La Gran Odalisca

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Edición original: La Grande Odalisque, Dupuis 2012.
Edición nacional/ España: Abril 2012, Diábolo Ediciones.
Guión, dibujo, entintado y color: Bastien Vivès, Jerôme Mulot, Florent Ruppert.
Formato:124 páginas a color editadas en cartoné.
Precio: 19,95 €.

 

Está visto que Bastien Vivès está empeñado en seguir dejándonos con la boca abierta. No sólo ha dejado claro que sabe bucear por los mares de las emociones humanas a través de títulos como El gusto del cloro o En mis ojos, que es capaz de dibujar BDs guionizadas por otros y de corte ajeno a su obra autoral como Por el Imperio o que es un consumado comediante –Amor, Familia, Videojuegos-. Ahora, aliado a Jerôme Mulot y Florent Ruppert, estrellas emergentes del entorno underground galo, ha decidido realizar su particular versión de una película de ladrones. Y la ha bordado.
Féminas desinhibidas, sensuales, voluptuosas, muy femeninas en fin, en una trama de robo de guante blanco a la altura del esqueleto de obsesiones del autor francés. Volvemos a las relaciones sentimentales como motor para la toma de decisiones, a los devaneos sexuales como arrebatos de la personalidad, pero sobretodo, a la mujer como material a analizar a través de una mirilla nada encubierta. Vivès logra, como siempre, que las señoritas que protagonizan su obra desprendan verosimilitud a manos llenas, que tengan un alma casi palpable, que se escapa por cada viñeta. Hay algo alquímico en la capacidad de Vivès para retratar a sus personajes femeninos. Y es esa capacidad prodigiosa para crear personajes apenas a través de varias pinceladas, lo que convierte cada nueva obra de Vivès en un aplauso casi instantáneo. Este La Gran Odalisca es un ejemplo perfecto de ello. En cuanto cierras la tapa, sientes que te has visto inmerso en algo que podría haber pasado, que aquellas muchachas han existido de veras. Por imposible que parezca su vida, a pesar de las aventuras que nos han narrado.

Y es que Vivès logra humanizar y darle la vuelta hasta los clichés más manidos del cine de aventuras. Aquí, lo importante no es el robo, que también, sino ellas, cómo lo sufren y cómo les afecta la misión. Y no esperéis, haced el favor, el remake de Isabel Coixet de Misión Imposible. Ni el remix en versión Modesty Blaise de uno de sus anuncios de compresas. A dios gracias. Las mujeres de Vivès son femeninas, desde luego, pero porque les va implícito en su sexo. Son duras, tercas, alegres, secas o serias, como cualquier ser humano. No son ni una idealización del universo femenino desde la perspectiva de un hombre corto de miras, ni la ensoñación combativa filo-fascista de una feminista igual de corta. Las mujeres de Vivès son personas. Que tengan pene o vagina las define pero no las comprime. Y el lector gana con ello unos personajes cálidos y cercanos, cuyas necesidades se convertirán en propias a lo largo de las ciento veinte páginas del álbum. Y sí, de nuevo, cuando termine la lectura, querremos saber más. Más sobre su futuro, más sobre su pasado, pues los personajes creados por el dibujante galo rezuman realidad. Y esa realidad se hace adictiva.


Esta capacidad del autor en crear personajes que parecen respirar, confluye en una sorprendente revelación: nos resultan tan cercanos que dejamos de hacernos preguntas sobre la moralidad de sus actos. Sólo queremos que se salgan con la suya. Que triunfen en lo que sea que estén haciendo, para hacernos felices a nosotros también. Y es entonces cuando Vivès aprovecha para darnos una buena bofetada. Y si no, atentos al final. Si no te saca una lagrimita, estas señoritas de papel están más vivas que tú.
Y es que estoy obviando la participación de Jerôme Mulot y Florent Ruppert, ya que la obra rezuma tanto del autor de Polina que bien podría haberla firmado él sólo. Dándole vueltas, quizá la inclusión de secuencias de acción sea fruto de la iniciativa de los citados Mulot y Ruppert. O quizá no. Son conjeturas de alguien que no ha hecho sus deberes y no se ha leído nada de ellos. Pero desde luego, como esté a la altura de este álbum, habrá que fijar el objetivo sobre su próxima obra.


Como decía, los autores, a pesar de su capacidad para emocionarnos con los usos y sentimientos de estas ladronas, no han escatimado en planificar escenas de acción, que, bajo el trazo ágil de Vivès se convierten en planchas mudas, donde curiosamente el sonido viene implícito en la imagen. Es decir, son tan efectivas las coreografías de lucha o las dinámicas de acción que provocan el mismo efecto que un ralentí en una secuencia de acción a lo Snyder. Ese sentido del asombro, esa elegancia artificial.
El cliché de los viajes alrededor del mundo tampoco se escapa de pasar por la batidora de referencias de los franceses: de París a México, pasando por las Canarias, las tres ladronas van luciendo palmito allá donde recalan. Y en todas partes dejarán huella, como no podía ser de otra manera. Pero donde verdaderamente dejará huella este tebeo es en mi memoria. Señores Vivés, Mulot y Ruppert, ¡una secuela quiero! ¡O una precuela! ¡O algo! ¡Que sois franceses y os encantan las sagas en álbumes bien grandes que ocupen mucho espacio en las estanterías!
Y ya por pedir: ¡qué hagan una peli de esto ya! Ahí va mi casting: Mélanie Laurent, Clémence Poésy y Léa Seydoux. Productores galos, estáis tardando…

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Ivan Rivas
10 abril, 2013 8:58

 Pues le eché un ojo en la tienda y buena pinta tenía, aunque de momento no pueda entrar en mi presupuesto. Eso sí, la relación páginas/precio es muy superior a la de cualquier otro álbum, lo cual es de agradecer.

Mr. X
Mr. X
Lector
10 abril, 2013 9:01

 «Las mujeres de Vivès son personas. «

Y muy guapas, todo hay que decirlo.

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
10 abril, 2013 10:47

 Pues no tiene mala pinta. Vivés todavía es un desconocido para mí, pero las buenas críticas que suele recibir y ese dibujo me despiertan curiosidad. Igual empiezo por este álbum.

Javier Agrafojo
10 abril, 2013 12:59

No soy de los rendidos a Vivies, sólo he leído dos de sus obras (El gusto del cloro y En mis ojos), pero esta me da buenas vibraciones, ya desde la portada. Y la reseña no hace sino confirmarlo. Caerá, caerá.

aventura
aventura
Lector
12 abril, 2013 0:18

lo necesito en mi estanteria YA