«Sabe, oh príncipe, que entre los años en que los océanos anegaron Atlantis y las resplandecientes ciudades, y los años de aparición de los hijos de Aryas, hubo una edad no soñada en la que brillantes reinos ocuparon la tierra como el manto azul de las estrellas: Nemedia, Ophir, Brythunia, Hyperbórea, Zamora, con sus mujeres de cabellos negros y sus torres de terrorífico misterio; Zingara, con sus caballeros; Koth, que hace frontera con las tierras de pastos de Shen; Estigia, con sus tumbas guardadas por sombras; Hyrkania, cuyos jinetes llevan acero, seda y oro. Pero el más orgulloso reino del mundo es Aquilonia, que reina suprema en el dormido occidente.
Y allí llegó Conan, el cimmerio, cabello negro, adustos ojos, espada en mano, ladrón, asaltante, asesino, de grandes tristezas y grandes alegrías, preparado para pisotear con sus pies calzados con sandalias los enjoyados tronos de la tierra.»
[Las crónicas Nemedias]
Con este poema arrancaba cada número de La espada salvaje de Conan, acompañado de un mapa de los reinos ficticios en que se movía el personaje alumbrado por
A estas alturas incluso el lector más casual sabe que Conan, apodado «el bárbaro» por haber nacido en las inhóspitas tierras de Cimmeria, fue creado por el escritor Robert E. Howard en 1932. En los cuatro años anteriores a su suicidio, a la edad de 30 años, Howard pergeñó unas dos docenas de sus aventuras, publicadas todas ellas en la revista pulp Weird Tales. La popularidad del personaje fue creciendo desde entonces, gracias a las reediciones, sobre todo a las de Lancer en los ’60 del pasado siglo, con apabullantes portadas del maestro
Fue duro el primer año de la serie Conan el bárbaro. Thomas, sucesor de
Mientras, debido al éxito contrastado de las revistas de Warren, Marvel Comics quiso probar suerte en el mercado de los magazines en blanco y negro (no sujetos a las opresivas reglas del Comics Code) con títulos como Dracula lives! o Savage Tales, en cuyo primer número vio la luz la celebérrima La hija del gigante de hielo, una de las historietas más reeditadas del cimmerio tanto en esta versión como en la censurada del citado Conan el bárbaro nº 16. Así lo recordaba el escritor Roy Thomas para la edición española de Clavos Rojos en Conan el bárbaro nº 22:
«A finales de 1970/ principios de 1971, cuando las buenas ventas de Conan the barbarian hicieron creer que este género de cómic podía ser un éxito inmediato, Stan Lee había decidido (tras un breve flirteo con Kull) que Conan había de ser el protagonista del primer cómic en blanco y negro de Marvel que se saltara el Code. Sin embargo, aunque no hubiera verdaderos problemas de ventas, sí los hubo de distribución y, además, Martin Goodman, que entonces era el Publisher de Marvel, no estaba entusiasmado con la idea de sacar un cómic en blanco y negro que no se ajustara a los requerimientos del Code. En cuanto surgieron problemas, dejó morir a Savage Tales. Dos años más tarde, Conan the barbarian -tras un período de malas ventas que se prolongó desde el nº2 hasta el nº7- empezó a mejorar, y finalmente alcanzó una posición moderadamente buena. Al mismo tiempo, Stan decidió que Marvel tenía que editar de nuevo revistas en blanco y negro. Al cabo de muy poco tiempo, aparecieron Dracula lives!, Monsters unleashed, Vampire tales y Tales of the Zombie… ¡Y una versión corregida y aumentada de Savage Tales!»
Savage Tales, aún conteniendo clásicos como Clavos Rojos (publicado por partes entre los números 2 y 3), duró solo once entregas, con éxito moderado, pero demostró que había público ávido de fantasía heroica en un formato distinto, abriendo la puerta, en 1974, a La espada salvaje de Conan, consagrada en exclusiva a las creaciones de Robert E. Howard (en Savage Tales habían compartido cabecera con otras promesas de la casa como
Con La espada salvaje de Conan inició su división de cómics la editorial Planeta en el lejano 1982, tomando el relevo de las publicaciones de Vértice (Relatos Salvajes) que habían presentado al bárbaro cimmerio al público español. Tras más de 30 años de publicación ininterrumpida podría inferirse que este material ha sido ofrecido en todas las formas posibles y, sin embargo, jamás nos había llegado en orden cronológico, según su fecha de aparición en el mercado USA. ¿Sorprendente? El caso es que la presente colección destinada al kiosco se anuncia para rellenar ese hueco.
Esta primera entrega contiene las historietas protagonizadas por Conan en el mencionado Savage Tales, es decir: La hija del gigante de hielo (#1), Clavos Rojos (#2 y #3), La noche del Dios Negro (#4), El morador de la oscuridad (#4; reeditada a color en Conan el bárbaro nº 12) y El secreto del río Calavera (#5).
Inspirada en el relato homónimo de Howard (restaurado para su publicación en 1953 por
Curioso ejercicio comparar ambas versiones para certificar la pacatería del mainstream USA sobre lo que no abundaré por constituir ya un tópico. Sí señalaré, en cambio, que, como todo ensayo, La hija del gigante de hielo y, por extensión, los relatos de Conan publicados en Savage Tales apenas vulneran las directrices del severo Comics Code, solo son un pelín más permisivos, pero lejos -muy lejos- de las escenas a que se atreverían pronto en La espada salvaje de Conan, con Buscema y otros.
Por desgracia, la reproducción de esta historieta en el coleccionable que nos ocupa no está a la altura de sus méritos. Planeta Comic sigue la reedición de Dark Horse, actual poseedora del material original realizado por la Marvel, en vez de volver sobre la que anteriormente emplearon, con resultados óptimos, para La espada salvaje de Conan nº 12 (edición española), cuyo único defecto es que el papel transparentaba un poco pero línea y grises aparecían impecablemente reproducidos. Dark Horse parte de escaneos de peor calidad, que aclaran los grises y quiebran la delicada línea de Smith. Tal defecto está incluso ahondado en la reproducción del coleccionable actual, donde los grises son excesivamente claros (a veces casi se extinguen). Por hacernos una idea, el trabajo de Smith en La hija del gigante de hielo debería lucir semejante al de El morador de la oscuridad, con una amplia gama de grises… aunque este también se observe sensiblemente más claro que el original, cosa que ocurre, en mayor o menor medida, en casi todas las historias impresas entre el primer y el cuarto tomo de este coleccionable.
La historieta de Conan más difundida, tal vez, célebre incluso entre los lectores menos asiduos al bárbaro, Clavos Rojos, cima artística de Barry Smith, fue publicada a caballo entre Savage Tales #2 y #3. Thomas se basó en un relato preexistente de Robert E. Howard para estas 58 páginas de virtuosismo al pincel por parte del dibujante británico. Un texto que, para Howard (según comentaba en una carta a su amigo
Smith nunca tuvo -ni tendrá, probablemente- la solidez anatómica de Buscema o Kane. Frecuentemente, sus figuras se retuercen en posturas extrañas y es fácil encontrar fallos en las simetrías de los rostros. No obstante, Clavos Rojos lleva su manierismo prerrafaelista al paroxismo, con planchas que cortan el aliento. Las viñetas congelan los instantes, da igual que sea Valeria oteando el horizonte con mirada inescrutable o Conan asestando la estocada mortal a un feroz reptil antediluviano. A cada rato tropezamos con imágenes asombrosas que conjugan sabiamente el barroquismo, el claroscuro y los espacios en una mixtura tan desconcertante como personal y seductora.
La narrativa de Clavos Rojos puede asemejarse en ocasiones a una sucesión de fotos fijas (compruébese en pág. 38, por ejemplo), lo que dota a la obra de un tempo denso e irreal. Smith conjura también imágenes perturbadoras como el muestrario de cabezas decapitadas (treinta años antes que el Gobernador de Los muertos vivientes) de la página 65 o la enajenación increíble de la que es capaz de dotar a las apariciones de
Curiosamente, pese a mostrarnos imágenes de gran violencia (como los chorros mágicos que atraviesan los cuerpos o la decapitación de la página 46), Clavos Rojos cumple mayoritariamente los preceptos del Comic Code, a despecho de la intención consciente de Thomas y Smith por vulnerarlo: las espadas no atraviesan los cuerpos (excepto en pág. 61), la desnudez femenina -cuidadosamente sombreada- es aún más timorata que la exhibida en La hija del gigante de hielo, etc. Thomas presume del espectáculo sangriento desarrollado en Clavos Rojos y de las resonancias lésbicas ya presentes en el texto original (Thomas afirma: «El contenido sexual de Clavos Rojos no llamaría la atención a la mayoría de los adultos de hoy en día, pero era bastante fuerte para los años treinta. Todavía en 1973, cuando Barry Smith y yo la adaptamos para Savage Tales 2 y 3 sabíamos que la Comic Code Authority podría haber rechazado nuestra obra.»), pero tal parece que escritor y dibujante, pese a todo, aguardaban la futura publicación de Clavos Rojos en comic-book a color (lo que finalmente sucedió en 1983, sin cambios ostensibles).
Smith hace triplete en este tomo con El morador de la oscuridad, una historieta asimismo excelente opacada solo por el brillo de las citadas. Destaca por un par de decisiones curiosas atribuidas por Thomas a Smith: el rostro vagamente humano de la criatura de las alcantarillas, lo que le aleja del horror lovecraftiano tentacular, y la violencia de Conan hacia la reina
Completan este primer volumen dos interesantes relatos: La noche del Dios Negro y El secreto del río Calavera, este último una de las pocas intervenciones del gran
Más satisfactoria es La noche del Dios Negro, donde el férreo guion de Thomas (en una historia de rescate y venganza) se ve adecuadamente secundado y embellecido por el lápiz de Gil Kane y las tintas de varios profesionales (
(Sigue mañana con el repaso de los vol.02 a 04)
Plas plas plas. La espera ha merecido la pena. No me cabía duda.
Gracias! Y mañana, más. 😉
Lo que ha dicho Sergio vale para mí. Por cierto, que la introducción relativa al «glorioso blanco y negro» me ha hecho recordar «La reina de la Costa Negra», un tebeo mexicano donde aparecía un Conan rubio.
Como me temia, Planeta sigue con su política chapucera de coleccionables, mas cerca del comprador habitual de kiosko, que del coleccionista. Incluso casi estoy seguro de que partirán historias entre dos tomos.
Puedes estar seguro, Emilio, de que han partido ya historias entre dos tomos: hasta la fecha, La ciudadela en el centro del tiempo, una de las famosas colaboraciones Buscema-Alcala, a caballo entre los números 3 y 4. Mañana entro en detalles.
De todos modos, no está de más recordar que el título busca seducir al comprador de kiosco, como tú mismo señalas, y no al coleccionista de Conan.
Casualidad entre el 3 y el 4, después de que la oferta tras el 1 era por el 2 y el 3. Viejos zorros… Anyway, como dice Sergio, la espera ha merecido la pena. Danos más, Mixmerik!
Gracias, Reverend!
Aunque soy poco aficionado a particiones no contempladas en el original, en este caso, al menos, se ha aprovechado una de las subdivisiones de la propia historia por lo que no queda violento (o no demasiado). El número de páginas del coleccionable es fijo así que no sé si tal práctica se podrá mantener en el futuro.
Es verdad que ha merecido la pena la espera, Javier. Gracias por un artículo de tanta calidad, y a la espera de los siguientes. A mí el coleccionable no me convence y voy a hacerme con material anterior. No por las historias, claro, que son muy buenas, sino porque parte de lo que ofrece Dark Horse y en varias ocasiones, como bien has señalado, es una reproducción muy deficiente, si se compara con los tomos rojos o los super Conan.
Gracias, Rasputin33.
Elige con cuidado si te decantas por ediciones antiguas, pues no todas cumplen con los requisitos. Es cierto, por ejemplo, que en los tomos rojos de La espada salvaje ‘La hija del gigante de hielo’ sale ganando respecto al coleccionable actual, pero mañana veremos, sin embargo, que la nueva edición de ‘La maldición del no muerto’ da sopas con honda a la publicada antaño con el título (menos preciso) de ‘Dueño de la muerte’.
Gracias por el aviso, Javier, lo tendré en cuenta, aunque por dinero y espacio no puedo hacerme con los dos materiales, antiguo y nuevo.
Me permito indicar que hay varias incorrecciones en el artículo:
Blackmark, el personaje ilustrado por Kane no es una creación de Robert E. Howard, como insinuáis, se trata de una creación del propio Gil Kane que contó con la ayuda de Archie Goodwin en los diálogos.
La revista Savage Tales duró 11 números, no cinco.
En la historia «La hija del gigante de hielo», los hombres que lo reaniman al final no son cimmerios, parece que son vanires y se dirigen a Conan llamándolo cimmerio.
El episodio «La noche del dios negro» en esta edición aparece sin los grises de las aguadas porque se ha utilizado el archivo de dibujo utilizado para su reedición en color, en el que se eliminaban los grises, no porque esté quemado en el escaneo de Dark Horse.
Gracias por las correcciones, Jesusy. Es un placer tener lectores tan atentos y bien informados que detectan al vuelo cualquier error o gazapo. Eso que ganamos todos. Comprobado lo de de Blackmark y lo de Savage Tales y corregido.
Cierto que no queda claro de dónde proceden los hombres que reaniman a Conan en ‘La hija del gigante de hielo’. Como afirman haber sobrevivido a una emboscada vaniria (la misma que abre el episodio?) y Conan, además, los conoce por sus nombres y se dirige a ellos con familiaridad (es más, el mismo jefe, que responde al nombre de Niord, le llama Conan… sin que este se haya presentado) aventuré que eran camaradas de la misma región… Sin embargo, en la versión coloreada para Conan el bárbaro son todos rubios, lo que no apunta a Cimmeria, precisamente.
Respecto a ‘La noche del Dios Negro’, menciono «la ausencia total de las tramas de grises» (es decir: que no están), lo que no es óbice para que, también, aprecie que la línea está un pelín saturada, como puede comprobarse, por ejemplo, en varios rostros y siluetas. El detalle es más evidente en el original de Dark Horse, más que nada porque la sobrecarga se percibe también en el texto de los bocadillos. Es decir: afecta sospechosamente al dibujo y a la rotulación.
De nuevo, gracias por tus aportaciones.
Sobre el origen de los guerreros del final de la historia de la hija del gigante de hielo, en la escena inicial Howard describe a los cadáveres como rubios y pelirrojos (aesiresy vanires en la edad hyboria), y a la partida de guerra que encuentra a Conan como guerreros rubios, por lo que son aesires hyborios.
Además, en varias ocasiones los guerreros juran por Ymir, su dios, si hubiesen sido cimerios lo habrían hecho por Crom.
Esta historia, según la más o menos aceptada biografía de Conan, se enmarca en un periodo de su juventud, cuando salió de Cimeria y estuvo guerreando como mercenario en las escaramuzas entre Asgard (Aesgrad en versión marvel) y Vanaheim, luchando a favor de los aesires.
Por mi parte me compré el primer número por probar, pero me quedaré con mis SuperConan y mis Espadas Salvajes, una edición cronológica sería muy apetecible, pero le falta artículos de fondo y ya que se ponen reeditar los contenidos enteros de cada Savage Tales, no solo las historias de Conan
En las actuales circunstancias, las revistas completas no se pueden reeditar. Dark Horse no posee los derechos de todos y cada uno de los personajes implicados.
La pregunta aquí es clara: ¿vale la pena hacer una colección tan extensa viendo que la calidad de reproducción roza el desastre?
Yo estoy dudando mucho, pero creo que me va a tocar esperar unos años más para ver una edición definitiva de esta obra que, por otro lado, era una de las colecciones que más deseaba que sacaran… Mucha penita.
La calidad de reproducción no es un desastre, es irregular. «La hija del gigante de hielo» es el peor reproducido hasta ahora, sin embargo «Clavos rojos» está muy bien reproducido, mejor que en ediciones anteriores.
En los siguientes tomos la cosa mejora y la mayoría de las historias están bien o muy bien reproducidas, aunque en las que tienen trabajo de aguadas se nota la falta de mayor intensidad en el negro, algo difícil ya que si se pasan se puede quemar.
Nacerá Una Bruja está fatalmente reproducido.
De tan clara, es etérea. 🙂
Efectivamente. 🙂
Nadie dice nada de las portadas???
Para una vez que se van a editar todos los relatos de Conan en Glorioso Blanco y negro,como decia aquel insigne sabio,para no romper la dinamica van y editan tambien las portadas…como no EN GLORIOSO BLANCO Y NEGRO!!!!
La edición es mala, pero si pensamos que es de Kiosko es buena. Es barata y su calidad contenta a los menos exigentes, que son mayoría (sólo hay que ver los post laudatorios que hay cuando lo de la hija y lo de la bruja es para devolver el ejemplar). Los 3 primeros son malas ediciones en conjunto, peores de lo que había y aún se puede conseguir, pero la cosa mejorará ya que las aguadas y las líneas finas van desapareciendo de la cole. Lo que no tiene perdón son lo de las portadas y que SÓLO sean las historias de Conan de la ESC. Aunque esto es lo que tiene el tiempo. 40 años se pagan.
Yo solo digo que la nostalgia es mala consejera y el recuerdo que tenemos de la reproducción de determinadas historias en las viejas Espadas Salvajes o en los SuperConan (que prescindía de las portadas originales, no lo olvidemos) no es tan maravillosa como se sugiere. A veces, el coleccionable pierde, de largo, con la comparación (pienso, sobre todo, en ‘La hija del gigante de hielo’ y ‘Nacerá una bruja’), pero otras gana por goleada (por ejemplo: Conan el conquistador vs. SuperConan nº 9).
Otra cosa es que no sea «la edición definitiva» que muchos esperaban. No lo es, en efecto.
Por supuesto que la edición de ESC de forum no es perfecta por los temas que indicas pero los 3 1º tomos del coleccionable no son siquiera decentes.