Abismal. Así es la diferencia entre el All Star Batman & Robin de Frank Miller y Jim Lee y el All Star Superman de Grant Morrison y Frank Quitely. Y no es tan enorme la distancia que los separa por la disparidad de los estilos de los respectivos dibujantes que ambas tienen, porque tanto la superestrella coreana como el artista escocés son dos de los talentos más representativos que la industria del cómic posee.
El factor que claramente hace que la serie del Hombre de Acero se encuentre a años luz de la de su compañero murciélago es la cabeza calva pensante que tiene detrás, la del inigualable Morrison.
Mientras Miller en su cabecera All Star se dedica a centrar la aburrida trama en un Robin que a estas alturas ya le sobra al supuestamente oscuro y solitario Batman, el enfoque de All Star Superman es mucho más acertado y directo.
Después de leer el primer número de All Star Superman te das cuenta de que si algo ha entendido el guionista escocés es que siendo Superman el superhéroe por excelencia no hay que escatimar a la hora de echar mano de la ciencia ficción para contar las historias ‘más grandes de la vida’ en donde brillan especialmente las cualidades del personaje.
Al tratarse de kriptoniano de un icono mundialmente conocido, Morrison se vale (literalmente) de 4 frases en 4 viñetas para refrescarles la memoria a aquellos olvidadizos que no recuerden del clásico origen que ya llevó a la pantalla Richard Donner en 1978. Se agradece que de vez en cuando se compriman así las recopilaciones de información, porque me imagino que en algún otro escritor que todos conocemos, este origen hubiese ocupado por lo menos cuatro o cinco números de la serie.
Después ya nos metemos de lleno en las espectaculares hazañas que ‘solo’ Superman es capaz de desempeñar. En esta ocasión el reto consiste en rescatar a una nave espacial a punto de ser consumida por el Sol..
Ni que decir tiene que el Super logra sacar de allí al vehículo y a sus ocupantes sanos y salvos, pero lo realmente interesante son las consecuencias que semejante baño en el Sol tiene para el protagonista, y que supondrán una subtrama en curso para los números siguientes.
El resto del reparto que rodea a Superman, incluido su alter ego Clark Kent, su reclamo amoroso Lois Lane y su archinémesis Lex Luthor van siendo introducidos con la caracterización necesaria para que en un momento sean completamente reconocibles y podamos preveer su el lugar que les corresponde en la historia.
Las habituales fascinantes ideas que suele gestar Morrison en todos y cada uno de sus guiones tiene su culmen en Mr Quintum, uno de los científicos a los que el héroe salva del Sol, y a través de quien descubrimos a los esclavos Bizarro , al Titán Viajero o a los Nanonautas.
Tal despliegue de imaginación está a la altura de un personaje con la grandeza de Superman, que suele requerir de un Superguionista para que las historias que cuenten sobre él sean como en este caso, buenas.
El dibujo de Quitely es tan detallado, impecable y maravilloso como siempre, y gracias a la simbiosis que mantiene con su ya recurrente compañero Morrison se puede decir que la historia tiene una contrapartida visual perfecta. El único pero son los posibles retrasos a los que seguramente sea sometida la serie por la conocida lentitud del dibujante, pero en todo caso es una espera que merecerá del todo la pena.