Si hubiera que buscar un principio para los eventos en DC no resulta muy complicado remitirnos hasta Crisis en Tierras Infinitas como el precursor, la chispa, que puso en marcha una reacción en cadena que ha llegado hasta el día de hoy con una fuerza inercial que no parece remitir. Este principio, cuyo fundamento y razón de ser estaba muy claro, funcionó a la perfección y logró revitalizar el Universo DC de una forma nunca vista en los comics de superhéroes en general. Y como todo lo que funciona una vez en el mundo del entretenimiento, se persigue repetir, o al menos emular, el éxito de nuevo con el lanzamiento de una segunda parte, bien directa o indirecta, de esa fórmula recién descubierta a mediados de los ochenta que parecía ser la nueva gallina de los huevos de oro denominada eventos editoriales.
Crisis fue un proyecto de una enorme magnitud, complejo de elaborar y de concebir, cuyos resultados se dejaron sentir de forma clara y evidente en todas las publicaciones de la editorial. Pero que los cambios fueran evidentes no significa que no deban ser adecuadamente encauzados mediante una especie de continuación de Crisis, elaborando un segundo evento, mucho menos ambicioso, pero también importante, denominado Leyendas, que permitiera asentar esos cambios de forma natural, definiendo el camino a seguir a partir de entonces en el Universo DC.
Leyendas es un buen evento se mire por donde se mire. Sus pretensiones son claras y así quedan definidas por
En la edición de ECC en la que se recopilan los seis números de la serie central, viene encartado un artículo del editor de Leyendas,
Leyendas dio paso a la nueva serie de
Obviamente Leyendas no se ciñó a esta serie central y se vio exportado a las demás series de DC del momento, que complementaron la historia central de forma muy competente como ocurre con
Leyendas es un evento puro de mediados de los años ochenta, deudor del efecto Crisis, que destila ingenuidad e inocencia por los cuatro costados, fruto de esa época en la que todo nos parecía más sencillo, más simple, y poco o nada nos importaba si la solución final al problema era casi un Deus ex machina de manual.
Leyendas se lee de forma fluida, incluso cuando de un número a otro se reitera y explica de nuevo el maléfico plan del villano, un efecto que se acrecienta al estar los números integrados en un tomo y poder leerse todos de forma seguida, sin el parón de rigor de un mes entre números. Algo que no puede ser considerado un defecto, sino una necesidad generada por las herramientas narrativas de mediados de los ochenta y del formato mensual de publicación.
Volviendo a la experiencia de lectura, Leyendas, resulta un evento serio dentro de la ingenuidad con la que se desarrollan los acontecimientos. Ingenuidad que para nada debe ser interpretada como algo negativo, sino como un factor enriquecedor y definitorio del cómic que el lector tiene entre manos y que permite ya percibir ese aire a clásico en su estructura y formas narrativas adoptadas para contar la historia. Leer Leyendas ayuda al lector a introducirse en ese recién nacido Nuevo Universo DC y acompañarlo en el nacimiento de conceptos que estaban triunfando de forma contundente, fruto de uno de los mejores momentos creativos de los autores contratados por la editorial y el severo tratamiento que habían sufrido para bien los personajes tras Crisis.
Leyendas no solo se recuerda por ser un punto de inflexión más a la hora de asentar el nuevo Universo DC, sino por el trabajo realizado por
Pero que
Leyendas es un pedazo de los años ochenta encuadernado, con un innegable sabor a clásico, divertido, intenso, ingenuo e inocente, fiel reflejo de cómo era la sociedad de aquel entonces. Un cómic para tener, releer y dejarse llevar por esa sencillez tan agradable de saber que al final los buenos ganan, los malos pierden y empiezan a parecer zonas grises como preámbulo a tiempo más oscuros.
Guion - 7.5
Dibujo - 8.5
Interés - 8.5
8.2
Precursora
Si Crisis fue el primer gran evento de DC, Leyendas apuntaló por completo una tradición que continuaría con Millenium, Invasión... Un evento elegantemente escrito, eficaz, cuyos resultados fueron más que evidentes, que denota cierto desgaste con el paso del tiempo debido a su ingenuidad muy propia de los años 80.
Legends es John Byrne redefiniendo el libro de estilo del UDC tras JLGarcía López.
Es como si Byrne hubiera potenciado más la imagen ya de por si icónica de José Luis García López Y el dibujo promocional que aportas es una muestra de ello.
Muchas gracias por comentar.
Para ser honesto. Me encanta esta era de DC. Tal vez por eso este Comic lo considero un monumento porque el guión esta muy bien logrado, porque Byrne dibuja como nunca y porque el villano es memorable.
Pero sigo pensando que esta saga de hizo solo para incluir al Escuadrón Suicida y hacerlo conocido entre los lectores. Es ese Deja Vu que no me deja en paz.
Flashpoint ya podría ser verdad lo que dices y que ECC publicara a continuación la serie del Escuadrón
La obra de Ostrander con el Escuadrón es un trabajo muy sólido, cargado de esa misma carga de inocencia e ingenuidad de la que hablamos, aun tratándose de un grupo de villanos, con tramas bien escritas donde el misterio, el espionaje, la acción y la aventura pura y dura se dan la mano en cada número.
La única pega es un dibujo muy por debajo de lo que el guion es capaz de ofrecernos.
Veremos si llega esa ansiada etapa del Escuadrón y que las ventas acompañen, que hay veces que se piden cosas y luego llega la sorpresa por lo poco que venden. 🙂
Muchas gracias por tu comentario y por ende a todos los demás por aportar vuestras impresiones.
En realidad se presentaron muchos más conceptos, como bien dice Gustavo. Quedarse únicamente con el Escuadrón me revela que quizás no leyeras este evento en su momento (no lo sé, solo deduzco).
En Legends (yo siempre lo diré así, pues Leyendas como que me suena a otra cosa), se introducen al gran público personajes como Blue Bettle, la nueva Wonder Woman, Capitán Marvel, el nuevo Flash, la nueva JLA-JLI (con nuevos personajes que había que presentar al lector) y sí, el Escuadrón Suicida basado en supervillanos. Además, como toca en algún momento a muchos personajes del Universo DC, podemos asistir de primera mano a la nuevas interpretaciones de estos personajes que, tras Crisis, se iban a desarrollar en el futuro inmediato de la editorial.
Un claro ejemplo es la escena de Superman luchando junto a Wonder Woman contra unos Perros de Guerra de Apokolips. Esa escena sería aprovechada más adelante por Byrne para darnos 2 de las páginas más «calientes» de la historia reciente de DC: el sueño erótico de Superman con Wonder Woman. En su momento todo un desafío por parte del autor, pues pese a llevar juntos toda la vida nunca habían pasado de amigos. Y mira tú que ese concepto se ha visto ampliado en la actualidad hasta el punto de tener una relación estable y seria durante mucho tiempo.
Cosas como esta te dan la medida del impacto de Legends y esa es la magia de los cómics (creo yo).
El guión me pareció… mola Byrne y muy bien la parte en la cole del Supes. Batman sin comentarios, menos mal que no le leí así hasta ahora, sino menudo ridículo.
Justamente la ingenuidad que dices es lo que me encanta de este comic y es lo que se echa en falta a veces a día de hoy.
Aquí otro superviviente de aquella ingenua generación que no creció pensando que Batman y Superman eran dos señores que tenían que liarse a hostias a la mínima de cambio.
Creo de corazón que esa inocencia que desprende esta historia es seña de identidad del cómic de superhéroes, y me parece un error escribir guiones, personajes y complicadas tramas que traten de revolucionar el género una y otra vez tratando de tomarse demasiado en serio a sí mismas, como si tuvieran que demostrar algo.
Quien sea fan de lo superheroico sabe de sobra que lo es por amor a la aventura, a la acción y a la fantasía; aunque a veces resulte algo ingenuo su distanciamiento con lo real, es precisamente esa ingenuidad, bien planteada, la que resulta divertida. Eso y la nostalgia.
Y al que no le guste lo superheroico, bueno, ya sabe lo que se pierde.
Opino exactamente igual que tu sobre ese tono inocente de muchas de las grandes obras de hace tres décadas. Por esa razón he querido remarcarlo en la reseña como un punto a favor fortalecedor de todo el conjunto. Leyendas se lee de un tirón y se disfruta de principio a fin.
Y luego esta ese sentimiento de recuerdo para todos aquellos que leímos esta obra cuando Zinco la publicó y cuya inocencia nos pillaba mucho más cerca. La sana ingenuidad no tiene precio.
Muchas gracias por tu comentario.
Un tomo «must» como buén fanático del Byrne ochentero y de DC en particular. El articulo debería hacer mención a quien considero el mejor entintandor de Byrne después de Ordway: Karl Kesel.
Para mi hay otro entintador que ha sabido enriquecer, también, los lápices de Byrne y es Terry Austin. Creo que estamos frente a la trinidad de entintadores de Byrne con Ordway, Kesel y Austin. 🙂
Y es cierto que debería haberlo nombrado y darle más importancia.
Muchas gracias por tu comentario.
Yo sólo pude leer un número de Zinco cuando era pequeño (ni siquiera recuerdo cuál fue) y tuve que esperar hasta la edición que hizo Planeta en tomo para leerla completa, y me pareció una historia muy buena y divertida, muy amena al leer, que creo, es la sensación que debería dar cualquier obra.
Una de mis sagas favoritas de DC. Lo tenía en retapado de zinco y no sé cuantas veces lo pude leer.
Yo descubrí el Universo Dc con el número dos de LEGENDS, publicado por Zinco. Lo compré porque reconocí a Byrne en la portada. Lo que vi me pareció muy distinto a Marvel: sin mutantes, con niños (Billy Batson y Robin) superheroes y con conceptos anticuados como el Detective Marciano ( el nombre es de traca y además es verde) o Green Lantern ( un tipo con superpoderes exagerados que le da un anillo) El dibujo me pareció magnífico y la historia correcta. Tan es así, que lo he comprado en esta nueva edición. Conmigo hicieron un nuevo lector gracias a que Byrne les dio un aspecto moderno a personajes que eran anticuados ya en los 80.