Norma sigue con paso firme la publicación de la serie Las grandes batallas navales y nos presenta el cuarto álbum, dedicado esta vez a la batalla de Lepanto, en la que los reinos cristianos auspiciados por el papado se enfrentaron a la flota del Imperio Otomano para dirimir el control de las aguas del Mediterráneo. En esta ocasión, Jean-Yves Delitte, máximo responsable de la serie, se mantiene como guionista y cede el apartado artístico al italiano Federico Nardo.
Septiembre de 1571, las tropas otomanas, tras diez meses de asedio, consiguen tomar la ciudad Famagusta en la isla de Chipre y pasan a cuchillo a la mayor parte de los defensores venecianos que se habían rendido. La masacre sirve al Papa Pio V como excusa para movilizar a los reinos cristianos que hasta la fecha han dejado pasar los excesos del Sultán Selim II en el Mediterráneo. Capitaneados por Juan de Austria, se junta una flota de más de 250 naves de guerra provenientes de España, los Estados Pontificios, la República de Venecia, Malta, la República de Génova y el Ducado de Saboya. Aun estando en inferioridad numérica respecto a la flota Otomana, la flota cristiana lanzó un ataque contundente aprovechando que los otomanos no habían acabado de recuperarse de la conquista de Chipre. El resultado fue desastroso para los otomanos quienes perdieron casi la totalidad de la flota y les supuso perder el control marítimo del Mediterráneo durante décadas.
Jean-Yves Delitte mantiene el esquema habitual de la serie dando diferentes puntos de vista de la batalla, desde ambos bandos y desde la perspectiva de los oficiales y la de los marineros rasos, aunque en esta ocasión introduce alguna variante. La principal es que en este álbum no intenta dar una visión imparcial de las motivaciones y situación de ambos bandos y ofrece una visión un tanto maniquea de los otomanos. Es cierto que los actos que cometieron fueron atroces pero Delitte no se esfuerza en intentar dar una visión del soldado de a pie otomano y el punto de vista que ofrece desde ese bando es de un grupo de galeotes que sirven en una de las galeras. La opción es legítima, ya que los remeros esclavos jugaron un papel importante en la contienda, pero resta imparcialidad a la propuesta.
El interés del guion reside en la visión política que motivó la batalla, en al que sí que no escatima mordacidad en el retrato despiadado que hace de los gobernantes que promovieron la batalla, en especial del Papa Pio V. En estos segmentos queda patente que a los que mandan poco les importan las vidas de quien luchan y sólo miran por el interés propio.
El otro punto de interés de la historia es la elección de Miguel de Cervantes como protagonista del bando cristiano. Un Cervantes al que acompañan un timonel veneciano y arcabucero maltés con fuertes reminiscencias de Don Quijote y Sancho Panza, tanto en su aspecto como en la forma de afrontar la contienda. Este juego que mezcla realidad, ficción y metaficción supone un intento de innovación por parte del guionista que ayuda a que esta entrega sea de las más interesante de leer de la serie hasta el momento.
En el apartado gráfico nos encontramos al italiano Federico Nardo. Su estilo no es tan espectacular como el de Delitte pero sin duda es una mejora respecto al dibujo de Denis Béchu en el álbum dedicado a Trafalgar. En el trabajo de Nardo podemos encontrar todo lo que se espera de una historia de estas características y se aprecia el gran trabajo de documentación que hay detrás. Los diferentes tipos de navíos de guerra así como los uniformes y armamentos de cada bando están muy bien representados.
En definitiva, estamos ante una entrega que pierde parte de la imparcialidad que la serie había mantenido hasta la fecha pero que sigue siendo un ejercicio correcto de recreación histórica que combina con más acierto que en las ocasiones anteriores la clase de historia con la ficción.
Valoración
Guión - 7
Dibujo - 7
Interés - 7
7
Correcto
Cuarte entrega de la serie que supone una ligera mejora en el guion aunque pierde el dibujo Delitte en favor del correcto arte de Federico Nardo