Primera Parte: Vida y obras de John McClane
que se debe a su cargo…
y tengo trabajo que hacer»
El cine de acción moderno fue el sucesor de los thrillers y películas policíacas estadounidenses de los años setenta, ligadas al género negro y protagonizadas por auténticos hombres curtidos en los bajos fondos de personalidad dura, fría y necesariamente cínica. Eran los crudos tiempos de la Guerra Fría, la de los movimientos anti-bélicos opuestos a la Guerra de Vietnam y los del escándalo del caso Watergate que acabarían con la dimisión de Richard Nixon como Presidente de los Estados Unidos. En este ambiente nacería el antihéroe por excelencia del cine de la época, el inspector Harry Callahan interpretado por Clint Eastwood en la película Harry el Sucio (1971) de Don Siegel, un rol decisivo para el género de acción del que se acabaría derivando un subgénero de justicieros movidos normalmente por la venganza y su personal sentido de la ley. Por otro lado, no es casualidad descubrir como los actores protagonistas de este tipo de filmes también eran habituales, cuando no grandes iconos, de un género como el western que en estos años ya había comenzado su periodo de decadencia, porque en este mismo se encuentra la semilla del cine de acción moderno estadounidense. La evolución del género en los años ochenta, con las representativas e influyentes sagas de Arma Letal (1987) de Richard Donner y La Jungla de Cristal (1988) iniciada por John McTiernan, harían de la figura del antihéroe, entre explosiones y tiroteos varios, la absoluta estrella y protagonista de este tipo de filmes.
En el caso de La Jungla de Cristal tenemos una cinta convertida en referencia insalvable para el cine de acción de finales de los años ochenta y también de los noventa, una película con la que el actor Bruce Willis alcanzaría el estrellato después de su participación en la serie de televisión Luz de Luna (1985-1989) junto a Cybill Shepherd y su tibio debut previo en la gran pantalla con Cita A Ciegas (1987) y Asesinato en Beverly Hills (1988) dirigidas ambas por un director como Blake Edwards que había vivido tiempos mejores. El detective John McClane del Departamento de Policía de Nueva York al que daría vida Bruce Willis lo cambiaría todo, un héroe a su pesar, siempre en el lugar equivocado en el momento más inoportuno y enfrentado recurrentemente al grupo terrorista de turno. Esta simple pero interesante premisa se convertiría en el punto de partida de la saga y habría de ser transplantada al género de acción de lo noventa en dónde se reproduciría en multitud de títulos a mayor gloria de iconos como Steven Seagal, Wesley Snipes o Jean-Claude Van Damme. La lista sería muy larga pero valga una muestra: Alerta Máxima (1992) de Andrew Davis, Pasajero 57 (1992) de Kevin Hooks, Speed (1994) de Jan de Bont, Muerte Súbita (1995) de Peter Hyams, La Roca (1996) de Michael Bay o Air Force One (1997) de Wolfgang Petersen. La mayoría de estas producciones asimilan la personalidad más superficial de La Jungla de Cristal, con el héroe aislado en un espacio reducido, con recursos limitados y asediado por una la potencial amenaza que aparentemente le supera.
Ven a la costa, estaremos juntos y lo pasaremos bien
El perfil de John McClane resultaría simple y llano en su puesta en escena aunque su caracterización no carece de matices interesantes resultando de una mezcla de llamativas referencias, un Harry Callahan menos artificioso y más humano, aunque con un cinismo complementario, basado en el detective Joe Leland de la novela Nothing Lasts Forever (1979) del escritor Roderick Thorp, renombrada posteriormente como Die Hard, y más parcialmente, en el Frank Malone de la obra 58 Minutes (1987) de Walter Wager. Esta génesisliteraria serviría como base para las dos primeras películas de la saga en las cuales se establecería el rol y condición de John McClane como cowboy moderno. Esto es patente en la original La Jungla de Cristal, en la misma estructura del film, una copia transplantada de las películas del género western inmortalizado por nombres como John Wayne, Gary Cooper o Clint Eastwood en las que un forastero nuevo llega a la ciudad y acaba encarándose con la banda de pistoleros que asedian a sus buenas gentes. En la definición del personaje, John McClane acaba aplicando su propia ley, enfrentándose incluso a aquellos que la representan, los guiños y referencias al western se acaban expresando en el mítico Yippie ki-yay, grito de guerra convertido en coletilla en sucesivas entregas de la saga y, en realidad, una expresión de jolgorio y algarabía usada a modo de saludo por los cowboys de mitad de siglo XIX. No hace falta ni comentar las conversaciones entre Hans Gruber, el magnífico villano interpretado por Alan Rickman, y John McClane en relación a este tema ni el hecho de que el nombre de nuestro héroe tenga cierta similitud fonética al del gran John Wayne.
El origen remoto de La Jungla de Cristal, como comentábamos antes, se encuentra en la novela de Roderick Thorp Nothing Last Forever pero esta era a su vez una secuela de The Detective (1966), una historia clásica de género negro, estableciéndose así la relación del cine de acción moderno con las películas policíacas estadounidenses de las que hablábamos al principio. De hecho, The Detective se adaptaría en 1969 a la gran pantalla, con Frank Sinatra interpretando a Joe Leland, el «verdadero padre» de nuestro John McClane, y fue el éxito de esta lo que motivó la continuación literaria de Roderick Thorp. Por supuesto, una de las referencias del escritor estadounidense sería la película El Coloso en Llamas (1974) de John Guillermin, lo cual ya indicaba su tendencia más directa a despegarse del género negro y detectivesco de la primera parte pero, con Frank Sinatra desentendido de la secuela, esta nunca llegaría a las salas de cine. No obstante, la productora Twentieth Century Fox, intentó entonces reconvertir el proyecto y rentabilizar sus derechos sobre la obra de Roderick Thorp, primero adaptándola como continuación del Commando (1985) dirigido por Mark L. Lester y protagonizado por el hiperbólico Arnold Schwarzenegger y, finalmente, modificándola y convirtiéndola en la definitiva La Jungla de Cristal de John McTiernan. Después del éxito de esta, pronto se empezaría a desarrollar una continuación, La Jungla 2: Alerta Rojade Renny Harlin repetiría esquemas tomando prestada la citada historia de Walter Wager 58 Minutes (1987) y conservando parte de esas sutilezas y subtexto deudor del western de la propuesta original.
John McClane (Bruce Willis) y Zeus (Samuel L. Jackson) jugando al Simon dice…
Sin embargo, estas sutilezas de la película original se irían perdiendo a lo largo de la saga, con un John McClane intentando aclimatarse continuamente a los nuevos tiempos y tendencias, convertido así en el eterno policía de Nueva York capaz de enfrentar y revolver las situaciones que nadie más puede, un héroe por resignación, con una relación familiar eternamente difícil y conflictiva. El creador original de la saga, John McTiernan, retomaría al personaje en La Jungla de Cristal: La Venganza, ya muy alejada de sus orígenes pero respetando la esencia misma del personaje que había ayudado a encumbrar. En un primer momento esta tercera parte tomaba como punto de partida un guión original, nombrado en su día como Troubleshooter, la historia había de seguir las desventuras John McClane enfrentado a unos terroristas que tomaban el crucero en el que casualmente se había embarcado para disfrutar de sus vacaciones. Pero, cuando ya todo estaba dispuesto para iniciar el rodaje, Steven Seagal llegaría inesperadamente para arruinar los planes de John McClane con el estreno y correspondiente éxito de Alerta Máxima (1992) de Geoff Murphy en la que participaba el malogrado actor estadounidense. Esto hizo a los productores de la Twentieth Century Fox dar rápidamente marcha atrás ante las similitudes de la película de Steven Seagal con la propuesta en la que habían estando trabajando y desarrollando en los últimos meses.
No obstante, este guión no se desecharía completamente, se acabaría convirtiendo en la futura Speed 2 (1997) del holandés Jan de Bont que ya había dirigido en su día la primera parte de esta película protagonizada por el Keanu Reeves «pre-Matrix» y, también vale la pena recordar, el hecho de que este realizador trabajase anteriormente como director de fotografía de La Jungla de Cristal. Después de este contratiempo, barajando varias posibilidades, La Jungla de Cristal: La Venganza readaptaría a mayor gloria de John McClane un guión titulado Simon Says que tendría que haber sido la base de la próxima película del fallecido Brandon Lee pero que frustraría su fatídica participación en El Cuervo (1993) de Alex Proyas. En un principio, debido a la trágica muerte del hijo de Bruce Lee, el guión había comenzado a ser reescrito de cara a convertirse en cuarta parte de la saga Arma Letal pero, por entonces, Mel Gibson estaba enfrascado en su carrera como director con el rodaje de su premiada y alabada Braveheart (1995) y su desentendimiento del proyecto acabo, finalmente, derivando en la nueva aventura de John McClane. En esta secuela, la apuesta por ampliar el marco de acción del personaje y el hecho de aliarlo con el sidekick interpretado por Samuel L. Jackson sería ya significativo del nuevo enfoque de la saga pasando John McClane de sus modestas raíces como cowboy, aunque los pequeños guiños seguirían presentes, a transformarse prácticamente en un superhéroe resistente a todo lo que le echasen.
Bruce Willis como John McClane en un momento de La Jungla 4.0.
Esto sería aún más evidente de La Jungla 4.0. dirigida por Len Wiseman, en la que John McClane era el único que podía salvar el país del auténtico caos y, de paso, a su propia hija, enfrentándose en su camino a «hombres ardilla» y asesinas chinas, derribando helicópteros sin balas o montando a pelo un caza de ejército. En el reparto la figura del sidekick quedaría ya fijada, en este caso con Justin Long como acompañante, cuya faceta como hacker relacionada con la trama encajaba con una película con un tono más limpio y aséptico que restaba cierto cinismo y rebeldía al personaje. En este caso, La Jungla 4.0., se inspiraría en un artículo titulado A Farewell to Arms escrito por el periodista John Carlin para la prestigiosa revista Wired el cual se centraba en el terrorismo virtual en la era de la información y en las consecuencias que este podría tener en el futuro cercano. Esto derivó en la propuesta de guión de Mark Bomback y David Marconi, con un John McClane auténtico héroe crepuscular, enfrentado y renegado del mundo moderno, en una película en la que la esencia del personaje se veía algo trastocada pero dejando, al menos, una cinta de acción muy disfrutable. No obstante, este perfil derivaría y sería llevado a su más catastróficas consecuencias en la última y reciente entrega de la saga, La Jungla de Cristal: Un Buen Día Para Morir, con John Moore en tareas de dirección en una película en la que el personaje se acaba por diluir y desaparecer totalmente de la pantalla. Esto, teniendo el cuenta el 25 Aniversario de John McClane este mismo año, no deja de ser una mala jugada pero, como consuelo, nos quedan sus mejores películas de las que haremos un pequeño repaso a continuación.
-Es una lástima, pero esta vez John Wayne no se quedará con Grace Kelly.
-Ése fue Gary Cooper, inculto.
La Jungla de Cristal (1988)
La película que lo comenzó todo, un clásico del cine de acción de finales de los años ochenta, La Jungla de Cristal fue un inesperado éxito en el cual se aglutinaban una serie de interesantes y entretenidas virtudes. De esta manera, en la cinta dirigida por John McTiernan, el cual había firmado un año antes un clásico de la época como Depredador (1987) con Arnold Arnold Schwarzenegger, encontramos un héroe humano y carismático como John McClane, un villano elegantemente antológico encarnado por Alan Rickman, unos diálogos pulidos y llenos de humor negro y cinismo acompañando a una trama sencilla pero llena de tensión y escenas inolvidables en las que se elude conscientemente la tendencia del género a los clichés fáciles o a la acción excesivamente sobredimensionada y anabolizante. Todo esto sin olvidar ese subtexto anteriormente comentado, relacionado tanto con sus raíces afincadas en el género negro como con sus paralelismos con el western clásico, y que ofrecen al conjunto ese toque de distinción que nunca se pudo reproducir con éxito en sus secuelas.
Dirección: John McTiernan Guión: Jeb Stuart y Steven E. de Souza (Novela: Roderick Thorp) Música: Michael Kamen Fotografía: Jan de Bont Reparto: Bruce Willis, Bonnie Bedelia, Alan Rickman, Alexander Godunov, Paul Gleason, Reginald Veljohnson Año: 1988 Duración: 131 minutos Productora: Twentieth Century Fox Film Corporation
¿Qué activa antes el detector de metales, el plomo de tu culo o la mierda de tu cerebro?
La Jungla 2: Alerta Roja (1990)
Después del éxito de La Jungla de Cristal muchos aficionados no concebían una secuela de la película, menos aún podían pensar en la saga en la que llegaría a convertirse, pero la productora Twentieth Century Fox lo tenía muy claro y se lanzó a repetir la misma jugada, con los mismos elementos en juego, con Bruce Willis abrazando el estrellato y regresando por la puerta grande al papel por el que sería asociado en lo sucesivo. El director John McTiernan, al no verlo muy claro, optó por dirigir La Caza del Octubre Rojo (1990), su improvisado sustituto sería un Renny Harlin que venía de rodar la cuarta parte de Pesadilla en Elm Street (1988) y que se encargaría de las tareas de dirección intentando mimetizar las virtudes y aciertos del filme original. No obstante, pese a ser la cinta más próxima a La Jungla de Cristal, normalmente, La Jungla 2: Alerta Roja de Renny Harlin se considera injustamente como una de las entregas más flojas de las aventuras de John McClane, y posiblemente esto sea debido precisamente a sus correspondientes similitudes y la proximidad entre ambas propuestas.
Dirección: Renny Harlin Guion: Steven E. de Souza y Doug Richardson (Novela: Walter Wager. Personajes: Roderick Thorp) Música: Michael Fotografía: Oliver Wood Kamen Reparto: Bruce Willis, Bonnie Bedelia, William Atherton, William Sadler, Reginald VelJohnson, Franco Nero, Dennis Franz Año: 1990 Duración: 124 minutos. Productora: Twentieth Century Fox Film Corporation
Tiré a su hermano pequeño desde el piso 32 de la Torre Nakatomi de Los Angeles. Supongo que está un poco cabreado por eso.
Jungla de Cristal: La Venganza (1995)
Los cinco años de separación entre La Jungla 2: Alerta Roja y La Jungla de Cristal: La Venganza se hacen notar en todos los aspectos de esta película, influenciada paradójicamente por sus propias imitadoras, con un ritmo frenético favorecido por una trama más sencilla, menos compleja que anteriores entregas, pero ligada argumentalmente a la película original dirigida por el mismo John McTiernan hacía ya siete años. La cinta tiene la habilidad de ponernos en situación rápidamente y logra no hacernos sentir como ajeno el elemento del héroe acompañante interpretado por un entrañablemente malhablado Samuel L. Jackon ni repudiar al villano megalómano de Jerery Irons. No obstante, la segunda parte de la película parece desvirtuarse, John McClane desparece a ratos de la pantalla para dar pie a otras tramas, y la película se resiente cuando la premisa «Simon dice» es sustituida por la simple y llana testosterona. Esto hace que su final parezca precipitado e incluso algo anticlimático pero, en términos generales, La Jungla de Cristal: La Venganza es la mejor secuela de la saga.
Dirección: John McTiernan Guión: Jonathan Hensleigh (Personajes: Roderick Thorp) Música: Michael Kamen Fotografía: Peter Menzies Jr. Reparto: Bruce Willis, Jeremy Irons, Samuel L. Jackson, Larry Bryggman, Graham Greene Año: 1995 Duración: 130 minutos Productora: Twentieth Century Fox Film Corporation
-¡Se ha cargado un helicóptero con un coche!
-No me quedaban balas…
La Jungla 4.0. (2007)
La necesidad de ir siempre un paso más allá convirtió a La Jungla 4.0. en la película más espectacular de la saga, con escenas en las que John McClane realiza verdaderas proezas heroicas y apelando de forma más constante a la suspensión de la incredulidad del espectador y aficionado. La Jungla 4.0. en una película con grandes dosis de entretenimiento, más aséptica y limpia que sus predecesoras, incluso en su lenguaje verbal -aunque esto es algo corregido en gran medida en el doblaje español-, atreviéndose a romper definitivamente con la estética visual de sus predecesoras. Pero, en definitiva, La Jungla 4.0. no deja de ser la simple adaptación de la misma premisa de las anteriores entregas al cine de acción realizado por Hollywood en la última década. De esta manera, la esencia del personaje pervive ahora como héroe crepuscular, consciente ya de un destino cíclico y entregado a la pura y llana diversión. El fichaje de Mary-Elizabeth Winstead interpretando a la hija de John McClane es todo un acierto, mientras Justin Long, Timothy Olyphant o Maggie Q cumplen con sus papeles.
Dirección: Len Wiseman Guión: Mark Bomback (Historia: Mark Bomback, David Marconi. Personajes: Roderick Thorp) Música: Marco Beltrami Fotografía: Simon Duggan Reparto: Bruce Willis, Justin Long, Timothy Olyphant, Maggie Q, Mary-Elizabeth Winstead, Cliff Curtis, Kevin Smith Año: 2007 Duración: 128 minutos Productora: Twentieth Century Fox Film Corporation
Estoy aquí de vacaciones
La Jungla de Cristal: Un Buen Día Para Morir (2013)
La última y reciente encarnación de John McClane en la gran pantalla deja un balance realmente decepcionante, demostrando el agotamiento de la franquicia y la necesidad de reinterpretarla de cada al futuro y devolverla a sus orígenes si la edad aún se lo permite a Bruce Willis. El resultado de esta entrega es realmente pésimo, en ningún momento John Moore, artesano y mediocre cineasta, logra hacernos creer que ese personaje carente de fuerza y carisma que aparece en pantalla sea el John McClane de antaño. La premisa podría haber sido interesante, con el personaje fiel a sus raíces de la vieja escuela, mientras su hijo, Jack McClane, se identifica con el género de acción puesto de moda a principios de siglo con el Jason Bourne de Matt Damon, pero este punto de partida en ningún momento llega a desarrollarse en la trama optando por una relación paternofilial plana e insulsa. La película carece de ritmo, ofreciendo en sus primeros compases la persecución de coches más aburrida de la historia del cine, y sus giros de tuerca y villanos amantes de las zanahorias no invitan a implicarse en la historia.
Dirección: John Moore Guión: Skip Woods (Personaje: Roderick Thorp) Música: Marco Beltrami Fotografía: Jonathan Sela Reparto: Bruce Willis, Jai Courtney, Mary Elizabeth Winstead, Cole Hauser, Sebastian Koch, Amaury Nolasco Año: 2013 Duración: 97 minutos Productora: Twentieth Century Fox Film Corporation
Segunda Parte: Reinterpretando a John McClane
Guión: Howard Chaykin
Dibujo: Stephen Thompson y Gabriel Andrade Jr.
Edición España: Panini Cómics
Contiene: Die Hard: Year One 1-8 USA
Formato: Tomo cartoné de 192 páginas
Precio: 19,95€
Valoración:
un día horrible, en un verano horrible…
dentro de un año realmente horrible»
En un mundo como el de la viñeta, tan abierto a las influencias y las adaptaciones de todo tipo de género y condición, puede resultar sorprendente comprobar cómo un personaje tan tridimensional como John McClane, pese a su implícita fama y éxito, no hubiese pisado las viñetas de los cómics aún a principios de este siglo XXI. Esto, seguramente, pueda estar relacionado con el exceso de celo de Twentieth Century Fox por los derechos de su gallina de los huevos de oro, o puede ser una simple casualidad, pero, sea como sea, en 2009 BOOM! Studios le acabaría poniendo remedio a esta situación al plantear una nueva serie que habría de servir como precuela a la película original de La Jungla de Cristal (1988) de John McTiernan. En este año uno, al que todo héroe puede remitirse, desde Batman a James Bond, conoceríamos algunos detalles de la vida pasada de John McClane y sus primeros pasos como oficial de policía novato en las calles de Nueva York antes de hacerse famoso con sus actos de heroísmo en la Torre Nakatomi de Los Angeles. La nueva serie, de escaso recorrido, apenas ocho números, sería guionizada por un autor de la talla de Howard Chaykin, contando en el apartado gráfico con el trabajo de Stephen Thompson y Gabriel Andrade Jr., y a día de hoy supone más una curiosidad de cara al aficionado que un cómic que haya marcado un antes y después en la mitología del personaje.
El género de acción, en estado puro, raramente se encuentra en las páginas de los cómics, por supuesto hay multitud de propuestas relacionadas con él pero, normalmente, suele ofrecer mejor resultados ligado, por ejemplo, a las historietas de género negro o de corte superheroico. Esto pudo haber pensado Howard Chaykin al abordar su trabajo en La Jungla de Cristal: Año Uno, o simplemente la libertad que le ofrecieron fue suficiente para llevar el relato a su terreno, al género negro, a los callejones sucios y húmedos, las ciudades corruptas en las que parece escucharse de fondo los acordes de alguna pieza de jazz. Posiblemente, aventurémonos a pensar, la saga de La Jungla de Cristal no sea una de las debilidades personales de este autor, o la búsqueda de cierto realismo y necesidad de reinterpretar los orígenes del personaje sin crear ningún tipo de estridencia con lo visto en la cronología de las películas le supuso abordar la empresa con un perfil diferente y excesivamente bajo. Por una cuestión o por otra, antes de abordar la lectura de La Jungla de Cristal: Año Uno, conviene tener en cuenta que los verdaderos aficionados del personaje podrían sentirte verdaderamente decepcionados al no encontrar lo esperado en estas historias y, por tanto, esta puede no resultar una lectura adecuada para ellos.
La propuesta de Howard Chaykin es todo lo opuesto a la acción adrenalítica repleta de continuas escenas de explosiones y tiroteos que encontramos en las películas y, en cambio, sí parece remitirse más directamente a las raíces más remotas del personaje cuando aún no era ni una probable idea de la novela Nothing Lasts Forever (1979) de Roderick Thorp. En este caso, Howard Chaykin opta por una monocorde narración en primera persona, con multitud de cajetines de texto expresando los poéticos y reflexivos pensamientos omniscientes de John McClane, una carta de amor abierta a la ciudad de Nueva York ambientada en los años setenta, aún con la herida abierta de la Guerra de Vietnam, en la que los villanos, terroristas y ladrones, a los que se enfrenta el protagonista siempre calzan una ridícula estética hippie. Esto convierte a La Jungla de Cristal: Año Uno en una lectura extremadamente pausada, con un ritmo que se recrea en la, por otro lado, lograda ambientación de Howard Chaykin, un reinvención medida, con tramas que conectan convenientemente y de forma algo simplista todos sus puntos sin lograr en ella atisbar mínimamente al John McClane de John McTiernan, menos aún al de Len Wiseman, más allá de sus facciones tomadas directamente del rostro del actor Bruce Willis.
No es una mala historia la que nos propone Howard Chaykin, simplemente correcta, sin alardes ni puntos destacables, rozando la mediocridad en muchas de sus partes y, lo más importante, no encaja en lo que sería, en mayor o menor medida, una historia con los elementos y características propios de la saga de La Jungla de Cristal. Si conseguimos abstraernos de eso podemos acercarnos a este relato con cierto halo de curiosidad, una obra en la que los dibujantes Stephen Thompson y Gabriel Andrade Jr. practican un dibujo sobrio y realista, acorde con la gris propuesta de Howard Chaykin, incluso, posiblemente por el efecto de las fuentes fotográficas utilizadas, cuesta no imaginarse a este John McClane utilizando peluquín. En definitiva, este cómic esta a un solo paso, como John McClane del alcoholismo, de parecerse en algo al referente del que pretende hacerse pasar por precuela; no consigue estar a la altura del nombre porque su espíritu no tiene nada que ver con el de ese famoso oficial de policía de Nueva York eternamente en el lugar equivocado en el momento más inoportuno. Ni siquiera esperéis leer un «Yippee-ki-yay, hijo de puta» en las páginas de esta obra aunque, eso sí, John McClane sólo necesita de ocho capítulos para decir aquello de «y así es como conocí a vuestra madre».
Bua, fantástica reseña para fantástico personaje.
El cómic ha estado rondando por mi cabeza en varias ocasiones, antes de ser sepulado por las mil cosas que tengo pendientes. Y la quinta peli…no me consta que exista una quinta peli 😉 De las que sí existen:
-La Jungla de Cristal: me fascina esta peli. Me asombra como determinada aleación de determinados elementos que resultan tan vacuos en otras pelis del género dan forma a una peli tan icónica. Y jodidamente buena. Para mí la mejor de este tipo de cine.
-La Jungla de Cristal 2. Alerta Roja: gran debilidad mía. Creo que es la que mejor mantiene el «espíritu McLane» tal como lo entiendo. Y el fucking Dennis Franz, que si McLane es Dios, este pavo es su profeta.
-La Jungla de Cristal 3. La Venganza: fue la primera que vi (de cuando era joven y aún podía empezar algo sin ser por el principio…que tiempos aquellos), y me flipo la estructura a lo «Simón dice» y que todo fuera (SPOILER si algún infraser no la ha visto) una engañifa para pillarse el oro (fin del SPOILER, tío menosmola). Y aún lo hace.
-La Jungla 4.0: John pierde muchas de sus señas de identidad en esta peli, pero aún es bastante disfrutable, y hay suficiente eco del verdadero McLane( tanto en Brius como en la hija) para ser parte de la saga.
Mi orden sería precisamente ese, 1ª, 2ª, 3ª, 4ª.
Mi orden es 3ª, 1ª y Dennis Franz.
Gran reseña.
Las otras dos, caca de la vaca.
No creo que ni Van Damme ni Steven Seagal encajen para nada en el arquetipo representado en esta película. La jungla de cristal es un POM del cine de acción que deja a la mayoría de películas de su género por los suelos y desde luego ninguna película de estos dos le llega ni a la suela de los zapatos.
Pero es que además ninguno de los personajes interpretados por ellos (sobretodo por el segundo) encajan en ese esquema de héroe a su pesar. Jamás he visto a Steven Seagal sudar si quiera en ninguna de sus películas. En cuanto entra en escena abofetea, humilla, rompe brazos, piernas, saca ojos y de hecho casi mejor que seas un pringaete porque te dará una colleja y te irás a casa (o al trullo) con eso, porque como encima te sepas defender mínimamente y plantes cara raro será que no pierdas funcionalidad de algún órgano, antes de palmar por supuesto. Steven Seagal me da asquito y en sus pelis yo iba siempre con los malos. No es por nada, pero poner a Alerta Máxima como exponente del género al lado de películones de acción como La Roca o Speed me parece que es tratarle con demasiada benevolencia.
Gracias por los comentarios 😉
«Y la quinta peli…no me consta que exista una quinta peli»
De eso mismo intento convencerme yo. Y conste que si le he puesto estrella y media es porque el programa, por alguna extraña razón, no me deja puntuarla por menos :/
Mi lista empieza por La Jungla de Cristal, la primera, indudablemente, y luego la verdad, disfruto casi por igual de las otras tres secuelas, cadauna tiene su punto, aunque la cuarta se reconoce que le falta algo de la mala leche del personaje…
«No creo que ni Van Damme ni Steven Seagal encajen para nada en el arquetipo representado en esta película.»
«No es por nada, pero poner a Alerta Máxima como exponente del género al
lado de películones de acción como La Roca o Speed me parece que es
tratarle con demasiada benevolencia.»
Bueno, conste, que yo no los equiparo en el artículo, lo que comento es que la influencia de La Jungla de Cristal en el género de acción se hace notar en películas en los que estos han participado (independientemente de su calidad). Y, como ya apunto, estas no suelen estar a la altura porque simplemente copian lo que hay en la superficie, cualquier personaje de Steven Seagal dista mucho de John McClane pero Alerta Máxima y su secuela sí siguen un esquema deudor de La Jungla de Cristal. Y más claro me parece Muerte Súbita, desde luego, el personaje de Jean-Claude Van Damme no tiene el carisma de John McClane, pero en este caso si vemos incluso el concepto de «héroe a su pesar» y una historia en la que el personaje no es una máquina de matar sino que «se las arregla como puede».
Yo personalmente siempre pensé que la conclusión lógica de La Jungla de Cristal debía ser El Último Boy Scout. Lo que sería ya un John McClane totalmente pasado de vueltas.
Dicho esto, comentar que no tenía ni idea de todos esos tejemanejes holywoodienses en los que guiones se hacen, se desahacen y se rehusan para otras películas pensadas para otros personajes. Me parece realmente curioso.
Y en cuanto a las pelis en sí. La primera por supuesto es la mejor, pero como dice la reseña la segunda es la más injustamente tratada, ya que si bien pierde el hecho de ser la original, mantiene todo el resto de elementos que hicieron grande a la primera. La frase escogida es de las mejores, pero yo hubiera puesto otra que resume mejor la película: «¿como coño me puede pasar lo mismo dos veces?» Es decir, más adelante, tras 5 películas parece habitual que el personaje se encuentre en situaciones extremas cual superhéroe, pero en ese momento parecía que era un gafe al que algo imposible le había vuelto a pasar por segunda vez.
Como ya comentamos hace poco cuando surgió este tema a raíz del estreno de la quinta, a partir de ahí la saga perdió progresivamente identidad, aunque el personaje conservaba sus características. La tercera todavía mantenía algo de eso y resultó también ser una gran película de acción, sin embargo la cuarta se salí totalmente del esquema iniciado en su día. Eso sí, John McLane seguía siendo John McLane y al final lograban que la peli fuera una entretenida cinta de acción. De la quinta… pues para qué vamos a hablar eso no es la jungla ni es nada.
Mención aparte merece lo del título dado en España. Personalmente creo que para la primera película queda apropiado y más poético que un simple «duro de matar», pero desafortunadamente pierde todo su sentido en las secuelas, y supongo que en nuestros amigos del otro lado del charco despertará cierta gracia.
«Yo personalmente siempre pensé que la conclusión lógica de La Jungla de Cristal debía ser El Último Boy Scout.»
Na, na, na. La conclusión lógica de La Jungla de Cristal es…¡McLane del Futuro! También conocida como El Quinto Elemento 😉
«En cuanto entra en escena abofetea…»
¡Cómo luxa, cómo luxa el tío!
Jordi, el tema es que con Casey Rayback, el personaje de Steven Seagal en Alerta Máxima, puede que intenten seguir el esquema de lo que le pasa a McLane, pero mientras el uno sangra, llora, sufre y como dices tú se encuentra con recursos limitados ante una situación que le supera en el caso del otro la situación se aplica a la inversa, los que lloran, sangran y sufren y se encuentran con una situación que les supera son Tommy Lee Jones y compañía.
Pero vamos, esto más que una crítica a tu (grandísimo) artículo, es una reflexión en voz alta poniendo a parir al coletas ese.
se rehusan para otras películas
Ugh, antes de que aparezca Reverend por ahí para crucificarme (insisto, por eso habría que dar la posibilidad de editar comentarios) ya me flagelo yo solo un ratito.
¡REUSAN!
«Na, na, na. La conclusión lógica de La Jungla de Cristal es…¡McLane del Futuro! También conocida como El Quinto Elemento»
John McClane nunca llevaría esas pintas 😛
«Jordi, el tema es que con Casey Rayback, el personaje de Steven Seagal
en Alerta Máxima, puede que intenten seguir el esquema de lo que le pasa
a McLane, pero mientras el uno sangra, llora, sufre y como dices tú se
encuentra con recursos limitados ante una situación que le supera en el
caso del otro la situación se aplica a la inversa, los que lloran,
sangran y sufren y se encuentran con una situación que les supera son
Tommy Lee Jones y compañía.»
No, si tienes toda la razón, sólo quería que quedase claro que no alabo algo de Steven Seagal, me dolería que pensase eso la gente xD De hecho, considero que su mejor película es Decisión Crítica, y si sois aficionados al género sabréis el porqué xD
Otro debate interesante sería hacia dónde va a ir el cine de acción de verdad (no la ciencia ficción+acción o el pijamero), contemporáneo, ¿se consolidarán por fin The Rock y Vin Diesel o seguirán siendo unos Chuaches de serie B? ¿El modelo será el hipster ultracool de Ryan Gosling de Drive y las futuras Only God Forgives y Cruce de caminos?
A mi la 2 no me mola tanto. Así que la sustituyo por «El último BoyScout» y arreando 😀
jejejeje
Gran articulo
La 2ª a mi me resulta aburridilla…Mira que la 4 es peor, pero es más divertida. La 5ª no la he visto, algún día si me da por ahí…
La duda de cuál es mejor se queda entre la 1 y la 3, no creo que fuese capaz de elegir.
«¿El modelo será el hipster ultracool de Ryan Gosling de Drive y las futuras Only God Forgives y Cruce de caminos?»
Para mí, como siempre digo, Drive es una película de acción para gente acomplejada por ver películas de acción. Trama y argumento trillado, visto mil veces mejor en otras películas del género, y aburrida, porque sale Christinna Hendricks porque sino yo no veo nada rescatable…
Me parece que el género de acción va hacía la pauta marcada por Jason Bourne y James Bond, más introspección del héroe, menos anabolizantes, acción más estética…
Bueno, yo creo que el argumento de Drive es trillado a
sabiendas, es un homenaje a mil películas, pero lo que vale la pena de ella es la
“estética”, la música, la fotografía, el baño de “modernidad” que le da a un
modelo archiclásico. Y aparte de la Sra Hendricks, la escena del ascensor ya se
ha convertido en una de las escenas “míticas” del cine de los últimos años. Muy
buen apuntado lo de Bourne, de hecho los últimos Bond es Bond si hubieran
reclutado a Jason Bourne para ser Bond.
La segunda parte siempre me pareció un Remake nada disimulado (y más comercial) de la primera Jungla.
No está mal pero es más de lo mismo.
La primera seguía el modelo del heroe luchando en solitario contra un entorno hostil, algo que habíamos visto en Rambo o Predator. La tercera era una buddy movie que cogía bastante de Arma letal. Cada una en su estilo estarían a la par si no fuera porque porque la parte final de la tercera está mal resuelto.
Otro debate interesante sería hacia dónde va a ir el cine de acción de
verdad (no la ciencia ficción+acción o el pijamero), contemporáneo, ¿se
consolidarán por fin The Rock y Vin Diesel o seguirán siendo unos
Chuaches de serie B? ¿El modelo será el hipster ultracool de Ryan
Gosling de Drive y las futuras Only God Forgives y Cruce de caminos?
El futuro, más bien el presente, del cine de acción tiene un nombre y se llama Jason Statham.
la escena del ascensor ya se
ha convertido en una de las escenas “míticas” del cine de los últimos años
A mí me puso malo del estómago, es la escena más bestia que he visto fuera de una splatter movie. Tengo un trauma desde entonces.
La escena del ascensor, pues si que os dejáis impresionar pronto, no me parece ni mucho menos mítica, de hecho, ya ni me acordaba de ella he tenido que tirar de youtube; eso ya lo hizo John McClane en la tercera con tres tíos a la vez y con más gracia. El problema para mí de Drive es que por mucho que Ryan Gosling se lo crea esta muy lejos de llegar a ser Clint Eastwood… Drive ya se hizo hace unos años bien hecha por el maestro y la película se llamaba Gran Torino. Pero, cierto, Bryan Cranston se sale, eso es innegable.
Hombre, es que la escena del ascensor de la Jungla 3 sí que es mítica, la otra es bastante más salvaje.
Jordi!! Cómo no has mencionado otra gran saga de acción ochentera como fue MAD MAX?
Por cierto, algún día me tendrás que explicar qué significan tus «Gracias por los comentarios » siempre me pregunto si llevan ironía o algún significado oculto…
Yo voy a hacer una reivindicación, (si bien no a ultranza), de la quinta y última parte. La verdad es que no tiene ni pies ni cabeza, pero me lo pasé genial. El absurdo por el absurdo, el desfase por el desfase, la set piece por la set piece en un tour de force más grandilocuente todavía y, por supuesto, más espectacular. Hay veces que sale mejor, como en la última de Misión Imposible, y hay veces que sale peor, como en esta última entrega de la Jungla, pero alguien preguntaba hacia dónde iba el cine de acción….pues hacia allí.
Veo que nadie ha hablado del cómic. Personalmente, tampoco voy a decir gran cosa, pues no me suscita mucho interés, salvo que me da penica ver a alguien como Howard Chaykin guionizando estas cosas alimenticias a estas alturas.
Bueno, no he mencionado Mad Max porque el artículo no trata sobre el cine de acción en general, sino tendría que mencionar otras muchas películas que no he hecho, me he limitado a mencionar las que creo que tienen alguna similitud o relación con La Jungla de Cristal.
Y, mis «Gracias por los comentarios» siginifica, sorpresa, «Gracias por los comentarios» xD Vamos, una forma de agradecer que alguien se pase, se lea el artículo o lo intente, y deje un comentario. No hay mensajes ocultos, ni al leerlo al revés pasa nada raro, sólo una forma de agradecimiento. Gracias por el comentario 😛
Nos estamos olvidando de que Silvester Stallone ha vuelto al cine de acción?? Para mí él es el presente, ahora mismo no me viene a la cabeza ni una peli de acción en los últimos años mejor que Los Mercenarios.
Si alguno me recuerda alguna se lo agradezco porque ya sólo veo las de superhéroes…
Lo triste es que seguramente lleves razón y todo…
No te creas, estamos ante un tipo que es (puede ser) la mezcla entre Clint Eastwood, Bruce Willis y Van Damme.
Vamos, que puede tocar todos los palos en el género. Eso no puede ser malo ni de coña.
Yo lo que se es que ese Bruce Willis duro de bañarse no tiene que hacer nada en una pelicula de la franquicia G.I. Joe que enserio la hicieron pedazos a pesar de tener un buen guion.