Daniel Gavilán
Superboy 1, de SCOTT LOBDELL, RB SILVA y ROB LEAN; Portada de ERIC CANETE; DC Comics; 32 págs., 2,99 $.
De simple becario a timonel absoluto de la franquicia mutante, la histroia de como Scott Lobdell pasó de ser un don nadie a tener en sus manos el destino de una de las franquicias más poderosas de la industria del comic es todavía hoy una de las anéctodas más comentadas del medio que bien podría dar para una sátira sobre el mundillo a cargo de los hermanos Coen. Convertido en la apuesta y golpetazo sobre la mesa de Bob Harras cuando este consiguió que los números de ventas de línea alcanzaran cifras obscenas, Lobdell se erigiría como el símbolo de la Marvel de los 90 mucho más allá de la moda Image o el Amerimanga. No en vano, el escritor ha sido el guionista que durante más tiempo ha permanecido ligado a la franquicia con excepción de Claremont. Y aunque algunos todavía recuerdan con cierto cariño algunas de sus obras, el delirio al que se vio avocado el Universo Mutante cuando tomo control absoluto sobre las series principales de los X-Men darían pie a que todavía hoy un nutrido grupo de fans le guarden ojeriza.
Durante los últimos años del reinado de Harras y los primeros de Joe Quesada, el nombre de Lobdell fue extinguiéndose progresivamente de los títulos de la Casa de las Ideas hasta que -tras la cancelación de sus Alpha Flight– desaparecieran por completo. Pero, ¿qué fue de Lobdell? ¿Fue como Chuck Austen el producto de una alineación planetaria única que tras brillar de forma intensa se desvanecería como ascua mecida por el viento? Podéis apostar vuestras primeras ediciones de Whatmen?! a que no. Trasladándose al comic independiente, el guionista continuaría dejando muestra de su hacer en series como The Darkness, Buffy Cazavampiros y Wildcats. Eventualmente incluso pudimos verlo asomar las orejas por DC en algún que otro comic resultón como el dedicado a Enigma (antes de que Tony Daniel lo destrozara irremediablemente) en Sirenas de Gotham.
Ahora, en pleno relanzamiento DC con uno de esos reboots que a Harras (actualmente directivo de la compañía) tanto le gustan, Lobdell se ha convertido en uno de los hombres fuertes de la editorial a cargo de tres de los títulos que más han sufrido los cambios de este nuevo universo. Por explicarlo de una manera sencilla, Lobdell se ha repartido con Kyle Higgins cualquier título ligado a los masacrados Titanes de Wolfman y se ha llevado la mayor parte. Si hace unos días os presentábamos el trailer con su propia versión de los héroes juveniles más rebeldes del universo DC, hoy tenemos ya su debut en este proyecto masivo de los nuevos 52 con un personaje que tendrá un fuerte papel en dicha serie: Superboy.
Concepto creado por Jerry Siegel y Joe Schuster como medio con el que narrar las aventuras juveniles de Superman en Smallville, a raíz de la tan cacareada muerte del Hombre de Acero en los noventa sería reinventado como un personaje completamente independiente que aspiraba a tomar el manto de su predecesor. Macarra, pendenciero y con una incontrolable pasión por las chicas, Connor Kent no era sino un clon creado por Lex Luthor mediante la combinación de su ADN con el de Superman (una creativa forma de tener descendencia entre individuos del mismo sexo) que tras disfrutar de serie propia a cargo del matrimonio Kesel y Ron Marz se convertiría en miembro fundamental de la Young Justice de Peter David. Rescatado por Geoff Johns en su reinvención de los Jóvenes Titanes, el chico de oro de la actual DC pasaría por completo de su personalidad anterior (hasta el punto de que parecía un personaje completamente diferente) matándolo durante la Crisis Infinita. Afortunadamente para el pobre Conner, Johns se lo pensó mejor devolviéndoslo para que pudiera disfrutar de una estupenda serie a cargo de Jeff Lemire antes de verse afectado por la nueva crisis.
Reinventado una vez más, el Superboy que nos presenta Lobdell bebe de aquella idea del híbrido kryptoniano creado en un frío laboratorio desde una perspectiva similar a la que usase Scott Snyder en Proyecto Superman. Utilizando el primer número para sumergirnos de lleno en este entorno de monitores y tubos de suspensión en el que ha sido engendrado, no resulta difícil si tenemos encuenta los precedentes de Lobdell cuales han sido sus fuentes de inspitación. Arma Smallville XIII bien podría haber sido el título de esta nueva serie en la que el guionista de Generación X toma prestados las míticas líneas argumentales de la inmortal obra de Barry Windsor Smith desde una perspectiva menos lúgubre más afin con los gustos del autor.
Incluyendo además a dos personajes poco ligados al pasado del personaje pero que cualquier fan de comics reconocerá a pesar de encontrarse en una etapa bastante primigénea de sus carreras (una, un personaje capital durante los últimos años de los Titanes, la otra, un fetiche personal de Lobdell originaria del universo Wildstorm), el caso es que el resultado de combinar estos elementos no queda del todo mal y Lobdell nos deja un comic fresto y divertido dentro de los cánones de sus trabajos más lúcidos de los 90. Con un dibujo claro y vistoso, con ciertos toques cartoon (pero sin deformar en exceso a los personajes) a cargo de RB. Silva, el comic tiene ese sabor a pizza, skate, refrescos con gas y humor patán que gastaba en la serie de Emma Frost y sus pupilos. Se trata de una historia ligera con algunos tintes siniestros que sin ser la revolunción del medio se deja querer y cuyo mayor problema es la inundación de cuadros de textos y diálogos farragosos marca de la casa. Echando en falta alguna que otra conversación en el tejado para que el factor nostálgico fuera todavía más patente, probablemente no os haga correr a la tienda de comics para haceros con el siguiente número, pero si os pilla con ganas de un sencillo divertimento sin apenas pretensiones y os criasteis con los comics de aquella añeja época probablemente os dejará un buen sabor de boca.
Destacando el singular rediseño a medio camino entre «Tron» y la etapa azul electrica de Superman que de alguna manera funciona para darle un tono diferenciado al personaje (al menos mucho mejor que la versión sin mangas de Booth) añadir que si hay un detalle bastante cuestionable que se le puede achacar a este comic y es que desde este primer número empiece a dar señales de entrecruzamiento obligatorio entre títulos. Si algo hacía interesante este reboot, era la posibilidad de encontrarnos series con temáticas muy diferentes en el que cada autor interpretase libremente los mitos de los personajes incluidos sin ataduras de continuidad como dictaban las bases del «hipertiempo». El primer número de esta colección envía dichas posibilidades al garete y su última página hace pensar que si queremos seguir esta serie sin perdernos nada, va a ser más que necesario ir comprándose los Jóvenes Titanes. Pero entonces, ¿cómo encaja esto con la intención de crear un universo accesible y fácil para nuevos lectores si ya desde el primer número les estás diciendo que además deben pillarse otra serie para seguir esta? Y en tal caso, ¿para qué ha sido necesario hacer un reboot? Con estas preguntas y la última página (gracias a los muchachos de TitansTower) del comic os dejamos antes de pasar a otra serie:
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Grifter 1, de NATHAN EDMONDSON y CAFU; Portada de CAFU; DC Comics; 32 págs., 2,99 $.
Llegando de tapadillo al relanzamiento de este Nuevo Universo DC, Nathan Edmondson es probablemente uno de los talentos más prometedores surgidos dentro de la estela del comic independiente de los últimos años. Con solo tres obras a sus espaldas, el guionista ya ha conseguido sorprender a propios y extraños con una versatilidad capaz de adaptarse a la fantasía heroica, el terror sobrenatural o el metaespionaje sin perder el elegante estilo a band apart presente en toda su obra. Con The Light (un aterrador thriller sobre una misteriosa enfermedad que se transmite a través de la luz eléctrica convirtiéndo a los expuestos en homicidas piras ardientes) y ¿Quién es Jake Ellis? (una historia de espionaje con toques a la Saga Bourne en la que un agente secreto actua bajo las instrucciones de un enigmático hombre de negro al que solo él puede ver) es difícil imaginar a un candidato más indicado para relanzar las aventuras del pistolero más famoso del universo Wildstorm que él.
Personaje creado por Jim Lee en páginas de WildC.A.T.S. allá por 1992, Grifter fue presentado como un inplacable pistolero y luchador cuerpo a cuerpo a medio camino entre los clásicos del western y las películas de John Woo con su rostro perennemente cubierto como un singular pañuelo a lo corredor de San Fermín pero en tímido. Con poderes psíquicos latentes que le permitían desde sanar más rápido de lo normal (aunque nada comparable con Lobezno y similaresI) a captar a otros seres vivos a su alrededor, sería un personaje fundamental dentro de etapas tan recordadas como Point Black y Sleeper de de Ed Brubaker, Team 7 o las etapas de Travis Charest y Joe Casey en los WildC.A.T.S.. Ahora, Cole Cash vuelve a empezar desde cero sus aventuras convirtiéndose en el fugitivo más buscado del mundo tras verse atrapado en una siniestra conspiración alienígena con el objetivo de infiltrarse inadvertidamente en nuestro mundo.
Introducidos en el debut de los WildCATs, los Daemonitas fueron presentados como una voraz raza alienígena de rasgos infernales y unas características bastante similares a los Dire Wraiths de Bill Mantlo. Creados por los todopoderosos Kherubins, tras revelarse comenzaron a extenderse como una plaga por el cosmos convirtiéndose en unos enemigos recurrentes tanto de los WildCATs como de la práctica totalidad del Universo Wildstorm. Con la incorporación de este al grueso del Universo DC, los Daemonitas siguen manteniendo sus rasgos característicos pero en una forma mucho más espectral y lovecraftiana (en su nuevo diseño a manos de CAFU, casi parecen el producto de una febril pesadilla ostraconofóbica) dando forma a una siniestra amenaza que se oculta bajo nuestro de forma muy similar a la que se nos presentara en La Invasión de los Ladrones de Cuerpos (y sus posteriores remakes, incluyendo el clásico de Philip Kaufman) o las numerosas invasiones Skrull contra la tierra.
Haciendo de su abducción el detonante que provoca el despertar de los poderes psíquicos de nuestro protagonista, este pasa de ser un estafador de poca monta (al igual que hiciera Moore hace años con Voodoo, Edmondson busca algo parecido con el personaje que nos ocupa) a verse atrapado en una situación que a todas luces le supera. Escuchando siniestras voces amenazantes por todos lados y con los escenarios más cotidianos de nuestra vida transformados en un campo de guerra en el que hasta el más inofensivo ciudadano puede ser un letal enemigo que busca su muerte, la vida de Grifter se convertirá en una vertiginosa aventura de acción al límite en la que la improvisación y sus capacidades físicas y mentales serán su única vía de escape. Como Roddy Piper en la mítica ¡Están Vivos!, Cole Cash sustituye las gafas de sol por su indistinguible pañuelo erigiéndose como un imposible héroe perseguido por todo el mundo. Tras acabar con la vida de una indefensa mujer (en realidad era una atroz monstruo espacial que intentaba hacer lo propio con él, pero eso solo Grifter lo sabe) delante de un avión de pasajeros y casi provocar un grave accidente al abrir una de sus puertas causando las despresurización en pleno vuelo, Cole Cash se convertirá en objetivo de las fuerzas de la ley mientras los fantasmales invasores se vuelcan en darle caza.
Con una estructura narrativa desorganizada en la que abundan las elipsis y los saltos en el tiempo así como un ritmo trepidante que no deja hueco para el descanso, el debut de Edmonson en DC comics recuerda en gran medida a su último trabajo en Image sin llegar a ser tan redondo como este. En cierto sentido me ha recordado a las sensaciones que me transmitió el primer número de Action Comics (el de Morrison, no el de Siegel) donde el ritmo excesivamente frenético de la historia impide disfrutarla del todo.
En líneas generales podría decirse que el comic lo tiene prácticamente todo. Ritmo, clase, una narración ingeniosa, una propuesta atractiva… pero el conjunto no acaba de cuajar, quizás por un protagonista cuyos actos se desarrollan de forma tan sistemática que no consigue implicarnos del todo en los acontecimientos que está viviendo. Enfrentándose a situaciones tan singulares como verse en manos de alienígenas o provocar una crisis de rehenes en un vuelo comercial, Cole pasa de un reto a otro sin apenas secuelas ni sentimiento de extrañeza o desamparo haciendo muy difícil conectar con la verdadera magnitud de las circunstancias por las que atraviesa. Esto le aporta a la historia cierto tono de videojuego en primera persona, que si bien en su obra junto a Tonci Zonjic aprovechaba a la perfección, aquí se antoja excesivamente fría y distante.
Este detalle, junto al hecho de que los contínuos asomos a las comunicaciones de los Daemonitas sirvan más como elemento descriptivo de situaciones bastante obvias (desde indicar que Cash se ha despertado cuando la viñeta correspondiente ya nos lo muestra a añadir que es necesario atraparlo cuando ya vemos como lo persiguen) que como recurso enigmático con el que añadir misterio restan magia a un relato que debería dejarnos la sensación de estar vislumbrando un gran misterio junto a la premisa inicial. Puede que esté dejándome guiar por preferencias personales, pero quizás si Edmondson hubiera potenciado la duda sobre si la amenaza a la que Grifter hace frente es real o son desbaríos de su cabeza la historia se habría visto beneficiada.
Pese a estos detalles, la historia atesora virtudes como su potente propuesta narrativa así como el dibujo de nuestro compatriota CAFU, a quien entrevistamos recientemente con motivo de su implicación en el relanzamiento y quien nunca deja de sorprendernos. Con un estilo que en mucho recuerda al de Travis Charest en sus tiempos Image, el dibujante es en buena parte responsable del tono de ciencia ficción noir que despide cada página. A medio camino entre la saga Bourne, Distrito 9 y Encuentros en Tercera Fase, Grifter puede ser un comic con mucho que ofrecer pero al que también le queda bastante por demostrar. Démosle el beneficio de la duda pues con los nombres implicados todavía nos podemos llevar una grata sorpresa. Y para quien todavía no se fíe, cuatro palabras: Who is Jake Ellis?
Deathstroke 1, de KYLE HIGGINS, JOE BENNETT y ART THIBERT; Portada de SIMON BISLEY; DC Comics; 32 págs., 2,99 $.
Llamando la atención de Marvel con su proyecto de tesis, The League, con apenas 25 años Kyle Higgins y su compañero de trabajo Alec Siegel fueron reclutados por Joe Quesada para colaborar en la colección de relatos cortos Capitán América: Teatro de Guerra. Aquella película universitaria enfocada como un falso documental centrado en un hipotético sindicato de superhéroes en el Chicago de los años 60 haría de él una joven promesa con un talento por explotar. Sin embargo, el guionista y director apenas tuvo oportunidad de realizar un par de historias cortas y una miniserie de Supreme Power cuando DC comenzó a tentarle captándole para el universo del señor de la noche. Debutando en pleno Batman Incorporated, Higgins realizaría junto a David Hine una historia a través de los anuales de Batman y Detective Comics que inmediatamente generó una polémica de la que se hicieron eco los medios. En All the Rage, el guionista presentaba a Nightrunner, un muchacho aficionado al parkour que sería reclutado por el señor de la noche para convertirse en el Batman francés. Lo peliagudo es que este aventurero juvenil era un inmigrante de Argelia, lo que en seguida atrajo las protestas de los frentes ultraconservadores francófonos, que vieron en aquel personaje una afrenta contra su país. Pero Nightrunner se quedó y con él Kyle Higgins, quien no tardaría en convertirse en el hombre de confianza del ascendente Scott Snyder colaborando junto a este en la miniserie evento Gates of Gotham.
Ahora, con Snyder convertido en el primer timonel de la franquicia del caballero oscuro en pleno relanzamiento del Universo DC, Higgins continúa como su segundo de abordo al frente de las series de Nightwing y su némesis Deathstroke. Dentro de una franquicia en la que se ha apostado por un tono lúgubre y truculento, Snyder y Higgins suponen la sobriedad narrativa dentro de una franquicia dominada por la invasión de los dibujantes Image. Con el honor de haber pasado de ser un guionista cuyos trabajos casi siempre han venido firmados en compañía de otros a ocuparse libremente de las colecciones de dos personajes clave de la editorial, Deathstroke es su debut en solitario para DC comics.
Pululando por el noveno arte mucho antes de que Cable, Mangog y otros tipos duros se pusieran de moda, Deathstroke fue creado por Marv Wolfman y George Pérez en los inicios de su mítica etapa en los Nuevos Titanes presentándolo como un implacable mercenario con un marcado y peculiar código de honor. Con sus actos reflejos aumentados y unas aptitudes tácticas, físicas y de combate muy por encima de la media, durante años se movería a través de la delgada línea entre el bien y el mal colaborando con los jóvenes aspirantes a superheroes tan pronto como decidía matarles. Fetiche personal de Wolfman, este guionizaría sus aventuras de forma prácticamente exclusiva desde su creación en 1980 hasta mediados de los 90, cuando la colección en solitario del personaje llego a su fin tras 60. Desde entonces, el personaje ha estado pasando por varias manos destacando su rol en las sucesivas Crisis (la de Identidad primero y la Infinita después) así como en las aventuras de los Titanes con la formación del grupo del este y tiempo más tarde el de aquella suerte de Villanos de Alquiler de Eric Wallace con Arsenal, Cheshire y Osiris como miembros.
Sin dejar del todo claro si esta nueva etapa de sus aventuras toma en cuenta o no sus andanzas del pasado, Higgins lo reivindica como hombre más peligroso del mundo, devolviéndolo a ese estatus como asesino de alquiler implacable y solitario que nunca debió perder. Según el propio guionista, aunque dicha faceta siempre estuvo ahí, el que durante los últimos años lo hayamos visto enfrentarse a los pesos pesados de la editorial y consecuentemente perdiendo un combate tras otro ha rebajado su caché haciéndole perder parte de esa presencia que tenía en sus orígenes. Es por ello que ha decidido introducirlo en un circuito de crimen underground repleto de tráfico de armas metahumanas, corruptelas empresariales y otras organizaciones que llevan a cabo sus poco legales acciones entre las bambalinas del Universo DC que conocemos.
Con un toque sobrio y repleto de acción en el que el guionista pronto deja claro que Slade Wilson es todo un «badass» (de hecho no se cansa de repetirlo en las primeras páginas), Higgins no busca en ningún momento hacernos empatizar con él por la vía fácil convirtiéndolo en una especie de anti-heroe, sino lo que lo retrata sin ningún tipo de tapujos abarcando su lado más brutal y terrible. Y es que como el Punisher de Ennis, Deathstroke no es un personaje cómodo ni con el que resulta fácil conectar, sino un viejo lobo voraz cuyo código ético esta por encima del bien y el mal y a quien no le tiembla el pulso a la hora de apretar el gatillo ya sea contra amigos o contra enemigos. Usando una narración lineal, pero con numerosas elipsis y saltos en el tiempo para hacer la historia más ágil, tras prensentarlo en todo su esplendor cercenando cuellos en Moscú, Higgins lo embarca en una nueva misión que ocupa la práctica totalidad de este primer número en le que la introducción de McGuffin abre la puerta a tramas futuras.
Con un gran número de tópicos de los relatos de operativos especiales a la mejor tradición de Frederick Forsythe o Tom Clancy en juego, Higgins se maneja comodamente con estos ofreciéndonos un comic repleto de acción en el que esta sirve a la historia y no al revés. Con un puñado de secundarios que si bien no destacan demasiado cumplen perfectamente su cometido, Slade se erige como único y verdadero dueño de la función haciendo de su magnética personalidad y sus carácterísticas cinemáticas el principal reclamo. Con la dureza del cine de acción de los 80, el sentido del espectáculo de los 90 y una depuración deudora del Bond de Daniel Craight o el cine de Joe Carnahan, pese a la sencillez de su número debut, Deathstroke se presenta como una propuesta más que interesante para aquellos que busquen un relato lleno de adrenalina con acción de la vieja escuela.
Joe Bennett cumple su cometido en apartado gráfico aportando un trazo realista y poderoso en el que cada miembro cercenado y disparo a bocajarro se sienten en cada asalto de este temible Conan moderno que no conoce otra ley que la de las armas. Logrando que sea temible incluso cuando permanece en pie sin otra expresión que la de su propia estampa, dibujante y escritor ofrecen motivos suficientes para hacer de este número un decente punto de entrada. Higgins ha reconocido en varias ocasiones que su aspiración es lograr hacer algo similar a lo que Johns hizo con lor Rogues en Flash. De momento no ha empezado mal, ahora esperemos que sea capaz de mantener el tipo.
Suicide Squad 1, de ADAM GLASS y MARCO RUDY; Portada de RYAN BENJAMIN; DC Comics; 32 págs., 2,99 $.
En los apenas dos años que lleva escribiendo dentro del circuito del comic profesional, si algo ha demostrado el angelino Adam Glass es que estamos ante un guionista de «armas tomar«. Debutando en la industria a través de uno de los números autoconclusivos de Deadpool Team-Up tras colaborar junto a Mike Benson (otro de los «duros» de Marvel, más conocido por ser el guionista de El Séquito y haber escrito a la práctica totalidad de los héroes urbanos de la editorial) en proyectos como Luke Cage Noir o la versión pulp de Deadpool sería reclutado por DC para convertirse en el sucesor de Gail Simone al frente de los más intratables villanos de la editorial.
Desde que nos sumergimos en esta demencia a la que conocemos como siglo XXI, los chicos y chicas más reprobables del universo DC han disfrutado de plataformas en las que dar rienda suelta a toda su mala baba y sus negrísimos impulsos para disfrute de un buen puñado de fans hartos de tanto boy scout y chica con complejo de novia de america. No es ninguna noticia que la cruzada de Frederic Wertham no hizo ningún bien a la editorial, y aunque personajes como Batman consiguieron escapar tímidamente de este yugo otros como Superman o Wonder Woman quedaron castrados sin remedio. Aunque durante décadas los grandes iconos de DC nos han ofrecido grandes historias a cargo de algunos de los mejores autores del medio, sus raíces en épocas más inocentes y las limitaciones con las que se veían obligados a jugar demasiado a menudo les colgaban una etiqueta de «pánfilos» de la que no se libraban ni a tiros. Los héroes no pueden saltarse las reglas, los héroes tienen que ser justos, los héroes no pueden tener malicia, tener malos pensamientos ni follar por simple y llana diversión, ¡los héroes son un coñazo! Ya lo comentaba Morrison no hace demasiado tiempo hablando a cerca de sus frustrados planes para amazona de Themyscira sobre como el amoldamiento a las convenciones sociales y a lo que se considera políticamente correcto ha perjudicado a muchos personajes haciéndoles perder gran parte de su esencia original.
Quizás por ello la llegada de obras como Watchmen y sus precedentes sirvieron como catarsis dando como resultado una oleada de personajes oscuros y violentos que hicieron de los 80 y 90 su feudo personal. Harto de tanto bienhechor simplón, los lectores comenzaron a verse atraídos por la otra cara de la moneda convirtiendo en obras de culto a series como el Escuadrón Suicida de John Ostrander, Lobo, los Etrigan Demon y Hitman de Ennis o el citado Deathstroke The Terminator de Marv Wolfman. Pero la broma terminó pasándose de rosca y lo que en principio empezó como una promesa de irreverencia y diversión acabó en un empacho de personajes intensos en competición por ver quien tenía el trauma más gordo. Siendo necesario un regreso a un tono más luminioso y alentador, los siempre irremediables viejos rockeros fueron haciéndose a un lado dejando paso a personajes más humanos y ejemplares. Aun así, los villanos de la editorial se negarían a perder su lugar y durante la última década el Escuadrón Suicida y los Seis Secretos se han alternado en la labor de mantener vivo el testigo a cargo de guionistas como Gail Simone, Keith Giffen o el propio Ostrander sacando a relucir la grandeza de personajes como Deadshot, Amanda Waller, Scandal Savage, Bane, Ragdoll o el General Eiling.
En pleno relanzamiento del Universo DC, ahora le toca a un semi-debutante Glass seguir los pasos de sus predecesores reinterpretando a su manera a este grupo de supervillanos al servicio del estado. Durante Flashpoint ya pudimos tener un primer contacto con su hacer en la miniserie Legion of Doom donde aparte de un sobreprotector fetichismo por Heathwave el guionista hacía gala de una total falta de escrúpulos a la hora de adentrarse sin concesiones alguna en entornos violentos y desumanizados así como para masacrar sádicamente a todo personaje que se pusiera en su camino (particularmente aterradora su sórdida versión de Plastic Man). Ahora con las restricciones implícitas de no operar dentro de un elseworld en el que puede dar rienda suelta a su vena perversa, nos encontramos con un Glass contenido más fácil de digertir aun a costa de sacraficar algunas de las partes más truculentas del comic.
Comparando las imágenes previo entintado con las páginas finales puede apreciars como lo que en principio iba a sr un festival de sesos y sangre a cada bala disparada se ha visto sustituido por unos más que discretos disparos contra el torso (en los que muchas veces se nos deja claro que la herida no es mortal). Aun así, no nos llevemos al engaño. Al igual que en este nuevo universo puede verse cierta vena truculenta y cruel cercana a la tradición Image, estaba cantado que esta serie cuyos protagonistas tienen un largo historial al otro lado de la ley, ibamos a encontrar una marcada explotación del recurso escabroso. Extremidades cercenadas en fauces de hombres tiburón, torturas directamente extraidas de Two Fast Two Furious y otras más propias de Supervivientes o un festival sado son la tónica de una serie que arranca poniendo a sus protagonistas contra las cuerdas.
Mientras uno tras otro los va sometiendo a las más crueles vejaciones y relata como han llegado hasta la situación en la que se encuentra, Glass nos presenta a los siete integrantes del grupo original dejándonos con la certeza de que no todos saldrán por su propio pie al concluir el número. Seleccionándolos entre el interminable fondo de saco de villanos de perfil bajo del que dispone la editorial, Glass apuesta sobre seguro con una inclusión como Floyd Lawton, personaje con un carisma a prueba de fuego que ha conseguido destacar incluso en manos de los más torpes guionistas y que aquí mantiene toda su grandeza. Junto a él se incorpoa Harley Quinn, sempiterna sidekick con derecho a roce de Joker quien durante los últimos años ha formado parte de las Sirenas de Gotham y que ahora abraza una postura mucho más extrema con un look cercano al que luciera en los videojuegos de la saga Arkham Asylum. Pero esta actitud agresiva va más allá de su aspecto, y si bien es cierto que ya dejaba entrever algo durante la etapa de Peter Calloway em la colección de Selina y sus amigas, aquí muestra una actitud cercana a la de Joker en el primer número de Detective Comics ligándolo directamente a dicho evento (lo cual ya es un engorro, porque si pretendemos hacer un primer número accesible para nuevos lectores y ya ponemos cartelitos indicando que deben leer para entender tal o cual cosa mal vamos.
Operando bajo la férrea dirección de una irreconocible Amanda Waller, el equipo cuenta además con otro viejo conocido para los seguidores de la etapa de Gail Simone (Rey Tiburón), quien aquí aparece con una forma bastante difente a sus apariciones anteriores (por su fisionomía de Tiuburón Martillo con una especie de rémoras colgando de su barbilla). Con la promesa explícita de que su presencia en el grupo dejará más que un festín antropófago, a su lado tendremos a El Diablo, antaño pistolero enmascarado creado por Robert Kanigher y Gray Morrow y que al igual que El Jinete Fantasma ha sufrido varias reinvenciones. Más cercano a la versión de Jai Nitz, Phil Hester y Ande Parks que a la de Gerard Jones y Mike Parobeck, Chato Santana presenta un look bastante similar al que luciera en su última miniserie aunque de repente le hayan surgido unos poderes piroquinéticos de naturaleza desconocida.
Declarado admirador de Batman, otro de los personajes con los que cuenta en esta nueva etapa es con Araña Negra, un villano menor del señor de la noche que para Glass tiene un significado especial. Debutando en el primer comic que llegó a sus manos cuando pequeño, el personaje no se ha prodigado demasiado desde entonces, lo cual no ha evitado que haya habido hasta cuatro encarnaciones del mismo. Completan la lista Savant (antiguo asistente de Bárbara Gordon) y Voltaic, un personaje especialmente creado para la ocasión. Los siete dan vida a este Escuadron Suicida que como en anteriores encarnaciones se encargarán de cumplir misiones clandestinas, con altas tasas de mortalidad, para el gobierno de su país.
Tomando la reinvención de James Bond a manos de Paul Haggis, como referencia en la que mirarse, el guionista buscaba un escuadrón más duro, inteligente y sin tapujos haciendo de ella una obra llena de violencia gráfica y acción a medio camino entre los trabajos iniciales de Gail Simone en la serie y los trabajos de Frank Tieri. Orquestando el relato en tres tiempos narrativos, nos deja con un giro en la úlrima parte que aunque los más curtidos probablemente se lo vean venir no por ello es menos efectivo.
El dibujo corre a cargo de Federico Dallocchio, Ransom Getty y Scott Hanna, artistas de cuyo arte hemos podido disfrutar en las miniseries Modern Warfare 2 y los Guardianes Globales (los verdaderos, no aquellos con los que nos tomó el pelo Image). Ambos sustituyen a Marco Rudy (The Shield, Final Crisis Aftermath: Escape), quien estaba previsto como dibujante de la serie en un principio pero se cayó del proyecto por causas todavía desconocidas. Uniformados con las tintas de Hanna, sus trazos dan forma a un dibujo claro y nítido más poroso en el caso de Dallocchio (que se encarga de las partes narradas a tiempo real) que en de Getty. El contraste entre estos dos estilos manteniendo cierta consistencia gráfica beneficia gratamente a la historia recordando (manteniendo cierta distancia) al realizado por Dale Eaglesham en la miniserie de los Villanos Unidos.
Por lo demás, no es mal arranque teniendo en cuenta lo que esperaba con el precedente de Flashpoint: Legion of Doom. Aún le queda trecho que recorrer, pero como pronto Glass consigue condensar lo que parece será la tónica de la serie presentando a los personajes mientras no se corta los pelos ya sea ilustrando la sangrienta violencia que rodea a sus aventuras o sorprendiéndonos con algún que otro giro de guión inesperado. Se le puede achacar la sobrexplotación de la violencia o la forma tan gráfica en la que lo lleva a cabo, pero en una serie protagonizada por esta suerte de Dirty Dozen del universo DC, no se puede negar que no encaje. Más grave es si cabe los cambios estéticos totalmente gratuitos que sufren dos personajes clave de la colección. Tanto jaleo como se armó por la supuesta erradicación de los pantalones cortos, y ahora resulta que las verdaderas víctimas han sido los bigotes y los kilos de más. Habrá que empezar a exigir el regreso del vello supralabial y las tallas grandes.
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Toni Boix
Mister Terrific 1, de ERIC WALLACE y GIANLUCA GUGLIOTTA; Portada de J.G. JONES; DC Comics; 32 págs., 2,99 $.
Aunque muchos sostendrán lo contrario, en mi opinión Michael Holt es uno de los personajes más interesantes que ha dado de sí la moderna DC Comics, algo que refrenda tanto su utilización regular en cabeceras como JSA y Checkmate como su aparición como estrella invitada en muchas de las series del antiguo Universo DC. Su extrema inteligencia, su filosofía de vida y una estética particular asociada a su condición de afro-americano así lo justificaban. No es entonces tan extraño que, a pesar de la desaparición de la JSA de esta nueva Tierra, en este Nuevo Universo DC, Mister Terrific se haya hecho con una colección para él solito desde la que predicar el fair play. Algunos se preguntarán cómo es eso posible si el origen de nuestro héroe estaba vinculado tanto al legado del primer Mister Terrific, Terry Sloane, miembro de la primera encarnación de la Justice Society, como al Espectro, otra criatura que hunde sus raices en la Golden Age y que por ahora no asoma cabeza en esta «nueva» continuidad. Lo cierto es que casi todo se mantiene en su sitio en el remozado origen de este Terrific, menos los detalles ahora comentados. También aquí Holt sopesaba la posibilidad del suicidio después de que la muerte de su esposa Paula, embarazada de un varón, le dejara sin propósito. Pero no es el Espectro quien se le aparece para hacerle cambiar de idea ni tampoco es el ejemplo de Sloane lo que le permitirá reorientar su vida. Más bien será una figura que introducirá un importante interrogante en la trama la responsable de recordarle a Michael Holt que fue su moribunda esposa quien le encomendó «educar al mundo», y así lo hará a partir de entonces, tanto desde un complejo patrimonio empresarial levantado sobre el I+D como desde su condición de vigilante con contactos en el Departamento de Policia de Los Ángeles. Como ya sucediera con la colección de Green Arrow, también Holt es un rico empresario afincado en un entorno urbano reconocible para los estadounidenses pero que gusta de dejarse ver por el continente europeo, siendo Londres el primer escenario que aparece en este primer número. Como en la colección de Krul, Jurgens y Pérez, también Mister Terrific cuenta con un variado elenco de personajes secundarios, cuya participación en la trama la enriquece y redimensiona. Otros elementos, sin embargo, otorgan especificidad al personaje, puesto que este nuevo Mister Terrific es capaz de acceder a un espacio dimensional distinto del nuestro, tiene a su disposición utensilios tecnológicos de enorme magnitud y hace gala de un sutil sentido del humor. La serie, con estos mimbres, avanza con interés de forma fluida, no exenta de frescura y de unos acertados ejercicios de caracterización, encontrando en el guión su activo más importante aunque tampoco el dibujo perjudique en especial al conjunto y a pesar de que el giro final que conduce al cliffhanger resulte un tanto forzado. Sin duda, una serie prometedora, con algunos fallos pero cargada de posibilidades que ya comienzan a esbozarse.
Mariano Abrach
Legion Lost 1, de FABIAN NICIEZA y PETE WOODS; Portada de PETE WOODS; DC Comics; 32 págs., 2,99 $.
Históricamente, la Legión de Superhéroes se prestó para sufrir grandes modificaciones ante cualquier movimiento editorial que se preparara para el Universo DC. En ocasión de este relanzamiento la sacó barata, siendo levemente modificada y continuando casi sin alteraciones, aunque eso aún está por verse en su serie principal a publicarse la semana próxima. Esta segunda serie de la Legión es la que presenta los mayores cambios que se aplicaron a esta parte del UDC, tomando un grupo reducido de personajes de los jóvenes superhéroes del siglo XXXI y arrojándolos al siglo XXI (ellos son: Timber Wolf, Tellus, Tyroc, Chameleon Girl, Gates, Wildfire y Dawnstar).
Todo eso lo sabíamos de antemano, desde el mismo anuncio de la serie regular, y luego de la lectura del comic no obtenemos mucho más. En efecto, este #1 se ocupa en su totalidad de preparar el terreno para contar las desventuras de los Legionarios perdidos en el siglo XXI, mostrándonos en cada página lo mal que la van a pasar. Claro que eso es algo que nosotros, lectores, conocíamos con antelación; en la narración, los personajes de ninguna manera piensan que se quedarán en este espacio-tiempo y sólo vienen persiguiendo a un villano, en una misión de la Legión como cualquier otra, y el devenir de sucesos hace que las cosas no salgan como habían planeado. Desde luego, era una misión que los autores del comic diseñaron para que fracase y a partir de allí comience a desarrollarse la verdadera propuesta de la serie con los personajes estancados en el siglo XXI, aunque eso quedará para los próximos números. En esto falla el comic como introducción, porque no sabemos qué esperar para lo que seguirá en Legion Lost, más allá de que los personajes que la protagonizan no lo tendrán nada fácil.
Por lo tanto, en lugar de ser funcionar como un #1 lo hace más como un #0, y el verdadero comienzo de la historia que buscábamos leer aquí lo tendremos el próximo mes. Entonces sabremos qué planea hacer Nicieza con esta propuesta que tiene potencial para ser una lectura entretenida. De hecho, en estas primeras veinte páginas el entretenimiento está, pero en el análisis posterior nos quedamos con que no se avanzó prácticamente nada desde la premisa inicial.
Un detalle que cabe destacar, que en apariencia no es más que una nota de color: en una de las primeras páginas (que puede verse ilustrando este texto) hay una mención a Flashpoint; sin lugar a dudas, esto tiene que ver con el viaje temporal que realizan los Legionarios. Habrá que ver si esto es desarrollado de alguna manera a lo largo de esta serie regular y es más relevante de lo que parece. De todos modos, este mínimo detalle parece lo más interesante de todo el comic.
Lo siento en verdad. He tratado de que me guste estenuevo Universo DC, pero la verdad no me pega, menos mal que lo he descargado, y lo he borrado de mi disco duro, pues no pienso contribuir al cheque mensual de Didiot, Lee, Harras & Cia. Conner Kent (1993 – 2011)
Se que apareció mucho antes, pero… no puedo evitar pensar en Sawyer de Lost cuando veo a Cole Cash xD
No problem con quien no le guste lo nuevo y arriesgado, para ellos ahí esta marvel.
¿Alguien quiere decirme en que se parecen el Cash de los WildC.A.T.s a este? Aparte de que comparten sastre… Pero si mientras iba leyendo la sinopsis me han dado ganas de leerme los WildC.A.T.s otra vez!!! Para tener al auténtico… En fin, que cada vez estoy más desencantado del NUDC… U_U
A veces me da que sois demasiado buenos con algunas de estas series, que si no tuviesen el foco «rebootero» encima pasarían como lo que son: morralla mediocre. Por ejemplo a mí me parece que Superboy no hay por donde cojerla, y Suicide Squad… psé. Entre que me cambiaron el look de Harley Quinn (ese diseño era precioso, por los clavos…) por ese truñaco de diseño y que como primer número ni fu ni fa ni…
Tengo serias dudas sobre cual es la peor de las seis… Los dialogos de Nicieza son infumables, Lobdell por lo menos da un giro de guion intersante y Mr. Terrific pensaba que iba a ser tan mala que al final no me ha decepcionado mucho.
«No problem con quien no le guste lo nuevo y arriesgado, para ellos ahí esta marvel.»
Hombre, nuevo no es y arriesgado tampoco, son los mismos cómics de siempre, no han revolucionado el lenguaje del mundo del tebeo por muy bien que estén las colecciones. Eso sí, ni comprendo a los que se cabrean con el éxito del reboot ni a los que para defenderse de esos ataques tienen que utilizar términos insultantes contra Marvel.
hombre, para comparar el trabajo de cafu en el nuevo grifter con el de travis charest en wildcats me parece que hay que ser muy optimista (o tener muy poca memoria); otra serie en la que había puesto una cierta esperanza y que también decepciona
pues si, de superboy y de los que serán los Titans no hay mucho que decir. Si me ha gustado el reboot de DC; Pero este superboy, los titanes y ROB si son los lunares.
pero en serio, lo mas terrible de todo es… que le paso a Amada Waller, esa mujer era un icono!!!!!! ahora es… igual que todas.
Si no es arriesgado echar mucha de la continuidad de años por la borda, jugarsela con personajes nuevos, temáticas nuevas, o al menos olvidadas por un tiempo, reimaginar mitos profundamente arraigados en la mente de todos, reiniciar la numeración de publicaciones que son parte integral de la cultura popular, ya no sólo de Estados Unidos; hombre, entonces no se que lo que es arriesgar. Sobre que son los mismos comics de siempre, bueno si, están impresos en papel, utilizan cuatro tintas, llevan una grapa en el dorso, utilizan dibujos y texto como medio narrativo, manejan el mismo lenguaje visual que han establecido el cine y la tv con unas breves adecuaciones, si, tienes razón no han evolucionado nada nada.
Quien ha dicho algo ofensivo de Marvel?
jugarsela con personajes nuevos
Runaways, Jaime Reyes…
temáticas nuevas, o al menos olvidadas por un tiempo
SHIELD, Gotham Central…
reimaginar mitos profundamente arraigados en la mente de todos
All Star Superman, Thor: Man of War…
reiniciar la numeración de publicaciones que son parte integral de la cultura popular
Capitán América, Uncanny X-Men, Thor… también han tenido números 1.
Si no es arriesgado echar mucha de la continuidad de años por la borda
Bueno, esto no lo describiría como arriesgado ni beneficioso, sino más bien suicida. Ahí tienes los ejemplos de más arriba para ver que no es necesario tirar nada por la borda para conseguir originalidad ni buenas historias y de hecho, se esta viendo que para muchas de las series este «reboot» no era ni siquiera necesario dado a que han seguido igual. Pero claro, hacer un reboot hace mucho más ruido y atrae a más medios. Como hemos visto todas las veces que se ha hecho, tarde o temprano se volverá atrás. Y cuando DC lo haga volverá a dar otro campanazo. Es simple y llano marketing. Ni mejor ni peor, pero marketing. La lástima ha sido por todo lo que se han cargado en el camino.
«Si no es arriesgado echar mucha de la continuidad de años por la borda, jugarsela con personajes nuevos, temáticas nuevas, o al menos olvidadas por un tiempo, reimaginar mitos profundamente arraigados en la mente de todos, reiniciar la numeración de publicaciones que son parte integral de la cultura popular, ya no sólo de Estados Unidos; hombre, entonces no se que lo que es arriesgar»
Contar historias nuevas, con personajes nuevos y con temáticas poco transitadas. Eso es arriesgar, lo del reboot es una táctica para ganar lectores y más dinero, no neguemos lo evidente, pero ojo, a mí no me parece del todo mal.
«Sobre que son los mismos comics de siempre, bueno si, están impresos en papel, utilizan cuatro tintas, llevan una grapa en el dorso, utilizan dibujos y texto como medio narrativo, manejan el mismo lenguaje visual que han establecido el cine y la tv con unas breves adecuaciones, si, tienes razón no han evolucionado nada nada.»
Decir que en los comics del reboot hay una evolución comparados con los del anterior universo DC (que es a lo que yo me refería) es un sinsentido. Lo mires por donde lo mires.
«Quien ha dicho algo ofensivo de Marvel?»
Si te lo tengo que decir yo mal vamos.
Pues eso, que Daniel lo ha dejado más claro que yo incluso.
Ahora sólo falta esperar a que la Marvel se de un reboote y ponga a 1 sus portadas y remoce los títulos y personajes. Qué guay sería una unión del universo Ultimate y el tradicional, y más si añadimos el Marvel UK y alguno más apartado de la continuidad. Creo que ha llegado el momento de que se elimine la continuidad, y que se pongan a fabricar constantes números 1, o que prescindan de las numeraciones y cualquier atisbo de mínima coherencia entre las diferentes historias. El futuro del tebeo de superhéroes está en el pasar de minucias como esa.
¡Viva la libertad creativa total para los autores! ¡Viva lo efímero! ¡Viva Didio! Qué guay.
Ya Blas, tranquilo, ya no tiene remedio, borrón y cuenta nueva.
Descuida Armin, desde que practico Yoga (desde hace tres días) esas cosas ya no me afectan. Ahora seré uno de esos lectores de tebeo franco-belga.
Un saludo.
para mi lo más arriesgado de todo es que para este reboot hayan contratado a ROB… para eso se necesitan agallas…aunque seguramente fue por recomendación de JIM. También me parece igual de temerario el mismo ROB, que aparte de todo el horror acepte entrevistas en newsarama con preguntas tales como «¿Has ajustado tu estilo para adaptarse a cualquier libro con el relanzamiento influenciado por la directiva para atraer a nuevos lectores?»…
vuelvo a decir que lo de Amanda va fijo para WTF
ROB! puede adaptar su estilo a lo que quiera, porque siempre quedará como el culo, es un seguro de vida… o más bien muerte.
¿Soy el único que cuando lee o escucha el nombre de la colección Hawk & Dove siempre piensa en la crema hidratante esa?
Yo lo siento, no me gusta mostrar opiniones radicales ni nada por el estilo, pero no lo entiendo:
1.- Scott Lobdell es el peor guionista de la historia.
2.- No sabe escribir, ni dimensionar personajes.
3.- No tiene ni siquiera ningún tipo de idea buena.
4.- Si me lo encontrara por la calle no sé qué haría.
5.- No solo le odio, sino que es una puta mierda.
Y disculpas, pero quien lea mis comentarios sabrá que NUNCA uso este tipo de lenguaje.
Pero a gusto que me he quedado.
«4.- Si me lo encontrara por la calle no sé qué haría.»
Lo que haríamos todos, pedirle un autógrafo sólo pro fardar con otros fans del mundo del cómic de que lo tenemos o agachar la cabeza y no decirle ni papa por ser una (más o menos) celebridad que nos intimida ver en persona.
No. Te aseguro que no haría eso. Lo que haría tendría color rojo oscuro, y olería mal.
Y no siento ningún tipo de respeto hacía esa ‘persona’. Creo que había quedado claro en la descripción de los puntos anteriores.
«Y no siento ningún tipo de respeto hacía esa ‘persona’. Creo que había quedado claro en la descripción de los puntos anteriores.»
No hace falta que te transmita o merezca respeto, yo me he encontrado en persona con gente famosa (del cine, de la música) que me caían hasta mal y por el inusual hecho de verlos delante tuyo o no haces nada o los miras con extrañeza, pero tirarte a por él y darle de hostias como que no. Ahora, si ya tú ves que el tipo por escribir mal cómics merece ser agredido físicamente no seré yo quien te quite la ilusión, hombre.
«No. Te aseguro que no haría eso. Lo que haría tendría color rojo oscuro, y olería mal.»
Eso es que le tirarías una compresa usada, fijo.
Lo que no entiendo es que los comentarios ponen a todos los relanzamientos como buenos, aceptables, o pasables cuando la gran mayoria los he encontrado una porqueria o mas de lo mismo. No me gusta el relanzamiento incluso la liga de johns con lee es algo penoso mal por dc
kurt ¿y ya por tu manera de pensar debemos de hacer que DC se vaya a la bancarrota y quemar todos sus comics?
JediNo problem con quien no le guste lo nuevo y arriesgado, para ellos ahí esta marvel.
¿Nuevo y arriesgado…? Si es más de lo mismo… y encima peor hecho que lo antiguo… Vamos el Superman Beyond es mucho mejor que el Action Comics o Batgirl, por poner un ejemplo…
sí mejor que action comics…
y vaya comparación precisamente con una serie nueva y fuera de la continuidad normal. parece que lo hayas hecho a posta
Los comics no solo se denen de escribir para los que pasamos años leyendolos, ya que en una industria que ha declinado mucho, acaparar mas lector es vital , no solo para la empresa (en esta caso DC) sino para la industria… Habra quien le guste y habra quien si, cada quien. En lo personal me «arriesgo» a saguir este nuevo universo…
El traje de Deathstroke me recuerda un poquillo al de Cable cuando estaban Casey y Ladronn, ya sólo le falta girarle 45º la hebilla del cinturon para que te salga la X amarilla sobre el fondo rojo.
De estas 6 me han sorprendido gratamente Superboy,Mister Terrific y Grifter,leere sus segundos numeros,sin embargo Legion lost me ha defraudado bastante y Deathstroke y Suicide Squad como no esperaba mucho de ellas,pues lo mismo,aun asi sigo pensando que ambas series tienen potencial,y quien sabe,pero vamos,lo mejor de esta semana sin duda Green Lantern,Resurrection Man,Frankenstein y Demon Knights sin ninguna duda.
Asi me gusta dc con dos cojones y un palito , vamos a quitarles las faldas a los personajes femeninos porque lo consideramos sexista, pero eso si a la UNICA , personaje mas o menos famoso que no es anorexica la vamos a poner un tipin , que evidentemente representa mucho mejor a la mujer, viva y bravo, buena manera de declarar que la mujeres son importantes par la editorial , asi me gusta
No, espero que a DC como a Marvel, Image, etc… les vaya bien. Pero el problema de los comics no pasa por relanzamientos, sino por trabajar de mejor manera los personajes y las series.
En Japón, los mangas venden y bastante bien, y alla sí que la tecnología cuesta un huevo. Tuve la suerte de esta allá y ver cómo muchos adultos en la hora de almuerzo leen y sin ningun problema, incluso en los colegios existe la política de intercambiarse los mangas, por lo tanto creo que mientras gente como Didio y Quesada o Alonso estén al mando no habrá una evolución positiva para la industria, porque si vas a hacer un relanzamiento buscas un formato que sea realmente atractivo para los nuevos lectores.
En Taiwan o Korea existe un comic de Spider-Man tipo Manga, y por un tiempo lideró las ventas en ese país. Claro que el cómic constaba de 300 páginas, en blanco y negro, traía dos o tres historias por número, incluso una de Mary Jane (que Marvel intentó imitar), claro que no era el Peter Parker que conocemos, sino era más como la línea Ultimate, pero con un niño de como 12 años.
Lo que quiero decir es que cuando tienes personajes como Batman, Superman o La Mujer Maravilla que conocen en todo el mundo, no buscas cambiarles el traje porque te juega en contra, sino que intentas atraer al lector (infantil) de una manera llamativa, que sea reconocible y que cuya historia te deje con ganas de leer más.
Es cosa de ver el dinamismo de los cómics de acción del Manga, del cual no soy fan, pero funciona. Me llamó mucho la atención series exitosas como Golgo 13 o Black Lagoon, es puro dinamismo y díalogos malos. Pero a los chicos les gusta.
Si me encontrara a Lodbell y a ROB en la calle ya se que haria: menuda patada en los cojones: por mal escritor y pésimo dibujante. ‘Nuff said.
Yo si me encontrara a ROB me haría una foto con él, lo juro por mis muertos, posaríamos así en plan tíos con caras cabreadas muy machos como a él le gustan.
Un momento deathstroke le corto la cabeza al jefe de spidy , jonah jameson?
SUPERBOY!! arft! Me hubiese gustado volverlo a ver con chupa de cuero y gafas redondas pero no ha podido ser. Se le dará una oportunidad.
Pues Scott Lobdell es la mar de majo XD
grifter me decepciono enorme, delo peorcito que ha salido de las 52
deathstroke genial, el final si que es perturbador…bueno no tanto pero si dije holy shit
las demas no me interesan, salvo por lo de adam glass
Pues sí, moginory, Action Comics de Morrison me a parecido un bodrio… Y Superman Beyond me ha perecido mucho más honesto en todos los aspectos… Y mejor no hablar de Batgirl…
como que honesto? te mintio morrison?ah. lo que pasa es que no quires cambios…y si demon o all star wester o men on war o frankestein o resurrection o blackhawk o storwacht te parecen mas de lo mismo…sigo sin entenderte quieres cambios pero si morrison reinventa no es honesto…
Para mi el Superman de Morrison no es el Superman que me gusta, pero a parte de eso, su historia es aburrida y torpona… Con los vilanos de siempre, Luthor y Sam Lane, que ya se repiten más que el ajo, y con un superhéroe que no es un superhéroe… Morrison hace una historia de lo más pretenciosa y el Superman Beyomd es una historia de las de siempre, sin nunguna pretensión salvo entretener, que lo consigue con creces, y por tanto más honesta que lo de Morrision…
Y además, nunca he dicho que quiera cambios… Quiero que los personajes que me gustan sigan siendo los personajes que me gustan… Si me presentan a un Superman que no se parece al Superman que siempre me ha gustado y lo hacen mal, pues tengo derecho a quejarme… Y que conste que no compro nada de este nuevo universo… un amigo se empeñó en dejármelos que decía que eran buenísimos…