El viaje de la más atípica alienación de la Liga de la Justicia empezó el año pasado con la publicación por parte de ECC del primer tomo de la Liga de la Justicia Odisea. Un título que quiere reflejar el viaje al que el grupo debe hacer frente en la Zona Fantasma, donde se han de enfrentar a las consecuencias de los acontecimientos narrados en Liga de la Justica: Sin Justicia y lidiar con Darkseid…
Si el primer tomo ya decepcionaba de forma rotunda, la segunda entrega viene a confirmar la falta de alma que tiene esta historia y por ende este grupo, que no logra despegar en manos de Dan Abnett, tomando las riendas tras el fallido trabajo realizado por Williamson, y que pone la puntilla alargando de forma artificial un argumento que no convence, no transmite nada y que fracasa estrepitosamente a la hora de ser meramente entretenido.
Esta segunda entrega cubre hasta el primer año de la serie sin cerrar la trama, algo que se hubiera agradecido, por no seguir estirando algo que ya lleva muerto demasiado tiempo. Si, es un punto y seguido con el aliciente de que el final si plantea algo que podría llegar a ser interesante.
La raíz sigue siendo la misma. Un deambular por distintos planetas, un plan, el de Darkseid para salvar la Zona Fantasma de la amenaza que supone la caída de Muro, la búsqueda de unas reliquias que han de dotar a Darkseid del poder para salvar a todos estos planetas… Es aburrido hasta de resumir.
Pero hay historias que pueden resultar débiles, manidas, incluso poco originales, pero se salvan gracias a los personajes, a su caracterización, a las relaciones que los unen… Aquí no hay nada de eso. Hay débiles destellos, momentos fugaces que se enciende y apagan con la celeridad de una pequeña ascua que sale despedida de una fogata y ve su calor y luz extinguirse a los pocos segundos de gozar de la libertad de la hoguera. Fogonazos que no pueden sustentar el débil andamio sobre el que todo este entramado grandilocuente quiere erigirse. Los personajes apenas son capaces de rozar una decima parte de todo su potencial.
Odisea podría haber narrado algo épico con una trama en la que Darkseid recorriera un camino de fuerza y destrucción con el que poder recuperar todo su poder, pero se opta por apostarlo todo a una historia que quiere, de alguna forma, integrar a los miembros de la Liga en el plan del amo de Apokolips, dejando las costuras a la vista.
La relación que hay entre los miembros del grupo no fascina, no atrapa, no llega a transmitir nada, quedándose sin apenas pulso con el que intuir que hay vida tras esa representación plana de cada uno de los protagonistas. Todo se centra en una forma de ser, la más representativa de cada uno, pero sin dobleces que hagan que se sientan como personajes tridimensionales. Kory, Victor, Jean Paul y Jessica tienen más que lo que se puede ver y leer en esta historia. Más como individuos y más como grupo, que acaba fagocitado bajo los designios de una trama farragosa, que no compleja ni complicada, en la que se apunta demasiado alto.
Esta falta de carisma global se va filtrando de forma inexorable al lector que debe ir pasando páginas sin interés real por lo que está sucediendo, con el mero objetivo de acabar el suplicio y olvidar de forma rotunda y definitiva el amargo paseo que conlleva enfrentarse a este cómic.
Hay un pero final y es que, tras un camino lleno de obstáculos de todo tipo, el número que cierra el tomo compensa, solo en una pequeña parte, todas las carencias antes comentadas y despliega momentos de enorme efectividad. Por fin se encuentra la épica y se da la mano con la historia, generando las primeras emociones en el lector que se siente desconcertado por el cambio y piensa, de forma inevitable, si en la tercera entrega finalmente esta saga llegará a ser verdaderamente relevante.
En el otro lado del cuadrilátero, como se dice, tenemos el apartado gráfico que es lo más rescatable de la obra. Aunque hay involucrados tres dibujantes, de estilos muy distintos, el tono global se lo aporta el talento de Sampere, que juega con las posibilidades que le dan estos personajes, aportando una narración visual elegante dadas las circunstancias.
Tal vez el más desentonado sea Di Giandomenico que por estilo no encuentra su sitio. Afortunadamente solo se encarga de un número.
De lo que sí se abusa, en extremo, es de los efectos digitales de planetas y explosiones de energía. Todo queda muy artificial y poco cohesionado con el resto de los dibujos, lo que tampoco ayuda a la hora de sumar en este desequilibrado y monótono número.
La Liga de la Justicia Odisea se confirma como una de las series menos inspiradas, menos atractivas e interesantes de las publicadas por DC. Su objetivo es claro, pero su desarrollo esta condenado al fracaso. El tiempo de lectura no volverá de nuevo, pero que sirva esto de aviso a posibles futuros lectores.
Soporífera.
Guion - 4.5
Dibujo - 7.5
Interés - 4.5
5.5
Una serie que sobra, que no logra aportar ni puede ser lo que quiere ser. Hay una razón para su existencia, pero no tiene alma alguna y todo su potencial se pierde página a página.