Cuando me equivoco soy más yo que nunca.
El argentino
Jorge González es un historietista, ilustrador y realizador de cine nacido en 1970 en Buenos Aires. Se dio a conocer en nuestro país a principios del siglo XXI tras ilustrar dos álbumes con guion de Horacio Altuna: Hard Story (Norma) y Hate Jazz (Sins Entido), tambien ilustro el guion de Carlos Jorge en el cómic Mendigo (Glénat). La concesión en 2009 del l Primer Premio de Novela Gráfica FNAC-Sinsentido por Fueye/Bandonéon fue la prueba de su talento como autor completo. Su siguiente trabajo como autor completo fue Dear Patagonia. Posteriormente daría el salto al mercado franco-belga donde aparecerían sus siguientes obras: Regreso a Kosovo (001 Ediciones) con guion de Gani Jakupi (Dupuis), ¡Maldito Allende! (ECC Ediciones con guion de Olivier Bras y Mecániques du fouet con guion de Christophe Dabitch. Llamarada es su primer trabajo producido como autor completo para el mercado francófono. Tambien ha colaborado con historias breves en revistas como TOS o Orsai. Además de su trabajo para el público adulto ha dibujado varios cuentos y cómics para el público infantil como La Cueva del Bandolero, Kinú y la ley de Amarok o la serie de Barbosa el pirata. También ha ilustrado diversas novelas y libros de texto, adaptó al cómic La odisea (SM) y dirigió el corto de animación Jazz song.
Uno de los grandes tópicos cuando se habla de una obra es referirse a ella como la obra más personal del autor, pero en este caso es cierto ya que además de encargarse del guion habla de los hombres de su familia y de las relaciones que establece la paternidad entre ellos. Las relaciones paterno-filiales es un tema que se ha tratado en infinidad de ocasiones en todos los medios. En Llamarada se entrecruzan entre el pasto de los campos de futbol las vidas de José (su abuelo al que apodaban Llamarada durante su carrera como futbolista), Jorge (su padre), Mateo (su hijo) y Leo (su otro hijo que está a punto de nacer en el capítulo final) además de la suya. Un sentido homenaje a los hombres que más ha marcado y marcan su vida, pero sin gramo de autocomplacencia ni autocompasión.
Llamarada no es una obra con un desarrollo cronológico, González nos muestra episodios breves de las vidas de los protagonistas pero que sirven para poder comprender sus relaciones. Tampoco es una obra llena de conversaciones sesudas, importa mucho más lo que no se dice en ellas, los silencios y las miradas. Y los espacios donde se producen esos episodios, los campos de futbol, la playas, y sobre todo los cielos.
Relatar la vida de su abuelo, un futbolista famoso, es la excusa perfecta para hablarnos del legado que se transmite entre padres e hijos. Siempre que se establece una relación duradera con otra persona cada uno de los dos recibe y da muchas cosas, pero cuando la relación es de parentesco el intercambio es mucho mayor, sobre todo cuando hay una diferencia de edad. Muchas veces los padres de manera inconsciente pretenden que sus hijos vivan la vida que ellos habrían querido para sí mismos. Una pesada mochila con la que todos hemos de cargar a lo largo de nuestra vida, aunque se vuelve más liviana con el paso de los años. Vemos como Jorge se enfrenta al miedo a transmitirle sus obsesiones y sus problemas a su hijo. Jorge quiere evitar que Mateo quede eclipsado por su sombra con le sucedió a su padre que tuvo que lidiar en su carrera futbolística con el mote de Rusito heredado de a su abuelo.
El futbol tiene importancia en la obra, pero sobre todo a efectos plásticos ya que González realiza una de las mejores representaciones que se han dado de este deporte en el cómic. No es un tema muy tratado en el medio, salvo algunas obras puntuales. Se puede ver una mirada nostálgica, al deporte amateur de los tiempos de Llamarada en contraposición al deporte capitalista que es hoy. Antes servía como elemento vertebrador e identitario de los barrios y ahora es un elemento de crispación y creador de ídolos, muchos de ellos con los pies de barro.
El aspecto gráfico de la obra es abrumador, sin duda estamos ante el mejor trabajo hasta la fecha del autor argentino. En sus páginas vemos pistas de todos sus maestros como Breccia o Mattotti, entre otros, pero desde esas influencias ha sabido construir un estilo propio y reconocible. Cada una de las épocas en la que transcurre la historia tiene un estilo particular desde el vacío en decorados de las partes que transcurren en este siglo, pasando por el detallismo que vemos en la Buenos Aires del siglo pasado. Los lugares donde transcurren las historias adquieren muchas veces más importancia que los personajes, quizás porque ellos perviven y las personas muchas veces estamos solo de paso. El uso del color es maravilloso y consigue transmitirnos las emociones de los personajes y llenar el relato de atmosferas evocadoras. En Llamarada vemos múltiples técnicas lápices, acrílicos, blanco y negro, color, realismo, abstracción, viñetas pequeñas, dobles páginas, viñetas a sangre, etcétera, pero todos los recursos sirven para engrandecer la obra y aunque tantos cambios parecen abocar a una obra inconexas el resultado es increíblemente coherente y sólida. Sin duda estamos ante uno de los cómics más estimulante en el aspecto gráfico y narrativo del año.
ECC Ediciones nos trae la obra en gran formato un papel de gran gramaje que permiten deleitarse con las acuarelas de Jorge González. Muchas se ha criticado sus ediciones de cómic europeo, pero en este caso han hecho un trabajo impecable y es justo reconocerlo.
Jorge González confirma todo lo bueno que había apuntado en sus anteriores trabajos y se convierte en uno de esos autores que te obligan a comprar sus trabajos en cuanto ves su nombre en la portada. Llamarada es una lúcida reflexión sobre los legados que dejamos a nuestros descendientes con un apartado grafico sensacional. No hay nadie que dibuje la inmensidad e incertidumbre del horizonte como él.
Guión - 9
Dibujo - 9.5
Interés - 9.5
9.3
Legado
Llamarada es una obra enorme en la que Jorge González firma su mejor trabajo hasta la fecha. Sin duda, estamos ante unos de los mejore cómics que podremos leer este año.
Solo por la influencia de Breccia ya debería merecer la pena leerlo
Gran reseña
Una maravilla. Expresionismo intimista con un uso mixto de técnicas y una narrativa metafórica, simbolista. Para leer varias veces. Para detenerse en los ojos de los personajes y pensar en que piensan…un trabajo de autodescubrimiento del autor que te ayuda a ti a descubrirte,sobretodo si eres padre Sin duda el mejor trabajo del autor y de ahora en adelante, un autor imprescindible. Si sabe hacer esto, es que lo que haga , hay que leerlo.