Ambientada entre el Episodio III y el IV de Star Wars, Star Wars Rebels es la segunda serie de animación nacida del estudio de Dave Filoni tras la notable Star Wars Clone Wars. En esta ocasión ya no estamos en las guerras clon sino en una época en la que el imperio gobierna la Galaxia y persigue a todo aquel que se ponga en su contra. Los Jedis se creen extinguidos y no existe ninguna esperanza de que todo vuelva a ser como un antes convertido en leyenda. Sin embargo, una serie de Rebeldes comienzan a poner en jaque los planes del imperio… Veamos que es lo mejor y lo peor de esta nueva serie de animación que por el momento se acerca al meridiano de su segunda temporada.
Lo mejor:
Oscuridad en una galaxia dominada por el Imperio
Si algo sorprende de The Clone Wars (y, en general, de la trilogía de las precuelas) es su excesiva luminosidad. Se supone que estando en un periodo de guerra donde se está masacrando a buena parte de la galaxia, ese tono tan infantiloide que respiran tanto las películas y la serie (aunque me atrevería a decir que más las primeras) no pega demasiado. Star Wars Rebels es mucho más consecuente con la época en la que está y eso se refleja, y mucho, en su ambientación.
Estamos en los años de pleno dominio del Imperio por toda la galaxia y la decadencia es palpable en todos y cada uno de los sistemas. Nadie habla demasiado alto, pues la gente es detenida por ello y pocos se deciden a actuar al margen de la ley. Incluso hay celebraciones del Imperio donde la gente está más que asustada mientras los imperiales sacan pecho con sus nuevos juguetes. Se palpa la tristeza y se palpa el sentimiento de rebeldía que tienen los protagonistas, atacando al Imperio siempre en pequeñas dosis y donde más les duele.
Es más que palpable la situación en el planeta Lothal, donde se desarrolla la trama en prácticamente la totalidad de la primera parte y poco a poco se van expandiendo al resto de la galaxia y al espacio podemos ver esos resquicios de las Clone Wars y el dolor y odio que el Imperio genera a lo largo y ancho del universo.
Hay vida más allá de Anakin, Obi Wan, Luke y Han Solo
Si algo ha hecho especialmente bien Star Wars Rebels es crear un nuevo grupo de personajes protagonistas inéditos que gozan de gran importancia en la historia general de Star Wars teniendo, a su vez, autonomía propia. Así tenemos personajes tan ingeniosos como Kanan, un aprendiz de Jedi que interrumpió su aprendizaje cuando su maestra fue asesinada tras la Orden 66; Hera, una rebelde convencida por hechos traumáticos pasados con el Imperio; Sabine, una antigua aprendiz del imperio que se independizó para hacerse cazarrecompensas; Rex, la fuerza bruta del grupo que todavía es un misterio y Ezra, el protagonista aprendiz de Jedi que era una especie de Aladdin en las calles del sistema Lothal. Incluso tenemos un sustituto de R2D2 en Chopper, un auténtico héroe robótico que pone el punto de humor a la serie.
Con este nutrido grupo de personajes, la serie nos narra los comienzos de los rebeldes que más adelante destruirían la Estrella de la Muerte y pondrían en jaque a un Imperio en pleno auge de su expansión. Además, todos están muy bien trabajados y tienen un trasfondo que poco a poco se va desvelando y mostrando nuevas caras y lugares del Universo de Star Wars. Por ejemplo, sabemos que Sabine es la creadora del símbolo de los rebeldes o que poco a poco van formando parte de un grupo de rebeldes mayor cuyo propósito pasa de hacer pequeñas putadas al Imperio a realmente creer en poder derrotarle.
Cameos para todos los públicos
Algo que no puede faltar jamás de los jamases en un producto que se precie de Star Wars son los cameos. La mayoría de las veces suelen meterse a calzador con el fin de contentar a los fans ávidos de ver sus héroes favoritos en cualquier producto que forme parte del Universo Expandido. Otras veces, en cambio, cumplen y forman parte de la historia, justificándose su inclusión en el producto y alargando la historia de tan ilustres personajes.
Lo cierto es que Star Wars Rebels tiene un poco de cada, pero no es menos cierto que la gran mayoría de todos los cameos que hemos ido viendo durante la primera temporada y la mitad de la segunda han ido justificándose de tal manera que han quedado reflejados en la historia. Además, hay que sumarle un punto positivo en este aspecto: hemos visto cameos tanto de la antigua serie Clone Wars como de personajes de la antigua y la nueva trilogía, ampliando el universo y conociendo tanto el pasado de personajes que aparecerán más adelante en las películas como el destino de aquellos que habíamos visto en la otra serie de animación o en las precuelas.
Destacan algunos cameos importantes como el de Lando Cardissian, que aún en su época de jugador de cartas y tramposo estelar, meterá en un buen lio a nuestros inocentes protagonistas y con el que mantendrán contacto para asegurarse cargamentos que no pueden obtener de forma oficial. También vemos como un Darth Vader pasa a encargarse personalmente de las cédulas rebeldes que están surgiendo en la galaxia y termina fijándose en Kanan y Ezra por sus singulares poderes. Veremos también a viejos conocidos de las Clone Wars como Ashoka Tano o el carismático clon Rex, quienes no sólo actuarán como secundarios si no que acabarán convirtiéndose en personajes recurrentes que luchan junto a los rebeldes. De hecho no hay que irse mucho más allá de los primeros capítulos de la segunda temporada donde una impresionante Ashoka Tano con dos sables láser demuestra que es uno de los personajes más poderosos de la galaxia frente a los Inquisidores.
En el otro lado de la balanza los cameos de R2D2 y C3PO si que son un poco forzados, apareciendo incluso en el piloto cuando no era necesaria su aparición.
Una época difusa e interesante
La franquicia Star Wars cuenta con productos en muchas de las épocas que pasan entre las películas. La serie Clone Wars cubre el periodo comprendido entre los episodios II y III, las series de cómics regulares de Marvel cubren las aventuras de los protagonistas de la vieja trilogía entre los episodios IV y V (e incluso saldrá una miniserie que se situará entre los episodios I y II) e incluso el cómic Shattered Empire y el videojuego Star Wars Battlefront se han aventurado a narrar una pequeña parte de lo comprendido entre los episodios VI y VII a la espera del estreno de la película y se puedan tirar de spoilers.
Y si bien es cierto que Disney ha permitido la publicación de algunas novelas, el periodo comprendido entre los episodios III y IV es un amplio territorio a explorar. No sólo por su tremenda expansión en el tiempo, sino también porque supone una de las épocas más misteriosas y menos narradas en el antiguo Universo Expandido. ¿Cómo se las ingenia el Imperio para gobernar toda la galaxia? ¿Cómo viven sus gentes en tan terrible situación de opresión? ¿Cómo comenzaron los Rebeldes a hacerle frente?
Muchas de estas preguntas no son respondidas en la trilogía antigua y lo cierto es que hay muchas cosas que contar de este periodo de tiempo. En Star Wars Rebels no sólo vemos al ingeniero inventor del X-Wing o a la artista responsable del logo de los rebeldes, sino que conoceremos a fondo el funcionamiento del imperio, su comportamiento frente a las cédulas rebeldes que va encontrando y los múltiples planetas y sectores en sus relaciones con el imperio. Un periodo interesante que se verá completado con la próxima película Rogue One donde veremos cómo los rebeldes se hicieron con los mapas de la Estrella de la Muerte.
La leyenda de los Jedis
Seguramente muchas razones por las cuales considero mejor la trilogía original que las temibles precuelas que perpetró George Lucas son discutibles, pero creo firmemente que el tratamiento de los Jedis bajó mucho el nivel de la franquicia en la segunda trilogía. Eliminó ese aura de misterio que tenían, esa especie de leyenda que volaba sobre ellos y que los trataba como una especie de seres mágicas que estaban en contacto con la naturaleza a través de la meditación y gracias a unas fuentes naturales de poder que les hacía además querer sólo el bien y protegerlo. Frente a eso, las precuelas no sólo nos trajeron espadas láser de todas las formas y colores diferentes, sino que convirtieron a los Jedis en una suerte de guerreros bien entrenados con poderes surrealistas más cercanos a Jackie Chan que a un monje budista espacial y, por si eso fuera poco, les convertía en generales y admirales de guerra cuyo poder era medido no por su contacto con la naturaleza desde el plano más mistico sino con una maquinita que medía el nivel de midiclorianos como quien mide el alcohol el sangre.
La gente detrás de Star Wars Rebels es muy consciente de todo esto y ese aura que rodeaba a los Jedis en la primera trilogía es muy respetado en la serie. Aquí tenemos un Jedi que no terminó su formación como Kanan y un aprendiz que poco a poco va entrando en contacto con la fuerza como Ezra. Ambos tienen espadas láser, sí, pero desmuestran que su uso no conlleva ir dando volteretas sin parar por el mundo sino que tiene detrás un arte dificil de domesticar frente al cual hacen falta horas y horas de entrenamiento y que, además, no es siempre efectivo.
Otro de los puntos positivos es el tratamiento que hace la serie de la leyenda de los Jedis. Parece que no todo el mundo sabe que existieron realmente y, los que lo saben, se sorprenden enormemente al ver en Ezra o Kanan a uno. También queda muy bien reflejado la urgente necesidad que tiene el Imperio de borrar la palabra Jedi del vocabulario de la galaxia ya que al sospechar que entre los rebeldes puede haber uno, el mismísimo Darth Vader se pone en marcha para eliminarlos. Porque claro, Jedi significa esperanza y eso es lo último que el Imperio quiere que se expanda por la galaxia.
No es Pixar, pero…
Se nota la mano de Disney. Si Clone Wars comenzó a destacar en lo que animación respecta en una tercera temporada que mejoraba notablemente a las anteriores, Star Wars Rebels ha dado ese salto ya en la segunda temporada, mejorando la ya destacable primera. Los personajes cuentan con un nivel de detalle espectacular y, frente a las cuadradas caras y rostros llenos de arrugas e imperfecciones de la primera de las series, esta muestra más “plasticidad” en los personajes, llegando a ver granos en algunos y caras mucho más limpias en general. El pelo se mueve ya y los personajes tienen mucha más gesticulación tanto en la cara como en el cuerpo, demostrando que la tecnología no sólo ha avanzado y lo hace posible sino que el trabajo está mucho más logrado.
Se nota que el objetivo es vender muñecos y merchandising porque es cierto que los personajes parecen muñecos en movimiento, pero es ese tono plastilina que lo acerca a lo infantil el que hace el mundo y sus personajes mucho más adorables pese al tono oscuro de la serie.
La espada / pistola láser de Ezra
Ezra, el que podríamos decir es el personaje protagonista, es un niño que tiene el poder de la fuerza y que tiene que aprender prácticamente desde 0 a ser un Jedi. ¡Y eso que nunca ha visto a ninguno en acción! Y ya me diréis, en el momento en el que puede hacerse una espada láser va y se hace una que por el lado de arriba se hace espada y por uno de los laterales lanza bolas que aturden a los enemigos. Creo que merecía un apartado propio.
Lo peor:
Entonces, ¿No hay nadie como Darth Vader?
Evidentemente no, no hay nadie como Darth Vader. Pero lamentablemente, en Star Wars nunca han logrado ni acercarse al carisma del némesis de Luke. Puede que con Kylo Ren puedan quedarse cerca, ya lo veremos, pero lo que hemos visto en Star Wars Rebels dista mucho de serlo. Los némsis aquí son unos seres llamados los Inquisidores que se dedican a aplicar la ley del imperio cuando las cosas se ponen feas. Así, el inquisidor de la primera es francamente lamentable, ya no sólo de look, sino que toda su “fiereza” se va al traste cuando es vencido por un aprendiz de Jedi como Kanan. Sí, tiene un aparato que hace girar la espada y lo hace más molón, pero no es nada comparado al Darth Vader que aparece al comienzo de la segunda temporada y deja a nuestros protagonistas a la altura del betún.
Ahora en la segunda temporada lo intentan con dos nuevos inquisidores que esta vez son mucho más temibles en el plano físico y que dejan bastante jodidos a los protagonistas hasta que la buena de Ashoka Tano hace acto de aparición y los deja hechos papilla. No por nada es la aprendiz del mismísimo Darth Vader. ¿Encontrará esta serie su propio Némesis o iremos a Inquisidor por temporada?
Los comienzos siempre son complicados
Al igual que Star Wars Clone Wars, Rebels comienza con una falta absoluta de carisma: capítulos inconexos e infantiles, algunos cameos metidos a calzador, tramas demasiado simples y una animación algo mejorable. Quizás le pesó a la temporada centrarse demasiado en el planeta Lothal, dándonos la concepción de que la serie era más pequeña de lo que era. Y si bien era una presentación, esa sensación era inapelable. Y más ahora que vemos como, habiéndose extendido a toda la galaxia en esta segunda temporada, tanto los personajes como los secundarios y sus tramas han ganado en riqueza.
Faltan secundarios originales
Comentaba como punto positivo que la serie cuenta con buen puñado de secundarios que hacen las delicias de todos los fans. Sin embargo, si algo no ha destacado nada en la serie es la presencia de secundarios de nueva creación con la potencia suficiente de llevar el peso de parte de la misma o, incluso, de algún capítulo entero. Si bien contamos con personajes como Rex o Ashoka Tano, estos son creación de Clone Wars y no hay todavía ningún secundario de peso. Hemos visto en los últimos capítulos como aparecía un ingeniero al que fichan los rebeldes para llevar a cabo la reforma de algunas naves (y de lo que se intuye que será el creador de los famosos X-Wing o A-wing) lo que da pie a pensar que será un secundario a tener en cuenta dada la carisma que tiene. También tenemos a una antigua compañera de Sabine en las filas del imperio que forma parte de una orden de cazarrecompensas que tendrá buen peso en el futuro.
Sin embargo, más allá de estos pedazos, no tenemos de momento la referencia de secundarios de nueva creación que puedan llegar a disputar en carisma a los personajes protagonistas y, dados los antecedentes de Clone Wars y de las propias películas, es una pena bien grande.
Carencia de arcos argumentales
A Rebels le falta algo que Clone Wars hacía de maravilla: crear capítulos autoconclusivos pero que formaban parte de una trama mayor. Así, las tramas en la serie de las Guerras Clon se dividían en 3-4 capítulos que seguían una trama pero que dividía su aventura bien contenida en ellos, con sus finales más o menos felices pero con un final determinado. Un recurso que los cómics llevan explotando mucho tiempo y se antoja fantástico para una serie que dura poco más de 20 minutos por capítulo.
Aquí si que nos hemos topado con algún Continuará, pero dada la costumbre que teníamos de Clone Wars y esa forma tan buena de estructurar las historias, nos vemos aquí con la necesidad de ver arcos más complejos que nos lleven a planetas y batallas más grandes que las puede contener un capítulo. No es un mal mayor dado el interés de la serie en sí misma, pero supone un pequeño déficit en comparación con su antecesora.
Sentimientos encontrados:
No es John Williams pero…
La música de Star Wars Rebels no es mala, ni mucho menos, pero a un producto de la franquicia de esta enjundia lo menos que se le puede pedir es que sea sobresaliente en este aspecto ya que si algo caracterizó a las películas originales fue la sobresaliente banda sonora de John Williams. No vamos a echar pestes porque es cierto que la música de la serie es un buen homenaje a la obra de este autor, pero sin duda se hecha en falta algo más de importancia y epicidad en la música para dar el toque redondo. En ese aspecto Clone Wars se quedó bastante por detrás, pero hay que tener en cuenta que estaba directamente basada en las precuelas. A ésta, con las clásicas películas como telón de fondo, creo que se le puede exigir un poquito más. Al fin y al cabo supone una especie de redención por parte de Lucasfilm.
Me parece una serie entretenida a la que, como bien apuntas, le falta una trama de fondo potente para aportar algo más a los capítulos, prácticamente autoconclusivos.
De todas formas creo que, obviamente descontando la trilogía clásica, esta serie en lo más cercano que he visto al espíritu original de Star Wars.
Hay que estirar el chicle. ¿La Ventress esa esta muerta? era un personaje que me daba repulsión y eran incapaces de matarla… parece un personaje de comic.
El momento de Asoka con los dos inquisidores es tremendo! Es una de las mejores cosas que tiene la serie, que por tener una espada laser no eres un Jedi. Y se ve reflejado por la gran diferencia entre Kanan y Asoka.
Una serie que vale la pena ver. Buen artículo!
Estoy enganchado al cómic de Kanan, pero no no he visto ni un solo episodio de Rebels. Hora de remediarlo. 😉
Y si no tienen villanos carismáticos, que recuperen a Thrawn.
Excelente acercamiento a una obra que, siendo de naturaleza infantil, apunta buenas maneras, sobre todo para los nostálgicos de la trilogía clásica.
Tan solo me hubiera gustado que comentaras algo en relación al diseño de los personajes. Todo buen fan sabe que el diseño de Zeb (el monstruito que aparece en la foto de grupo y del que no has mencionado nada) es un diseño descartado que Ralph McQuarrie elaboró en las fases iniciales de Star Wars:
– http://blogs.elpais.com/.a/6a00d8341bfb1653ef01b8d07fa8d4970c-pi
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Asi mismo, Chopper es un diseño primerizo de R2-D2:
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y personajes como la amiga cazarrecompesas de Sabine recuerdan a los primeros esbozos de Luke (por lo menos en cuanto a vestimenta se refiere):
http://www.starwars-universe.com/images/encyclopedie/personnages/images_v6/ketsu_onyo_imv6.jpg
Aquí una foto de grupo para que veáis lo que los diseñadores de personajes le deben al gran Ralph:
Eso, unido a lo que has comentado en tu reseña, hace que la serie transpire un aire clásico en todo momento.
Te he aprobado el comentario que al pasar el nº máximo de enlaces en un comentario se había quedado bloqueado 😉
Así que era eso y no el navegador…
Gracias Raúl, no suelo enlazar nada en mis comentarios (de ahí que no supiera lo del límite), pero creo que en esta ocasión una imagen vale más que mil palabras. La pena es que he redactado 2 comentarios prácticamente iguales.
No te preocupes, estamos atentos a estos casos para que salgan cuanto antes los comentarios, si quieres te borro el anterior más breve y con sólo un par de enlaces 😉
Muy buen apunte Mr. Cesar. Siempre es bueno saber algo más. Gracias.
Fantástico lo que comentas Mr. Cesar, muchas de estas cosas no las sabía (no soy tan fan de Star Wars, jeje). Muchas gracias por aportar este valioso contenido al artículo!
Excelente acercamiento a una serie que, aunque está enfocada al mercado infantil, su visionado no deja indiferente al fan de la trilogía clásica.
Tan solo echo en falta que no menciones por ninguna parte que la gran mayoría de los personajes principales están basados en los bocetos que Ralph McQuarrie realizó para la trilogía original.
Todo buen aficionado de la saga sabe que Zeb (el monstruito que aparece en la foto de grupo y del que no mencionas nada en tu reseña) está basado en un boceto descartado de Chewbacca.
Así mismo, personajes como Chooper, parten de esbozos primerizos de R2-D2 que más tarde fueron rechazados o modificados. También el traje de Ezra recuerda al de los pilotos rebeldes y el casco de cadete imperial que luce en la primera temporada se basa en el que McQuarrie diseñó para los Stormtroopers originales.
El aspecto de la amiga cazarrecompensas de Sabine que aparece en la segunda temporada, recuerda ligeramente al que lucía Luke en sus primeros diseños (al menos en la parte de vestuario). Incluso el acabado de la máscara de Vader se da un aire muy cercano al que esbozó Ralph McQuarrie allá por 1976.
En definitiva, si unimos todo eso a lo que Tomás comenta en su reseña, nos daremos cuenta que los responsables lo han tenido muy claro al enfocar la personalidad de esta nueva serie: Tú tira de nostalgia que el resto es vender muñequitos (¡pero que bien te lo pasas por el camino!).
P.D.: aquí un diseño del grupo original, cortesía del gran Ralph McQuarrie, para que veáis a lo que me refiero:
Perdón por repetir la parrafada, pero se me colgó el navegador cuando estaba publicando la primera vez y creí que no había subido el comentario.
Lo mismo dice uno que otro, así que puedes prescindir del que menos te guste 🙂
SW Rebels es una serie para niños que puedo ver y disfrutar con mi hijo. Que no es poco.
Es cierto que si en lugar de capítulos autoconclusivos con «mini-misiones» hicieran historias un poco más largas seguro estarían mejor construidas, tendrían más tensión y molaría mucho más.
Pero creo que para Disney tiene prioridad el que cualquier episodio sea accesible y perfectamente entendible por niños que lo vean por primera vez más que la profundidad dramática y/o narrativa. Vamos, ¡ como eran los tebeos antes!!
Me la estoy pasando bien con la serie, me alegra muchisimo que reciclen personajes de Clone Wars !