«Soy humano… Tengo corazón… Soy humano. Me siento vivo…»
En 1988, un desconocido Yahiro Kuon lograba el segundo premio de los 19th Youth Manga con su obra Hen en la que abordaba el descubrimiento de la sexualidad de una pareja de personajes homosexuales. La historia se serializó en la revista Young Jump de Shūeisha y se recopiló en dos volúmenes con trece y ocho tomos respectivamente. Este manga contenía escenas sexuales explícitas y presentaba un dibujo realista, con gran cantidad de tramas y juegos de luz. Su apartado visual tuvo una inesperada influencia en el género hentai por la manera en la que su autor reflejaba el movimiento de los pechos de sus personajes femeninos. De esta peculiar manera, Yahiro Kuon, seudónimo del más conocido Hiroya Oku, se introdujo en el mundo del manga. Sus siguientes trabajos se decantarían por la ciencia ficción, como consecuencia de su afición a los videojuegos y las grandes producciones de Hollywood. El resultado fue la fallida Zero One y la exitosa Gantz, cuyas exageradas dosis de sexo y ultraviolencia provocaron su censura en algunos países.
El manga más conocido hasta la fecha de Oku se publicó entre los años 2000 y 2013 en las páginas de Young Jump con una conclusión que no satisfizo a la mayoría de aficionados. Parecía que Oku se habia cansado de su historia y no tenía tampoco claro como terminarla. En apariencia, Gantz era un entretenimiento puro y duro con mucha acción, fanservice, guiños a la cultura popular y un misterio manejado en la línea de las series de televisión herederas de Perdidos. Pero también era interesante el acercamiento que su autor realizaba sobre la sociedad japonesa, sobre sus outsiders y las relaciones personales en Japón. Es este un interés que también se ve reflejado en Last Hero Inuyashiki, el que ha sido su último trabajo hasta el momento. Este título se comenzó a publicar en 2014 en la revista Evening de Kōdansha llegando a su conclusión el pasado año después de diez volúmenes a sus espaldas.
La historia ha sido llevada al anime por el estudio MAPPA y bajo la dirección de Keiichi Satō. Además, para este mismo año, se espera el estreno de la adaptación cinematográfica a imagen real. La hazaña ha recaído en Shinsuke Sato, director que ya llevó al cine Gantz y que se ha encargado recientemente de otras producciones relacionadas con el mundo del manga como I am a hero y Death Note: El nuevo mundo. La obra de Oku también ha sido valorada positivamente por la crítica, siendo seleccionada el pasado año en el 18° Festival Japan Media Arts y consiguiendo una nominación a lo mejor del año en el Festival de Angoulême. En nuestro país ya hemos podido leer la conclusión de Last Hero Inuyashiki que ha editado Milky Way Ediciones en un formato muy cuidado que destaca por un tamaño algo mayor al del tankōbon clásico y por sus sobrecubiertas tratadas con un plastificado holográfico.
La historia urdida por Oku comienza cuando unos visitantes extraterrestres matan por accidente a dos personas en un parque público a causa de una explosión descontrolada. Para evitar llamar la atención sobre su presencia reconstruyen a las víctimas dotándolas de un cuerpo idéntico al que tenían pero totalmente mecanizado, dándoles sorprendentes habilidades y poderes a los dos. Uno de los afectados es Ichiro Inuyashiki, un hombre de casi sesenta años triste y solitario, con una familia que no le tiene en alta estima. Después de utilizar sus poderes para salvar la vida a un hombre acosado por unos delincuentes, Ichiro decide combatir el crimen y ayudar a los más desfavorecidos. Por desgracia, el joven Shishigami Hiro, un estudiante en apariencia normal y corriente antes del accidente, prefiere utilizar sus poderes para beneficio propio. El poder le hace desarrollar una personalidad sociópata y peligrosa que pondrá en jaque a las fuerzas de seguridad del país.
Con Last Hero Inuyashiki Hiroya Oku nos ofrece su propia y personal interpretación del cómic de superhéroes; una influencia que ya se veía en sus anteriores trabajos y que a raíz del éxito del género en el cine y la televisión también ha llamado la atención de muchos de sus compañeros de profesión. No hay que olvidar que en los últimos años se han publicado historias como One Punch Man de One y Yusuke Murata o My Hero Academia de Kohei Horikoshi que se han convertido en auténticos fenómenos dentro y fuera de Japón. La diferencia de estas con la propuesta de Oku es que su Last Hero Inuyashiki no es un shonen, se trata de un relato con el sello de indetidad de su creador, con sus excesos, sus filias y fobias recurrentes. Es un trabajo ligero pero que al igual que Gantz presenta una meritoria caracterización de personajes y una trama que intenta contrastar el espíritu y la mentalidad clásicas japonesas con las nuevas generaciones.
En Last Hero Inuyashiki no hay una tendencia tan exacerbada al fanservice aunque Oku introduce numerosos guiños a su propia obra y otros muchos a cultura pop que tanto protagonismo tiene en sus trabajos. También destacada en este manga un sorprendente cameo protagonizado por una de las figuras de la política más polémicas de los últimos años y cuya satírica aparición acaba de marcar el clímax final de la obra. Es esta pose gamberra que siempre ha acompañado a Oku la que nos hace ser más indulgentes con sus propuestas que son ante todo cinematográficas, superproducciones para un público adulto que mantienen en todo momento un ritmo vertiginoso y un tono casi paródico de los géneros que aborda (en una línea parecida a Mark Millar en el cómic estadounidense). Pero Oku es un mangaka irregular cuyas ideas impactan pero adolecen de una improvisación que le impide asegurar el tiro.
Last Hero Inuyashiki tiene un inicio contundente con el que Oku se mete al espectador en el bolsillo, con un punto de partida que precipita una historia rápida y ágil. El apartado gráfico nos presenta en un primer momento una narrativa cuidada, precisa y natural que no exige más de la cuenta. Pero de la misma manera que Gantz la evolución de la última obra de Oku resulta fallida, una huida hacia adelante precipitada y descuidada en muchos aspectos. La historia se convierte en una sucesión de escenas de acción repetitivas y diseñadas con el piloto automático que impiden profundizar en sus propias ideas y en el drama de los personajes planteado hasta la mitad de la obra. Esta falta de interés por el desarrollo de su trabajo resulta palpable en un dibujo que pasa de la excelencia a la mediocridad, con unos tomos finales llenos de splash pages y viñetas de gran tamaño pero de escasa definición que expresan auténtica desidia.
Los aciertos de Oku se empañan por su manera de afrontar las dificultades de su propia obra. La conclusión de la misma no es nada rebuscada como sí sucedía en Gantz, pero es plana y carente de ningún matiz. Last Hero Inuyashiki se lee sin esfuerzo debido a sus altas dosis de acción que no nos permiten desconectar y en las que su autor si demuestra pericia pese al bajón que claramente afecta a la obra a mitad de su recorrido. Son llamativos los apuntes sociales que muestra la historia, su visión de la familia japonesa, la críticas a los medios de comunicación y el protagonismo de las redes sociales en una historia que de alguna manera expresa la manera en la que Oku ve a cierta parte del fandom. Con Last Hero Inuyashiki Oku tenía la oportunidad de cerrar heridas después de su trabajo en Gantz, pero su inestabilidad al dibujo y el guion acaban por relegar su obra a un entretenido segundo plano.
Valoración Final
Guión - 6.5
Dibujo - 6
Interés - 7
6.5
Descuidada
La última serie de Hiroya Oku se salda como un simple entretenimiento que podría haber aspirado a mucho más. Last Hero Inuyashiki mantiene las líneas del trabajo realizado por su creador en Gantz, presentando una premisa interesante, una buena caracterización de personajes y un retrato de la sociedad japonesa extremo y atipico. Por desgracia, Oku tira todo esto por la borda a medida que avanza la serie, mostrándose a cada viñeta que pasa más inestable, descuidando dibujo, guion y narrativa de una manera imperdonable.
Estoy de acuerdo
Hay unos cuantos tomos hacia la mitad bastante aburridos en los que sólo hay violencia sin sentido y que no aportan nada a la trama relegando a Inuyashiki (el mejor y más interesante personaje del manga) a un segundo o tercer plano
Una lástima porque la colección apuntaba maneras y la convierte en un quiero y no puedo