Edición original: agosto – 2010 – Marvel Comics
Edición España: junio – 2011 – Panini Comics
Guión: Jason Aaron
Dibujo: Renato Guedes, Jason Latour
Entintado: Jose Wilson Magalhanes, Jason Latour
Color: Rico Renzi, Matthew Wilson
Portada: S. D.
Precio: 2,50 euros (3,25 euros el primer número)
Lobezno alcanza su quinto volumen en España, veintidós años después de que la primera serie regular, orquestada por Chris Claremont y John Buscema, viera la luz en nuestro país, cuando el canadiense visitaba la ficticia ciudad de Madripur (Singapur pasada por el tamiz de todas las obras del estilo de Cuentos del mono de oro) bajo la identidad secreta (ejem) de Parche. La serie, en sus múltiples encarnaciones, ha sido testigo y prueba de la incombustible condición de un personaje que, definición del héroe antiheroico y solitario, milita en cuantos grupos organizados de empijamados le permite su cada vez más apretada agenda. Con sus camisas a cuadros y sus pintas de vaquero, su condición de asesino con tendencias psicópatas supuso una novedad en un campo donde lo políticamente correcto solía campar por sus respetos. Lobezno es el primer personaje que permite introducir claramente a los autores una zona gris entre el blanco y el negro, aunque en sus inicios no fuera el más popular de la nueva y diferente Patrulla-X. Cuentan las crónicas que Dave Cockrum lo detestaba y que la afición pedía que dieran pasaporte a aquel mutante peludo, bajito y cabreado. La llegada de John Byrne cambiaría esa situación y convertiría al personaje en uno de los más populares, volviéndolo menos antipático (y más víctima de los prejuicios, como queda patente en el episodio donde retornan de la galaxia shi´ar y donde se aporta una primera pincelada al gigantesco fresco que supone el misterioso pasado del personaje). La conexión con Japón y la miniserie Honor convierten a Logan en un samurai idealizado, en un guerrero con un profundo sentido del deber. Lobezno deja de ser un vulgar verdugo sin respeto por la vida, sino alguien que hace lo que debe hacerse, lo que se concreta en la frase, repetida hasta hacerse tópica y casi ridícula, según la cual él es el mejor en lo que hace, aunque lo que haga no sea para nada agradable. Esta filosofía, que sirve como contraste con la claridad y rigurosidad de otros personajes de la misma casa como Spider-Man o el Capitán América, se extendió transformando a otros personajes como el Castigador (que pasó a ostentar la condición de justiciero urbano que conocemos bien) o el Motorista Fantasma (que fue transplantado del país de Kenny Rogers a la ciudad de Nueva York). Por extensión, bien podría afirmarse que gran parte de los tebeos imagineros de principios de los noventa tienen uno o más ”lobeznos” en sus filas.
La colección protagonizada por Lobezno tuvo una de sus mejores etapas en la que escribiera durante varios años el guionista, dibujante y editor Larry Hama, secundado por dibujantes como Marc Silvestri o Adam Kubert. Sin embargo, conforme han pasado los años el personaje ha ido reduciéndose a un conjunto más o menos funcional de clichés. Pocos autores han logrado dejar una impronta palpable y muchos menos contar historias mínimamente memorables. Nombres como los de Frank Tieri o Greg Rucka han pasado sin dejar excesiva huella. Otros, como Mark Millar, han intentado hacerlo mediante la espectacularidad y dibujantes de primera línea como John Romita JR (Enemigo del Estado) o Steve McNiven (Old man Logan, nainonainoná) pero con unos resultados que, siendo aceptables, no son tan epatantes como se había prometido. Eso no ha supuesto problema para que en las versiones cinematográficas y animadas Lobezno haya sido el protagonista indiscutible, tanto de la trilogía fílmica (con añadido en forma de película en solitario, todas ellas con Hugh Jackman de por medio) como en la reciente serie Lobezno y los X-Men (algún día se pondrán de acuerdo y dejarán de meter títulos en anglopañol). En el campo de los tebeos, Lobezno está presente en las cuatro colecciones patrulleras y en dos de las tres vengativas, pero además ha tenido una segunda serie dedicada a contar pinceladas de su pasado (en un giro un tanto horrible perpetrado por Daniel Way y consecuencia del hecho de que a consecuencia de Dinastía de M Logan recuerde por fin su pasado) y para rematar la faena, se ha convertido en una fraquicia semi-independiente de la de la Patrulla-X, pues ahora tenemos a X-23 (una versión femenina del personaje) y a Daken (el hijo cabronazo que tomara el papel de su padre en los Vengadores de Norman Osborn). Puede que sus historias no sean más que repeticiones y reiteraciones de materia prima ya bien machacada, pero el personaje sigue vendiendo, aunque sea reconvertido en marca comercial (que después de todo, el negocio es el negocio).
La nueva colección viene de la mano del guionista Jason Aaron, que ya había tocado al personaje en otras ocasiones y que ha logrado hacer cosas más o menos interesantes como Weapon-X o sumamente entretenidas, como Astonishing Spider-Man y Lobezno. En esta nueva etapa que se abre, Lobezno comienza haciendo una visita a John Wraith, uno de sus antiguos compañeros de los días del Equipo-X. Ambos tienen ocasión de reflexionar sobre su sanguinario pasado. Wraith ha encontrado la paz como pastor evangelista, en tanto que Logan, que ahora compagina su pertenencia a la Patrulla-X con la membresía en los Vengadores. Su tradicional condición de héroe forajido ha venido a ser sustituida por una imagen pública y el prestigio inherente a la condición de vengador en activo en dos grupos. Los mutantes parecen haber encontrado en San Francisco un lugar donde vivir en paz, ha rehecho su vida sentimental… y sin embargo, después de tantos reveses, teme –o más bien sabe- que la paz no durará mucho. Después de tantos años derramando sangre, ha llegado a un punto en el que la batalla constante se ha convertido en su estado natural, por lo que no se atreve o mejor dicho, teme albergar el deseo de que eso cambie y, una vez conseguido, tiene miedo de perderlo. Sus temores se harán realidad cuando sus allegados empiecen a ser objeto de ataques y él mismo acabe haciendo una inesperada visita a un inframundo plagado de viejos conocidos.
Jason Aaron, que en Yanquilandia se ha hecho con los guiones de la colección patrullera dirigida por Lobezno tras Cisma, se ve aquí apoyado por los dibujos de Renato Guedes, el cual quizá no haga un trabajo espectacular, pero al menos correcto. Este primer arco argumental viene con historias de complemento donde se narra el asalto a los amigos y enemigos de Logan. La primera corresponde al Samurai de Plata y está dibujada por Jason Latour. Aquí tenemos, pues, una ocasión para subirnos de nuevo al carro de un personaje del que se puede seguir su trayectoria sin haber comprado su colección.
Ufffff, mira que me gusta Lobezno, pero hoy día me parece un personaje quemadísimo…con decir que mi personaje favorito hoy día es el Capitán América, cuando no hace ni 10 años pasaba de él olímpicamente….
Ja,ja… Cuentos del Mono de Oro… Nunca había oído hablar de esta serie hasta que me la enseñó un amigo el otro día. Es verdad que Madripur se parece mucho (y aventureros del aire también).
Aunque fue muy criticado en su día, creo que Claremont acertó en dotar a Logan de un entorno particular donde viviera aventuras muy alejadas del tono de la Patrulla. Igual algo así es lo que le hace falata al personaje para recuperar la frescura.
Coincido con Erik Lensherr, Wolverine me tiene un poco hastiado de verlo que aparece hasta en la sopa, no es tan carismatico como Spidey o Bats para tener tantas series regulares y apariciones mensuales, y no es tan popular a nivel de gente no aficionada a los comics.
El poder mutante de Lobezno es aparecer en 200 colecciones al mismo tiempo????
wolverine no era tan popular como spiderman o batman pero con las recientes peliculas ya va siendo mas conocido, lo que necesitan hacer con el personaje es sacarlo ya de los vengadores y dejarlo en la colección de x-men que va a protagonizar y en su propio tirulo en solitario porque es muy frustrante verlo en tantas colecciones, no tiene sentido y solo perjudica su imagen
Se que es un tema muy arraigado, pero nunca acabo de entender porque exigimos que Lobezno solo pueda formar parte de los Vengadores o los X-Men. Es decir, durante las épocas en las que Thor ha sido Vengador, ¿alguien ha pedido que esté en Asgard o los Vengadores pero no en los dos sitios a la vez? ¿Y Tony Stark? ¿Debe decidirse si forma parte de los Vengadores o Industrias Stark? ¿A alguien nos pareció mal que fuera a la vez Director de SHIELD, jefe de la Iniciativa, presidente de sus industrias y miembro de los Vengadores? ¿Veíamos mal que Spider-Man estuviese a la vez en Amazing, Spectacular, Friendly Neighbour y el Team Up?
Si tenemos en cuenta que sus colecciones venden, no cabe más remedio que aceptar que su popularidad le basta para mantenerlos con vida, algo que actualmente solo se pueden permitir Spider-Man y Batman. Por lo demás, forma parte de cuatro grupos y tiene una única cabecera regular y alguna que otra maxiserie o mini en curso. Tampoco dista demasiado con la situación de Batman, sus cuatro títulos propios y las dos cabeceras de las que forma parte y alguna que otra maxi o mini. Actualmente son los personajes que más proliferan del mercado, pero con pillar las series que nos interesen y dejar pasar las que no, ya hay suficiente.
El problema, don Daniel, es el siguiente: ni Thor ni el Hombre de Facundo Fierro han tenido nunca el nivel de ubicuidad de Lobezno (todo lo más una colección más Vengadores). Spider-Man sí, pero era un universo autocontenido con muchísimos secundarios y mucha cotidianeidad (había pijamas pero también limpieza de baño, compra, problemas con el alquiler…). Lobezno es un personaje muy interesante, pero fuera de la Patrulla-X, los mutantes, su cada-vez-menos-misterioso-pasado, le falta por construir algo que vaya más allá de los clichés. Le pasa un poco lo mismo que a la Masa: su condición de antihéroe solitario impide que pueda construirse algo a su alrededor.
En el inframundo editorial de este país siempre me han sorprendido dos cosas. Por un lado, la forma en que Planeta hizo sus propias Crisis Infinitas y eliminó cualquier referencia a su trabajo en España con los cómics Marvel. La segunda cosa, quizás relacionado con eso, es la facilidad con que Panini ha hecho suyos los logros de PdA y ha asimilado los volúmenes Planeta con suyos. Vale que asimilen la numeración del anterior editor, pero los números de series editadas bajo una misma cabecera no les pertenece.
Hombre Luis, ya digo que junto a Batman (y Spider-Man detras) es el que mayor ubicuidad tiene actualmente. En lo el solitario y que no dispone de entorno no estoy tan deacuerdo. Lo primero porque tras labrarse una familia con los X-Men (de la que es parte capital desde hace la tira de tiempos) y haber compartido aventuras con todo héroe habido y por haber esa figura de solitario ya no tiene sentido. Algo que han hecho bien en darse cuenta desde Marvel para dar carpetazo a varias de sus tramas pasadas aprovechando su situación como encrucijada editorial como base con la que construir un rico entorno como el que anda orquestando Jason Aaron a su alrededor. El Logan actual más que un solitario es un trotamundos centenario, que, vaya a donde vaya tiene algo o conoce a alguien cosa que, bien explotada, le da un panorama único para explorar distintas facetas suyas y del resto del Universo Marvel.
Daniel: es que precisamente, el entorno de Logan como personaje es el de la Patrulla-X. Ésa es su familia y ahí desarrolló su popularidad. Ahora bien, ahora es un comparsa, un personaje más en una maraña… aunque eso parece que va a cambiar con «Lobezno y la Patrulla-X». Por separado ¿qué trasfondo se le ha creado o ha aparecido?
Toni Ribas: creo que en muchos aspectos, Panini simplemente continuó lo que había hecho la difunta Fórum, hasta el punto de que en esa transición se mantuvieron algunos signos distintivos como los correos de los lectores o incluso algunos editores. Hay una extraña sensación de continuidad, pero me atrevería a decir que, si algo ha sobrevivido de los «viejos buenos tiempos forumnianos» está más en Panini que en Planeta.
Coincido totalmente que de la antigua Planeta no hay nada. Es lo que comentaba y que no tiene explicación. Se han olvidado tanto de su antiguo trabajo que ni tan sólo han seguido esa línea. De ahí a la inexplicable situación actual de la editorial. Pero el mimetismo de Panini, tampoco es lógico. Han querido parecerse tanto que lo han plagiado hasta en algo tan incomprensible como la continuidad de los volúmenes. Algo que no tiene lógica cuando hablamos de editoriales distintas.
Hombre, dejando de lado todo el entramado de los últimos 30 años al que se le dio carpetazo en Origenes, desde la llegada de Aaron este ha estado construyendo un entorno alrededor del personaje. ¿Introduciendo? No demasiado, sino aprovechando lo que ya había. Como ya decía, Lobezno tiene tantos lazos dentro de la comunidad superheroica que bien aprovechada esta puede dar forma a una cosmología propia aunque sea con elementos de todo el universo marvel. Y el guionista lo consigue fundalmente con la introducción de una «voz» de personaje más allá del cliché de heroe arquetípico de acción haciéndolo interaccionar con un entorno definido mientras lo desarrolla.
Ya su primer acierto fue la introducción de una novia regular a través de Melita Garner, y ahí tenemos el número de Lobezno y la Mujeres donde ilustra perfectamente esa sensación de entorno a la que me refiero. Un entorno en el que vaya a donde vaya, Logan tiene gente por la que se preocupa y con la que comparte tiempo mientras se ahonda en el personaje y sus relaciones con los demás de una forma progresiva y continuada, y lo mismo podemos verlo hablando distendidamente con Ororo porque esta se ha enterado de que ha dejado de ver a Yukio regularmente, a Jubilo preguntándole por su nueva novia mientras este no tiene del todo claro a donde va esta relacion o irse se copas con el Capi celebrando su regreso al mundo de los vivos mientras ambos hablan del estado de los Vengadores.
Pueden ser elementos y personajes heredados de otras franquicias, pero la sensación que al menos a mi me transmite es que el personaje ha dejado de ser una isla y que Aaron aprovecha todo su bagaje para crear un entorno (de superhéroes, si, pues no olvidemos que al contrario de Peter, Logan es superhéroe las 24 horas) con el que hacerlo crecer y progresar abordando el lado humano del asunto entre colegas, compañeros de equipo, novias, antiguas amantes, viejos conocidos, ahijadas, sidekicks, colegas de parranda y antiguas pupilas.
¡Alguien más recuerda «cuentos del mono de oro»! ¡A mis brazos, Luis Javier!. 🙂
La verdad es que, por lo que llevo leído, el Lobezno de Aaron me está gustando bastante, a ver qué tal sigue.