbumes que compone la colección son éstos: Othon, el trisabuelo. Honorata, la trisabuela. Aghnar, el bisabuelo. Oda, la bisabuela. Cabeza de Hierro, el abuelo. Doña Vicenta Gabriela de Rokha, la abuela. Aghora, el padre-madre. Sin Nombre, el último Metabarón. Con la adición del libro material extra La Casa de los Ancestros.

Los Autores

Alejandro Jodorowsky (1929, Chile) es un popular artista que ha enfocado su talento hacia un sinfín de áreas. Quizá la más conocida sea su faceta como novelista y escritor de cómics, pero también es director de cine, actor, filósofo, tarotista y terapeuta. También ha ideado la psicomagia como un vehículo de sanación psicológica basada en técnicas chamánicas, teatrales y de psicoanálisis. Centrándonos en su carrera como guionista de cómics, su obra más importante es El Incal, junto al francés Moebius, un trabajo de ciencia ficción producto del reenfoque del abundante material que ambos artistas prepararon durante un lustro para una fallida adaptación cinematográfica de Dune. Otros títulos destacados son Cara de Luna, Juan Solo, El Lama Blanco, Los Borgia y un largo etcétera.

Habitualmente los cómics de Jodorowsky los publica la editorial francesa Les Humanoïdes Associés, contando en consecuencia con el formato de álbum europeo como el soporte que lleva sus imaginativas historias al público. La fértil y creativa mente de este chileno afincado cerca de París no cesa de planear nuevas manera de dar salida a su creatividad , plasmando sus inquietudes en el amplio lienzo de medios en los que ha sabido expresarse.


Juan Giménez (1943, Argentina) es un artista gráfico que ha trabajado en publicidad, ha incluido el diseño industrial en su formación académica y desde hace varias décadas ha ilustrado una buena cantidad de cómics, algunos de ellos escritos por él mismo. Su inconfundible estilo de dibujo pintado transmite una plasticidad que alcanza su mayor grado de espectacularidad en las historias de corte fantástico, como su obra maestra sobre el linaje metabarón. Entre sus aportes al mundo del cómic se cuentan Estrella Negra, Ciudad, El Cuarto Poder, Leo Roa, Basura, y Juego Eterno.

Al igual que Jodorowsky su campo predilecto es la ciencia ficción, en donde sus bravos guerreros y sus bellas mujeres interactúan con un entorno tecnológico que brilla hasta deslumbrarnos bajo el influjo del poderoso y cuidado estilo de Jiménez. Es un gran aficionado del maquetismo y su estudio se encuentra cerca de la localidad catalana de Sitges.

Reseña

Si a esta obra le extirpásemos todo texto, en nuestras manos quedaría una colección de más de 500 láminas ilustradas cuya exposición en cualquier prestigioso museo no debería desentonar en absoluto dada la calidad que presentan. Pero si volvemos a integrar la oleada de páginas en el guión que ha impulsado su creación, el conjunto conforma una de las obras de ciencia ficción más relevantes del cómic universal.

Ya en El Incal, Alejandro Jodorowsky puso a disposición de Moebius el torrente de ideas reaprovechadas de su fallido intento por llevar a la gran pantalla la saga literaria Dune. Y si de Dune germinó El Incal de éste nació la leyenda de los Castaka a partir del Metabarón. Continuando la cadena, este personaje es la base sobre la que se teje hacia atrás y hacia adelante en el tiempo un clan familiar, descubriendo en cada capítulo una paso más en el relevo generacional que parte de Othon, el tatarabuelo y desemboca en el presente con Sin Nombre, el último Metabarón. De la narración de los hechos se ocupa Tonto, el robot sirviente del invencible Metabarón. A través de la lección de historia que a modo de cuento le relata Tonto a su compañero robótico Lothar, vamos adquiriendo consciencia de la crueldad y dedicación bélica del linaje de guerreros más temido del cosmos.

Los Castaka se rigen por el código Bushitaka, un protocolo físico y mental que conduce su comportamiento por el sendero de la batalla, convirtiéndoles en guerreros implacables y despiadados pero capaces también de actos nobles y apasionados. Viven en Mármola, un planeta que les permite explotar sus ricos yacimientos de mármol y hacer de ello su medio de subsistencia. Sin embargo, la calma de la que gozan en su mundo natal queda perturbada por una invasión en toda regla. El Imperio ha descubierto que Mármola esconde una sustancia muy especial, la Epifita, imbuida de una extraordinaria capacidad antigravitatoria. Esta guerra diezma el linaje Castaka hasta obligar a Othon a negociar la paz con el Imperio, iniciándose una turbulenat relación entre el poderoso bloque gobernante y el clan de guerreros.

Si bien nos encontramos antes una space ópera en toda regla, con la épica intergaláctica y ambición necesarias para hacerla efectiva, el misticismo y el humor quedan muy correctamente encajados en el circuito que va recorriendo la trama. A la riqueza de los notables personajes principales, entre los que destacan el último Metabarón y el abuelo Cabeza de Hierro, se suma la de unos secundarios como el dúo robótico y la de la legión de monstruos y criaturas alienígenas cuyos precisos diseños contribuyen a dejarlos caracterizados casi sin aportes extra.

Si el entretenimiento visual que ofece la obra ya justifica de por sí su existencia, la composición completa edifica uno de los mejores cómics que he tenido el gusto de leer, con lo cual como aficionado al medio de las viñetas sería irresponsable por mi parte no recomendar la gloriosa épica que concentra los talentos con voz propia de Jodorowsky y Giménez.

Galería de Imágenes

El minucioso proceso de trabajo que utiliza Juan Giménez para construir los guiones de Jodorowsky empieza en los bocetos preliminares y termina con las páginas completamente coloreadas por su prodigioso dominio de los pinceles. En su estilo gráfico se registra la inlfuencia de vertientes tan diversas como el arte renacentisa, grabados de madera, ilustradores italianos o el trazado de elementos mecánicos.

Aquí vemos algunas muestras del inmenso talento que impregna cada una de las viñetas de La Casta de los Metabarones.

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Entrevista a Juan Giménez

Como colofón a este artículo, contamos con una entrevista realizada al dibujante de la obra, para ayudarnos a entender un poco mejor la complejidad de su trabajo, concretamente para retratar la impresionante epopeya de los Metabarones.

Juanjo Palacios: ¿Aproximadamente cuántos años de su vida le ha dedicado a La Casta de los Metabarones y que significa para usted como artista haber contribuido a realizar una obra tan redonda hasta el punto de ser un referente de la ciencia ficción?

Juan Giménez: Yo diría que un poco mas de 8 años. Y sin duda la satisfacción de que todo el esfuerzo que significó. En un principio, el buscar un poco a ciegas el carácter en imágenes de una historia compleja como ésta, con un autor complejo como lo es Jodorowsky y ver además la aceptación de los lectores libro a libro, fue en definitiva, el mejor estímulo.

JP: De todos los miembros que componen el linaje de los Castaka, ¿cuál de ellos y por qué es su favorito?

JG: Como suele pasar con los padres prolíficos no tengo ninguno de los componentes, un claro favorito. Quizás, no solo porque contribuí a crearlo, sin no, además de por me divirtió mucho hacerlo, fue el poeta sin cabeza o el guerrero sin cuerpo, el que llamamos directamente Cabeza de Hierro.

JP: ¿Los guiones que plantea Alejandro Jodorowsky son muy concretos y detallados o por el contrario le han permitido sumar ideas a la historia más allá de elementos gráficos y diseños?

JG: Desde un principio a pedido mío, como lo suelo hacer con cada guionista, Alejandro me dejo toda la libertad de creación y ritmo visual de la historia, o sea, los guiones se desarrollaron solamente, con las indicaciones básicas de ubicación temporal y solamente el detalle de los caracteres elementales de cada personaje.

JP: Según sus datos biográficos posee una formación en diseño industrial. ¿Qué tipo de técnicas y sistemas de representación pertenecientes a ese campo han enriquecido su trabajo en el noveno arte?

JG: Aunque suene un poco extenso veremos si puedo explicarlo sin que sea demasiado rollo… En cualquier trabajo audio visual todas las historias necesitan un fondo realista, ya sea en paisajes o instrumentos que los personajes de ese relato utilizan según su contexto histórico. El estudio de ergonomía, por ejemplo, me sirve y lo aplico constantemente como complemento a cualquier imagen como ser, desde la empuñadura de una espada a una nave espacial. Ya que ayuda al lector o espectador a entender como funcionan las cosas en relación a la morfología humana, lo que hace mucho mas creíble lo que se esta contando en cualquiera de los géneros que se desarrolle.

JP: Sin duda gran parte de la personalidad de su estilo de dibujo recae en la fuerza del coloreado de sus pinceles, ¿cuánto suele tardar en dibujar y después pintar la página de un álbum?

JG: Desde la lectura del guión hasta el acabado con el color entre 5 y 6 dias aproximadamente.

JP: Ha trabajado como ilustración para tantos medios que seguro que siente predilección por alguno de ellos, ¿tal vez por el de las viñetas?

JG: Efectivamente, el de las viñetas.

JP: ¿Qué películas, libros, autores, etc. han ejercido una mayor influencia en su forma de afrontar el apartado gráfico de La Casta de los Metabarones?

JG: No es fácil determinar una película o un libro en especial, la historia se realizo, como ya hemos comentado, durante bastante tiempo, hubo seguramente, influencias de todo tipo que se fueron incorporando y otras que fueron quedando de lado, pero todas mas o menos homologadas por la aplicación del color que permaneció inalterado en toda su ejecución.

JP: Muchas gracias por su tiempo Sr. Giménez.

Juan Giménez: Gracias a ti y un saludo a todos.

Con las sabias palabras del artista tras La Casta de los Metabarones, llegamos al final de este repaso a una obra maestra del noveno arte que si aún no habéis descubierto espero que tengáis en breve la ocasión de disfrutar de ella.

Un saludo a todos.

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José Miguel Poncela
José Miguel Poncela
6 abril, 2009 8:59

La Casta de los Metabarones es un tebeo de los 70, publicado en pleno siglo XXI. Si lo hubiera leido en 1979, me hubiera parecido la releche. Leido hoy, todo se antoja anticuadísimo: tetas, robots y mesianismo a hostias.

En realidad el chiste de los absurdamente brutales Metabarones (1998-2003) ya lo había contado Keith Giffen a comienzos de los 90: Lobo, raja.

Lobo, el último Metabarón.

toniu
toniu
Lector
En respuesta a  José Miguel Poncela
28 agosto, 2020 19:36

Cien por cien de acuerdo con tu comentario de que parece de los setenta. De hecho, cuando apareció yo creía que era una reedición de esa época o algo así, no entendía mucho que fuera una novedad.

toniu
toniu
Lector
En respuesta a  toniu
28 agosto, 2020 19:37

y por cierto, como tú eso lo entiendo como algo negativo, por lo básico de su premisa de tetas, robots y mesianismo a hostias como dices.

John Space
John Space
6 abril, 2009 10:02

El guión, así así, aunque divertido; el dibujo, magnífico, como es habitual en Giménez (Juan).

José Miguel Poncela
José Miguel Poncela
6 abril, 2009 11:02

Es logico que haya disparidad de opiniones.

El dibujo es buenisimo, pero los diseños y los conceptos son todos ochenteros: naves espaciales con tubos de escape que se manejan con palancas, aliens ninfómanas tetonas, espadones y pistolas de rayos, robots chistosos…

Mistic
Mistic
6 abril, 2009 11:22

A mí me gustó mucho. Leí el tomo completo en la biblioteca y me capturó desde el principio hacia el final.

Estoy leyendo que hay quejas sobre los diseños ochenteros. Bueno, a fin de cuentas, es una «precuela» del Incal. Es lógico. Y a mí me parece que tiene un gran diseño.

Sinceramente, el tono me recordó más a los clásicos griegos que a otra cosa.

José Miguel Poncela
José Miguel Poncela
6 abril, 2009 11:51

Pero es que Star Wars ERA ochentera. Se rodó en esa epoca. La Casta de los Metabarones se escribió y dibujó entre 1998 y 2003.

juanjo
juanjo
6 abril, 2009 12:38

me aburrió muchisimo y el argumento es paranoico y entrevesado hasta decir basta, pero es solo mi opinión.

Nino
Nino
6 abril, 2009 12:40

Pues ojala hicieran una adaptación «ochentera» de esta magnifica serie al cine.Tanto diceños de mundos como de naves y personajes estan muy logrados y desde el primer momento sientes que te estas leyendo una obra de las que te acordaras toda la vida. Giménez simplemte genial y Jodorowsky filósofo donde los haya. Esta obra merece mucho la pena.

Esfingo
Esfingo
6 abril, 2009 12:46

A mi gusta por la clara influencia de Dune sobre ella

Batallon00
Batallon00
Lector
6 abril, 2009 13:01

Me parece ridículo que se diga que una desventaja de este comic sea su caracter ochentero. En mi opinión este diseño es muy superior a alguna que otra bazofia del nuevo siglo.

Los personajes son potentes y la historia te engancha desde la primera página. Creo que la combinación de un buen guión y un excelente dibujo hace que estos comics sean obras maestras e intemporales.

Northstar
Northstar
6 abril, 2009 13:07

Yo me compré  EL INCAL y me decepcionó mucho. Si, el dibujo muy bueno,  muy buenas ideas, pero no puedo dejar de tener la sensación de que el comic no se pensó de principio a fin sino que el guionista iba escribiendo la historia segun se le ocurria, sin ninguna cohesión agumental ni preparación previa.

David Fernández
6 abril, 2009 13:08

Lo reconozco: me ha picado la curiosidad. A ver si le echo un ojo…

Grana trabajo, Juanjo, es un lujazo poder leer esa entrevista a Giménez.

Un saludo!

Pablo Gutiérrez
6 abril, 2009 13:34

Seriaza (ya te lo dije hace tiempo) y articulazo.

Goodman
Goodman
6 abril, 2009 14:20

Toda la serie me parece genial. El guión puede disfrutarse como divertimento y como reflexión desde muchos puntos de vista diferentes. No se impone ningun tipo de barrera y consigue asi un universo donde todo es posible y los personajes son muy completos. El hecho de que tenga un estilo ochentero no significa que al leerla pueda parecer añeja, es un estilo mas; y  en esta historia de ciencia ficción tecnológica, space opera o lo que sea…le va de maravillas! Hay que leerla.

MarcBorstel
6 abril, 2009 14:26

Segun tengo entendido, la historia corta que Travis Charest realizó un tiempo atras y fueron publicadas en Metal Hurlant, eran originalmente para el libro «The Dreamshifters», pero ahora forman parte de una treintena de paginas que este dibujante realizó para dicho libro, ahora rebautizado «Les Armes du Meta-Baron», junto a Zoran Janjetov y fué publicado en Francia el año pasado.

MarcBorstel
6 abril, 2009 14:31

…(Con guion de Jodorowsky, por supuesto).

marc
marc
Lector
6 abril, 2009 14:57

creo que casi todos conocemos la historia de Charest, firmando para hacer un volumen y tras 2 años después, solo haber terminado una docena (creo que menos) de páginas. una delicia ser el editor de gente como esa ;)…….

Miki
Miki
Lector
6 abril, 2009 15:45

Pero las páginas eran preciosas, cuando las vi abriendo el primer número de Metal Hurlant me quedé con la boca abierta. Si hubiera sido más formal habría salido un tebeo verdaderamente memorable.

Reecom
Reecom
6 abril, 2009 16:14

Sinceramente cuando lei esta obra maestra no me parecio ni mucho menos anticuado, enserio las tetas y los robots son anticuados?puf…
en cualquier caso espectacular historia, buen argumento, un poco denso en alguna ocasion y un dibujo de Gimenez que es sencillamente lo mejor que se ha visto en un comic.

Por cierto el Incal me gusto muchisimo menos.

Daniel Santos
Lector
6 abril, 2009 16:30

Me leí el Incal y el primer numero de los Tecnopadres y nunca mas volveré a leer nada más suyo. Me parecieron un conjunto de ideas pseudofilosóficas a cual más estúpida. Pero que se puede esperar de alguien que se dedica al Tarot. Por mucho que salgan naves espaciales no quiere decir que eso sea ciencia-ficción.

Lo que me fastidia es que trabaja con dibujantes que me encantan. Gimenez, Janjetou, Laddron, Moebius,…

Nina
Nina
6 abril, 2009 19:28

Muy bueno el articulo, y muy bueno el comic, la estetica es brutal y el dibujo impresionante.

Mt
Mt
6 abril, 2009 19:55

Alienigenas tetonas y robots chistosos. Memorable capacidad de síntesis. Si se le añade filosofía psicomágica de mesa camilla y las resoluciones argumentales brillantes como lo del viaje intra-implo-temporal, ya tenemos el retrato exacto. Eso sí, si hemos convertido a Morrison en un genio, éste por lo menos tiene mejor inventiva.

¿tragedia griega? Amos anda.

Ahora bien, si uno no piensa demasiado, entretiene un ratete.

john sandman
john sandman
6 abril, 2009 20:37

Los dos primeros tomos estan a la altura del Dune de Herbert(la 1ª novela que es la unica que merece la pena).Los demas tomos no llegan a ese nivel pero aun asi  estan a una galaxia de distancia de cualquier
«espidermierda» o algo parecido.

rafa garcia
rafa garcia
7 abril, 2009 0:07

lo lei hace ya bastante tiempo y me parecio genial, mas que el incal, con unos dibujos excepcionales aunque algunos digan que son de los 0. velazquez y goya no son del siglo xxi pero todos los artistas contemporaneos recurren a ellos por ser intemporales, eso son los metabarones.y una cosa para josh sandman los comics de spiderman y similares tambien son arte y del bueno sino como aguantarian tantos años

Supra
Supra
7 abril, 2009 4:06

Que facil es decir que en los Metabarones solo hay robots ochenteros, ¿y si yo digo que lo superheroes son solo individuos hipermusculados en mallas?

Mt
Mt
7 abril, 2009 21:26

Te acercarías bastante a la realidad. Claro, que tú valoras un género en toda su extensión, y nosotros sólo una obra.  Es un campo muuucho más pequeño y cerrado, y por lo tanto fácilmente analizable.

sputnik
Lector
7 abril, 2009 21:50

Aunque el diseño fuese ochentero, ¿eso es malo por…?
Por esa regla de tres, yo no podría realizar un cómic en el que apareciesen robots con cassios en vez de cerebros, porque sería anacrónico. ¿La creatividad y la imaginación tienen fronteras estéticas? ¿La imaginería de la ciencia ficción debe realizarse en función de la estética más de moda o, por el contrario, dejar al autor coger los elementos visuales que quiera para que nos ofrezca el mejor resultado que crea posible?
Si el diseño de los Metabarones es ochentero da igual: es bonito.
(Y los ochenta están de moda!).
Respecto al guión, sí que es cierto que me parece algo endeble. Sufre, sobre todo, del exceso de pechamen gratuito típico del cómic europeo hasta hace nada. Y a veces ese punto «machomen» a mí me parece excesivo por ser tan básico. Conan lo expresaba mucho más concisamente en aquélla mítica respuesta a «¿qué es lo mejor de la vida?»

El Señor Lechero
8 abril, 2009 17:13

Un clásico… eso sí, de Jorodowsky la parte artística: la piscomagia, el chamanismo y demás son charranadas pseudocientíficas de vendedor de humo. 

Iván Martínez Hulin
9 abril, 2009 15:22

Hola a todos:

Yo leí los primeros tomos. Me quedan pendientes un par o tres de los últimos, pero después de leer la reseña, me han entrado unas ganas repentinas.

Excelente trabajo, Juanjo. Gracias, compañero.

Un saludo a todos.

Allmanzor
Allmanzor
21 septiembre, 2009 14:05

  Hola. No quiero entrar a discutir puntos de vista sobre ciertos aspectos de la obra. Con algunos estoy de acuerdo y con otros no, como es lógico.  Solo digo que cuando hablo con profanos del comic, me basta con resumirles la história del primer tomo de los metabarones y si acaso enseñarselo, para que su concepto del «tebeo» cambie por completo y para siempre. Por algo será, y me ha pasado varias veces. Por ultimo aclarar que tengo en mi poder la primera edición de Othon: el tatarabuelo, que es el primet tomo de la Casta de los metabarones: está publicado por Co&Co y es del año 1993.  No hay error posible, pues lo compré ése mismo año. Y Honorata la tatarabuela en 1996. Seguramente estais hablando de la publicación de Norma editorial, que reedito los primeros tomos, pero que eran de mucho antes. Comprobadlo que no hay duda. Un saludo!

cain
cain
23 abril, 2010 12:24

Lobo el ultimo meta jajajajajajaj eso si que es un buen chiste.
M encanta esta saga, es la estética lo que me llamo. un cómic épico y de una cátedra barbara, mujeres guapas, naves y violencia que película de ciencia ficción mítica no lleva esos ingredientes? a si Odisea del espacio

PD: me encanta Lobo y Kubrick 😉

toniu
toniu
Lector
28 agosto, 2020 19:34

Lo leí hace mil años, y como comentan muchos por aquí, el dibujo me pareció absolutamente increible, pero el guión de Jodo, una flipada del 15, muy impactante todo, pero porque te abofetea con burrada tras burrada alternando entre machorra y pseudofilosófica. La primera te la cuela, pero luego ya ves que te la está metiendo doblada, y reiteradamente, y mandas el cómic a …. Vamos, que me lo vendí porque no soportaba tener en casa una obra de un autor que me estaba tomando el pelo y se reía en mi cara constantemente.

Ahora la verdad es que me han entrado ganas de pillarme algo de Juan Jiménez, alguien puede recomendarme algo de él que esté tan bien dibujado pero con un guión decente? Gracias.