Ladrón de Ladrones nº2

 

Edición original: Thief of Thieves #8 a #13.
Historia: Robert Kirkman
Guión: James Asmus.
Dibujo: Shawn Martinbrough.
Color: Felix Serrano.
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: $2.99.
Edición española: Ladrón de Ladrones nº2.
Formato: Rústica sin solapas, 136 páginas.
Precio: €14.95.

 

Revisitar un cómic para comprobar cómo continúa desde donde lo dejamos la última vez implica que cierta información resulte redundante, pero para poner en situación recapitulemos un poco la contextualización de esta serie. Ladrón de Ladrones es un proyecto de Robert Kirkman que él no escribe directamente, sino que contrata guionistas y colabora con ellos en una forma de trabajo propia de las series de televisión, la llamada «habitación de escritores». El guionista del primer arco argumental fue Nick Spencer, mientras que en este contamos con el guión de James Asmus (con varios créditos previos en Marvel, como Gambit y títulos de la familia X-Men diversos, su proyecto proio The End Times of Bram and Ben en Image y su posterior llegada a Valiant en Quantum & Woody).

Si bien cambia el guionista, la identidad de la serie presentada en los primeros números permanece, por varias razones. Principalmente, por la coordinación de Kirkman quien es probable que imponga ciertas reglas de estructura narrativa, así como posibilita la continuación orgánica de las tramas y subtramas planteadas en el arco argumental anterior; o tal vez, con una guía del creador, Asmus decidió respetar la forma de escribir que utilizó Spencer para que el paso de un cómic a otro no sea brusco. En efecto, aunque el final anterior era una especie de epílogo quedaba mucha tela para cortar y la narración aquí continúa desde donde quedó en el pasado volumen, así como en gran medida permanece el planteo de encuadres y cortes de escena que se apreciaban en aquel y la utilización de flashabacks para abordar detalles que caracterizan a los perosnajes.

Las marcas propias del nuevo guionista se ven entonces en hacia donde dirige la historia de estos ladrones, y el tipo de narración que presenta en su arco argumental. En cuanto a esto, plantea un nuevo conflicto para desarrollar en seis números de la serie regular (que se recopilan en este segundo tomo) pero girando un poco el foco de atención desde el protagonista Conrad Paulson a su hijo Augustus, elaborando consecuentemente otro tipo de narrativa y de tonalidad para su historia. Tomando uno de los cabos sueltos, Asmus complica aún más la vida de los personajes llevándolos a ese nuevo problema mayor, lo cual genera una narración que todavía tiene características de policial, y todavía con un robo como eje principal, pero éste no se trata de algo que típicamente se robe en las historias de ladrones, y el tipo de policial de este arco es uno más cargado de acción y violencia que el primero, y con una cierta sensación de agobio propia de thrillers y suspense.

Valiéndose entonces de la clásica y necesaria fórmula de introducción, nudo y desenlace, en el principio se ocupa de retomar desde el volumen anterior sentando las bases para ir de menos a más, desde algo relajado y con humor hasta problemas que conduce hasta los extremos, y resuelve el conflicto referido pero con un final tampoco tan convencional que casi que nos obliga a desear seguir leyendo el tercer volumen (que contará con el añadido no menor de recibir a Andy Diggle como guionista).

Asmus logra el cometido de mantener el estándar impuesto por el primer volumen, a la vez que consigue hacerlo bastante a su manera, diferenciándose de lo hecho por Spencer. Además de ser un logro para el guionista de este segundo arco argumental, también es un objetivo hasta ahora cumplido para Kirkman y su proyecto ya que da a entender que cada escritor que pase por Ladrón de Ladrones aportará lo suyo y lo hará contando una historia a su manera (aunque sea cumpliendo ciertas reglas), lo cual puede generar deseos de ver a tal o cual haciendo un cómic en esta serie.

De todos modos, además de Kirkman y la continuidad que este aporta en su campo, es mucho más determinante para mantener la identidad que suma a la cohesión junto con la calidad de este cómic el trabajo visual de Shawn Martinbrough y Felix Serrano (dibujos y colores, respectivamente) de quienes podría repetir textual lo dicho en relación al n° 1 ya que mantienen, si no mejoran, su trabajo en estos siguientes seis números de Ladrón de Ladrones.

Considerando, finalmente, la continuidad del equipo artístico sumado a lo que cada nuevo guionista respetando lo hecho antes por sus colegas, hacen de esta serie un interesante proyecto a tener en cuenta de un volumen a otro.