Edición original: リヴィングストン VOL 3 y VOL 4, Kodansha 2014 y 2015.
Edición nacional/ España: Milky Way 2016.
Guión: Tomohiro Maekawa.
Dibujo: Jinsei Kataoka.
Traducción: Judit Moreno.
Formato: Tomo manga rústica con sobrecubierta 224 y 194 páginas.
Precio: 8€.
Continuamos con la reseña del manga Livingstone, escrito por Tomohiro Maekawa e ilustrado por Jinsei Kataoka. Si en el primer artículo hablábamos acerca de la premisa inicial del manga y las bases que se sentaban en los dos primeros tomos, en este segundo acercamiento al mundo de Livingstone, con los tomos 3 y 4 que finalizan la serie, podemos hablar de cómo se asienta la historia y sus personajes y la estructura narrativa se modifica.
Antes de comenzar a hablar de este arco final (y prácticamente único) de Livingstone, hay que mencionar que entre el primer y el segundo tomo de la serie, los autores realizaron un parón que duró cerca de 4 años, y que sin duda “afectó” al resultado final de la obra. Las comillas de esa consideración vienen porque no fue un cambio a peor, sino todo lo contrario, la estructura y la narrativa de los tomos sufrió pequeñas modificaciones que hacen la historia mucho más fluida y que engancha más aun al lector, a la par que no olvida sus orígenes y mantiene aquellos elementos que la convierten en un producto especial, ya que el espíritu de Livingstone, o incluso mejor decir su alma en este caso, está presente en su premisa, el objetivo de sus autores y su diseño, y eso se mantiene sin duda.
No obstante, es justo decir que aunque el parón no sentó mal al manga, es evidente que no es el mismo Livingstone que hubiésemos conocido de haber tenido una producción más continua en el tiempo. El propio Maekawa asegura que a la hora de revisar sus notas al retomar la escritura del guión ciertas cosas ya habían perdido su gracia y que se arrepentía de no haber incluido otras que ya no podía modificar, como una tecnología más avanzada en las máquinas que leen el estado del alma o incluso en las videoconsolas que utiliza Amano. Los autores también atravesaron diversas vivencias en esos años, infinidad de cambios tanto a nivel social como personal, lo que hace que el destino de los personajes, y especialmente de Amano, fuese diferente al que tenían planteado inicialmente.
Este cambio ya comenzó a quedar algo patente en el final del segundo tomo, cuando las historias dejan de ser tan autoconclusivas, se introducen algunos personajes con peso (las hermanas Ebina) y se centra un tema durante más de un capítulo, como es el deterioro de Amano como herramienta. Pese a ello el tomo 3 comienza con el esquema habitual, es decir, Sakurai y Amano resolviendo algunos casos, limpiando puntos negros y salvando almas o recolectando sus fragmentos. Sin embargo, esto va cambiando paulatinamente al irse mostrando y focalizando la atención en el desarrollo de Amano como personaje. Amano es una herramienta, una persona que murió y a la que reemplazaron el alma por un sustituto para que pudiese trabajar como erradicador de puntos negros. Sin embargo, pese a no tener memoria por esa carencia de espíritu, su cuerpo mantiene cierta capacidad de recordar cosas sobre su pasado, algo que se va acentuando a medida que el trato con los demás le va convirtiendo en más humano.
De esta manera, lo que era un manga de tintes sobrenaturales y cierta dosis de humor estructurado en capítulos autoconclusivos, se convierte en una mezcla entre seinen y shônen bastante más maduro, con multitud de cuestiones morales planteadas y centrado en el viaje de Amano para recuperar sus recuerdos y su vida anterior. Un proceso gradual y que Maekawa sabe llevar con muy buena mano, ya que en ningún momento parece que el cambio de tono y ritmo sea brusco u obligado, sino que la propia historia y el lector, al conocerla, piden que la obra vaya por esos derroteros. Sin embargo, esto se convierte a la vez en un arma de doble filo, ya que a la hora de llegar al final queda una sensación de cierta precipitación, de quedarte con las ganas de que las cosas hubieran ido un poquito más lentas, quizá un tomo o dos más acompañando a los personajes hasta un clímax que, por otro lado, es bastante bueno. Además, ciertos aspectos de la trama que parecía que podían desarrollarse un poco más, como el pasado de Tokieda y su hija, quedan eclipsados por completo, lo cual es una pena porque se les veía cierto potencial.
Esto también afecta a personajes y al tono de la serie. Amano pasa a ser sin duda el principal protagonista, y todo gira en torno a él, pero también emerge de él. Al igual que Amano crece como personajes, el resto del elenco aprende de él y se desarrolla a su vez, especialmente Sakurai. El tono, que antes se encontraba a caballo entre lo sobrenatural, cierta dosis de horror y humor japonés, ahora se queda solo con lo sobrenatural, pasando a tener un estilo mucho más humano, emocional y casi dramático en ocasiones, aunque puntualmente hay destellos de ese absurdo que consiguen relajar un poco el ambiente.
Otro de los aspectos relacionados con el tono de la obra que se sortea con gran maestría viene de la mano de ser el alma, la vida y la muerte, pilares fundamentales de las bases de la misma. Se corría mucho riesgo de caer en un manga con demasiada moralina o filosofía, o por otro lado ser demasiado conservador y hacer la clásica historia paranormal o de terror. Sin embargo, el resultado final ha sido el de una obra que es difícil encasillar en un solo género y que no resulta especialmente lento o reflexivo, Maekawa hila el guión hábilmente para que sea el propio lector el que decida si quiere solo entretenerse leyendo una trama o si quiere detenerse a reflexionar un poco acerca del destino y la condición humana.
Al final, lo que Maekawa consigue, queriendo y sin querer en cierto modo, es crear una historia, la de Amano, que describe a la perfección la condición humana de la vida, el libre albedrío y el significado de la misma. Amano es un ser sin alma que no sabe quién es ni porqué está aquí, y cuya única salida para no desaparecer abrumado por ese desconocimiento, incertidumbre y vacío, es trabajar en aquello para lo que tiene habilidades. No dista mucho de la vida de una persona común de nuestros días, que se autoimpone metas y objetivos con tal de dar un sentido a su paso por el mundo. Es interesante también el tratamiento que se le da al tema del libre albedrío y su relación con el destino, en el sentido de que por muy libres que seamos hay ciertas circunstancias de tu vida (dónde naces, quiénes son tus padres…) que sin tener ningún poder sobre ellas condicionan nuestro abanico de decisiones, por muy libres que luego sean estas. En definitiva, temas bastante profundos y que invitan a la reflexión, que Maekawa sabe tratar de la manera correcta para no dar lugar a un ensayo filosófico acerca del sentido de la vida.
Por último, y mencionando aspectos del parte artística, sigue en la línea de los primeros tomos, para el estilo de Kataoka no pasan los años y sigue siendo tan bueno como siempre, aunque tiene la contra de que tampoco se aprecia demasiada evolución (aunque tampoco se necesita, es un dibujo solvente y espectacular). Se nota mucho la mano de Kondou en los diseños, hasta el punto que ya es imposible distinguir si dibuja uno u otro de la pareja, y Kawase hace de nuevo una labor fantástica en las portadas. No obstante, sí que podemos decir que el estilo, más allá de ser muy personal e identificable de la dupla Kataoka/Kondou, es bastante estándar, la ambientación es genérica y, salvo en ciertos momentos puntuales, no ayuda a dar un tono a la historia, cosa que depende casi por completo del guión de Maekawa.
Livingstone ha resultado ser un manga bastante redondo. Con el equilibrio justo entre lo paranormal, lo filosófico y el humor japonés, es una obra que invita a la reflexión pero sin dejar de lado la necesidad de entretener que tiene como producto. El arco argumental que conforma los dos últimos tomos es muy bueno, sobre todo gracias a lo que genera el personaje de Amano, si bien ciertos aspectos podrían haberse tratado de una manera más sosegada para terminar de conseguir un cierre perfecto. Cierre que por otro lado es más que satisfactorio y que encaja con la manera de contar la historia que ha llevado a cabo un genial Maekawa, aunque queda la sensación que podía dar un poco más de sí. Una obra con personalidad y alma propias, con un apartado artístico muy destacable de Kataoka y que merece la pena leer al menos una vez.
Edición original: リヴィングストン VOL 3 y VOL 4, Kodansha 2014 y 2015. Edición nacional/ España: Milky Way 2016. Guión: Tomohiro Maekawa. Dibujo: Jinsei Kataoka. Traducción: Judit Moreno. Formato: Tomo manga rústica con sobrecubierta 224 y 194 páginas. Precio: 8€. Continuamos con la reseña del manga Livingstone, escrito por…
Livingstone 3-4
Livingstone 3-4
2017-06-01
Rubén Merino
Guión - 8
Dibujo - 8.5
Interés - 8
82
8.2
Livingstone es un manga con su propio alma, con una mezcla de reflexión y entretenimiento que se esconde bajo la máscara preciosista de su dibujo. Una obra interesante que podría haber dado algo más de sí.
Vosotros puntuáis: 7.5 ( 2 votos)