El Rey de la Helada enfría el ambiente
«Fascinante. Una entidad etérea y abstracta se ha fusionado con un elemental corpóreo metamórfico.»
Este cruce, publicado en su país de origen íntegramente durante el mes de diciembre, justo antes de la iniciativa Future State, es recopilado por ECC en la grapa de la Liga de la Justicia, nueve números que monopolizan el contenido de la cabecera este verano. Una buena decisión que propicia poder leer todo el crossover sin tener que acudir a distintas series. Invierno Eterno es un evento de la Liga de la Justicia, un blockbuster en toda regla con todas las características atribuibles a este tipo de trabajos. Así, la forma de presentar la historia, con un grupo “B” de villanos cometiendo un delito para la inmediata aparición de los héroes y su lucimiento, como el transcurso de la trama (con algún momento molón) o la conclusión con kaijus incluidos, siguen al pie de la letra la estructura marcada de un evento palomitero. El lector ya se puede hacer una idea de lo que encontrará con esta mínima descripción, una típica aventura superheroica, un evento de verano invierno para leer en estos días estivales.
Los guionistas Andy Lanning y Ron Marz se entregan al divertimento sin más, con una mínima reivindicación ecologista y una buena dinámica de equipo. Gusta el uso que se hace de la mayoría de personajes y las apariciones de los enemigos de segunda resultan simpáticas. Sin ninguna pretensión más allá de entretener, los autores se muestran solventes en su labor. Sin embargo, la historia comienza sin la fuerza necesaria, el nudo solo interesa por momentos remontando con una conclusión entregada a la épica, de lectura ágil y sencilla.
Toda la Justice League aparece en un cómic que trata de conceder una importancia similar a cada uno de los integrantes, salvo a Batman, con una labor muy alejada de ser protagónica. Un alivio ante la masificación de títulos referidos al de Gotham y ante el megaevento, Death Metal, con todo tipo de personajes convertidos en murciélago. El Invierno Eterno afecta a todo el planeta y los Jóvenes Titanes también aparecerán en la lucha contra los constructos de hielo. Mediante el Teen Titans: Endless Winter Special podemos observar el devenir de los Jóvenes Titanes de Glass y Chang tras el cierre de su etapa, integrados en el grupo mayor, los Titanes. Bajo la tutela de sus hermanos, los personajes caen en el eterno paradigma de necesitar la continua aprobación de sus mayores, lejos de la autonomía, fuerza y carácter que demostraron en la serie propia, perdiendo buena parte del encanto que los caracterizaba. Jesús Merino se reencuentra con los personajes en este especial demostrando tino en su representación. En el plantel de héroes despuntan Aquaman, a pesar de su ausencia en buena parte del evento, y Wonder Woman para los que quedan las intervenciones más decisivas. Un buen fanservice para sus aficionados que ven como sus favoritos tienen un papel fundamental. También es destacable la alineación de héroes del siglo X, formado por Hipólita, la Cosa del Pantano, Black Adam y el Príncipe Vikingo, un valeroso personaje que inevitablemente recuerda a cierto rubio melenudo de la competencia. La primigenia Liga de la Justicia enfrentó por primera vez al gélido enemigo, contado bajo la narración de la reina de la amazonas. Un soplo de aire fresco a la lectura que logra interesar por lo acontecido en el pasado.
El Rey de la Helada es despertado de su largo letargo por Sebastian Stagg, (hijo de Simon Stagg) un magnate tecnológico sin ningún tipo de escrúpulos que lejos de preocuparse por sus terribles acciones busca sacar beneficio de ellas. La caracterización del empresario no tiene ningún tipo de gris, circunstancia que lejos de incomodar resulta un acierto por las continuas muestras de indecencia de las que hace gala, perfilando adecuadamente al personaje. En cualquier caso su papel es menor. El enemigo principal sí tiene un desarrollo y una motivación definida, siempre hablando en términos aplicables a este tipo de eventos. La sed de venganza del monstruo de hielo pondrá en jaque a toda la Tierra. Black Adam también tiene un importante papel, situación apropiada para exprimir al personaje dotándolo de un valor añadido, pero no termina de cuajar y su importancia se trasmite impostada y artificial, posiblemente supeditada a su próxima integración como miembro de la Liga de la Justicia de Bendis. A este evento no le hubiera sentado nada mal recordar la visión de Johns del soberano de Kahndaq. Veremos qué tiene pensado el calvo de Cleveland para el personaje y si resulta atractiva su propuesta. Hipólita por contra, goza de un apropiado papel en el cómic y logra despertar interés de cara a su participación en la nueva alineación de la JL.
En cuanto al dibujo, infinidad de equipos creativos se dan cita en el cruce. En su mayoría dibujantes habituales de la editorial, sin duda diligentes como Clayton Henry o Phil Hester, pero sin estrellas rutilantes implicadas que llamen la atención del gran público. Sí hay un merecido espacio para artistas como Amancay Nahuelpan que deja un muy buen sabor de boca con su aportación, Xermánico que trabaja principalmente con Green Lantern, Miguel Mendoza en el capítulo de Aquaman, o Howard Porter, que probablemente forman el cuarteto más inspirado del conjunto de grapas. La imposible coherencia artística sí es tal en los pasajes narrados en analepsis, con Marco Santucci como dibujante y Arif Prianto al color. Nombres más reconocidos se encargan de alguna portada como Warren Jonhson, Mikel Janin o Francis Manapul. Un dibujo con cierta inconsistencia, aunque cumplidor, que da una muestra de la medida dimensión que le ha querido dar la editorial a este crossover.
Invierno Eterno es un cruce alimenticio, entretenido, valorable por su carácter de aventura cerrada y corta, lejos de eventos inacabables y (pseudo) transcendentales para el universo. Una lectura amena gracias a esta particularidad, al mismo tiempo, la importancia menor se deja notar en los esfuerzos de la editorial que no pone toda la carne en el asador para dotar al cómic de una calidad contrastada. Su condición de trabajo de transición deja claros y oscuros, cumple con lo que cabría esperar, pero es capaz de decepcionar por su manida propuesta.
Lo mejor
• La Liga de la Justicia del pasado.
Lo peor
• Lo común de su desarrollo.
Guion - 5.5
Dibujo - 7
Interés - 6
6.2
Entretenido
Un evento común cuyo elemento más destacable es el interesante vistazo a una Liga de la Justicia del siglo X. Un blockbuster veraniego sin transcendencia que entrega lo que esperas.
Una pena que fuera un evento así de relleno con mucho cambio de dibujante, porque un poquito mejor pensado todo y dibujado a un tono uniforme le habría hecho merecedor de tenerlo en la estantería. Historia divertida, concepto de la JLA del pasado bastante interesante como para profundizar un poco más, mucho personaje deceita de fondo, etc. Ya podían haberle dado a sus autores las riendas de la JLA y no a Bendis, que se ha propuesto firmar la peor etapa del grupo en 25 años. Pero bueno, de todo se sale.
Coincido, con un poco más de esfuerzo por parte de la editorial hubiera valido la pena aparte que habría sido un gran comic de la Liga de la Justicia.