El cuarto tomo de Ladrón de ladrones continúa allí donde lo dejó el anterior -no podía ser de otra manera-, con nuestro protagonista
Una vez más,
El resultado está a la altura de las anteriores entregas, repitiendo sus aciertos y puntos débiles. Por un lado, los personajes siguen siendo apenas esbozos ligeramente definidos con escasa caracterización. Los malos europeos y sudamericanos son muy malos, y entre los malos norteamericanos hay de todo, que para eso los protagonistas se encuentran entre ellos. Una vez más la propuesta se aleja de la tradición de usar historias sobre el crimen para presentar en profundidad a personajes que como seres humanos están rotos, inmersos en una sociedad, la nuestra, totalmente corrupta. No, aquí la trama llena de peripecias y su avance están por encima de todo. La puesta en escena es muy de cine, o mejor dicho televisiva. Pero esto, que comprensiblemente puede ser una nota negativa entre los que reivindicamos que el cómic debe usar sus propios recursos y no tratar de ser el hermano pobre sin movimiento y sonido de lo audiovisual, de nuevo se convierte en uno de los fuertes de la obra: y es que autoimponiéndose esa aparente planificación de pantalla y no de viñeta, Kirkman y Diggle terminan demostrando ser notables artesanos del noveno arte. La huida en las calles de Italia, el tiroteo en el túnel, la incursión en la residencia de Lola…todas ellas son escenas complicadas de llevar convincentemente a buen puerto en cómic transmitiendo dinamismo, y sin embargo todas ellas consiguen resultar trepidantes.
También resulta continuista con las anteriores entregas el impecable aspecto gráfico que
El cuarto tomo de Ladrón de ladrones pone fin a gran parte de las tramas que hemos venido viendo a lo largo de la serie. Lo hace de forma continuista con lo contado hasta ahora, aprovechando de forma coherente elementos preexistentes, y ofreciendo grandes giros y revelaciones que no rechinan con ganas de sorprender sacrificando la lógica interna. Sin duda, las semillas de las siguientes entregas habrán sido ya plantadas en lo que hemos leído, como ha venido sucediendo en todas ellas. Si bien no estamos ante otra cosa que un divertimento muy bien construido, es precisamente en esto en lo que hay que hacer énfasis con Ladrón de ladrones: que sorprende y entretiene respetando la inteligencia de los lectores, cosa que sólo puede ser de agradecer.
HOmbre Sergio!
Muy agradable ver que hagas tan buenas reseñas, sobretodo cuando se trata de un comic que estoy leyendo ahora, el cuál, a decir la verdad, empecé a comparme gracias a las aficiones peligrosas que teneis todos con este tipo de obras, pasando por los muertos vivientes, el predicador, locke and key, etc… . Me ha gustado mucho aunque no me haya generado ningun sentimiento de flechazo de momento, quizá porque ya me he acostumbrado al heavy de las anteriormente comentadas obras, o porque como bien dices (y comparto totalmente contigo) es una obra pensada desde la perspectiva cinematográfica, desde los clásicos del cine negro, pasando por el estilo sesentero del ladrón antihéroe galán, a..qué sé yo, Ocean´s 11.
En fin, felicidades por tu obra y gracias a todos (ya sabes quienes) por abrirme esa ventana de conocimiento hacia el mundo del cómic más bestial!
fdo:Cerveza Negra, el de las grandes ocasiones 😛