Me han encargado la misión de encontrar a un hombre que incumplió un pacto.
Felipe Hernández Cava posiblemente sea el guionista de cómics más importante de nuestro país en los últimos cincuenta años, además de uno de los mejores críticos del medio. Nacido en Madrid en el año 1953, a principios de los años setenta comienza su carrera como guionista en El Cuco suplemento del periódico Pueblo y casi al mismo tiempo contacta con la revista especializada en crítica de cómic Bang! Justo después formó junto a Sarturio Alonso el colectivo El Cubri, más tarde se uniría a ellos Pedro Arjona, con el que firmaron varios cómics de contenido político y social. Junto a ellos firmó casi todas sus obra en los años setenta y ochenta, que podemos ver en los diversos álbumes que editó Edicions De Ponent: Luis Candelas, El hombre invisible, Sombras, Francografías o Tal como éramos. En los ochenta además de encargarse de tareas editoriales en revistas como Madriz, El ojo clínico o Medio Revueltos, comenzó a colaborar con algunos de los dibujante más relevantes de nuestro mercado. Fruto de esas colaboraciones surgieron álbumes y series tan importantes como Las memorias de Amorós (Ikusager) con Federico del Barrio con el que repitió en El artefacto perverso (ECC Ediciones) y en un álbum de la trilogía de Lope de Aguirre (Ikusager y Edicions De Ponent). De los otros se encargaron Enrique Breccia y Ricard Castells. Otro de sus colaboradores habituales es Raúl Fernández Calleja, sus trabajos conjuntos han sido reeditados por Ponent Mon en el reciente Contra Raúl. También destacan sus trabajos con Enrique Flores en Bebop (Edicions De Ponent ), Laura Pérez Vernetti en Macandé (Ikusager), Pep Brocal en V-Girl (Edicions De Ponent), Keko en Bob Deler (Exit), Pablo Auladel en Soy mi sueño (Edicions De Ponent) o recientemente con Bartolomé Seguí en Las serpientes ciegas (Norma), Hágase el caos (Norma) y Las oscuras manos del olvido (Norma).
Bartolomé Seguí es un historietista nacido en Palma de Mallorca en el año 1962. Comenzó su carrera en el cómic colaborando en las revistas Metropol, El Víbora o Madriz para luego pasar por Cairo, El Jueves, Medio Revueltos, Nosotros somos lo muertos o BD Banda. Su primer álbum fue A salto de mata ((Editorial Complot) una recopilación de las aventuras de su personaje Simón Feijoo. Como a tantos autores, la crísis de las revistas de los años noventa le hace alejarse del cómic dedicándose a la ilustración, pero sin abandonar del todo el cómic, al que regresó a principios de la década pasado junto a su personaje Simón Feijoo que protagonizaría sus álbumes Cohibas Connection (Edicions De Ponent) y ¿Coca o ensaimada? (Edicions De Ponent). Tras estos álbumes colaboró junto a Ramón de España en el álbum El sueño de México (Edicions De Ponent) que supuso su debut en el mercado franco-belga. Tras este álbum comenzó su colaboración con Felipe Hernández Cava, lo que supuso su consagración como autor y que dio como resultado tres obras magnificas: Las serpientes ciegas (Norma), Hágase el caos (Norma) y Las oscuras manos del olvido (Norma). En esa época comenzó la serie Historias de barrio (Astiberri) junto a Gaby Beltrán. En 2017 vio a luz Tatuaje, el primer álbum de la adaptación de las novelas de Carvalho, el personaje de Manuel Vázquez Montalbán, que realiza junto a Hernán Migoya. Ahora están trabajado en el segundo álbum de la serie.
1939, un misterioso hombre llega a Nueva York con la misión de encontrar a Ben Koch para hacerle cumplir un pacto que no ha cumplido. Pero Ben también está buscando a una persona, Curtis Rusciano, que conoció en su pasado para ajustar cuentas con él. Mientras los tres juegan al gato y al ratón por las calles de Nueva York descubriremos sus traiciones pasadas y el origen de su sed de venganza. Esta búsqueda nos llevará desde las calles de Nueva York hasta la Barcelona de la Guerra Civil…
La historia surge cuando Segui le pide a Cava un guion para el mercado franco-belga, su única petición es que la historia se desarrolle en el Nueva York de los años treinta y en la guerra civil. Tras un año y medio de trabajo la obra estaba completada. Es un tomo que está dividido en siete capítulos en los que el pasado y el presente se superponen y vemos cómo las vidas de Ben y Curtis se van entrecruzando. A pesar de lo que en un principio pueda parecer no se trata de un cómic sobre la Guerra Civil o la gran depresión en Estados Unidos puesto que se podría desarrollar en distintas coordenadas temporales y geográficas, el fondo de la historia es una crítica a los excesos que se comenten por los extremismos, ya sean ideológicos, políticos o religiosos. Es una historia que se mueve en los claroscuros de la humanidad mostrándonos las bajezas y miserias que somos capaces de generar en nombre de unas ideas muchas veces erróneas.
La estructura de Las serpientes ciegas parte de una historia de serie negra con todos lo tópicos presentes en ella para luego, desde esa estructura clásica, avanzar en otras direcciones pero sin abandonar su clasicismo tanto en guion como en composición de página y narrativa. Producto de ello tenemos una historia con un gran sentido tanto del ritmo como del suspense que nos va dejando guiños para que podamos anticiparnos al final cuya última sorpresa resulta tan predecible como bien resuelta y supone un cierre perfecto para una historia redonda.
Ben y Curtis son dos personajes contrapuestos, Ben puede parecer un idealista ingenuo en busca de unos ideales o una causa que defender y Curtis es lo contrario, alguien tremendamente realista que se aprovecha de una causa para obtener su propio beneficio. Pero Ben tampoco responde al prototipo de personaje idealista, ya que tiene un pasado bastante oscuro y nada inocente, algo que casa muy bien con la visión escéptica y descreída que transmite la obra, en la que vemos cómo se corrompen los ideales más nobles y justos en manos de personas equivocadas. A través de Ben vemos cómo el discurso comunista de justicia social y colectividad que escucha en el Nueva York de la Gran depresión se transforma en purgas y represión el la Barcelona de la Guerra Civil que tritura persona e ideales por igual. Estamos ante una historia de personajes en la que todos ocultan cosas y saben mucho más de lo que aparentan, todos resultan muy interesantes y creíbles.
Para esta obra Segui realizó un cambio de estilo con respecto a sus trabajos previos, su trazo anterior a este trabajo estaba lleno de vida, deudor de la línea clara, pero aquí se vuelve más grueso adaptándose a la dureza de la historia. Algo parecido sucede con el color que no era algo habitual en su trabajo, en esta obra adquiere una importancia capital para transmitir atmosferas y llenar las páginas de las sombras que envuelven por dentro y por fuera a los personajes. En la paleta de color que usa predominan los tonos rojizos que reflejan el calor del infierno en el que viven los personajes y la ciudad de Nueva York. Narrativamente, como ya hemos dicho, estamos ante una historia muy clásica con páginas formadas habitualmente por cuatro tiras de viñetas. Otra característica destacable es la expresividad de los personajes cuyas expresiones cuentan mucha más verdad sobre sí mismos que las que dicen sus palabras. Un trabajo clave de Segui que marcó el desarrollo posterior de su carrera.
Una necesaria reedición de Norma Editorial con gran papel, reproducción y una nueva portada que hacen justicia a una obra clave en nuestro cómic que llevaba tiempo sin estar disponible. Además como extras de esta edición tenemos un articulo de Pepo Pérez.
Cava y Segui firman un cómic sobre ajustes de cuentas que conjuga a la perfección el mejor suspense del cine negro con la denuncia de los excesos que se cometen en nombre de la ideología sea del signo que sea. El trazo de Segui nos transporta desde los bajos fondos de Nueva York hasta las trincheras de la batalla del Ebro. Un obra que debe estar en cualquier tebeoteca y que prestigia su merecido Premio nacional del cómic.
Guión - 9
Dibujo - 8.5
Interés - 9
8.8
Negro
Una historia de vengazas y ajustes de cuentas entre dos hombres cuyas vidas se entrelazan entre los bajos fondo del Nueva York de los años treinta y el Guerra Civil española. Un guion con un gran sentido del ritmo y del suspense y un dibujo capaz de retratar el alma humana.
La crítica al fanatismo ideológico es ciertamente interesante, pero el cómic intenta de forma forzosa entrelazar las distintas historias y sus paralelismos con la realidad histórica. Los ingredientes utilizados en Las Serpientes Ciegas recuerdan a grandes obras del género pero en este caso son introducidos como artilugios para el desenlace.
He comprado el cómic por esta reseña y por el Premio nacional del cómic del año 2009, pero me ha decepcionado ya que la impresión que me ha dejado es la de un relato que se propaga de forma artificiosa con el pretexto de dar lugar a la crítica a los extremismos ideológicos.
Esta opinión es subjetiva pero al próximo que pase por aquí, si no está del todo seguro sobre este cómic, que indague con mayor detalle el tipo de historia que presentan Cava y Segui en este cómic.