Así, en el Nacimiento del Pistolero, David narraba la prueba de hombría de Roland, que le llevaba a enfrentarse a Cort su instructor alentado para ello por el taimado Marten, embarcándose seguidamente en una peligrosa misión en el pueblo de Hambry junto con su Ka Tet, formado por Cuthbert Allgood, Alain Jhons y el propio Roland Deschain.
Aquellos hechos se correspondían con un momento concreto de la primera novela, titulada El Pistolero y con casi toda la cuarta novela, Mago y Cristal.
Tras aquel primer volumen, las aventuras de Roland se fueron contando en riguroso orden cronológico en diversos tomos, basándose para ello en alusiones de King en las novelas a determinados hechos, o en lo que hasta entonces eran meros rumores. Sin embargo, llegó el día en que los cómics ya se situaron en el momento temporal en el que comenzaba la primera novela, y decidieron pasar a adaptar los mismos. Así pues, este octavo tomo, La Batalla de Tull, no es sino de alguna manera el primero, al narrar una pequeña parte de los hechos que transcurren en la novela El Pistolero, primera de la saga.
En primer lugar, hay que decir que Marvel en este punto ejecutó una pequeña trama para el lector que no considero del todo justificable. Y es que, en el primer tomo se narraba una novela de casi 1000 páginas en un solo tomo de cómic, y en La Batalla de Tull se aprovecha un tomo entero de cinco números americanos para narrar tan sólo una pequeña parte de una novela de poco más de 100 páginas. Evidentemente, la Casa de las Ideas estaba exprimiendo su idea, y eso de alguna forma u otra ya se venía notando en la calidad, que venía descendiendo desde La Batalla de la Colina de Jericó y que con la llegada de este octavo tomo, casi toca fondo.
Y es que el guión de Peter David pese a que es muy bueno, no deja de estar supeditado y encorsetado por una adaptación pura y dura de una parte de la primera novela, viéndose obligado a estirar la trama para que le quepa en cinco números, lo que desgraciadamente lastra su prosa haciéndola bastante más anodina que en otras ocasiones y a veces, incluso aburrida.
Por suerte, contamos con el dibujo de
En cuanto al argumento, éste es sencillo. En su eterna búsqueda de la Torre Oscura, comenzando por encontrar al Hombre de Negro, Roland Deschain llega al pueblo de Tull, donde un misterioso hombre llamado Nort le entrega un mensaje misterioso y supuestamente aterrador, lo que desencadenará una serie de desgraciadas consecuencias en la villa de Tull, un pueblo que no es lo que parece y al que el paso del Hombre de Negro ha sumido en locura y el fervor religioso.
Una obra que recomiendo tan sólo a aquellos fans de la saga, puesto que les resultará muy entretenida, pero que no pondría en mi estantería si no fuera por otros motivos.
