Lobezno Inmortal, la crítica

 

Título original: The Wolverine
Director: James Mangold
Intérpretes: Hugh Jackman, Famke Janssen, Tao Okamoto, Will Yun Lee, Svetlana Khodchenkova, Rila Fukushima, Hiroyuki Sanada.
Guión: Mark Bomback, Scott Frank y Christopher McQuarrie
Música: Marco Beltrami
Productora: Twentieth Century Fox, Marvel Entertainment
Duración: 2 h 6 min
País: Estados Unidos
Valoración:

 

Hace unos días una amiga decía: “¿Qué es la decepción? Un exceso de expectativas”. Y efectivamente, expectativas nunca nos faltan a los que combinamos dos pasiones, dos artes: el cine y los cómics. Pasiones que antaño sólo cruzaban sus caminos ocasionalmente y que hoy día se han vuelto fieles compañeras. Para bien o para mal nosotros no somos el espectador medio. No somos ése espectador que decide qué película ver in-situ. Ni el que se sienta en la sala con poca o ninguna información sobre aquello que va a ver. No, nosotros somos ése que ha estado esperando el estreno durante uno o dos años y que antes de que empiece en la película ya tiene en mente 50 líneas argumentales leídas previamente y que le gustaría ver en pantalla. Por el ruido que metemos y las camisetas que portamos pudiera parecer que somos relevantes a la hora de que una película triunfe o no, pero no nos engañemos, somos minoría. Comparad las ventas de Los Vengadores con el número de espectadores de la película y sabréis de lo que hablo. Al final del día, lo único que debe hacer que un film triunfe deben ser sus valores fílmicos, así debe ser. Los valores fílmicos pueden ser muy variados y van desde un guión excelso hasta un entretenimiento puro y duro, pasando entre medias por muchos otros que hacen las delicias de todo cinéfilo. Valores que acaban chocando frontalmente con lo que comentábamos al principio, las expectativas. Por suerte para Lobezno Inmortal, el anterior acercamiento en solitario al mutante canadiense, X-Men Orígenes: Lobezno, había dejado nuestras expectativas a la altura del asfalto. Recordemos que aquella película presentaba un nombre tan rimbombante porque se planeaban otras películas en solitario siendo la de Magneto la que más cerca estuvo de llegar a buen puerto. Todo aquello quedaría finalmente en nada, y seguramente para bien.

Y es que tras el errático final de la trilogía fílmica de la Patrulla-X (X-Men: La decisión final) y el comienzo aún peor de lo que debía marcar una nueva etapa, la franquicia mutante de la Fox había quedado seriamente dañada. Así pues, sus responsables, esos productores de Hollywood que generalmente son más inteligentes de lo que creemos, decidieron enderezar el rumbo. Y puede decirse tranquilamente que si X-Men: Primera Generación fue la respuesta a los males de aquel final y sentó las bases para un nuevo y glorioso futuro, Lobezno Inmortal hace lo propio con Orígenes. Y lo hace apostando por un tono muy distinto a lo visto hasta ahora, no sólo con Lobezno/Hugh Jackman, sino en películas de superhéroes en general. Algo sin duda buscado cuando se apostó por James Mangold como director, dado su bagaje cinematográfico. Un bagaje tan variado como irregular. Y es que Mangold es de esos directores que tan pronto te firma uno de los mejores westerns de este siglo (El tren de las 3:10, con Russell Crowe y Christian Bale), como te aburre ad infinitum con Noche y Día, como te firma un biopic tan interesante como En la cuerda floja (con Joaquín Phoenix en la piel del cantante Johnny Cash). Su debut en el universo mutante se sitúa a medio camino, ni será su mejor obra ni será la peor. De hecho, el film y sus distintos actos marcan perfectamente cuales son los puntos fuertes y los débiles del director y de los encargados del guión.

Y es que si Mangold no quiere rodar una película con alguien invulnerable, y la jugada le sale bien. La historia es la siguiente. Logan, atormentado por la muerte de Jean Grey (a la que ve constantemente en sueños) vive recluido en las montañas. Allí, le encuentra Yukio (Rila Fukushima), una joven pelirroja y buena luchadora que trabaja para el Clan Yashida, que dirige un poderoso grupo empresarial japonés. La joven le cuenta que su jefe se está muriendo y quiere despedirse de él por haberle salvado la vida en la explosión atómica de Nagasaki (que es la secuencia inicial de la película). Allí, por algo que no contaremos, Lobezno verá sus poderes disminuidos considerablemente. Así pues durante lo que se convertirá en una misión de protección de Mariko Yashida, el protagonista deberá tener más cuidado con las balas de lo habitual. Esto permite jugar al director a algo muchos veces visto y nada novedoso, pero rodado de forma digna y sobria. El viejo soldado herido protegiendo a la joven de cara angelical, de la que (ya lo sabíamos por su nombre) acabará encandilado. Enamorado son palabras mayores. La primera hora, prometedora, tiene ritmos de película de acción de los 70, lo cual no es malo. Ritmo que continúa hasta desencadenarse el acto final. Hasta ese punto, Lobezno sólo ha luchado contra la yakuza, los ninjas y algún samurái, lo que es de agradecer dado el elevado casting mutante de X-Men Orígenes. Y hasta ese punto, la película aguanta perfectamente a base de buenas escenas de acción y momentos reposados para profundizar en los personajes. En esas escenas de acción destacan dos (ambas como siempre anticipadas en demasía en los trailers): la pelea en el tren bala y la que tienen contra decenas de ninjas. En la primera no notamos demasiado los efectos por ordenador, que ya es suficiente. Y en la segunda, bellamente rodada, Logan acaba atravesado por mil flechas.

Por desgracia, el acto final de la historia estropea parte de lo ganado en la hora y tres cuartos anteriores, con algunos giros de guión forzados y una acción repetitiva. Eso sí, como en el resto de la película, los guionistas no dan ninguna ventaja a Lobezno y verá enfrentarse a un enemigo a su altura que podría matarle. De hecho, y esto podría causar gritos histéricos entre los fans, la batalla dejará secuelas bastante irreparables en el personaje que se dejarán notar en X-Men: Días del futuro pasado. Eso sí, esos fans alterados volverán a crecerse cuando vean las escena post-créditos (que en realidad está a mitad de los mismos, como la primera de Los Vengadores). En esa escena la Fox copia el modelo de Marvel Studios y enlaza directamente Lobezno Inmortal con la próxima película de Bryan Singer. Pero como decía, en esa secuencia final es cuando uno a empieza a preguntarse por la idoneidad o no de algunos personajes. Empezando por Viper (Svetlana Khodchenkova), la única mutante anunciada en la promoción de la película, un personaje que aporta bastante poco si no cuentan ni sus curvas ni sus modelitos verdes ajustados. Es el típico personaje unidimensional construido meramente para molar, algo que le hace flaco favor a la película. También le falta algo de metraje a Kenuichio Harada (Will Yun Lee), que aunque protagoniza escenas de mérito, le falta definición para terminar de comprender sus motivaciones. Brilla con luz propia, eso sí, Yukio, que no sólo protagoniza algunas de las escenas más espectaculares, sino que resulta una acertada compañera de armas para Lobezno. Una inesperada sidekick.

Y algo que cojea tanto como la caracterización de algún personaje es la ambientación. Una película en la que un occidental se ve inmerso en una cultura que no conoce (hablamos tanto del protagonista como la mayor parte del público potencial) debería ofrecer bastante más. Que sólo el diez por ciento de la producción se rodará en Japón no ayuda, aunque bien es cierto que tanto lo rodado en estudio como en Sydney no ofrece escenas que provoquen vergüenza ajena. Eso se consigue con escenarios genéricos que sólo rozan la superficie de la cultura japonesa. Por poner un ejemplo, consigue más Sam Mendes de la cultura china en 20 minutos de Skyfall que Mangold en todo el metraje. Igual ocurre con la música, como era de esperar de Marco Beltrami, un compositor para películas de acción tales como La jungla: Un buen día para morir o Señales del futuro. Un Beltrami al que no le debieron decir que la película transcurría en Japón, o quizá le dio igual e hizo un copia-pega válido tanto Lobezno Inmortal como para la próxima entrega de Fast & Furious. Ni una sólo nota que nos recuerde donde estamos. Uno casi hubiera preferido que Hans Zimmer le hubiera prestado un par de temas de El último samurái. Al menos el dinero invertido en efectos especiales parece bien gastado, porque no hay escenas en las que se note especialmente. La que sin duda es más complicada, la del tren bala, aguanta perfectamente. Las garras de adamantium no parecen generadas por ordenador como en alguna escena de X-Men Orígenes: Lobezno, que es lo mínimo que se puede pedir. Tanto en el caso de las garras como en la película en general, es algo que se han conseguido utilizando la menos cantidad posible de imágenes generadas por ordenador.

Lobezno es un personaje muy singular, de eso no cabe duda. No es tan encasillable como otros tipos con mallas, ni por su personalidad ni por su entorno. Así pues, es normal que sus películas también se distingan del resto de las que pueblan este cada vez más amplio género cinematográfico. Porque Lobezno Inmortal ni brilla con la alegría de las producciones de Marvel Studios, ni apuesta todo a la baza del realismo y la introspección de la competencia en Warner Bros (estilo que no le hubiera venido nada mal). En su lugar, la película en muchos tramos pretende ser un thriller noir al que le falta una fotografía más cuidada y, como decíamos antes, una mejor ambientación para llegar a serlo por completo. Constructo que termina por venirse abajo en ese final tan anti climático. Tampoco nos queda esa sensación de que Logan haya entendido la cultura japonesa y pueda llegar a ser un segundo hogar como lo fue en tiempos en los cómics. Porque Logan, como nos ocurre a los espectadores, sólo acariciará la superficie de esa extraña rama de nuestra civilización con detalles cómo lo que significa ser un ronin o cómo coger una katana. Al menos, dadas las “heridas de guerra”, si tendremos la sensación cuando salgamos del cine de que Lobezno ha librado una de las batallas de su vida, y que también ha conseguido una película digna que no nos sonroje ante nuestros amigos. Lobezno Inmortal es una entretenida película de acción a la altura de sus pretensiones. Aunque uno sale del cine preguntándose qué hubiera ocurrido si hubieran puesto un nivel más alto a esas pretensiones.

(Lobezno Inmortal se estrenará en cines de toda España mañana 24 de Julio)

• Siguiendo la pista de Lobezno: Años 70, un viaje a lo desconocido.
• Siguiendo la pista de Lobezno: Años 80, un ronin sin hogar.
• Siguiendo la pista de Lobezno: Años 90, la furia interior.