La mujer de la estrella y el joven de las pesadillas
«No basta con citar la Biblia para ser un buen cristiano»
Quien sobrevive, gana. Este es el destino al que se enfrentan todos los personajes de la obra titulada La mujer de la estrella de Anthony Pastor.
En un paisaje completamente nevado, en los bosques montañosos de Montana un jinete cabalga en solitario perseguido por sus fantasmas. Se llama Zachary Desmoines y se dirige al pueblo minero abandonado de Promesa. Allí piensa refugiarse de sus perseguidores reales, en soledad. Pero al llegar se encuentra con Perla Sietevidas, una joven que ha ocupado el lugar y que se prepara – también – para afrontar su propio combate. El recelo inicial entre ellos dejará paso a la colaboración puesto que el enfrentamiento con sus perseguidores es inminente. Además, Perla lleva una estrella de sheriff en la solapa…
Concebido como un western minimalista, La mujer de la estrella se beneficia de una estructura lineal, de un ritmo en constante progresión y de la unidad de escenario. Pastor utiliza el monólogo interior y los pasajes oníricos para informarnos del pasado de los protagonistas, de sus motivaciones y de sus terrores más íntimos.
La colaboración entre los dos outsiders protagonistas se revela tan necesaria como inevitable, mientras que la unión por intereses comunes de los perseguidores refleja toda la riqueza de matices que puede adquirir la ruindad humana; desde la codicia, el fanatismo hasta la sumisión social o la hipocresía. El personaje del Marshal Pierce es un poderoso ejemplo de antagonista enloquecido, pero coherente y lleno de matices. Sus diálogos y a veces sus monólogos son de lo más brillante de esta obra. Por su parte, las réplicas del Marshal McCarthy – significativo apellido – no le van a zaga y una de ellas encabeza por méritos propios este texto.
Anthony Pastor nos describe la brutal represión que se ejercía en aquella época a toda persona que se desmarcaba ligeramente del camino establecido. Las normas eran extremadamente rígidas y se juzgaban las apariencias más que los hechos; a quien cometía la falta y no tanto si sus motivaciones estaban justificadas. El autor francés nos retrata una sociedad intolerante, machista, racista y muy inculta.
Aunque la progresión argumental puede parecer algo morosa, la tensión existente une todas las secuencias y los enfrentamientos definitivos están bien hilvanados y son creíbles.
La mujer de la estrella cuenta con un hermoso final que a modo de epílogo nos ofrece algo de serenidad en medio de toda su ventisca helada de emociones.
En el aspecto gráfico, Anthony Pastor renuncia casi completamente al color para ofrecernos una obra en bitono, teñida de blanco y azul verdoso que acentúa la sensación de un frio extremadamente intenso. Solo el epílogo se viste de las diferentes tonalidades del ocre, para ofrecernos un ambiente algo más cálido y primaveral.
El autor francés estructura sus planchas de una forma bastante libre, aunque predomina la parrilla de tres tiras con una o dos viñetas en cada una. Su narrativa es clara, sencilla y muy eficaz. Los personajes están caracterizados de manera rotunda, sus rostros son singulares y muy reconocibles. En sus facciones, con sus arrugas se reflejan las tensiones interiores que experimentan, el dolor y el cansancio que acumulan. Pastor se luce con la descripción del entorno paisajístico de Montana. Los montes nevados, las frondosas arboledas, los riscos y las cuevas, todo presenta un aspecto hermoso, pero amenazador al mismo tiempo. Vivir en este entorno es vivir al límite.
Como hemos señalado un poco antes, el tratamiento del color se limita a los diferentes tonos de azul para la historia central, contrastado con los tonos sanguíneos, incluso en la caja de la página, para las escenas oníricas y un ocre de componentes dorados para el epílogo final. Este uso del bitono de forma narrativa le añade connotaciones sensoriales a la trama y confiere un aspecto muy atractivo a la obra.
Nacido en Francia el 1973, el autor de la serie Los casos de Sally Salinger, ha vivido en Madrid y luego en París donde estudió en la Escuela de Artes Decorativas de la capital francesa. Sus primeros pasos se encaminan hacia el mundo del teatro donde se dedica a escribir y diseñar decorados, un trabajo que le hace residir en el Reino Unido. Paralelamente, realiza diversos trabajos para revistas y fanzines hasta que en 2006 publica su primer álbum titulado Ice Cream para la editorial L’Àn 2, una obra que recibe el distintivo Attention talent de la FNAC. Sus siguientes obras, Hotel Koral (2008) y Las Rosas (2010), lo confirman como un autor a seguir y más cuando esta segunda entra en la Selección Oficial del Festival de Angoulême del 2011.
Tras la nominación en Angoulême, Anthony Pastor publica el primer álbum de la serie Los casos de Sally Salinger que se titula Castilla Drive (2012) al que seguirán Bonbons atomiques (2014) y el relato corto Affaire de couple que se publicó en la revista Citrus de octubre de 2014. En castellano las tres historias están publicadas por la editorial La Cúpula en sendos álbumes titulados Castilla Drive (2013), Caramelos atómicos (2014) y Caso para dos (2014), se da la circunstancia de que este último no está publicado en tomo en su país de origen.
Entre 2013 y 2015 dibuja tres volúmenes de la colección de libros ilustrados en blanco y negro titulada Les petits Polars, una colección promovida por Le Monde y SNCF; en concreto, Anthony Pastor se encarga de Dix doigts dans l’engrenage (2013) escrito por Christian Roux; Le cri de la fiancée (2014) con textos del mismo Pastor y Le soleil se couche parfois à Montpellier (2015) sobre una historia de Antoine Chainas.
Posteriormente, Pastor inicia su segunda serie, una suerte de road movie situada en la década de los veinte del siglo pasado, compuesta por dos álbumes titulados Le sentier des reines (2015) y La Vallée du Diable (2017). No War (2019-2021) es su siguiente proyecto, una serie en 6 capítulos que a causa de la pandemia se editó en 5 álbumes, siendo el último doble. En 2021 firma el guion de Par la forêt, un one shot dibujado por Jean-Christophe Chauzy y finalmente en 2023 Anthony Pastor presenta La femme de L’étoile (La mujer de la estrella) que firma en solitario y que nos ocupa en esta reseña.
La concepción técnica y material del álbum, a cargo de Yermo Ediciones es excelente y se asemeja en casi todo a su edición original. El tomo es en cartoné, tiene un tamaño ligeramente inferior al de su equivalente en francés, pero suficiente para una correcta lectura, está muy bien impreso y cuenta con un papel adecuado. No contiene ningún texto suplementario ni tampoco ninguna galería o apéndice de imágenes adicionales. Su precio es entre elevado y razonable.
La mujer de la estrella de Anthony Pastor se lee con mucho interés y en algunos momentos con absoluto frenesí. Este western no llega a las excelsas cotas que alcanza la obra parida por Félix y Gastine titulada Hasta el último, pero es una muestra excelente de un género que está magníficamente representado en el seno del cómic franco belga. Además, este estreno tiene la virtud de volver a poner en el mapa a un autor sólido, original y muy solvente del que volveremos a hablar en esta revista en un plazo no muy lejano. Sigan atentos a sus pantallas…
Salut!
Lo mejor
• Que cuenta con una pareja protagonista muy bien definida.
• El tratamiento gráfico del entorno salvaje.
• Que supone la vuelta de Anthony Pastor a nuestras librerías.
Lo peor
• Que puede pasar algo desapercibida a pesar de sus méritos.
Guion - 9
Dibujo - 8.5
Interés - 8.5
8.7
Resiliencia
Un western minimalista, de clima extremo y tensión en aumento, Una obra encomiable del siempre interesante Anthony Pastor