Espía internacional a regañadientes.
«No quiere que la llame Shania y yo tengo problemas para llamarla Suzan. A partir de ahora, usted será para mi Lady S. Digamos que es su nombre de guerra.»
Desde que debuto en el cómic con el guion de la estupenda Historia sin héroes (Dolmen), el belga Jean Van Hamme (Bruselas, 1939) nos ha regalado algunos de los mejores guiones de aventuras del medio como obras y series tan destacadas como Thorgal (Norma), XIII (Norma), Largo Winch (Norma), El Gran Poder de Chninkel (Norma), Luna de Guerra (que próximamente reeditara Cartem), Rani (Ponent), Los maestros cerveceros (Dolmen) y larguísimo etc… Unas obras que le han consolidado como el mejor guionista de aventuras realistas del entorno francobelga de los últimos sesenta años recogiendo el testigo de Charlier o Greg. Sus guiones destacan por tener un ritmo perfecto, una gran verosimilitud y estar protagonizados por un nuevo tipo de protagonista que, lejos de ser un buscador de aventuras, se ven envueltos en ellas en contra de su voluntad. Algo ha influido en todo lo que se ha hecho posteriormente. Así que, cuando vemos su nombre en una novedad, ya contamos con la certeza y garantía de estar ante una obra que va a estar por encima de la media, como poco. Algo que también pasa con el primer integral de Lady S, la primera serie que el guionista belga creo con una protagonista femenina, que acaba de publicar Cartem con la calidad que es habitual en todas sus obras y que hace que nos olvidemos de la desafortunada edición jibarizada que hizo de los primeros números de la serie 001 Ediciones hace más de una década.
Lady S es una serie que podríamos clasificar como un thriller de espionaje y política nacida del poco afecto que el guionista tenía por la política internacional tras el 11-S. Se trata de una serie dibujada por Philippe Aymond (París, 1968) que cuenta hasta la fecha con dieciséis entregas. Las nueve primeras guionizadas por Van Hamme que posteriormente deja el testigo como autor completo al dibujante parisino que en la decimosexta entrega publicada hace un año deja el guion en manos de Laurent-Frédéric Bollée. Este primer integral recoge los cinco primeros álbumes de la serie publicados entre 2004 y 2008 donde se sientan las bases de lo que será la serie, está previsto que próximamente Cartem publique otros dos integrales que recojan el resto de los álbumes publicados.
En los dos primeros álbumes de la serie (Na zdorovié, Shanniouchka! y ¡A tu salud, Suzie!) se presenta a la protagonista, Suzan Fitzroy, una huérfana adoptada por un embajador de los Estados Unidos del que ejerce como su ayudante gracias a su inteligencia y dominio de los idiomas haciendo que se codee con las personas que ocupan las altas esferas de la política internacional. A lo largo de las páginas de esta aventura conoceremos que tiene muchos secretos relacionados con su pasado que provocan que un agente de una misteriosa organización la chantajee para que use algunas de las habilidades que adquirió en un su misterioso pasado para ayudarles con una misión muy delicada. Esto dos álbumes son una clase magistral de la forma en la que hay que presentar una serie y sus personajes principales, donde también destaca el brillante uso de los diferentes flashbacks que nos permiten conocer el pasado de Suzan y las elipsis que hay durante la trama para que el ritmo no decaiga. Todo ello sin dejar de lado la resolución de una conspiración bastante intricada llena de agentes dobles, organizaciones secretas y planes dentro de planes.
Los otros tres álbumes que completan el integral presentan cada uno una historia completa, en las que Suzan vuelve a ser manipulada para participar en las diferentes tramas y conspiraciones, mientras su historia sigue avanzando. De las tres las menos brillante es 59º de latitud Norte, aunque sirve para que nuestra protagonista vaya dejando atrás la inocencia y descubra que se mueve en un mundo lleno de grises. En cambio, Juego de trileros es una historia trepidante llena de giros de guion que nos permite conocer la organización a la que pertenece el agente que manipula a Suzan. Un topo en Washington, la historia que cierra el tono deja ver de lo que son capaces los políticos sin escrúpulos con tal de conseguir el poder y su final supone un cambio en el statu quo de la protagonista que nos deja deseando leer el siguiente integral.
Van Hamme ya había demostrado su enorme capacidad para manejarse en historias de espionaje y en las altas esferas en dos de sus series más conocidas, XIII y Largo Winch, con las que Lady S también comparte a un protagonista de un pasado misterioso y turbio. Aunque esta serie no alcanza los mejores momentos de esas dos maneja a la perfección todo lo que tiene que tener una historia de este género. Las tramas están íntimamente ligadas a la situación geopolítica del momento en el que se crearon con los rescoldos de la rivalidad entre los dos bloques de la Guerra Fría y la amenaza siempre latente del terrorismo yihadista. Todo ello con el rigor y la documentación que es uno de los sellos de identidad del guionista belga.
Aunque hay espacio para la acción, no estamos ante una protagonista que quiera ser un emulo femenino de James Bond y resulta más habitual que resuelva sus problemas utilizando la astucia en lugar de la violencia. Algo que acerca sus historias más la de John Le Carre o Graham Greene, aunque con unos personajes que no tienen la carga psicológica de los que vemos en sus obras, pero si vemos como Suzan va evolucionando a medida que se ve involucrada en más asuntos turbios.
Phillipe Aymond tiene un estilo clásico de un realismo de líneas limpias similar al de otros habituales de Van Hamme como Francis Vallès o Francq que hace un gran trabajo en los escenarios y con todo lo que rodea a los personajes que están llenos de detalles y resultan muy reconocibles. Narrativamente es muy clásico con más interés en la claridad que en la espectacularidad como todos los dibujantes que colaboran con el guionista belga. El principal problema de su dibujo es que sus personajes resultan algo estáticos y poco expresivos, lo que deja la sensación de estar ante un dibujo algo impersonal, pese a sus aciertos.
En las aventuras contenidas en este primer volumen de Lady S Jean Van Hamme y Philipe Aymond nos muestran todo lo que tiene que tener una buena serie de espías como agentes dobles, agencias llenas de secretos, conspiraciones que ponen en peligro el mundo, villanos con planes intrincados, giros de guion, traiciones y un toque ligero de erotismo. Todo ello en un escenario geopolítico que van cambiando con la actualidad del momento. Una obra tan divertida como honesta para todos los que disfrutamos con historias de este género con un toque clásico, pero con la capacidad para sorprendernos.
Lo mejor
• El perfecto ritmo de las historias.
• El reflejo de la realidad geopolítica del momento.
• Suzan es una protagonista carismática que no tiene nada que envidiar los de las series más conocidas de Van Hamme.
Lo peor
• Los personajes de Aymond son algo estáticos e inexpresivos.
Gracias por la reseña. Me llamaba mucho la atención este tomo. Para mi siempre son un placer este tipo de series de intriga de corte realista y con un dibujo tan solvente como el de Philippe Aymond.