No hay evento que se precie que no tenga cómics publicados a su sombra con la idea de extender al máximo la maniobra editorial a fin de rentabilizar el tirón de ventas que suele acompañar a este tipo de acontecimientos. Crisis Oscura no podía ser menos y tras tener la muerte de la Liga de la justicia, un cómic que ponía todo en marcha y que era el inicio oficial del evento, llega Liga de la Justicia – Rumbo a Crisis Oscura, cuya función no es otra que la de ejercer de obra bisagra con la que narrar una serie de acontecimientos derivados de la desaparición de la Liga, mientras se aderezan las cosas con algunos detalles nimios de lo que se va a poder leer en la serie central de Crisis Oscura.
Con la publicación de esta reseña ponemos al día el evento en Zona Negativa para a seguir narrando, mes a mes, los distintos cómics satélites que van a ir llegando, a la espera de la reseña final de la serie central del evento.
Es complejo sorprender a los lectores de largo recorrido con un nuevo evento, pero si se siguen haciendo es porque funcionan en ventas y de paso pueden ser el principio para un nuevo lector. DC empezó en esto de hacer eventos en el año 1985. La editorial cumplía 50 años y tocaba celebrarlo y de paso hacer limpieza. Esa limpieza derivó en la publicación de Crisis en Tierras Infinitas. La editorial levanto la alfombra, la puso en el tendedero y la sacudió hasta que se desprendió de décadas de ideas acumuladas que se habían convertido en un lastre argumental y miró al futuro. El multiverso despareció.
Tras aquella experiencia llegaron más eventos, pero algo había quedado en el ADN de DC en relación con este tipo de juegos editoriales… los eventos debían tener consecuencias. Y la editorial lo cumplió a rajatabla. Legend, Millenium, Invasión… Todos acababan por golpear al Universo DC de alguna forma, acertada o no, pero ahí quedaban sus consecuencias para la posteridad y añadir extras a la continuidad.
Desde 1985 y el 2023 han pasado 38 años y la DC de hoy poco o nada tiene que ver con la DC de mediados de los ochenta. Y, sin embargo, tenemos nuevo evento y es un evento que mira de frente a las Crisis originales.
Gravitando a su alrededor se han publicado ya dos historias que vienen a complementar la experiencia de lectura que promete Crisis Oscura. Como ya se ha adelantado un par de párrafos más arriba, este cómic entra de lleno en lo que se puede definir como compra solo apta para completistas, puesto que lo que nos cuenta, como nos lo cuenta y donde nos deja lo hacen irrelevante para la comprensión del evento central.
Sería genial poder manifestar abiertamente que entre sus páginas hay algo de valor que justifique su compra, pero en realidad se trata de un comic simple, que pasa por encima de los acontecimientos a los que quiere aferrarse, para ser consumido y olvidado casi de forma simultánea. Intenta ser emotivo y ni se acerca, buscando rememorar algunos de los acontecimientos más dramáticos de la historia del Universo DC, mientras ironiza sobre el concepto de la muerte, y con razón, eso hay que concedérselo, para dar espacio a la gestión del duelo, al descubrimiento de la muerte de la Liga por parte de Hal Jordan (que afronta el síndrome del superviviente), lidiar con un intento de que los lectores desarrollen algún tipo de empatía con el personaje de Pariah, para rematar el especial con la única historia que tiene un destello de intención lograda, la que se centra en el personaje de Nocturna y Batgirl, pues sus reflexiones si que son una invitación abierta y bien planteada sobre lo que está pasando.
Hay intenciones, muchas, pero una ejecución deficiente, demasiado centrada en querer ser algo a lo que no logra acercarse, haciendo que el conjunto de historias quede deslavazado. No es ni honesto con lo que propone, buscando manipular de forma burda los sentimientos del lector más curtido. Hay, sin embargo, que concederle que como escaparate para el Universo DC pasado sí que sirve y que puede resultar atractivo para un nuevo lector llegar a sus páginas y descubrir que hace 30 años Superman murió, Batman quedó en silla de ruedas o que Flash, cuando el traje lo llevaba Barry Allen, se sacrificó por destruir la máquina infernal del Antimonitor en las Crisis originales. Detalles que sorprenderán a ese neófito, supuestamente, pero que no pasarán de eso, de ser una mera sorpresa que se diluye en un mundo en el que nada fluye ya más rápido que la información a través de Internet.
Así que en resumen, un trabajo superficial, tramposo, de tosca realización, con un dibujo esforzado, en algunos casos, en otros fallido, de la mano de autores como el propio Dan Jurgens, Fico Ossio, Rosi Kämpe, Liela del Lucca y Clayton Henry (uno de los que realiza un trabajo interesante), que lidian con guiones frágiles, haciendo lo que pueden, por levantar un conjunto de historias superficiales y anodinas.
Próxima parada… Flash.
Guion - 5.5
Dibujo - 7
Interés - 3
5.2
Intrascendente.
Un trabajo para completistas, perfectamente olvidable dentro del evento de Crisis oscura, que quiere ser muchas cosas sin alcanzar ninguna.
Muy de acuerdo con tu valoración. Prescindible. Lo más letal para algo que requiere tiempo y dinero.
Nocturna con esto ya ha desbancado oficialmente a Donna Troy como el personaje femenino con la continuidad más farragosa. Menos mal que Hawkman sigue como campeón indiscutible!
No es nada nuevo bajo el sol que este tipo de trabajos aparezcan a la sombra de los eventos, pero es una verdadera lástima que de un tiempo a esta parte, sean trabajos que no aporten valor al conjunto global y solo sean maniobras editoriales sin más.