Lo que tenían, tienen y tendrán las sagas mutantes, así como otras historias populares de personajes de cómic, es que todas las colecciones intentan subirse al carro para sacar tajada. Tal es el caso de Lobezno: Destino Manifiesto, que aprovecha el último gran capítulo de los Hijos del Átomo, para contar su propia epopeya y beneficiarse de la saga.
Uno no puede saber cuándo ha sido más fecundo el personaje de las garras de adamantium, si antes de recuperar la memoria, o ahora que por fin tiene plena conciencia de su devenir. Antes, nos contaban mil y una historias que amenazaban con solaparse, con emplear personajes de épocas dispares, contando conflictos bélicos reales y otros muchos inventados que se desarrollaban en las sombras del Universo Marvel. Cuando finalmente Logan recuperó la memoria, algunos entusiastas pensaron que era el fin de una etapa. Que nos contarían qué había pasado con Lobezno desde sus inicios y seguirían adelante. Craso error, colegas. Ni por asomo. Ahora, Logan recuerda, pero nadie dijo que nos lo fueran a contar todo de golpe, renunciando así a un montón de historias procedentes de la retrocontinuidad, tan de moda hoy en día. Y, precisamente, Lobezno: Destino Manifiesto es uno de esos momentos del pasado del canadiense peludo que encaja directamente con su presente.
La historia
Así, veremos a Logan en un tiempo en que visitó San Francisco mezclándose en problemas mafiosos en el Barrio Chino de la ciudad. Y enlazaremos directamente con los hechos que suceden ahora que ha regresado a la misma para establecerse junto a la Patrulla-X. Por supuesto, no esperéis una historia de vino y rosas… a fin de cuenta, es Lobezno de quien hablamos.
En un claro homenaje a las películas de serie B –C, D e incluso Z– de artes marciales, Jason Aaron y Stephen Segovia nos sumergen en los bajos fondos de China Town, entre restaurantes con delicias típicas, bebidas aromáticas y el olor de las especias, legales e ilegales, impregnando el aire. Escuelas de artes marciales, personajes que parecen salidos de Golpe en la Pequeña China o el Puño del Dragón y, en mitad de todo, los errores del pasado de Logan.
La edición española
Panini recopila esta miniserie en un solo tomo lo que, desde mi punto de vista, es un acierto. Primero, porque en formato grapa, no creo que hubiera tenido especial tirón comercial. En segundo lugar, porque al hacerlo así, el precio –bastante competitivo– del tomo puede permitir que te dejes tentar por una obra que, probablemente, de otro modo no te llevarías a casa. Y en tercer lugar, porque como sucede con este tipo de historias, es preferible disfrutarlas de un tirón en lugar de esperar un mes para poder continuar su lectura.
Los autores
Jason Aaron es un guionista de cómic que llegó un día a Marvel para encargarse de un arco argumental de Lobezno ayudado por Ron Garney a los lápices, justo al finalizar Complejo de Mesías. Los que están menos puestos en la actualidad del cómic americano alucinaron al ver llegar a este desconocido por la puerta grande. Poco después se confirmaría que Jason Aaron heredaba los trastos de manos de Daniel Way en el Motorista Fantasma, donde formará equipo con el artista francés Roland Boshi, proveniente de la serie animada de los Cuatro Fantásticos en Cartoon Network.
Y es que, Marvel no apostó por él porque sí, sino que conocía la buena labor que el escritor había llevado a cabo en la línea Vértigo de la Distinguida Competencia. Allí desarrolló la miniserie: The Other Side, donde contaba la Guerra del Vietnam desde dos puntos de vista divergentes: el de un marine americano y el de un soldado vietnamita.
Con su siguiente creación: Scalped, se ganó las alabanzas de la crítica y de compañeros de profesión tan destacables como Brian K. Vaughan, Brian Wood, Ed Brubaker o Matt Fraction. Scalped relata la manera de actuar del crimen organizado dentro de una reserva de nativos americanos.
Ahora, dedica la mayor parte de sus esfuerzos creativos a personajes tanto de Marvel como de DC.
Por su parte, Stephen Segovia es el joven dibujante filipino que adorna los textos de Aaron con su arte. Ha trabajado en series míticas como Vampirella (Harris Comics), Countdown to Mistery (DC), Witchblade: Shades of Gray (Dynamic Forces), Shadowmancer (Markosia) o Mith (Top Cow).
Mi valoración personal
Sin querer quitar la ilusión al respetable y, sabiendo siempre que opiniones hay para todos los gustos, diré que a mí esta obra me ha sobrado. Simple y llanamente. Quizá sea porque el estrés de mi vida actual me impide disfrutar de una lectura intrascendente hecha para divertir a un sector minoritario de la población comiquera.
La verdad es que las gracejas sobre cine chino de artes marciales me han dejado bastante frío la mayor parte de las ocasiones, ni tan siquiera la aparición –quizá recuperación, ya veremos– de viejos personajes de la Casa de las Ideas han servido para emocionarme lo más mínimo.
Como decía antes, se trata de una historia de autor –hasta decir esto puede ser demasiado– que pretende aprovechar el tirón de la no-saga Destino Manifiesto y vender un producto a los seguidores del personaje para sacar unas perrillas. Y los fans, que somos como somos, ahí que picamos.
En resumidas cuentas, si echas de menos las historias de Sang-Chi y Puño de Hierro, o los Hijos del Tigre, si te molan las películas de Bruce Lee y disfrutas con la sabiduría de los maestros de artes marciales a medio camino entre la Filosofía oriental y el chiste fácil, este es tu tomo, nene, no te lo pienses. En caso contrario, pasa de largo, amigo. Lo agradecerás.
De cara a los seguidores del personaje, hay que agradecer que Panini ofrezca este tipo de material, ideal para completistas y coleccionistas recalcitrantes como un servidor.
Desde el restaurante Ho-ping, en el barrio chino de San Francisco, informó Iván para Zona Negativa.
Efectivamente es totalmente prescindible, con una guion hecho a desgana de jason Aaron y un dibujo feo de ver
¿No pueden dejar en paz el traje de Lobezno? Que vuelvan al que tenía en la época Claremont y se dejen de tonterías.
Tan presincible como X-Men Destino Manifiesto. O más…
?Os dais cuenta? Si no existiera Lobezno, la marvel desaparecería del mapa automáticamente. Sin Lobezno, la Marvel no vale nada.
(Estoy siendo sarcástico sobre la ominipresencia de Lobi en los cómics Marvel, ojo)
Si me lo voy a comprar. NO… No me interesa.
Wolverine, Wolverine:x-wepon,wolverine marvel adventures, New avengers, astonishing x-men,x-force,pobre wolvie…ojala le resista su factor de curación para tanto
Ya tenía la sensación de que esta historia era prescidible, por no decir un truñaco….gracias por confirmar mis sospechas…8 euracos que me ahorro……
Si lo que querías era quitarme la ilusión no deberías haber mencionado lo de los chinos y el kung fu, yo soy fan del personaje a pesar de todo, y este tomo no entraba en mis planes curiosamente tu reseña ha despertado mi curiosidad.
Menos mal que hay «otros medios» que uno ya acumula demasiadas tonterías en casa
Me la leí hace un buen tiempo, lo mas apreciable de esta miniserie es la critica a la actitud de la linea editorial de Marvel que convirtiò a Logan de un guerrero disciplinado y competitivo a un tipo lento y torpe que solo se salva gracias al uso in extremis del healing factor, ¡el fue un samurai por favor! Se enfrenta hasta a chica ardilla y tiene que recurrir a su factor curativo para aguantar y cansarla hasta que se rinda.
thanks quesada and bendis…. ah and Loeb por crear a Romulus y decapitar a Sabretooth y por la gran obra Ultimatum (MUST BURN HARDCOVER) pero eso se debe mencionar en su tema
Si abusan mucho de Wolverine, tanto que ya no lo considero parte de la franquicia mutante, ya esta casi al nivel de spiderman, ya tiene sus propios titulos y todo, deberia ceder su lagar en los comics de x-men a otros mutantes interesantes.
A mí me parece lo mejor que se ha escrito de Lobezno (quitando la saga de Mística y Viejo Logan) desde que Millar se fue de la serie principal del personaje la primera vez…
Vamos, sin leerlo me suena calcaito a uno que publicaron hace años que era un cruce con Deathblow si no recuerdo mal….
¿Las experiencias pasadas de Logan siempre implican algo oriental, o me parece a mi? 😛