La búsqueda de la pasión en lo cotidiano.
«¿Qué será de mí? ¿Cómo voy a vivir de mi pasión?»
Hay obras que nos consiguen retrotraer a aquellos años en los que descubríamos nuestros primeros cómics. Unos días en los que en cada viñeta era una puerta abierta a mundos en los que nos parecía que cualquier cosa era posible y que nos sirvieron para forjar un amor por el medio que todavía pervive, en particular, cuando nos encontramos con obras que nos posibilitan volver a sentir esa magia tan especial. Una sensación única que
El cómic de Andrés Magán nos transporta a Villa Flugante, un pueblo donde sus habitantes viven cientos de años. Allí conocemos a Passer P. Malta, el cartero de la localidad, que acaba de decidir que, tras 25 años repartiendo el correo, toca hacer un cambio en su vida para dedicarse a la escritura y a la contemplación de la naturaleza. Mientras decide como llevar a cabo sus planes recibe un paquete que no había pedido que le hará embarcarse en una aventura llena de misterios y viñetas.
Aunque la obra fue galardona con el premio al mejor cómic infantil, no es un trabajo ideado solamente para los lectores más pequeños ya que tiene varias capas de lectura que lo hacen un trabajo apropiado para lectores de varias edades. En función de la edad del lector, nos podemos encontrar con una divertida aventura protagoniza por animales antropomórficos en un peculiar y colorido mundo que puede resultar fascinante para los lectores de menor edad, o con una obra que nos invita a reflexionar sobre la búsqueda de la felicidad y nos lanza un mensaje que nos recuerda la importancia de tratar de buscar nuestros sueños, mientras sacamos todo el provecho posible a los momentos más cotidianos que vivimos a diario. En ambas capas de lectura nos encontramos ante un delicioso canto de amor al cómic clásico. Todos esos mensajes y diferentes visiones del mismo cómic conviven en una historia surrealista que tiene una pátina de humor bastante gamberro que gana con cada relectura y en la que la personalidad como creador de Andrés Magán nunca deja de estar presente.
Como ya hemos mencionado se trata de una obra en la que se ve un profundo amor por el cómic clásico, pero esta admiración no pesa en la concepción gráfica de la obra haciendo que veamos los mismos patrones gráficos y narrativos de esas obras del pasado, ya que el autor vigués los actualiza y moderniza para ofrecernos un trabajo visualmente fresco y estimulante. De manera que no nos encontramos con los elementos que hacen de algunas de esas lecturas de obras añejas algo pesadas y anacrónicas como la sobreabundancia de texto explicativos que reiteran lo que ya podemos ver en el dibujo o los personajes un tanto maniqueos. En el apartado grafico destacan la paleta de color empleada y la capacidad de Andrés Magán para dotar a todos los personajes que aparecen en la obra de expresividad y dinamismo.
En la edición de Bang se puede ver el mimo que ponen en cada uno de sus libros, con una reproducción y diseños impecables.
Las aventuras de Passer P. Malta es un cómic que nos hace conectar con el niño que fuimos recordándonos la magia que encontrábamos en aquellas primeras lecturas que nos marcaron profundamente. Pero además está lleno de mensajes sobre la importancia de encontrar la pasión de los pequeños momentos que vivimos a diario.
Lo mejor
• La sensación de maravilla que tenemos al pasar cada página.
• El mensaje de optimismo que transmite.
• El sentido del humor presente durante toda la obra.
Lo peor
• Que una obra tan fresca como esta se pierda entre los cientos de novedades que abarrotan las librerías.