La chica de los cigarrillos

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Edición nacional: Gallo Nero Ediciones.
Autor: Masahiko Matsumoto.
Traductores: Yoko Ogihara y Fernando Cordobés.
Formato: Rústica con solapas. 272 páginas. B/N.
Precio: 21€.

 

Cuando TopShelf anunció a principios de año que por fin publicaría Cigarette Girl, el título inglés de esta misma obra, pensé que aquello se trataba de un acontecimiento raro y bastante puntual. Los lectores anglófonos estaban de enhorabuena, porque Masahiko Matsumoto es pura historia del manga. Historia olvidada, si somos sinceros. Por eso me sorprendió tanto que su obra se publicara en dos países distintos durante un mismo año. Gallo Nero, después de publicar el manga del año en 2015, apunta con este La chica de los cigarrillos a obtener el mismo galardón, y es que la publicación del cómic de Matsumoto despunta tanto por su valor de rescate como por su valor artístico.

Masahiko Matsumoto, para el que no lo conozca, fue uno de los pioneros de la moda del manga para adultos que inauguraron e hicieron famosa el grupo de autores provenientes de Osaka protagonizado por Takao Saitô, Yoshihiro Tatsumi y el propio Matsumoto. A estos dibujantes se les recuerda (a Tatsumi principalmente) por acuñar el término gekiga para referirse al giro que tomaron sus intereses como creadores de manga, ya que abandonaron un tipo de historias dirigido exclusivamente a un público infantil y se pusieron a escribir y dibujar cómics dirigidos a público adultos y donde el abanico de posibilidades como artistas era mucho más amplio. Tatsumi es el que creó y popularizó el término gekiga, y es tanto su obra como su fama la que prevalece por encima de la del resto cuando pensamos en esta corriente de autores. Saitô es conocidísimo por crear Golgo 13, pero sus intereses se desviaron mucho de los de Tatsumi y Matsumoto hacia el campo de lo comercial. Matsumoto, en cambio, con una filosofía más similar a la de Tatsumi, es decir, enfocada a una creación más artesanal y sin la ayuda de asistentes, lo que se tradujo en una producción mucho más lenta, quedó a la sombra del titán Tatsumi. Pero no podemos olvidarnos de que Matsumoto no es un mero segundón dentro de este fenómeno llamado gekiga. Matsumoto creo, antes que Tatsumi, su propio término que definió el manga adulto que aspiraban a crear. El Komaga se presentó como esa primera alternativa al cómic infantil y animó a todo ese grupo de dibujantes a salir adelante con sus intereses artísticos. Pero toda la importancia de Matsumoto no reside en crear un término que no terminó de cuajar ni en sembrar la semilla de la musa a otros artistas: Matsumoto era un artista apabullante. El propio Tatsumi reconoce en Una vida errante ir siempre a la zaga de Matsumoto, y el hermano de Tatsumi lo coloca como el verdadero innovador de aquella corriente y el hombre que dio forma a lo que hoy conocemos como manga para adultos.

Masahiko Matsumoto (derecha) com Yoshihiro Tatsumi en el año 2000.
Masahiko Matsumoto (derecha) com Yoshihiro Tatsumi en el año 2000.

Por desgracia, la obra de Matsumoto es bastante escasa. Se hizo famoso durante la época de rivalidad con Tatsumi por su obra para librerías de alquiler, entre las que destaca The Man Next Door (Breakdown Press, 2014), pero después de esto su carrera fue muy intermitente y dejó grandes obras pero de forma muy desperdigada. Uno de sus cómics más famosos es Gekiga Fanatics, su propia versión de los hechos tal y como hizo Tatsumi en Una vida errante sobre cómo fueron aquellos primeros años creando manga para adultos. Esta obra se publicó muchos antes que Una vida errante, pero no fue hasta la publicación (y éxito) de la obra de Tatsumi que no se recopiló en tomo, casi treinta años después.

La chica de los cigarrillos es la obra que va en medio, publicada entre 1972 y 1974. Nos cuenta la vida varias personas perdidas en la urbe; gente que busca un lugar al que acudir y ser bienvenidos y que se esfuerza por tirar adelante. Gente anónima con problemas de dinero, con impulsos sexuales, con ambiciones familiares. Matsumoto nos habla del esfuerzo anónimo pero común a todos nosotros de buscarnos un sitio donde encajar. Las obras son absolutamente locales: nos hablan de una época y lugar, el Japón de los años setenta, con índices de pobreza aún altos y en donde lo tradicional empieza a dar paso a lo moderno, a un nuevo estilo de vida que implica no solo cambios materiales sino sociales. Nos habla de la presión de aquellas mujeres solteras que han de buscarse un marido para ser bien vistas, de matrimonios concertados, de las todavía existentes tradiciones locales, y todo esto contrasta con lo moderno que se está interponiendo: el aborto, los métodos anticonceptivos, la búsqueda de la independencia y el inicio de la sociedad de entretenimiento con la aparición de las primeras salas recreativas. Esta colisión entre tradición y modernidad es lo que otorga a la obra de Matsumoto un carácter mucho más general, y por lo tanto el componente local acaba por ser meramente circunstancial.

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El retrato de los personajes a través de la caricatura nos muestra un lado algo más amable, de cómo la escasez de dinero, la frustración o la presión social se pueden tomar un poco a la ligera. Matsumoto equilibra muy bien lo bueno con lo malo, y la manera en la que enlaza escenas mediante diálogos indirectos, casi superfluos, nos muestra su manera de entender la realidad: bastante tonta, bastante banal en su mayor parte para darnos al final momentos significativos, como la manera de afrontar la indiferencia de la mujer que te atrae o el esperado encuentro con la chica de los cigarrillos. Matsumoto nos habla de amor, al fin y al cabo, de ser aceptados aunque sea por una sola persona, y de cómo este cambio, este viraje hacia lo nuevo y la confusión que produce, tanto en uno mismo como en la forma en la que el resto nos mirará, es parte del proceso de formarse a uno mismo y buscar una persona donde apoyarse, donde crear un vínculo que nazca de un amor fruto de la necesidad o de lo que sea.

  Edición nacional: Gallo Nero Ediciones. Autor: Masahiko Matsumoto. Traductores: Yoko Ogihara y Fernando Cordobés. Formato: Rústica con solapas. 272 páginas. B/N. Precio: 21€.   Cuando TopShelf anunció a principios de año que por fin publicaría Cigarette Girl, el título inglés de esta misma obra, pensé que aquello se trataba…
Guión - 8.5
Narrativa - 8.5
Interés - 9.5

8.8

Masahiko Matsumoto es fue uno de los precursores del manga para adultos tal y como lo conocemos a día de hoy, y La chica de los cigarrillos es la primera obra del autor que nos llega a España: un retrato humano y magnífico del Japón de la época a través de unos personajes anónimos.

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