De las primeras series que sacó Valiant allá por el 2012 la de Archer y Armstrong destacaba por muchos motivos, su guión era fresco, gracioso, dinámico, Van Lente presentaba a unos personajes muy atractivos y con un toque de misterio sobre el pasado de ambos que nos mantuvo pegados a sus páginas durante casi todo su primer volumen, “casi todo” por el simple hecho de que parte de ella sigue estando inédita en nuestro país y desde aquí instamos a Medusa Cómics a que lo publique cuando quiera, pero que lo publique por favor. La cuestión es que Archer y Armstrong era una serie que se podía recomendar sin miedo, un “top tres” de esa primera tanda con dos personajes antagónicos que empiezan como enemigos y acaban como si fueran familia. Fred Van Lente escribía lo que me atrevería a calificar como una de las obras de su vida, pero tras su final en el número 25 y un pequeño hiato en el que el mismo autor escribía la fantástica The Delinquents Aram y Obadiah regresaban bajo la pluma de Rafer Roberts en una serie limitada de doce números (tres tomos por aquí) cuyo primer volumen estaba muy bien pero sin llegar al nivel de Van Lente, era entretenido, ofrecía una historia original y nos hacía reír que es lo más importante, por desgracia hoy quizás no podemos decir lo mismo.
Empecemos con el dibujo, tenemos a Mike Norton como dibujante principal del tomo, a Norton lo conocemos bien, dibujó para Marvel y DC, tiene un Eisner, pero de quedarme con algo lo haría con su Revival, una serie que me encanta a todos los niveles, así que de Norton esperaba mucho, puede que algo más de lo que da aquí, tiene una buena narración y alguna que otra página muy destacable, muy bien en líneas generales pero sin ser una maravilla como sí lo es en otras series. Puede que los colores tan vivos de los números seis y siete no le favorezcan, de ahí que los que abren y cierran el tomo (cinco y ocho) donde Allen Passalaqua da un tono más oscuro sean visualmente más atractivos. El dibujante del anterior tomo, David Lafuente, hace también algunas páginas al final de cada cómic con una historia diferente pero relacionada, ambos tienen un estilo que guarda ciertas similitudes, aunque se distinguen bien, y eso le viene perfecto, el principal problema es que esa historia corta no es interesante, no hace gracia aunque lo pretenda y tiene un final predecible, es decir, sobra por culpa del guión.
Y es que el principal problema de este tomo es el guión, es demasiado soso en el humor, nada brillante en el argumento y se separa mucho de la originalidad que mostraba en el anterior tomo. No es un mal cómic pero se aleja del primer volumen de Archer y Armstrong e incluso del primer tomo de esta misma serie.
El número que inicia el tomo es el mejor de todos, en él asistimos a la primera cita entre Archer y Faith, quien siga la serie de la famosa Psiot sabrá de qué se habla pues es un tema recurrente en ella. ¿Puede que sea un número algo ñoño? Pues sí, puede que lo sea y quizás eso lo hace original, diferente o, por lo menos, no muy habitual para lo que se enmarca dentro del cómic de superhéroes, son historias como estas, simples y bellas, las que nos recuerdan que se trata de un cómic independiente, una sensación que se mantiene durante todo el tomo aunque no llegue a buen nivel. Algo tan simple como una cena y una pequeña pelea contra unos villanos de tercera logran lo que el resto del tomo no consigue, ojalá Roberts hubiese tirado por aquí y no por el circo de freaks semi-clonados de Armstrong por la Unión Soviética, que dicho así no suena tan mal pero llevado a la práctica flojea.
Los tres números restantes forman una sola historia en la que la pareja se encuentra por casualidad con unos personajes muy parecidos a Armstrong que forman parte de un circo, durante dos números Archer y Armstrong visitan el circo, que será prácticamente el único escenario, y se meten en alguna que otra pelea con chistes metidos un poco a calzador y actitudes que pueden hacer gracia por lo soez más que por lo imaginativo, que no implica que en cierto momento uno no se ría, pero esos momentos son menos de los que debería. Si la disminución del humor se viese apoyada por un aumento en la aparte de aventura todo ello sería bienvenido, pero no es así, la aventura es bastante simplona y los villanos no se exprimen demasiado bien.
El último número es el que contiene toda la chicha, la explicación de toda la situación que allí se vive, los antagonistas se explayan un poco más y se habla del pasado con algo más de gracia. Se puede decir que a este tomo le salvan dos cosas, los números 5 y 8, que sí cumplen la función y siguen la línea que Roberts marcaba en el anterior tomo, y la historia de Mary-María luchando con un grupo de renegadas contra el resto de Las Hermanas de la Oscuridad Perpetua para seguir con su liderazgo, una historia de acción corta y bien llevada. Al final “Romance y rutas de carretera” parece un tomo de transición en una serie donde el principio funcionó de buena presentación y que con el cliffhanger final que nos deja el segundo hace pensar que la historia que Roberts quiere contar va por otros derroteros.
En el fondo sigue siendo un tomo entretenido pero está a años luz de la anterior etapa y se sostiene en gran medida gracias a la buena química que hay entre los personajes que sí que se consigue mantener.
Las Aventuras de Archer y Armstrong: Romance y rutas por carretera
Guión - 6
Dibujo - 7.5
Interés - 7.5
7
Circense
Un tomo intermedio con partes muy buenas y otras que nos dejan algo más fríos.