Es probable que a muchos no les importe Supergirl. Es normal, al fin y al cabo es Supergirl. Y no porque sea una mujer ni nada de eso, sino porque estamos ante la prima pequeña de Superman. Esa que, sin terminar de encontrar su identidad o un grupo definitivo en el que ubicarse e identificarse, es mucho menos poderosa que su primo, adquiriendo un papel muy alejado de la primera plana. Y es más que probable que a muchos ni siquiera les suene Mike Johnson. Vuelve a ser normal. Se trata de un guionista prolífico pero poco dado al estrellato, cumplidor, al que se le da bien esto de los guiones a largo plazo, contando historias pensadas de antemano y manteniendo un nivel raso y constante sin destacar en demasía. Algo así como el Mascherano de los cómics. Ahí está su larga etapa en Star Trek –que aún continúa– como prueba o la confianza que DC tiene en este joven aunque veterano guionista al que siempre ha tenido en cuenta: desde Supergirl hasta Batman / Superman –que guionizó durante varios números junto a Mike Green– pasando por la actual Earth 2: World’s End.
Supergirl y Mike Johnson. Mike Johnson y Supergirl. Esa relación que comenzó con el inicio del Nuevo Universo DC en 2011 y se mantuvo durante más de 19 números, rayando un nivel impresionante y alzando a la superheroína a unos estándares de calidad que su primo ni soñaba con tener por aquel entonces, aún se mantiene en la retina de muchos aficionados. No por nada entraba en nuestro top ten del primer año de andadura del Nuevo Universo DC. Podríamos decir sin temor a sufrir graves represalias que ocupó durante gran parte de su estancia el trono de los superhéroes secundarios de DC Comics. Vale, es cierto que el dibujo Mahmud Asrar ayudó a concebir esta etapa como una de las más notables en la actualidad del personaje, pero fue el guionista quien la esclareció al «gran público» y lo acercó a muchos lectores que apenas sabían de ella, o si tenían conocimientos estos venían de forma tangencial. Sin embargo, Mike Johnson se marchó. Las ventas de Supergirl no aguantaron el tirón inicial –que pilló por sorpresa a muchos– y cuando la familia Superman se desmoronaba por culpa del negativo impulso que el personaje principal derivaba hacia el resto –y hacia sí mismo, evidentemente–, el guionista abandonó la cabecera en pos de otras tareas. A partir de entonces, dos guionistas han intentado sostener los cómics de Supergirl obteniendo un notable fracaso como resultado. ¿Qué le ha pasado a Supergirl para tocar fondo? Veamos que es lo que ha tenido que pasar en torno a la colección de la kryptoniana para que Mike Johnson tenga que regresar hoy mismo como guionista principal del personaje junto a K. Perkins e intentar levantar el vuelo a partir del número 36, o lo que es lo mismo, 17 números después de haberse marchado.
Mike Johnson, acompañado de Mike Green, comenzó fulgurante en Supergirl. Con el impulso de un sobresaliente dibujo de Mahmud Asrar –actualmente triunfando en Marvel– se decidió por hacer borrón y cuenta nueva de la anterior etapa escrita por Kelly Sue Deconnick y apuntarse con todo al reinicio de la editorial. Así, Supergirl estrenaba un nuevo –y acertado– look en el que su traje le cubría el cuerpo entero y su pelo pasaba ser bastante mas corto. Un look juvenil que acentuaba de forma evidente su nueva y flamante personalidad: absolutamente inexperta y sin saber el por qué está donde está. Llegaba así una Kara Zor-El nueva que mostraba dudas en todos los aspectos: quién era, contra quién debía enfrentarse, a quién le debía lealtad y, sobre todo, por qué había unos cuantos que querían verla muerta.
En un brillante primer arco, Supergirl tuvo que enfrentarse a su pasado. Una vez aterrizado su cohete en Siberia, Kara Zor-El conocería a su primo Kal-El, descubriría los superpoderes que el sol de la tierra le confería, y le daría tiempo a darse cuenta de que grandes amenazas le acechaban. Y es ahí donde posiblemente rece el gran acierto de Mike Johnson al frente de su cabecera: los enemigos siempre han estado centrados en la figura de Kara. Habida cuenta de la inferioridad de poderes de los que goza frente a su primo (pues lógicamente ha tenido menos años para desarrollarlos), las amenazas de Kara son inferiores, pero casi tanto o más peligrosas. Todas ellas tienen algo en contra de ella o surgen espontánea y directamente en contraposición a sus actos. Así, Kara tendrá que vérselas con el ejército ruso tras su aterrizaje en Siberia, con unos destructores de mundos –los Worldkillers, en una clara demostración de intenciones– que planean conquistar el planeta tierra tras batallar en los restos de la ciudad kryptoniana de Argo o de su mismísima vecina, una amiga que resulta tener un espíritu maligno en su interior proveniente de una tenebrosa herencia familiar. Incluso llegará a rozar el amor frente a uno de sus más temibles enemigos: H’El, que la convencerá de que el retorno de Krypton es posible.
Las ventas de Supergirl, como muchos de los personajes secundarios de la editorial, no hicieron más que caer. Rebasada la frontera –negativa– de las 30.000 unidades y con la marcha de Mahmud Asrar de la cabecera DC Comics se veía ante una tesitura complicada. Así, decidieron que lo mejor era cambiar la dirección de la serie (ya estaban ahí los planes de integrarla en otra franquicia) y decidieron hacer borrón y cuenta nueva y cambiar el equipo creativo en pos de cumplir los deseos editoriales de mandar a Kara Zor-El al espacio. Así, en búsqueda de nuevas aventuras y lecturas –ni el cruce con H’El on Earth, ni la aparición de personajes como Flash o Wonder Woman en la cabecera consiguieron efecto alguno más allá del continuo descenso de las ventas– el equipo creativo que recayó en la cabecera fue el de Michael Alan Nelson a los guiones y Diogenes Neves en el apartado artístico. Y sólo hay que darse un paseo por sus páginas para darse cuenta que estas nuevas aventuras no fueron más que un desfile constante de otros personajes por la cabecera, buscando la manera de presentarlos en la cabecera y dejando a la personaje protagonista en un segundo plano que diluiría sus viñetas en el fango de la mediocridad.
El primero en pasearse sería Superman Cyborg, en un arco en el que “por casualidad” acabaría encontrándose con Kara Zor-El en un planeta muy lejano. Casualidad que sería llevada más allá cuando descubrimos que el propio Superman Cyborg (un villano que antaño necesitó de la unión de todos los superhéroes de la editorial para ser derrotado) es el padre de Kara, que ha sido transformado, borrándole la memoria en el proceso. Pasado el mal trago, la serie se vería inmersa la serie en la penúltima locura de Scott Lobdell, ese cruce llamado Krypton Returns y que terminaría por matar a Superboy, inmerso aún más en el fango de las ventas. En este arco se retomaría la trama de H’El on Earth y serían los propios héroes quienes tendrían que volver al pasado de Krypton para asegurar su destrucción y así el futuro. La premisa, interesante, la ejecución, lamentable. Finalmente veríamos al nuevo Lobo, que caería vilmente derrotado a manos de una Kara implacable en apenas dos números y que serviría como excusa para dar nuevos aires a la franquicia en manos de un nuevo equipo editorial apenas 7 números después.
Con la excusa de la furia desatada de Supergirl, fundamentalmente debida al desgaste sufrido por el desamor de H’El, la “traición” de su compañera de piso, el encuentro con seres que querían manipularla y robarle su poder y el descubrimiento de su padre; la llegada a los guiones de Tony Bedard supuso un cruce que se alargaría hasta el extremo con Red Lanterns. Uno de esos encargos de cheque. No resultaba un terreno nuevo para el guionista, pues venía de una larga etapa al frente de Green Lastren New Guardians cuando ésta se cobijaba bajo el techo de Geoff Johns. Y si bien es cierto que la premisa podría ser interesante, el resultado fue una decepción profunda para los aficionados al personaje –y, de paso, para los de la franquicia intergaláctica–. A pesar del buen hacer del dibujante Yildiray Cinar –actualmente en Superior Iron Man junto a otro ex-compañero de editorial, Tom Taylor– la saga se quedaría en un terreno a medio camino entre la nada y la completa indiferencia. Guy Gardner la “adoptaría” y la trataría como si de una hija se tratase. A pesar de la rabia intrínseca de los linternas rojos, un sentimiento paternalista afloró en el seno del grupo para proteger a Kara, posiblemente el miembro más poderoso de todos.
Emanuela Lupacchino acabaría por tomar la rienda en los dibujos y el cruce se iría diluyendo en una trama sin sal que incluso pararía con fuerza la travesía firme de Charles Soule al frente de Red Lanterns. Da la impresión de que ni siquiera al propio Soule no le hacía mucha gracia este cruce y siguió adelante con su trama, teniendo Bedard que hacer auténticos malabares para introducir a Kara por mero capricho editorial. Y si todo esto no era suficiente para sepultar la cabecera de Supergirl hasta mínimos poco imaginables en 2011, los dos últimos números de la etapa de Bedard han sido un relleno de lo más insultante. Sin contar con el número de Futures End, en el que se nos vuelve a incidir en la relación de Kara con Superman Cyborg, estos dos números se centran en las consecuencias del último evento orquestado por Scott Lobdell, Doomsday. ¡Y eso que ni siquiera había participado en el cruce! La cuestión es que aún tendríamos que leer dos historias insulsas, una en la que se nos vende la Kara tierna y su relación ¿amorosa? con un chico minusválido al que conoce tras haberle salvado la vida y otra en la que nos venden de manera fea y descarada la cabecera de Red Hood, pues vemos al bueno de Jason Todd comportarse de una manera muy extraña y con superpoderes excesivos. ¿Queréis saber más de su estado? ¡Leeros Red Hood and The Outlaws, que en Supergirl no hay nada que contar!
Con la serie de televisión de Supergirl en el horizonte (muy en el horizonte, pero en el horizonte al fin y al cabo) la editorial va a tratar de poner a Supergirl en el lugar que se merece. Si ya han hecho una parte del trabajo poniéndola en el grupo Justice League United –no sabemos si de forma forzada o no porque su protagonismo dentro de la cabecera se diluye en favor de otros como Green Arrow o Animal Man– , la editorial ha puesto toda la carne en el asador y han convencido a Mike Johnson para que vuelva a la serie a tratar de recuperar el prestigio perdido. Si a ello le sumamos que K. Perkins –nuevo en los cómics pero curtido en televisión y cine– le acompañará en los guiones con la concreta labor de crear un elenco de personajes que la rodeen la cosa pinta bastante bien. Su primer arco, Crucible, embarcará a la joven en una academia intergaláctica llamada Crucible Academy donde además de conocer a todo el elenco de personajes creados por Perkins, veremos viejos conocidos como Superboy o los Worldkillers.
Emanuela Lupacchino es la elegida para dibujar esta nueva etapa, volviendo a la serie tras su paso por el flojo crossover con los linternas rojas. Prometen acción, mucha scifi, un nuevo traje espacial para Kara y, sobre todo, prometen una nueva y prometedora dirección en el errático camino que el personaje lleva sufriendo durante el último año. ¿Cuál será la referencia que DC tomará para esta nueva etapa? Si nos atenemos a todo lo dicho por el guionista, parece que Captain Marvel o Wolverine & The X-Men son los claros referentes. Cosas tangenciales. Lo importante es que Mike Jonhson tiene ganas de volver y nosotros de que nos vuelvan a contar historias de calidad de uno de los personajes secundarios fan favourite de la editorial.
El nuevo traje es raruno,pero bueno,esta bien para viajes en el espacio,cosa que parece que han insistido mucho en Kara en el espacio,veremos cuando le retiren este traje si vuelve de nuevo la falda,que a mi modo de ver es un rasgo «iconico del personaje»,y que demonios,cada vez hay menos personajes con pantalones cortos o heroinas con falda (ya ni hablamos del tipico calzon al estilo namor).
¿Kelly Sue escribió Supergirl para DC? Eso se me escapó. Coincido que lo mejor de Supergirl tras el reboot fue el primer arco, con los dibujazos de Asrar. Pero la verdad es que en cuanto la metieron en un crossover con Superman de Lobdell sólo he leído números sueltos y no me han convencido demasiado.
Y que vuelva la minifalda, pardiez.
Nunca me ha llamado mucho el personaje, la verdad. Pero Lupachino es una excelente dibujante, aunque da la sensación de que esta es una de esas series que no destaca ni por arriba ni por abajo, ni en ventas ni en calidad.
Pregunta para los gurús de DC, ¿Hay alguna etapa destacable del personaje, pre o postcrisis.? Porque nunca se habla de Supergirl cuando se destacan serie regulares DCitas. Me da que lo más destacado que se hizo con el personaje fue matarlo en las crisis.
Los 80 números de Peter David con dibujantes como Gary Frank o Leonard Kirk es de lo mejor que se ha hecho con el personaje, además de una de las obras más sólidas e inspiradas de los citados. También son unos tebeos a los que profeso un cariño especial, por ser la 1ª serie que me hice completa en comic-book USA.
Qué pena que la idea de ser una Red Lantern se diluyera tan rápido..Una buena idea muy mal ejecutada
Así, Supergirl estrenaba un nuevo –y acertado– look en el que su traje le cubría el cuerpo entero
Hombre, si la Super-braga de Jim Lee es «cubrir el cuerpo entero» debo suponer que llevaba leotardos color carne debajo…
Y sí, es una pena el desaprovechamiento de su paso por el cuerpo de Linternas Rojas. Al final, más allá del clásico «conoce tus nuevos poderes», el único hecho relevante que llevó a cabo fue cagarla estrepitosamente contra Atrocitus. Pero hey, ¡es una adolescente impulsiva! ¿Para qué más puede servir…? *sigh*
En cualquier caso, yo seguiré alejado de ella, pegadito a los Reds, y leyendo tus articulazos y reseñacas, Tomás 😉
Javier Agrafojo: «Los 80 números de Peter David con dibujantes como Gary Frank o Leonard Kirk es de lo mejor que se ha hecho con el personaje, además de una de las obras más sólidas e inspiradas de los citados. También son unos tebeos a los que profeso un cariño especial, por ser la 1ª serie que me hice completa en comic-book USA.»
Es verdad, la etapa de PAD. Sé de su existencia pero nunca la he leído y encima con Gary Frank y Leonard Kirk.
Veo que Planeta la editó en tres tomos y que están en la biblioteca. A por ellos.
Gracias Javier.
Hombre, si la Super-braga de Jim Lee es “cubrir el cuerpo entero” debo suponer que llevaba leotardos color carne debajo…
¡Ups! Me refería de cintura para arriba, fallo mío (aunque nunca se sabe, con tanta censura-tonta en USA no me extrañaría que confirmaran que usa unos leotardos color carne). Respecto de lo que dices, Ander, de la cagada ante Atrocitus tienes toda la razón. Lo de adolescente impulsiva creo que quedó más que latente durante toooodo el cruce con los linternas. ¿Seguirás pegadito a los Reds cuando se vaya Soule? Digamos que le queda… ¿un telediario? ¡Ah! Y gracias por la parte que me toca, el placer es mutuo 🙂
¿Kelly Sue escribió Supergirl para DC? Eso se me escapó
Muy poquito, muy breve. Pero sí.
Y me sumo a vuestras buenas palabras sobre la etapa de PAD, para mí la mejor del personaje. ¡Cuántos personajes tienen en este hombre la mejor de sus etapas!
¿Seguirás pegadito a los Reds cuando se vaya Soule? Digamos que le queda… ¿un telediario?
Seguiré, seguiré. He leído absolutamente todos los cómics de la franquicia Lantern post-Johns y me parece que todas las colecciones conforman un patrón entretenidísimo y la sección más cohesionada y de calidad media-alta constante de todo el universo DC. Así que sí, mientras siga esta dirección editorial, yo seguiré adelante.
Lástima que con Convergence se va a ir todo a la mierda y a lo mejor lo que viene después no me interesa…
«Lástima que con Convergence se va a ir todo a la mierda y a lo mejor lo que viene después no me interesa…»
Jope, ¿no habíamos quedado que existía la instrucción secreta de que, tras Convergence, había que dar rienda suelta a la creatividad en el Universo DC?
Je, es broma, a mí lo que pasa es que el mundo Lantern está demasiado cohesionado. O lees todas las series o no lees ninguna ,porque viven en un crossover continuo.
Sobre el mundo post-Convergence, supongo que habrá cambios de cromos y algunas series intercambiaran los equipos y los oneshots de Convergence servirán como test para recuperar algunos grupos o personajes olvidados por el reboot. Pero dudo mucho que algunas que están funcionando como un tiro en crítica y ventas -véase Grayson o Batgirl o Harley Quinn- vayan a cambiar demasiado.
Cuidado, Antoine! Planeta publicó la serie completa de PAD en 4 volúmenes, no en 3. El 4º contiene un bello homenaje a la Supergirl pre-Crisis dibujado por Ed Benes.
Por lo demás, gracias a ti. Contarás que tal la lectura, cuando te pongas a ello. 😉
Jope, ¿no habíamos quedado que existía la instrucción secreta de que, tras Convergence, había que dar rienda suelta a la creatividad en el Universo DC?
xD Ya, pero como tú comprenderás, si el que da rienda suelta a su creatividad en los Red Lanterns es Scott Lobdell, permíteme que tema. Aparte de que la creatividad está sobrevalorada, o hay gente que se cree súper-creativa y es MAL.
a mí lo que pasa es que el mundo Lantern está demasiado cohesionado. O lees todas las series o no lees ninguna ,porque viven en un crossover continuo.
Enfócalo de otra forma: el universo Lantern es una serie semanal, a veces con dos entregas una misma semana. Si hay gente siguiendo Batman Eternal o Futures End, ¿por qué no The Lanterns Show? En cuanto a los crossover, GL y GLC han estado bastante unidas post-Apagón y, sobre todo, durante la invasión Durlan. Pero ahora con Godhead sí que vuelve a estar todo unido. En cualquier caso, aun leyendo sólo los episodios en los que no hay crossovers eventosos, también vas a disfrutar como es debido. Los viajes de Rayner y los nuevos Guardianes a la búsqueda de mundos con complejo de Mesías ha dado muchísimos frutos y grandes momentos, haciendo evolucionar al personaje a pasos de gigante. Ha tenido que crecer emocionalmente sobre la marcha mientras trata de controlar un poder potencialmente infinito. La conclusión la tuvimos en el mes Futures End, con el Kyle semidiós del futuro. Y esto sin crossovers 😛
Respecto al mundo post-Convergence, mucho me extrañaría que no resultara en un relanzamiento de toda la línea editorial con nuevos #1, conservando o no a los equipos creativos en las series que acaban de empezar. I mean, ARKHAM MANOR la pueden cerrar tras el primer arco fácilmente; GOTHAM ACADEMY lo mismo; GOTHAM BY MIDNIGHT parece que apunta a procedimental oscuro; y GRAYSON puede cambiar de status quo fácilmente. En cuanto a BATGIRL, creo que por algo no la han renumerado ahora.
De todas formas, sí, es posible que todo esto que estoy diciendo sea una chorrada y ni relanzamiento numérico ni p***as.
«…ni relanzamiento numérico ni p***as.»
¿Páginas?
Sí, tengo el día tonto.
«Respecto al mundo post-Convergence, mucho me extrañaría que no resultara en un relanzamiento de toda la línea editorial con nuevos #1, conservando o no a los equipos creativos en las series que acaban de empezar. I mean, ARKHAM MANOR la pueden cerrar tras el primer arco fácilmente; GOTHAM ACADEMY lo mismo; GOTHAM BY MIDNIGHT parece que apunta a procedimental oscuro; y GRAYSON puede cambiar de status quo fácilmente. En cuanto a BATGIRL, creo que por algo no la han renumerado ahora.
De todas formas, sí, es posible que todo esto que estoy diciendo sea una chorrada y ni relanzamiento numérico ni p***as.»
Siendo DC, puede pasar de todo. Y además, dos huevos duros.
No sé cómo fue el tema del anillo rojo en la colección de Supergirl, pero en Red Lantern fue bastante interesante (aunque breve).
Sobre quien seguirá en Red Lantern tras la marcha de Soule, en enero el guionista será Landry Walker (el de Danger Club para Image), que a mi no me parece mala elección.
«el guionista será Landry Walker»
No conocía de nada a ese guionista, me alegro que se comente que (supongo) es bueno.
Por cierto, aquí uno que acaba de leer Pax Americana.
Y ha estado a punto de estallarme la cabeza.
En el buen sentido 🙂
Pero, en serio, léanlo (aunque no haya leído los anteriores oneshots de Multiversity). Es bastante impresionante.
Hagan caso con lo de PAX AMERICANA a Mr. X, que él sabe, que no duerme y es un adicto al Insomnalin… (sí, he leído recientemente la obra que le da nombre y avatar, señor mío :P)
¡ECC empieza a publicarlo ya! )