La locura del artista sigue siendo locura
«Su enfermedad se alimenta de su historia, del exilio, del tiempo que pasa…»
Este próximo lunes caerá 8 de Marzo, fecha ya por todos reconocida como el día de la mujer. Con motivo de ese día, en cuya fecha nuestra casa no se mantendrá ajena a la tarea de la visibilización, traemos la reseña de una obra que reivindica de forma tangencial, pero muy acertadamente, la falta de visibilidad que han tenido las mujeres en el campo concreto de las artes, y que poco a poco se va subsanando. La reivindicación en este caso es doble, dado que la autora del cómic es tanto mujer como digna de enfrentarse con su trabajo a cualquiera que se proponga medirse con ella.
La autora
Céline Wagner nació el 26 de diciembre de 1975 en Villiers-le-Bel, Francia. Fue graduada en la Escuela de Diseño Poly-créa de Toulouse. Ha formado parte de colectivos militares de poesía y cómic, pero en la novela gráfica es donde dice tener enfocada la mayor parte de su pasión artística.
Sus primeros trabajos en el noveno arte los llevó a cabo en revistas locales como Sangd´encre. Los primeros álbumes profesionales son con Edmond Baudoin, artista con quien trabaja en conjunto en la obra Les Yeuxdans le mur (Dupuis, 2003). En el año 2014 adapta la novela Un héroe de nuestro tiempo del autor romántico ruso Mikhail Lermontov, conocido como “El poeta del Cáucaso”. Es autora de cómics premiados en el país vecino, como Frapper le sol (Actes Sud l’an2, 2016) que ganó el Gran Premio Artémisia 2017 y el Premio Espíritu Libre 2016 en el festival BD de Montargis. Algunos de ellos de acceso abierto (en su idioma, Frances) en su portal de internet.
La realidad al servicio de la percepción
La obra nos narra un año en la vida de Unica Zürn, una representante del surrealismo que estuvo, y de alguna manera aún esta, a la sombra de lo que fueron sus compañeros de profesión. En concreto los sucesos ocurren en el año 1957, cuando la artista tiene su primera crisis, a los 42 años de edad. La historia salta al año 1970 para contarnos su trágico final de forma poética como guinda de un pastel tan bello como amargo. Con una esquizofrenia que, entre otras cosas, le obliga a internarse en un hospital psiquiátrico verá cómo paulatinamente su realidad comienza a desmoronarse a su paso, pese a los intentos de su pareja y también autor surrealista, Hans Bellmer, de salvarla a ella y a su obra de sí misma. Se intuye nebulosamente que su esquizofrenia, o al menos parte de su afección, fue posiblemente originada por los sucesos traumáticos, entre los que se cuentan una violación a los nueve años. Sucesos que solo se nombran una sola vez en la obra y de forma casi anecdótica, como si hasta el propio cómic fuera cómplice narrativo de esa forma de esquivar la realidad que tenía la protagonista.
Es una historia a caballo entre la biografía metódica, el reportaje detallista y una ficción delirante. Presenciamos la caída de la realidad de una persona que se nutre de esa misma caída para crear su arte. Aun con todo se entiende que su locura no es una herramienta que usa para crear, sino que su creación es una herramienta para alejar esa distancia que mantiene con la realidad. La obra conmueve porque el ejercicio de empatía que se logra haciendo del villano a la propia realidad es tan magistral en la narración como extenuante para el lector. El cómic se encuentra también plagado de escritos y poesías de Unica, y nos deja ver la calidad tanto literaria como evocadora de la trágica protagonista. Estos escritos están muy bien integrados con los textos de Céline Wagner, que usa las palabras cuidadosamente con un evidente respeto por todos los personajes, y en concreto por la protagonista y su visión del mundo, nunca pecando de rimbombancias o exaltaciones desmedidas.
En cuanto al apartado gráfico nos encontramos ante un estilo que refleja muy bien los cambios, no tanto de humor o del ambiente, sino de la propia realidad de la protagonista, cambios de percepción de ésta. Mezcla imágenes abstractas, que simulan el arte de Unica, con un estilo general que encaja con la realidad, una algo cubista en aspecto, pero muy reconocible en contenido. El color mantiene un diálogo aparte con el lector, haciendo que éste sea en gran medida el que descubra la verdadera ubicación de nuestra protagonista, ya sea dentro o fuera de la realidad que percibimos en el dibujo que delimita el color. El rojo y el azul hacen de herramientas narrativas, casi a modo de personajes inconscientes que no se materializan más que en la percepción del lector. Una Unica en casi todo momento vestida de rojo rodeada por una realidad ajena de color azul en la que se siente confusa y cansada, pero que a veces se tiñe de su mismo rojo y en la que pasa a ser vulnerable y a estar aterrorizada.
El camino continua
En cuanto a la visibilidad de artistas como Unica Zürn aún queda camino por recorrer, pero la senda ya comienza a estar más despejada gracias a lxs aventurerxs que abrieron el camino a base de esfuerzo. Lo que no debemos confundir nunca, es un acto de visibilidad con la intromisión de este acto en contra de la calidad, la integridad o de la pretensión de la obra; cosa que aquí no sucede. En concreto, quiero citar unas palabras que la propia autora remarcaba al principio de la gran cantidad de extras recopilados al final del cómic.
“Mi primera intención era hablar de Unica y solamente de ella, a parte de Bellmer, como si se me hubiera metido en la cabeza sacarla de la sombra en la que parecía confinada… Rápidamente, esta idea se reveló de lo más ingenua: Unica Zürn jamás estuvo a la sombra de Bellmer. En el de la historia, sin duda, pero eso es otro tema que merecería ser estudiado… El personaje no puede ser arrancado de la gente que pobló su vida; para construirlo, en vez de moldearlo, tenía que gravitar alrededor de un núcleo”.
Lo mejor
• La capacidad de mostrar la locura de una forma atractiva y aterradora, equilibrando la idealización del arte como resultado de la locura, y la misma locura como enfermedad angustiosa.
• Su forma coherente de tratar la falta de visibilidad de la mujer en el campo del arte sin traicionar a la fidelidad o a la intención principal de la historia.
• Un tratamiento del color exquisito, que se presenta como una herramienta narrativa indispensable en esta obra.
Lo peor
• El cómic está plagado de largos textos en ocasiones densos, y de sucesos relacionados con la incongruencia de la esquizofrenia, cosa que puede hacer que por momentos parezcan parte de una historia mística indescifrable. Eso puede ser algo excesivo para un público que busque una biografía al uso.
Guión - 8.5
Dibujo - 8.5
Interés - 9
8.7
Ilusorio
Esta obra se nos presenta como una biografía, pero que a veces roza el reportaje por un lado y la ficción por otro. Con un color que sirve de herramienta narrativa, y con una historia fiel en la representación y coherente con su esencia, La traición de lo real, es una de esas tragedias llenas de poesía de las que uno quiere huir por lo trágico pero se queda por lo poético.