“Y también hace falta valor para escribir una saga sobre un huérfano. (…) Pero creo que hay que hacer una excepción”.
Historia de varias generaciones de una familia. (Definición de saga)
Cuando un cómic te hace llorar, cuando su historia te atrapa completamente, cuando la lectura del álbum consigue emocionarte, cuando el trabajo de un artista te deslumbra tan profundamente; no le des más vueltas, lo que pasa es que estás ante una obra maestra.
La saga de Grimr cautiva por su argumento y asombra por su arte. Jérémie Moreau despliega todo su talento en beneficio de una historia, más grande que la vida, que entra de inmediato en el terreno legendario. Grimr Enginsson ha pasado a engrosar, para siempre, la exigua lista de personajes inolvidables.
Esta tragedia polar nos narra la vida de Grimr, un huérfano islandés que lucha por sobrevivir en su helado país. Durante el siglo dieciocho Islandia estaba ocupada por los daneses que imponían su ley y expoliaban un territorio cada vez más empobrecido a causa de las inclemencias meteorológicas y la amenaza de un volcán extremadamente activo. En este contexto, la vida de Grimr se ve sometida a constantes vaivenes, peligros y desgracias ligados a la tragedia que siempre asalta a sus escasos seres queridos. El único sostén que le permite seguir hacia adelante es un deseo irrefrenable por pasar a la historia; una obsesión por convertirse en leyenda. Grimr destaca también por tener una fuerza descomunal y por su habilidad para trabajar con las piedras.
Las continuas injusticias de sus semejantes, tanto de los daneses como de los propios islandeses, lo convertirán en un ser huraño, solitario que es odiado y temido por sus vecinos. Al final, su destino se unirá para siempre a los tres elementos capitales de su tierra natal; la fuerza indomable del ser humano, la piedra y el fuego purificador de la montaña.
Jérémie Moreau siempre había apuntado maneras, su extraordinario talento gráfico lucía de forma brillante y original en el panorama del cómic europeo. Pero nunca acababa de dar con la historia que le consagrara; era uno de estos grandes artistas que prometen y prometen sin llegar a cumplir nunca con las expectativas. Conocemos varios casos de estos; Paul Pope o el italiano Gipi, por poner dos ejemplos. Y no seguiré, ustedes ya me entienden… Por eso, cuando hace dos eneros se anunció que La saga de Grimr había conseguido el Premio al Mejor Álbum del Festival Internacional de Cómic de Angoulême, muchos enarcamos una ceja de manera escéptica. Una vez leída la obra, ya desde las primeras decenas de páginas, mi ceja se desplomó de manera abrupta para volver a ascender rápidamente junto a su compañera en un tenso arco, lleno de asombro y admiración. De repente, Moreau había dejado la condición de promesa eterna para convertirse en un auténtico maestro.
En el aspecto gráfico, La saga de Grimr se erige como un despliegue descomunal de todas las habilidades y de todo el talento gráfico-narrativo del artista francés.
Jérémie Moreau planifica su página de manera libre. Suele alternar el esquema de cuatro tiras de dos viñetas con el de tres tiras de dos o tres cuadros cada una. Pero esta plantilla solo es un punto de partida puesto que en las escenas más dramáticas, en las situaciones más extremas o en los pasajes más oníricos el esquema estalla, literalmente, para mostrarnos una estructura llena de tensión, con viñetas panorámicas descomunales, secuencias fraccionadas o páginas reducidas literalmente a añicos.
La definición de los personajes es sobria pero muy eficaz. Tanto Grimr como los que lo rodean están descritos con trazos simples, exactos y muy expresivos. Cada personaje tiene una característica dominante; la de Grimr es la rabia, la de Vigmar es la sorna, la de Junn es el desamparo y todo esto se refleja en sus rostros llenos de carácter, vida y humanidad. El artista domina perfectamente la anatomía humana y su descripción del paisaje islandés es sobrecogedora. Para delimitar los detalles del cuerpo humano, Jérémie Moreau usa la plumilla con la que traza contornos delicados y precisos. Pero para abarcar la monumentalidad de la orografía de Islandia usa un pincel cargado de tensión, fuerza y color. El tratamiento del color se convierte, así, en protagonista de la obra. Con él, Moreau describe el entorno natural de su saga, nos la sitúa tanto geográficamente como temporalmente, además le imprime una atmósfera diferente a cada una de sus secuencias y, sobre todo, expresa las terribles y desgarradoras sensaciones que experimenta su personaje protagonista.
Desde la portada, donde asistimos a la espectacular inmensidad del relieve montañoso de la isla, Moreau consigue sumergirnos – gracias a su arte – en un mundo y en un tiempo tan remotos para los lectores actuales, que reaccionamos como si de otro planeta se tratase y sin embargo su historia nos llega con una fuerza y con un ímpetu tan potentes que la convierten en instantáneamente en un clásico absoluto.
Jérémie Moreau nació en 1987 en la región de Île-de-France. Desde joven se siente atraído por el dibujo y el mundo del cómic. Tras sus estudios primarios, se matricula en la École de l’image Gobelins donde estudia cine de animación. Su primer trabajo en la historieta data de 2011 y se titula Le suicidaire altruiste. El año 2012 recibe el premio de Jóvenes Talentos del Festival de Angoulême con el que empieza a ser conocido en el mundo de la BD. También este año publica Le Singe de Hartlepool, con guion de Wilfrid Lupano y que publica Delcourt. Con esta misma editorial publica su obra en solitario Max Winson (2014), compuesta por dos tomos. En 2016 publica la adaptación de la novela Tempête au Haras, un trabajo que realiza junto a su autor Christophe Donner y que publica Rue de Sèvres. El espaldarazo definitivo le llega con la obra La saga de Grimr (2017) también publicada por Delcourt con la que obtiene el Fauve d’or del Festival de Angoulême del 2018. Su último trabajo titulado Penss et les plis du monde lo publicó Delcourt en septiembre de 2019 y fue escogido para la Selección Oficial del Festival de Angoulême de este año.
Moreau compatibiliza su carrera en la historieta con trabajos en el mundo de la animación donde es un character dessigner de reconocido prestigio y ha participado en películas como Moi, moche et méchant 2 o Le Lorax. El autor reconoce una amalgama de influencias nada sorprendente. Entre sus autores preferidos encontramos al escritor teatral Eugen Ionesco; los cineastas Frank Capra, Luis Buñuel o Stanley Kubrick; artistas como Quentin Blake, James Ensor, Ralph Steadman o Ronald Searle e historietistas como Winsor McCay, Osamu Tezuka y André Franquin. En la actualidad vive en la región de Auvergne-Rhône-Alpes, más concretamente en la ciudad de Valence.
De la edición en castellano de esta obra imprescindible se ocupa Norma Editorial. El libro tiene casi el mismo tamaño que la edición francesa, es en cartoné y el papel es excelente. La reproducción es muy buena y el precio – teniendo en cuenta la extensión y calidad de la obra – es muy competitivo. A mí me sobra la vitola con el anuncio de su premio en el Festival de Angoulême, pero se entiende su inclusión y con quitarla; todo listo.
La saga de Grimr es una obra fundamental del cómic europeo del siglo veintiuno. La epopeya que nos entrega Jérémie Moreau trasciende el relato histórico, supera la denuncia nacionalista, desborda la tragedia romántica para convertirse en una obra de arte total. La vida de Grimr se transforma en una volcánica y legendaria odisea que construida con piedra y lava, regada con lágrimas, sudor y sangre nos exalta y nos emociona.
Jérémie Moreau, como su personaje Grimr, pasará a la historia por regalarnos un dique de contención que nos protege del olvido, un refugio alzado con palabras, trazos y colores pero que, sobre todo, está erigido con el precioso material con el que se acaban construyendo nuestras leyendas más eternas.
Salut!
Guion - 10
Dibujo - 10
Interés - 10
10
Leyenda
Una obra telúrica, ardiente y espiritual. Un prodigio gráfico apasionante que emociona y conmueve
Ostras Tristan, me has puesto los pelos como escarpias. En cuanto acabe el confinamiento le doy una alegría a mi librero con esto