La Otra América: 10 títulos

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La educación de Hopey Glass
(Jaime Hernandez). La Cúpula

Jaime Hernandez lleva dos décadas siendo referente ineludible para entender por dónde van los tiros en el cómic independiente norteamericano. Si bien sus primeras historias en Love & Rockets no pasaban de meros divertimentos (muy bien dibujados, eso sí), pronto fue encontrando un nicho apropiado para sus historias y una voz personal e intransferible. A partir de ese momento, Maggie, Hopey, Izzy, Speedy, la barriada de Hoppers y muchos otros secundarios pasarían a formar parte del “Universo Xaime”. Quien haya leído los tomos de Locas editados por La Cúpula, sabe que no hay mujeres como las de Jaime. Sus personajes traspasan el papel, son más creíbles que algunos personajes reales, aunque en ocasiones les sucedan cosas increíbles. Maduran, envejecen, engordan, se contradicen, y, sobre todo, nadie dibuja los gestos como Jaime. Un encuadre, unas cejas arqueadas, una postura dibujada por el autor puede transmitir más que una página entera de texto, encontrando siempre el momento y el encuadre apropiado. Si a todo eso añadimos su uso de la elipsis, tan exigente con el lector como gratificante, tenemos a uno de los grandes maestros del underground, que además ha sabido dotar a sus historias de un interés humano y una belleza estilística que lo hacen degustable por cualquier paladar.

La pregunta es, ¿es posible que a lo largo de tantos años, utilizando unos mismos personajes conductores, se mantenga el nivel de calidad? Si miramos la obra de otros autores, la respuesta casi invariablemente debe ser no. Si nos centramos en Jaime, la respuesta es sí. Es más, casi diría que nunca ha estado en mejor forma que en este La educación de Hopey Glass. Jaime ha simplificado la forma de su discurso tanto en el plano narrativo como en el estilístico, pero la complejidad “de fondo” sigue presente, y sigue evolucionando al tiempo que sus personajes. El dibujo tiende a una mayor simplicidad, que no es sinónimo de un menor trabajo. Con menos líneas, Jaime sigue contando lo mismo. Con elipsis menos brutales la historia sigue siendo compleja y completa, y lo sugerido, la participación requerida al lector, sigue siendo muy importante. El entintado sigue siendo perfecto, sin utilizar el adjetivo con ligereza. Su utilización de masas de blanco y negro son comparables en calidad a la de otros maestros en el campo como Alex Toth, Milton Caniff o Hugo Pratt. En definitiva, dibujo, narrativa, diálogo y trama se conjugan como las piezas de un puzzle. Jaime crea nuevos personajes memorables y hace madurar un poquito más a los ya clásicos. Crea una historia (o muchas historias) interesante(s), y nos da una lección de lo que es CÓMIC, así, en mayúsculas. Es casi obvio decir que Jaime Hernandez ya es un clásico y que dentro de 50 años será estudiado como lo son hoy en día Will Eisner o Hergé. Cuando llegue ese momentos, La educación de Hopey Glass dará mucho que hablar.

Reseñas
Con C de Arte



Fun Home (Alison Bechdel).
Random-House Mondadori

Mucho se ha hablado de este cómic. Contra las merecidas alabanzas se han esgrimido argumentos sobre la literalidad o pedantería de la autora. Nada más lejos de la realidad. En Fun Home, Bechdel traza una historia de su vida en la que trata de entender cómo su clima familiar, sus lecturas y vivencias, la han convertido en la mujer que es hoy en día. Juega un papel fundamental en todo ello su padre y, por supuesto, la enorme afición a la lectura en la casa familiar. Ya desde el título (“fun” es “divertido”, pero también es el apócope de “funeral”), Bechdel nos da la pista de que se trata de una historia tragicómica. Para articular su historia (y la de su padre), la autora a menudo recurre a paralelismos con distintos libros y escritores. Este es el punto en que algunos encuentran una grieta en la construcción de Fun Home que les hace pensar que Bechdel trata de “dignificar” o de “elevar” el nivel de su cómic equiparándolo con la literatura. Pero es que todas las citas literarias (que, por cierto, no deberían resultar extrañas a cualquiera un poco leído) no son “pegotes”, están ahí porque “son” la historia tanto como los hechos que acaecen en la vida de la autora, y en ocasiones han tenido una importancia igual o mayor que sus vivencias reales. Creo que todos somos conscientes de la forma en que la ficción, el arte y/o el entretenimiento influyen en nuestra vida y nuestro desarrollo como personas. Que en el caso de Bechdel esta influencia venga del lado de la literatura no debería causarnos ningún complejo de inferioridad… ¿verdad?

En el relato de Bechdel es tan importante lo que cuenta como el modo en que lo hace. De nuevo, como en el caso de la obra de Jaime Hernandez previamente reseñada, estamos hablando de cómic con todas las de la ley. Estamos hablando de interrelación entre imagen y texto más allá de lo obvio, lo suficientemente pensado y planificado como para funcionar de forma casi subliminal. Teniendo en cuenta que Bechdel nos relata el descubrimiento de su propia homosexualidad, del descubrimiento de la de su padre, y del suicidio de este último, podemos también considerar que en ningún momento ha buscado la compasión por parte del lector. Evita el impacto sensiblero soltando los mazazos por anticipado, como sin darles importancia, restando su impacto emocional e intensificando el análisis intelectual de estos hechos. Un cómic como pocos de los que se han publicado este año, y junto al de Hernandez, de lo mejorcito que nos ha llegado desde el cómic independiente norteamericano. En serio, no os dejéis apabullar por las citas literarias: la profundidad de esta historia se apoya pero no se sostiene en ellas. La profundidad de esta historia se basa en su propio concepto como cómic y en la voz, el tono, empleado por Bechdel, sus juegos metalingüisticos, su cuestionamiento soterrado de la propia memoria y el arte como elemento fundamental del desarrollo personal… y su valor terapéutico.

Reseñas
Little Nemo’s Kat
Estodigo
La Cárcel de Papel



Batman: Año 100
(Paul Pope). Planeta

Vale, Batman no es muy “independiente” que digamos, pero Paul Pope sí que lo es, así que me apropio de Batman: Año 100 para esta sección. Casi se puede decir que este cómic es el opuesto exacto del de Bechdel comentado anteriormente. Aquí lo importante no es la introspección, ni la psicología de los personajes, ni los hechos que los han convertido en lo que son. Aquí, Pope parte de premisas por todos conocidas, de personajes ya asimilados por los lectores, y se dedica a desarrollarlos con verosimilitud para ofrecer un entretenimiento de primera categoría, recuperando el sabor de la aventura, la emoción, el ritmo endiablado y el ambiente que se le supone a un cómic de superhéroes… aunque haya poco de súper en este Batman. Y es que Pope tira por el lado detectivesco del personaje, retomando además situaciones paralelas a las que ya leímos en el Batman: Año Uno de Frank Miller y David Mazzucchelli: policía corrupta, primer encuentro entre Gordon y Batman, artilugios varios y torpezas de la “leyenda urbana”… Entiende que Batman es un personaje sin psicología (como bien apuntó en su momento Mazzucchelli) y que como mejor funciona es en su universo de ficción, como figura mítica, tal como lo entendió Miller en sus distintas aproximaciones al personaje, en oposición al modelo Watchmen.

Así pues, lo que encontraremos en Batman: Año 100 será una aventura excelentemente planificada, narrada y dibujada. Dibujada con una maestría y una planificación marca de la casa de Pope, un dibujante que a pesar de cuidar mucho sus diseños y prestar mucha atención a la planificación de la página, da la sensación de ser suelto y espontáneo en todo momento, sumando vigor y espontaneidad al conjunto. No sigo todo lo que se publica de Batman, pero es una de las mejores historias del personaje que he leído en mucho tiempo.

Reseñas
Entrecomics
Con C de Arte
Zona Negativa
La Cárcel de Papel
13 Millones de Naves



Apocalipsis friki (Peter Bagge).
La Cúpula

Daba la sensación de que tras Odio, Bagge no iba a ser capaz de mantener el nivel de sus creaciones. Y tal vez sea cierto, este Apocalipsis friki no llega a las cotas de genialidad de su saga más famosa (otro futuro clásico), pero sigue siendo una muestra de que su visión ácida e irónica de Norteamérica es digna de seguir siendo tenida en cuenta. Ojo, no hay que equivocarse: Bagge ama su país, y ha declarado en más de una ocasión que sus cómics no son una crítica de su país y su gente, sino sólo de una parte de ellos y de algunas actitudes.

Este Apocalipsis friki, en cierto modo es más universal que Odio, que tiene que ver con una época y un sector de la población muy concretos. Posiblemente podríamos trasladar muchas de las situaciones de esta obra a nuestras coordenadas y no perderían mordiente y verosimilitud. Bagge sigue siendo un caricaturista de primera, un dibujante personal, reconocible y muy underground, aunque a lo largo de los años haya ido limpiando su dibujo hasta hacerlo más accesible a todos los públicos. No sucede lo mismo con lo narrado, que sigue destilando mala leche y un sentido del humor a caballo entre lo inteligente y lo chabacano, entre lo rebuscado y lo obvio, entre el slapstick y el humor más negro. Sus diálogos siguen siendo antológicos, sus situaciones sorprendentes pero creíbles. Dentro de la producción de los últimos años del autor, esta es una de sus mejores obras. Risas aseguradas, pero no de las de carcajada, sino de las más sutiles.

Reseñas
Entrecomics
El Lector Impaciente
13 Millones de Naves



El asombroso swing del Golem
(James Sturm). La Cúpula

Poco antes de la Gran Depresión, un equipo de jugadores de béisbol judíos recorren Estados Unidos ganándose la vida de mala manera hasta que un avispado promotor les propone una pequeña variación: disfrazar a uno de sus miembros como un mítico golem como reclamo publicitario. El argumento en sí es simple, pero las inquietudes de Sturm en este cómic van mucho más allá de la anécdota argumental. De hecho, esta es la tercera parte de su trilogía sobre los Estados Unidos, estando recogidas las dos primeras obras de la misma en el álbum de La Cúpula Encima y debajo. Si en esta última repasaba la religión, la ambición y la violencia sobre la que se sustentó la creación de la gran nación, en esta tercera obra se tratan otros temas, como el nacimiento de la publicidad como uno de los motores del país, y la influencia de los medios de comunicación y el espectáculo en las vidas de los estadounidenses. Y, por supuesto, el racismo, el miedo a lo distinto, simbolizado tanto en los propios jugadores judíos como en su golem.

Sturm, además de historietista, es profesor de cómic, y como autor presta mucha atención a la forma y a las distintas alternativas narrativas, siendo tremendamente perfeccionista. Este cómic contiene un elemento que lo puede convertir en un plomo para el lector español: aproximadamente un tercio del tebeo se dedica a narrar partidos de béisbol. El mejor modo de superar el tedio que supone leer sobre un deporte que a la mayoría de nosotros nos resulta desconocido y poco interesante, es prestar atención al modo en que está narrado. Porque Sturm utiliza con mucha inteligencia los recursos que le ofrece la historieta, tanto que estas secuencias son casi más para ser estudiadas que para ser leídas (lo cual, pensándolo bien, tampoco es un gran elogio). En cuanto al “fondo”, Sturm no se dedica a pontificar sobre los temas que trata, sino que los plantea de modo que sea el propio lector quien decida su importancia y saque sus propias conclusiones.

Reseñas
Entrecomics
Abandonad Toda Esperanza



Percy Gloom (Cathy Malkasian).
La Cúpula

Siempre es agradable conocer a un nuevo autor (autora, en este caso), especialmente si su carta de presentación es un álbum tan bueno como Percy Gloom. Malkasian demuestra que cómic independiente no es necesariamente sinónimo de dibujo minimalista y que las aproximaciones al mundo de la historieta son muy amplias. Aquellos a los que Jimmy Corrigan les resultó depresivo, encontrarán en este álbum la constatación de que siempre se puede llegar un poco más lejos. Con un dibujo cálido, repleto de detalles y volúmenes, Malkasian describe una fábula triste en torno a un personaje tan lleno de fobias y atrapado en sus propias rutinas que no puede sino despertar nuestra compasión y a la vez hacernos pensar sobre nuestros propios miedos.

Aunque está repleto de anécdotas fantásticas y personajes imposibles, Percy Gloom se acerca más a la filosofía, la reflexión vital y el costumbrismo que a la fantasía, a poco que uno escarbe bajo la superficie (ya hemos dicho que es una fábula). Esa cualidad en el dibujo, que mezcla la caricatura con el realismo también acentúa ese contrapunto y convierte Percy Gloom en una obra original y merecedora de una lectura atenta.

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Little Nemo’s Kat
La Cárcel de Papel
13 Millones de Naves



Shooting war (Anthony Lappé & Dan Goldman).
Ponent Mon

Hablando de sorpresas, pocas este año como Shooting war, una historia comprometida, directa, crítica, moderna y documentada sobre la situación en Iran tras la guerra mantenida entre este país y los Estados Unidos. Su guionista, Anthony Lappé, es un periodista experimentado especializado en temas de denuncia social, y en este álbum no deja títere con cabeza. Su crítica abarca desde los terroristas islámicos hasta los soldados norteamericanos, pasando por los medios de comunicación, que salen muy, pero que muy mal parados, el presidente de los Estados Unidos (aquí, McCain) o los típicos hijos de papá comprometidos con causas que les sobrepasan (el propio protagonista).

Aunque los autores declaran que se trata de una obra de ficción (y de hecho transcurre en un futuro cercano), los paralelismos con la situación actual no son casuales, y su intención irónica no se le escapa a nadie. Lappé ha sabido ser lo suficientemente equitativo como para repartir culpas sin cebarse en una facción en concreto. Lo suficientemente inteligente como para suponer en sus lectores una inteligencia similar y no entregar mascadas sus conclusiones. Lo suficientemente periodista como para convertir su relato en una historia interesante y atractiva, haciendo su trabajo más atractivo mediante un envoltorio digerible. Si bien sobre el fondo de lo que se narra hay bastante unanimidad en la red, he leído algunas críticas demoledoras (especialmente en blogs no españoles) sobre el dibujo. Bien, no os dejéis engañar por un primer vistazo. El dibujo de Dan Goldman es primitivo, pero el conjunto de la página es absolutamente moderno y atractivo. Su mezcla de collages fotográficos y diseños que remiten a la pantalla del ordenador o de la televisión, saturando de información al lector como hacen estos medios, es totalmente acertado y tiene una clara intención narrativa en la creación de un ambiente muy particular. Shooting War, dibujado (o diseñado, si lo preferís) de otra manera, habría sido una obra muy distinta, y posiblemente mucho más rutinaria. No es justo achacar todo el impacto de la obra al guión, cuando el dibujo tiene tanto que decir y lo dice tan bien. Yo de vosotros, no me perdería este tebeo.

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Abandonad toda esperanza
La Cárcel de Papel



Reyes disfrazados
(James Vance & Dan Burr). Norma

Admito que me acerqué a este cómic con cierto recelo, pero la sensación global tras su lectura ha sido bastante positiva. Es importante al leerla situarse en su contexto histórico para entender su importancia, ya que por momentos el lector puede encontrar que se tira demasiado hacia una literalidad excesiva. Tampoco es de extrañar si consideramos que el concepto de esta “novela gráfica” parte de una obra de teatro previa, y se importan algunos tics de este otro medio. Lo que hoy en día sin duda sería un defecto, es perdonable en esta obra si tenemos en cuenta que se publicó por primera vez en los años ‘80, cuando todavía se estaban definiendo las características de lo que debería ser un “cómic adulto”. Así pues, todos sus artificios servirían para tratar de acercar a otro tipo de público al cómic. El dibujo es efectivo, sin más, y la historia retrata, más allá de la aventura de sus personajes, todo un escenario histórico con tintes de denuncia. Si en El asombroso swing del golem asistimos a los momentos previos a la Gran Depresión en Estados Unidos, aquí nos adentramos de lleno en aquella época y en sus aspectos más duros. Bajo mi punto de vista, aconsejable más como documento histórico, tanto en relación con lo narrado como con la evolución del género, que como cómic en sí mismo.

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Trazos en el Bloc
Foro PAMMHG
La Cárcel de Papel



Afortunada (Gabrielle Bell).
La Cúpula

Gabrielle Bell va convirtiéndose poco a poco en uno de los nombres a seguir dentro del panorama independiente de los Estados Unidos. En este Afortunada, nos ofrece un diario personal de vivencias en la ciudad de Nueva York que por momentos resulta aburrido, por momentos apasionante. Aunque no se trata de su obra más redonda, es una buena aproximación al estilo de la autora, que por lo que llevamos visto no hace sino mejorar. En este mismo álbum es evidente la evolución (hacia mejor, claro) a medida que pasamos las páginas, pasando desde la autobiografía más rutinaria en las primeras hasta la desnudez intimista a través de la fantasía en las últimas. Si bien es cierto que Bell se centra en su propia vida, podemos aprehender a través de sus historias las pulsiones vitales de todo un segmento de su generación, esos artistillas que malviven compartiendo piso y trabajando en lo que pueden en la ciudad más cosmopolita del mundo (bueno, eso es lo que dicen). A la espera de que se publique en nuestro país When I’m old, esta es una buena oportunidad de acercarse al estilo sin estridencias ni sentimentalismos vacíos de Bell.

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Las aventuras de Sock Monkey
(Tony Millionaire). Rossell

De Tony Millionaire se pueden decir muchas cosas, pero las dos más relevantes para nosotros son: es un dibujante excepcional y tiene una voz propia que es difícil de ignorar. En Las aventuras de Sock Monkey relata las peripecias fantásticas de un mono de trapo y su amigo cuervo del mismo material. Cabezas reducidas, galeones, petacas, casas de muñecas, blasfemias mil y urracas ladronas son algunos de los elementos que veremos desfilar por estas páginas repletas de una fantasía entre lo infantil y lo adulto, donde los personajes son tiroteados, incendiados y golpeados cruelmente para resurgir en la siguiente historia como si tal cosa. Una especie de cuento para niños poco recomendable para niños, no sé si me explico. El dibujo de Millionaire, realista, cercano al estilo del grabado mediante sus abigarradas líneas, es todo un recital de buen hacer y de cariño por el cómic, lleno de referencias y a la vez totalmente original. La sensación de maravilla se intensifica con las propias contradicciones (buscadas) en el relato, donde la inocencia se entremezcla con una tremenda acidez nihilista. Ah, y nunca un mono de trapo se movió tan bien como en este cómic.

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Lecturas ReCOMICdadas


Y eso es todo por este mes. Perdón por haber pasado tan por encima por estos interesantes títulos, pero como siempre, el tiempo no da para más. Y por supuesto, recordar que esta es una selección exclusivamente de independiente americano, pero que este año se han publicado excelentes mangas, BDs, clásicos y superhéroes. No nos podemos quejar, no señor.

Alberto García Marcos (el tio berni)
www.entrecomics.com

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Slayton
Slayton
19 noviembre, 2008 12:52

Lo siento, no puedo con Fun Home. Los demás cómics me parecen excelentes. (Viva los hermanos Hernandez). Pero el cómic de Alison Bechdel, más allá de las incesables comparaciones literarias, me parece repetitivo y aburrido. No avanza. Se queda estancado en un argumento,a priori, tan fantástico como la homosexualidad vivida en diferentes personas y en diferentes generaciones y lo convierte en una historia plana. Los personajes son fríos e impasibles, eso me parece cojonudo, pero esas comparaciones repetitivas con obras literarias, hacen que no sólo los personajes lo sean, sino el tono general de la obra, consiguiendo, en mi caso, que no me sintiera para nada atraído y destruyendo toda empatía.
Por supuesto, esta es mi opinión, sin querer desmerecer a todos aquellos que piensen de forma diferente. 
 

mariano
mariano
Lector
19 noviembre, 2008 13:05

Vaya ATRACAZO a mano armada el tebeo de Jaime Hernandez. Si son 3 talegos por 120 páginas en blanco y negro y con papel de aquel. Si hace dos años por 16 euros te daban más de el doble de páginas y con mejor papel!!! Y encima la tapa dura no pega con el resto de la colección de Locas que es en tapa blanda.
Vaya tela la cúpula.

señor punch
19 noviembre, 2008 13:08

buf… vale, 19 de Noviembre y ya de listas…
no problemo, pero parece que da pereza tan pronto… es como ver que en tu calle ya te instalan las luces navideñas «¿tan pronto, ya?»
Por lo demás, buena lista, o lo parece (no lei demasiados de esos cómics, pero los que sí, bingo, y dlos que no, pues de momento les doy crédito a priori, si nadie se me echa encima por ello 😉 )
por lo demás, muchas gracias por enlazarme..¡me leéis!!!!

José Torralba
19 noviembre, 2008 16:45

Un repaso excelente, Alberto… y yo ya voy haciendo mi lista, pero ésta vez de compras propias para Navidad.

JOSEMA
JOSEMA
Lector
19 noviembre, 2008 20:20

Slayton a mi me pasa lo mismo con afortunada, me parece un peñazo, Fun home me gusto mucho, como Batman, y Millonaire, Storm y Malkashian caerán, al menos su lectura que estamos todos en crisis, y comprarse independiente es todo un lujazo, vaya precios

Laszlo
Laszlo
19 noviembre, 2008 22:34

Slayton, no estoy demasiado de acuerdo con lo que dices (evidentemente puedes opinar como quieras).
Creo que precisamente esa frialdad de los personajes de Fun Home es crucial a la hora de entender el porqué de tanta literatura: ante la falta de arquetipos imitables (ya que nuestra educación se basa en eso) la protagonista debe recurrir, para encontrarse a sí misma, a otros elementos (en este caso la Literatura) haciendo, además, un paralelismo con las obras  que cita, todas ellas de temática similar, la busca de la paternidad y el aprendizaje.
Admito que es pretencioso, quizá, pero en ningún caso me parece una obra plana, es más como se ha apuntado es uno de los juegos metanarrativos (vaya palabra más fea) del cómic.

Slayton
Slayton
20 noviembre, 2008 19:46

Hola Laszlo. Tienes razón y así lo entendí en el cómic. La literatura es la sustituta de una figura paterna (y materna, porque la madre también pasa lo suyo de la hija) y me parece algo muy original. El problema viene cuando usas este recurso, o juego metanarrativo (sí que es fea la condenada palabra) hasta la saciedad, imponiéndolo incluso por encima del ritmo de la obra. Para mí es un poco en el cómic independiente, como hacer un cómic de superhéroes donde todas sus páginas sean splash page. Diríamos que lo hacen para lucir dibujo, mallas, tías buenas y tíos hipermusculados. En en caso de Fun Home, creo que hace lo mismo pero desde un punto de vista independiente, abusando del recurso para reafirmar una y otra vez lo independiente que es.

Jesus
Jesus
9 mayo, 2012 23:38

Hola, tengo casi todos esos comics nuevos, sin abrir los vendo a mitad de precio si kereis y cientos mas de esas editoriales decirmelo en mi correo chuscabo a yahoo.es