La Muerte de Superman

 

Edición original: The Death and Return of Superman Omnibus USA
Guión: Dan Jurgens y otros
Dibujo: Dan Jurgens y otros
Formato: Libro cartoné, 792 páginas, color
Precio: 40 €
Planeta DeAgostini

 

Es curioso cómo salen las cosas a veces…

"¿Por qué no lo matamos?", decía alguien de forma recurrente… Siempre había alguien que hacía la pregunta en las reuniones creativas de las series de Superman, pero nunca era tomada muy en serio… porque era una locura, claro está.

Y al final fue Lois la culpable de que se lo planteasen realmente, la culpable de su muerte. En serio, fue ella.

En el relanzamiento del personaje tras Crisis en Tierras Infinitas, John Byrne escribió su Superman: El Hombre de Acero desarrollando el romance por primera vez en la historia dejando fuera de la ecuación a Superman. El objeto del amor de Lois era Clark, el chico de Smallville, no Superman, el superhéroe. El concepto gustó a todos y en él quiso basar Warner Bros la serie de televisión Lois & Clark: Las Nuevas Aventuras de Superman, centrada en la relación de la pareja protagonista.

En 1992 los planes inmediatos para los títulos del Hombre de Acero pasaban por la esperadísima boda de Clark y Lois para da un empujón a los argumentos y atraer nuevos lectores, sin embargo… La compañía quiso coordinar la boda televisiva con la de los cómics, pero dado que la serie de televisión aún no había comenzado a emitirse, los guionistas y el editor Mike Carlin se vieron obligados a postergar el acontecimiento hasta nuevo aviso. De repente se encontraban con un hueco que cubrir en su planificación, y la pregunta mil veces antes formulada en las reuniones editoriales, y tantas veces tomada como broma, volvió a oirse en labios de Jerry Ordway. Y fue tomado en serio: "De acuerdo, ¿y después?"

Si habéis leido el coleccionable semanal de Planeta, Las Aventuras de Superman, podéis disfrutar plenamente de la saga. Si no, inevitablemente, habrá cosas que os sabrán a menos.

Poniéndonos al día:

La Supergirl que vemos en La Muerte de Superman tiene un extraño origen. Empeñado en que Kal-El fuese el último superviviente de Krypton, John Byrne la trajo de un universo de bolsillo que creó el Amo del Tiempo. En ese mundo no existía Superman, y cuando tres criminales kryptonianos escaparon de la Zona Fantasma, su Lex Luthor creó una forma de vida artificial con los poderes de Superman y capaz de cambiar de forma, para protegerse de ellos. Luthor la mandó a nuestro universo a pedir ayuda al Hombre de Acero, pero aunque consiguieron derrotar a los villanos no pudieron impedir la destrucción de esa Tierra paralela. Huérfana de todo, Supergirl fue traída a nuestro mundo, donde estableció una estrecha relación con nuestro Lex. Superman ejecutó a los tres criminales exponiéndolos a kryptonita de su universo (LAdS #21).

Atormentado por esa decisión, el Hombre de Acero se autoexilió al espacio. Durante esa época conoció a Mongul, dirigente de Mundoguerra, un planeta artificial construido para conquistar galaxias. Allí Superman luchó como gladiador en la arena de Mongul, venció en los juegos y derrotó al villano en combate, ganándose su eterna enemistad (LAdS #27).

En su estancia en Mundoguerra, Kal-El recibió su herencia de manos de un clérigo errabundo: el Erradicador es un artefacto de procedencia kryptoniana pero de orígenes desconocidos. Es uno de muchos dispositivos creados por una desconocida raza alienígena como método de conservación de culturas enteras. Uno de estos artefactos llegó a Krypton, donde su programación fue corrompida y ahora está dedicada a preservar el legado kryptoniano a cualquier precio.

Al descubrir la existencia del último superviviente de la civilización, trató de controlarle para convertir la Tierra en un Nuevo Krypton (LAdS #31). Huelga decir que pese a su insistencia no lo consiguió. Además, el aparato fue el responsable de la creación de la Fortaleza de la Soledad de Superman en la Antártida.

Hank Henshaw era un miembro de la tripulación de la lanzadera espacial Excalibur, junto a su esposa Terri y dos amigos. Su viaje acabó desastrosamente después de ser bombardeados por radiación cósmica, haciendo que el vehículo se estrellase. Los cuatro integrantes del equipo sufrieron mutaciones, muriendo todos excepto Terri, quien quedó traumatizada por la experiencia (LAdS #36). Hank pareció desintegrarse, pero poco más tarde Metropolis fue atacada por un ente incorpóreo capaz de controlar y manipular todo aparato electrónico. El ente era el desaparecido científico, descorporeizado. Sin embargo su presencia en la Tierra interfería con las comunicaciones del planeta, y sintiéndose rechazado Henshaw escapó a la matriz de nacimiento kryptoniana que trajo a Superman, en órbita constante, y fabricando una pequeña sonda se marchó al espacio profundo (LAdS #37).

La situación de Lex Luthor por entonces también era muy peculiar. Lex descubrió que la kryptonita es también nociva para los seres humanos a largo plazo, y lo hizo a las malas: después de tener que amputarse la mano por culpa de la prolongada exposición a su anillo de kryptonita, le fue diagnosticado un cáncer mortal. Luthor simuló su propia muerte, se clonó un cuerpo fuerte y joven al que transfirió su cerebro, y se hizo pasar por su propio heredero, Lex Luthor II. Habiendo hecho borrón y cuenta nueva de sus crímenes pasados, Luthor ha dejado a un lado su vida delictiva, aunque en el fondo sigue siendo el mismo canalla sin corazón.

Lois Lane… bueno, Lois es la culpable de que Superman muriera. 😉

Para acabar con Superman se optó por un enemigo cuya victoria no supusiera una derrota moral para el héroe. Es por ello que el culpable no fue un villano clásico, ni siquiera su opuesto natural, Lex Luthor, sino Juicio Final, creado para la ocasión. Juicio Final se presenta como un auténtico anti-Superman, inteligente como un animal salvaje, una imparable fuerza de la naturaleza que solamente quiere matar y con la que no se puede razonar. Su éxito "sólo" trae muerte. En Superman: Day of doom lo vemos claro cuando el héroe explicaba que lo que sintió durante la pelea fue miedo, temor a perder y que el monstruo continuase su ola de destrucción sin que nadie pudiese detenerle.

El arco argumental que enfrentó a Superman con Juicio Final a lo largo y ancho del país hasta llegar a Metropolis se convirtió en un previsible éxito de ventas. El golpe de efecto fue dado y la atención de todo el mundo se dirigió a los cómics, y eso no fue tan previsible. De repente Superman y su muerte estaba en boca de todos, Saturday Night Live le dedicó un impagable sketch, gente que no leía cómics nunca se acercó para ver qué había ocurrido con el héroe más famoso del mundo.

La portada de Superman v2 #75 se convirtió en un icono, y se publicó un ejemplar del ficticio Daily Planet con la noticia de la muerte de Superman, con todo el contenido de un periódico.

Compusieron la típica muerte de héroe, con el protagonista sacrificando su vida por los demás. Sólo que esta vez no era un personaje cualquiera. Esta vez era Superman.

A la muerte siguió el funeral, por eso de no dejar el cuerpo descomponiéndose por ahí. El suceso ya había trascendido. Las viñetas de Roger Stern para Superman #75 sirvieron de base a una colección de trading cards y se escribieron infinidad de artículos sobre el tema. DC publicó un ejemplar de la revista de actualidad Newstime, también ficticia, con artículos y entrevistas a ciudadanos de Metropolis y héroes hablando del suceso.

Muchos se llevaron las manos a la cabeza, sin querer ver que matar a Superman era solamente el principio de la historia, ni de lejos el final. Ahora era el momento de valorar los daños… En la parte central de la historia, Funeral por un amigo, conocemos el dolor de la pérdida, asistimos a los vanos intentos de algunos por reanimar al héroe, lógicamente acudimos a su funeral, y vemos a sus padres y Lois sufriendo en soledad, pues debido a lo mediático del evento no pueden llorarle como a un hijo, como a un prometido.

Diferentes personajes, cada cual a su manera, intentarán llenar el vacío dejado por Superman. El propio Luthor utiliza los medios de que dispone para aliviar el dolor de la ciudad. Espina y Gangbuster aumentarán su actividad anticriminal, y hasta Bibbo dejará por un tiempo su bar para atrapar maleantes.

El trauma y la frustración llevarán a Jonathan Kent a un viaje de ultratumba para intentar recuperar a su hijo. En él se encontrará con personajes sobrenaturales de DC como son Kismet o la diabólica Blaze. Su viaje tendrá éxito, más o menos.

Adventures of Superman #500 cierra el periodo de luto, pero no lo hace trayendo de vuelta a Superman, sino presentando a cuatro nuevos personajes que podrían serlo, para confusión de Lois y entretenimiento de los lectores. Cada uno de ellos protagonizó uno de los títulos de la familia, el que más se adecuase a sus características: el obrero con armadura John Henry Irons fue el protagonista de Man of Steel, el frío ser que residía en la Fortaleza de la Soledad lo fue de Action Comics, el joven Superman voló en las páginas de Adventures of, y el inquietante cíborg vivirá su historia en la serie titulada simplemente Superman.

Las cuatro series, después de una larga temporada cruzándose entre sí, se separan temporalmente para dar el adecuado protagonismo a los recién llegados. El hecho de que esos personajes hayan perdurado es signo del buen hacer de los autores. Con una excepción, eso sí, porque todos sabemos que para estropear un buen villano basta con convertirle en héroe.

Durante los meses que duró El Reinado de los Superhombres se nos plantearon dudas razonables sobre la identidad del verdadero Superman, hasta llegar al clímax en el que se desvelaron los misterios, los argumentos convergieron, y los guionistas demostraron que sabían muy bien lo que iban a hacer desde el principio.

El golpe de efecto, la muerte del héroe, había funcionado. La gente había acudido y los autores les dieron un relato épico convirtiendo los títulos de Superman en un éxito de ventas. Uno de los personajes dejó bien claro que la resurrección es algo que no se puede repetir, y el propio Mike Carlin dijo "es un truco que, por desgracia, sólo funciona una vez".

Ahora, cuando pienso en la muerte de Superman, no puedo evitar pensar en la escena de Justice League of America #0 en la que Batman y Wonder Woman se enteraban de la noticia. Aquello fue real. Incluso desde nuestra perspectiva de lectores podíamos ver que era un momento histórico, y que el mítico personaje había muerto… aunque todos sabíamos que volvería.

Recuerdo reacciones de incredulidad cuando se supo la noticia de la muerte de Superman, a las que siguieron los lógicos "ya volverá". Y es que era evidente: Superman no había muerto para quedarse enterrado. Su misma muerte lo demostraba. De pretender explicar la última historia del Último hijo de Krypton, ¿le habrías hecho morir en una brutal pelea? Es poco probable… Los guionistas tenían prisa por llegar a lo importante, por lo que diseñaron un arco argumental funcional, directo, y que en muchas ocasiones emocionaba, a pesar de conocer de antemano su desenlace.

Entonces… ¿cuál era el sentido de matar a Superman?

Las series eran de una calidad medianamente buena, pero las ventas no acompañaban, y era porque el personaje estaba cayendo en el olvido para el gran público. Como ya es habitual en DC, hicieron limpieza antes de traer los muebles nuevos, presentaron la antítesis antes de llegar a la síntesis. En la familia Batman intentaron una jugada parecida con La Caída del Murciélago, pero llegar a ese extremo les hizo perder lectores más que otra cosa. En el caso de Superman los guionistas fueron hábiles dotando de interés las series mensuales a pesar de no tener al Hombre de Acero presente en sus páginas.

En el momento en que decidió matar a Superman, DC decidió hacer Historia. No sabían cuál sería el resultado final, pero no había más: era una de esas cosas que sólo se puede hacer una vez en la vida. Acabaron con el héroe, nos dieron alternativas, nos mostraron el mundo sin él… para demostrarnos que el mundo le necesita, para demostrar que él puede marcar la diferencia que otros no pueden. A tal fin se creó El Reinado de los Superhombres, en el que Clark vuelve, sus sustitutos se convierten en sus compañeros y sus enemigos muerden el polvo.

Después de El Reinado de los Superhombres y La Caída del Murciélago, DC quiso renovar a la brava la franquicia de Green Lantern, convirtiendo a Hal Jordan en el villano Parallax y presentando al nuevo protagonista de la serie, Kyle Rayner. Como punto de partida de esa trama implicaron a Hal en la saga que hoy nos ocupa destruyendo Coast City, su ciudad. Es curioso ver cómo con el tiempo el Superman Cíborg se ha convertido en un enemigo de Green Lantern más que de Superman, y pensar que la semilla de Parallax y las entidades que personifican el poder de los anillos está en un lugar tan lejano en el tiempo.

La Muerte de Superman recoge un año de continuidad de las cuatro series mensuales del Hombre de Acero, con sus virtudes y sus defectos. En él sus por entonces guionistas y dibujantes lo dieron todo por reavivar el interés por uno de los personajes emblema de la editorial. Lo consiguieron, y de paso hicieron Historia. Eso no hay quien se lo quite.