En el año 1995, los aficionados tuvieron la suerte de disfrutar de La Era de Apocalipsis, un crossover dentro de la franquicia mutante de Marvel que aún hoy sigue siendo una referencia en cuanto a planificación y publicación se refiere. Hemos hablado largo y tendido de esta realidad paralela conocida como Tierra-295, una que desgraciadamente llegó a ser destruida mucho antes de la llegada de las Incursiones, antes de que La Era de Ultrón desgarrase el tejido del Multiverso… Fue en el crossover Exterminio, uno que ha visto la luz en nuestro país bajo la colección regular de Astonishing X-Men, pero no es lo que queremos tratar hoy. No, en realidad nos dirigimos a un nuevo Dominio dentro de Latverion, uno en el que tenemos una nueva Era de Apocalipsis, muy parecida a la original, pero que contiene varios cambios que hacen que la historia merezca la pena.
Las diferencias más evidentes con la historia principal ya se demuestran en la constitución de los propios Jinetes de Apocalipsis. Mientras que en La Era de Apocalipsis, durante el conflicto de la historia principal, la alineación estaba compuesta por Mister Siniestro, Abismo, Holocausto y Mikhail Rasputín, en esta ocasión tenemos el cambio más que acertado de sustituir al ruso por Victor Creed, Dientes de Sable, que ya en la cronología de la Tierra-295 había formado parte de este grupo cuando Apocalipsis ordenó un ataque contra Cabo Ciudadela junto a los otros Jinetes de la época: Muerte, Guerra, Candra y Gideón. La Fuerza Mutante de Élite que se mantiene a las órdenes de Siniestro y es liderada por Cíclope cuenta con los hermanos Heather y Davis Cameron, además de con los hermanos Paige y Joshua Guthrie unidos a Sam y Elizabeth, algo que ya ocurrió en la miniserie de
En la Patrulla-X tenemos algunos cambios y grandes ausencias en cuanto al crossover original: Magneto y Pícara no están casados, sino que el Amo del Magnetismo ahora se encuentra en un feliz matrimonio con una Emma Frost con sus capacidades intactas, por lo que Charles, el hijo de Erik Lehnserr y Anna Marie, no existe en este Dominio; personajes como Morfo o Fuego Solar no aparecen por ninguna parte, aunque tenemos un mutante misterioso, Calcinador, que bien podría hacer el papel del último, cuyo nombre real es Adam y cuya trama gira en torno a una creada originalmente por Nicieza en el número 23 de X-Men allá por 1993. Un personaje que, desde el punto de vista de quien firma esta reseña, ojalá participase en la nueva continuidad Marvel, tal y como sobrevivieron Nate Grey, Destello, Holocausto, el Hombre de Azúcar, Dientes de Sable o la Bestia Oscura en su día.
La gran conspiración que hace que esta Era de Apocalipsis cobre cierta relevancia es la que mueve realmente la trama y pone a todos los personajes contra las cuerdas, ya sean del bando de Apocalipsis o del de la Patrulla-X. Y por eso es tan terriblemente interesante la historia, que da un nuevo giro de tuerca al Virus del Legado, la gran metáfora de los años 90 acerca del virus del SIDA en Marvel y la amenaza constante que sólo se cobró la vida de dos personajes importantes de la Patrulla-X: Magik y Coloso. Aquí tenemos tan sólo cinco números para resolverlo, incluyendo además descubrir la verdadera amenaza en esta nueva Era de Apocalipsis, algo que dejará atónitos a los lectores que no se esperan llegar al punto planteado por el equipo creativo.
La narración de
Esta nueva Era de Apocalipsis es un buen homenaje a la original, una pieza destacada dentro de Secret Wars que bien merece la pena ser leída y disfrutada, sobre todo para aquellos que sí pudieron leer el crossover en el momento de ser publicado, tanto originalmente como en la edición posterior del coleccionable de Planeta. Y si no lo habéis hecho, tranquilos: Panini publicará en dos tomos toda La Era de Apocalipsis original a lo largo de este año, para que no os perdáis ningún detalle.
Esta será una de las pocas series que me compraré y sólo por nostalgia. Creo que si las series de los X-Men fueran más de este estilo, también las coleccionaría, pero Carey y Bendis acabaron por destruir la franquicia. La única serie decente X fue Uncanny X-Force aunque el último arco que escribió Remender fue un asco.
Nunca fui un Marvel Zombie por lo tanto creo que de esta compañía hay tan pocas series que leer cómo en DC. Pero mientras cómics malos vendan mucho estamos condenados a que las revistas buenas duren poco tiempo en el mercado.
La Nueva Patrulla-X es un placer culpable para mí. Es una gozada, aunque siga teniendo problemas arrastrados desde los Carey, Brubaker, Fraction y Bendis.
Ningún comíc que lleve en los créditos las palabras Gerardo Sandoval merece ser recomendado.
No, lo siento pero no. Es un dibujante muy malo y no es una cuestión de gustos, es objetivamente malo y luego me podrá salir alguien que diga que le gusta. Pues vale, te gusta un dibujante malo. No pasa nada, pero asúmelo, tienes mal gusto.
Bueno, el gusto por los dibujantes es como la educación: no todos tenemos la misma.
Tengo un comentario negativo al margen del horror de dibujo. Para mi, un estilo que ojalá desapareciese del cómic de superhéroes o, al menos, lo hicieran los que lo ejecutan con un nivel tan bajo como Sandoval.
¿No hay un editor que le explique a Nicieza que
NO puede matar a Lord Apocalipsis
si Hickman lo va a utilizar en la batalla final de Doomstad?
Vamos un editor que trabaje, aunque sea algo que no importe a casi nadie.
Si te das cuenta, el Maestro en Futuro Imperfecto también tiene un destino muy diferente al de la serie principal. Sin embargo, desde la editorial nos dicen que bien pueden ser otros personajes, u otros períodos temporales dentro de los 8 años que pasan en Latverion.
Sin embargo, ese punto negativo se repite en algunas miniseries y son detalles que despistan al lector y no son precisamente interesantes.
No he leído la del Maestro, pero si me dices eso igual. Y la editorial podrá decir misa pero no pueden ser personajes distintos porque aparecen en la batalla final como los señores de sus dominios. Y otra cosa no, pero en detalles de cada región de Battleworld no han escatimado. Con respecto a otro periodo temporal, ciertos finales son bastante absolutos
En definitiva, los tie-ins son lo que son en este evento, una excusa para volver sobre algún what-if del pasado editorial. La pena es que, con un poco de coordinación editorial se podría haber cuadrado una historia mucho más redonda.
Y yo creo que precisamente el respeto a sus propias reglas y la coherencia interna que aquí se echa en falta es la clave de cualquier universo de ficción, especialmente si es mayoritariamente scifi.