¿Quién es
Lo primero que me viene a la mente cuando veo el cómic, sin duda, es el formato. Es un libro cuadrado, de quince por quince; echando un vistazo al interior vemos que cada página tiene entre una y tres viñetas, pocas veces más; sin duda una disposición extraña. Las viñetas no siempre están colocadas de la misma manera; si son páginas de una sola viñeta, unas veces están en el centro y otras a un lado, a veces son pequeñas y otras grandes, rellenando la página entera o dejando un hueco grande; nunca suelen tener la misma forma: ovaladas, cuadradas rectangulares, y pueden estar colocadas vertical u horizontalmente. Este juego no es en absoluto baladí: el gran número de posibilidades que se ofrecen enriquece mucho la narración y cada momento recibe su particular composición.
La obra nos narra en tono autobiográfico la infancia del propio autor en una España postfranquista, en un pequeño pueblo, con un padre militar y en vísperas del golpe de estado del 23 de febrero. Digo tono autobiográfico porque el propio autor hace referencia, al final del tomo, a hechos de su vida relacionados con la obra, pero el protagonista no se llama Juaco, sino Carlos, por lo que antes de creernos a pies juntillas lo que se dice debemos pensar en este cómic como un ejercicio de ficción. En una entrevista a
Pero lo mejor de Lo primero que me viene a la mente es que es una obra totalmente autóctona. Retrata una época de España y desde un punto de vista (el de la infancia) que no podría haberse hecho en cualquier otro lugar del mundo. Es interesante ver cómo el personaje principal evoluciona, cómo su ambiente le condiciona, pero también cómo él tiene su personalidad propia, algo que se ven el contrasto de su carácter con el de su hermano mayor. La obra es muy poética en determinadas ocasiones y tremendamente explícita en otras; es divertida pero también dura. Me encanta el trazo de Vizuete, grueso y ligero, que casa a la perfección el tema de la infancia.
He descubierto a uno de los autores más interesantes del panorama español. Juaco Vizuete, con esta obra, demuestra ser no solo un hábil narrador y un dibujante excelente, sino que sabe contar historias, no introducir dramas innecesarios y ser fiel a sus personajes, situarnos en la historia y movernos por ella; me ha encantado la fluidez con la que se lee el tomo —el hecho de que las páginas se pasen tan rápido ayuda a meterte mucho en la historia, a involucrarte, en cierto modo— y la mezcla de páginas repletas de texto y de secuencias sin una sola letra. Lo primero que me viene a la mente fue, seguramente, uno de los mejores cómics de 2014, y sin duda y una de mis mejores lecturas de 2015.