Liga de la Justicia Núm. 31

 

Edición original: Justice League núm. 31 USA, Justice League United núm. 1 USA
Edición nacional/ España: ECC Ediciones
Guión: Geoff Johns, Jeff Lemire
Dibujo: Doug Mahnke, Mike McKone
Entintado: Keith Champagne, Chirstian Alamy,
Color:Rod Reid, Marcelo Maiolo
Formato: Grapa, 48 págs. A color.
Precio:3,50 euros

 

Dejamos atrás Maldad Eterna. Ha llegado el momento de avanzar en las tramas que nos plantearon en este evento y descubrir cómo afecta a los principales héroes en su cruzada contra el mal.

Estamos ante un número imposible de dejar de leer. Una vez empiezas su lectura, lo que Geoff Johns nos plantea, nos atrapa por completo. Por un lado tenemos la conversación de Bruce Wayne y Lex Luthor. Todo un acierto que se haga en la mansión del primero, sentados en el salón, mirándose como dos hombre de negocios, sin máscaras, solo dos hombres poderosos económicamente por sus negocios, manteniendo un duelo verbal tan intenso como una batalla contra el mismísimo Darkseid. Un momento que estoy seguro va a ser recordado durante mucho tiempo.

Porque de eso va este número.

Un pulso entre dos hombres, sin poderes, pero inmensamente poderosos en otras facetas de sus vidas, mientras el anillo perdido de Power Ring encuentra a un nuevo portador al que obligar a dominar el mundo.

No estamos ante el cómic de superhéroes al uso. Johns se toma con calma el entrar en materia y nos deleita con un cómic de diálogos y actitudes perfectamente ejecutado, con cuatro frentes abiertos: Wayne/Luthor, Atalaya, anillo de Power Ring y Luthor Corp.

Del primero ya hemos comentado su relevancia y peso como trama principal dentro del número. Del segundo solo decir que Johns no deja escapar la oportunidad de mostrarnos a la parte de la Liga más ociosa y la usa para arrojar un poco de humor que refresque el tono sombrío que la serie ha tomado últimamente. La tercera es el anillo errante que ya en el dedo de un nuevo huésped desencadena el caos, dando pie a la entrada en escena de la Patrulla Condenada ya intuida en anteriores números. Y por último tenemos a Luthor moviéndose a través de su empresa con el fin de contratar al Capitán Frío.

24 páginas que vuelven a demostrar el talento de Johns para contarnos muchas cosas en poco espacio.
Una antesala a lo que tiene que llegar. Una pausa. Un momento en el que todos parecen contener la respiración que nos lleva al momento en que todas las tramas exploten.

Como ya ocurrió en el número anterior, ECC, acompaña a esta serie con la otra colección dedicada a la Liga de la Justicia renacida de las cenizas de la JLA. La Liga de la Justicia United. Si en el anterior número asistimos a la presentación de sus miembros y conocimos a la amenaza que se cernía sobre ellos, ahora toca avanzar un paso para que héroes y villanos se acerquen al conflicto que sobrevuela sus cabezas.

Lemire continua avanzando en la historia, algo convencional, en lo que ya es marca de la casa al tomarse tiempo para llevarnos hasta donde quiere llevarnos. Al decir convencional no queremos decir que sea una historia mediocre, es entretenida y está bien estructurada, sino que por convencional debemos entender que sigue patrones establecidos anteriormente en las series de grupos.

Jeff Lemire está haciendo trabajar en equipo a héroes tan dispares como son Stargirl, Animal Man o Adam Strange, contra una amenaza que no ha terminado de definir, mientras presenta a nuevos personajes y desarrolla otros que hasta ahora habían quedado menospreciados en el Nuevo Universo DC, como es el caso de Lobo.

Estamos ante un nuevo Lobo, alejado de la imagen con la que Rob Liefeld nos mancilló los ojos, mucho más superhéroica que la del PreUDC en la que el diseño de Bisley, de una contundencia enorme, marcó al personaje para siempre. No hay que olvidar que el Lobo inicial, el que se pudo ver por primera vez en la serie de los Omega Men (1983) vestía unas mallas violetas que también tenían su ese respecto al diseño macarra-sádico-visceral de Bisley.

Este Lobo es un tipo duro, pero no lo parece tanto como en los años 90, pero al menos debemos darle una oportunidad para que Lemire nos muestre hasta donde está dispuesto a llegar con el personaje o si solo se trata de un uso puntual para el arranque de la colección.

Nuestra improvisada Liga sigue enfrentándose contra la amenaza canadiense, mientras en la Luna de Thalsalla, Hawkman se enfrenta a Lobo con un resultado más que predecible. Los humanos y alienígenas prisioneros en la Thalsalla conseguirán escapar para terminar siendo apresados y descubrir que un bebé es la mayor amenaza que el universo ha visto en años.

Un esquema clásico de historia en cinco partes que hace que la acción sea frenética en este número, avanzado poco en la historia, pero mostrado hacia dónde vamos de manera sutil. Mucho ha de cambiar la cosa si Lemire busca sorprendernos, pero con este guionista nunca podemos dar las cosas por sentadas y si esperar lo mejor, por convencional que sea.

Un cómic que no debe faltar en tu colección, entretenido, que sabe a poco y que hace desear que los treinta días que deben pasar hasta leer el próximo número sean demasiado largos.