La Venganza de los Sith

Lo cierto es que tras la nada convincente Amenaza Fantasma, y el colorista aunque desangelado Ataque de los Clones, muchos habían perdido la fe, o simplemente albergaban ciertas dudas, hacia la capacidad de su otrora admirado creador. Sin embargo, y para tranquilidad de millones de fans, en esta tercera parte Lucas recobra el espíritu de la trilogía original, olvidando (con paliativos) ese aura de aventura infantilizada que arrastraban los episodios uno y dos para abordar, sin temor, una tenebrosa historia que se apoya de igual manera en la descripción de un escenario bélico pre dictatorial y en la destrucción de la honradez de un alma.

Y es que, y a diferencia de los anteriores capítulos de esta nueva trilogía, Lucas se centra por fin en el esperado momento en el que su protagonista, Anakin Skywalker, abandona los caminos de la luz para dejarse llevar por los malvados designios de las tinieblas. Lucas no tiene piedad hacia su personaje y hace que la oscuridad ataque al joven por dos frentes. El primero es el miedo irracional que le provoca el temor de perder a quien ama, y el segundo sus propias ansias de poder ilimitado. Ambos aspectos conseguirán hacer mella en el jedi, corrompiendo primero su alma para, más tarde, deformar su cuerpo.

Lucas da en esta ocasión muestras de una gran sabiduría, y conocedor de que su misión no es otra que culminar con éxito el paso del caballero al reverso tenebroso de la Fuerza, sumerge desde el comienzo al espectador en una entretenida aventura. El director usa con acierto un frenético ritmo que no da tiempo para el descanso ni para el aburrimiento, consiguiendo crear, además, una historia sin fisuras en la que cada escena es una consecuencia directa de la anterior. Las secuencias de acción, endulzadas con un espectacular trabajo de ILM en los efectos especiales y un impresionante acompañamiento musical obra de John Williams, se alternan con otras en las que el guionista tiene la oportunidad de desarrollar las complejas conspiraciones políticas y las vicisitudes personales que atraviesan los protagonistas.

En esta entrega no falta ninguno de los ingredientes que hicieron grande a la saga, a los que se añade el deseo de contemplar, por fin, algunos de los momentos más esperados. Desde la espectacular batalla inicial, pasando por el duelo de Obi Wan y Anakin con el Conde Dooku, los combates entre ejércitos en el planeta de los wookies (con gran semejanza a la guerra de Vietnam), la destrucción de los jedis, el alzamiento del Imperio, el legendario enfrentamiento entre el corrupto aprendiz y su maestro Kenobi, para llegar finalmente a la creación de uno de los mejores villanos de la historia del cine. No es de extrañar que en algunos casos la primera visión del icónico Darth Vader haga levantarse en aplausos a la sala.

Sin embargo, el resultado final queda afeado por alguna escena puntual en la que sorprendentemente nadie da la talla. En la mayoría de los casos ocurre en secuencias sin importancia, pero por desgracia hay una que resulta vital para el desarrollo de toda la saga en la que Lucas muestra su peor cara. Desafortunadamente el momento clave (sin entrar en indeseadas revelaciones) de esta Venganza de los Sith resulta brusco, forzado y, para los menos respetuosos, ridículo.

Por supuesto La Venganza de los Sith no es una película sublime, pero sí un gran entretenimiento cargado de impactantes efectos especiales, personajes legendarios y una gran historia, que hará sin duda las delicias de los fans que, sin embargo, abandonarán el cine con la certeza de que para ellos La Guerra de las Galaxias ha pasado ser una futura esperanza para convertirse en una fuente inagotable de melancolía.

O.K.: -Recupera la dignidad de la saga, perdida en los dos episodios anteriores de la nueva trilogía.

K.O.: -Alguna escena que no cumple con su cometido.