Besos, abrazos y tebeos.
La aparición de este decimo número de
Este número de la revista contiene 22 historias de duración variable que oscila entre una y doce páginas, todas son autoconclusivas aunque algunas formen parte de una serie. Algunas son a color y otras en blanco y negro y en ellas vemos una mezcolanza de géneros que hacen que la lectura no sea pesada ya que no sabes lo que te vas a sorprender al pasar la página. Como es normal la calidad de las historias es irregular, aunque la media resulte muy alta.
Abren la revista Vicente Navarro y Pedro Villarejo con En el más allá, una historia de terror sobre los peligros a los que se exponen los autores, con un juego entre realidad y ficción muy interesante con un dibujo que aprovecha muy bien las posibilidades del blanco y negro. Fidel Martínez nos trae Crimen en Alexanderplatz una historia noir muy sólida narrada con su pericia habitual, aunque un tanto predecible. Sigue una página de Ion Arretxe y Enrique Ventura con un humor muy irónico y con mucha mala leche realmente mordaz y divertida. Los momentos más dulces de Alfonso Bueno y Alberto Cimadevilla es una de las mejores historias del número con un sentido del humor muy negro y una idea realmente original que recuerda a las Historias negras de Font. Fermín Solís siguen explorando los recuerdos de su infancia en Martín Mostaza, en está ocasión toca rememorar las cassettes. El forastero de Gol es una reflexión sobre la condición de forastero en el mundo rural, pero que se puede extrapolar a los problemas de xenofobia que está recorriendo el mundo en la actualidad, dibujado en una línea clara deudora del Hergé. Manel Cráneo nos trate Una tarde en Marineda una historia de género negro muy bien narrada que es una de las más destacadas de la revista.
Manolo Hidalgo nos trae tres historias mudas de una página O´Clock, Colonoscopy y Dry Wets que nos sacan una sonrisa. Albertoyos reflexiona con humor sobre las diferencias -inexistentes- entre novela gráfica y tebeos con sentido de humor en Antón Gris, con un estilo gráfico muy interesante. El Pan de mis hijos es una historia con marcados tintes sociales en la que Alfonso Bueno y Eduardo Molina nos muestran la enorme capacidad del ser humano para autoengañarse y justificar sus contradicciones. Saltar la trinchera de Manuel Romero es una historia sobre los momentos antes de salir de las trincheras durante la Primera Guerra Mundial. Antonio Sachs y Rubén Gil nos cuentan cómo es posible escapar de los lugares más terribles, aunque se trate del campo de concentración de Mathausen. Miguel Ángel Martín publica dos nuevas tiras de Fallen Angels, con su peculiar sentido del humor y su elegante trazo pop.
F.H. Navarro hace un maravilloso homenaje a Hugo Pratt y sus personajes en Corte a ras que te deja con ganas de ver más trabajos suyos en esa dirección. Cristo con cara de galgo de Juan Alcudia y Juan Gallego llama la atención por el gran uso del color. Koldo Azpitarte y Mikel Bao siguen contándonos las desventuras de Mark Twain en La magnitud del desastre, esperemos que la serie tenga continuidad en otro formato o revista ya que es realmente interesante. Otra de las series que continua en Eva Pop de Andrés Leiva que también esperamos poder seguir leyendo. La noche más divertida de Olga de Castro es una historia sobre unas vacaciones que puede ser el inicio de una historia de mayor extensión. Chema García nos cuenta una tierna historia sobre la soledad en El soltero. Cierra la revista Kike Infame con Mi memoria un sentido homenaje a la propia revista y a las que la precedieron. Esperemos que pronto surja una nueva para ocupar el lugar de La Resistencia.
La edición sigue con la alta calidad de los números anteriores con buen papel y reproducción. Cuenta con una fantástica portada de Joaquín López Cruces y la habitual contraportada de Santiago Valenzuela. En está ocasión dedican la sección C.V.C. a Ana Miralles, una de las autoras de más talento del mundo del cómic de la que siempre es una delicia poder contemplar su trabajo.
Este último número es un fiel reflejo de lo que ha sido la trayectoria de la revista: una mezcla de historias de todo tipo con una media de calidad alta. Por sus páginas han desfilado algunos de los autores más destacados del país ofreciéndonos pequeñas píldoras de su talento. Sin embargo, el formato revista hace tiempo que dejo de tener su mercado y cada nuevo proyecto está abocado a la extinción a los pocos números, ojala en breve algún editor kamikaze tome el testigo y nos permita volver a leer historias cortas de una calidad similar a las de la revista de Dibbuks. Mientras tanto siempre seremos La resistencia.
Guión - 8
Dibujo - 8
Interés - 8
8
Adios
Un último número con un puñado de historias brillantes de diversos géneros. Una pena que tenga que cerrar ya que apenas queda espacio para leer y publicar historias cortas.