La verdad está ahí fuera y hay que buscarla
«Así es como decidimos lo que importa, porque si los hechos apelan a la mente, lo que es verdad apela al corazón»
Lois Lane es uno de las mejores cómics actuales que se pueden leer de DC Comics.
Ganadora de nuestro top DC, la redacción de esta web sabe apreciar el trabajo de Rucka y Perkins con la periodista. Un guion muy fino donde se ensalzan los valores del periodismo bien hecho y se critican los vicios en los que cae la profesión como el evidente poco rigor del que hacen gala, el partidismo de los medios y su carácter comercial. El ciudadano no sale indemne, también es señalado su escaso interés por la información veraz suplantado por su apabullante deseo de entretenimiento. Todo ello con una Lois Lane serena, segura de sí misma, ambiciosa, periodista, investigadora, madre, esposa y también hija. Un completo crisol donde se trata de mostrar a la mujer en un amplio abanico de facetas de las que ya hablamos en la reseña de la primera mitad de la serie que puedes leer aquí. Llega ahora el momento de comentar cómo prosigue el cómic una vez publicada la última de las grapas de la colección, la número seis, continente de los capítulos once y doce de la maxiserie.
Una serie predilecta en Zona Negativa a la que tratamos con un cariño que intentamos extender y demostrar a nuestros lectores. No en vano, publicada simultáneamente a esta reseña, podéis encontrar en la web una interesante entrevista con el dibujante de la misma, Mike Perkins.
El trabajo que Renée Montoya (Question) realiza para Lois le lleva a presenciar escenas que pueden comprometer al de la gran S, pero la mujer sabe proteger a su marido. De todas formas, gracias a Bendis, pronto no existirá ese problema y las muestras de amor entre la reportera y el superhéroe se entenderán como comunes a un matrimonio.
Tras el impasse en la trama detectivesca por el funeral del general Lane, las investigaciones siguen su curso. Question es buena detective y Lois buena periodista, por lo que el trabajo no tarda en dar su fruto y los instintos dejan paso a las certezas. Nunca es fácil arremeter contra los poderosos, por esto, sin poder ser de otra forma, las mujeres sufren un atentado. El guionista regala a Perkins un par de páginas enteras de acción sin diálogo para su lucimiento, el dibujante no las desaprovecha, dotando de narrativa y dinamismo al cómic. Después, Rucka por boca de su esposa, se permite comparar a Superman con David Bowie.
Lois vuelve a dejar a Superman fuera de la ecuación, ella y Question solucionarán sus propios problemas. Renée tiene más presencia en esta segunda parte de la historia pasando de secundaria a coprotagonista. No obstante, precisarán de una pequeña ayuda por parte de cierto protector de Gotham.
“En teoría Superman es un sin papeles, ¿no? Igual que el Detective Marciano, Wonder Woman. Podría continuar”.
El cómic trata el drama de la inmigración despistando a las dos mujeres de su investigación principal, pero dotando al cómic de una nueva trama que añadir al compacto guion de Rucka y humanizando aún más a los personajes, principalmente a su protagonista, que empieza a echarse el peso del mundo a sus hombros. Ya se sabe, “dos que duermen en el mismo colchón…”.
Si en la reseña de la primera mitad de la serie comentaba como Rucka, en cierta forma, prosigue su propia continuidad, siendo esto patente en la conversación entre ambos Questions, deudora de la serie semanal 52, el autor continúa haciéndolo con la recuperación de cierto personaje de su creación. Se trata de Jessica Midnight que apareciera en Detective Comics de la mano del guionista y del dibujante Steve Lieber, artista de actualidad por su trabajo en Jimmy Olsen. La mujer es analista, agente de campo y ante todo bruja, antigua Alfil de la Reina Negra de la organización Jaque Mate. Rucka aprovecha el Incidente Leviatán para traerla de vuelta a esta continuidad, pues no había aparecido en todo el New 52. Una gran manera de aprovechar las injerencias editoriales y potenciarlas para su propia trama. Tampoco se pierde la oportunidad de remover los cimientos del universo DC, multiverso, metaverso, omniverso o como se quiera llamar. “Son vidas que no recordamos, aunque eso no significa que no hayan existido. En alguna parte lo han hecho. Todo es real”. El guionista, de la vieja escuela, trata de justificar el uso que hace de ciertos personajes (también vale la justificación para su run con Wonder Woman en Rebirth). Mas allá de si lo consigue de forma satisfactoria o no, se agradece el esfuerzo.
Mike Perkins es el encargado del dibujo, un artista muy bien elegido para la obra que se tiene entre manos. Gustoso de las sombras, con entintado preponderante, dota al cómic de una atmósfera decadente muy conveniente. En un primer momento se pensaba mover en distintos tonos de grises, pero con los cambios en la serie (más sobre esto en la entrevista) se decidió abrir el abanico al colorista. Gabe Eltaeb (que reemplazara a Paul Mounts encargado del color de los primeros números) trabaja con tonos apagados muy consecuentes, sustituido por Andy Troy en los últimos cuatro capítulos de la serie. Todos utilizan la misma paleta o muy similar, pues hay que fijarse mucho para notar el cambio. Grandes artistas, no especialmente conocidas, se dan cita para la realización de las portadas alternativas; Yasmine Putri (cuya ilustración es elegida como imagen de esta reseña), Kamone Shirahama, Bilquis Evely, Tula Lotay, Joelle Jones o Amanda Conner dan su versión de la periodista. Portadas incluidas en la edición de ECC al final de cada grapa.
Lois Lane es una serie que ensalza perfectamente a la mujer como adalid del buen periodismo y que critica todo lo negativo de la profesión, sobre todo en los primeros capítulos. Esta segunda parte divaga algo más sobre lo que quiere contar, virando ligeramente hacía una acción más habitual, además de ser más coral en su concepción, Lois era protagonista absoluta de la trama contando con secundarios de lujo en su familia o Question, ahora cede parte de su protagonismo, pero no su relevancia. En cualquier caso la colección se muestra muy consistente. También es una serie muy personal de su guionista, Rucka recupera personajes y tramas propias y no elude comentar la castigada continuidad de la editorial. Por supuesto, tiñe el tebeo de un noir que le sienta como anillo al dedo, tan característico del autor, con un Perkins dichoso en la plasmación. Un cómic donde personajes y autores casan perfectamente, aun cuando el guionista repara en cuestiones propias. Una auténtica gozada que no debes dejar pasar.
Lo mejor
• Intrépida, sagaz, luchadora, lista, también inteligente…lo mejor es la representación de Lois Lane.
Lo peor
• Que Rucka no continúe la serie, doce números se hacen cortos.
Guion - 8
Dibujo - 8
Interés - 9
8.3
Periodístico
Lois Lane es una serie periodística y detectivesca que ensalza a sus protagonistas de la mejor de las maneras, que otorga un cómic alejado de lo superheroico, pero dentro de la continuidad de la editorial, muy recomendable.
Yo no se porque no le dejan a Rucka una serie de 12 números o mas de the question Montoya, la quiere con locura por ser «su hija» y una historia de ella en plan detectivesca en la linea de Black Label para su posterior tomo.
Pues sí billyboy, Rucka disfrutaría mucho de una serie con Renée Montoya. Renée es a Rucka lo que Carrie Kelley a Miller, pura devoción. Si el guionista disfruta con lo que hace, generalmente también lo hacen los lectores, además de que ya ha demostrado lo bien que se desenvuelve con el personaje en 52 o esta misma Lois Lane, no seríamos pocos los que nos subiríamos a ese barco. Ojalá algún editor te oiga 😉
Va a ser repetirse un poco porque ya lo escribi en la entrevista a Mike Perkins, pero para mi la serie fue perdiendo fuelle e interes a medida que Montoya va ganando protagonismo. Porque ademas es la Montoya de pre-Crisis Final, el personaje en transicion antes de evolucionar a algo definido, que seria la asociada a la Agencia de Paz Global pre-N52 o la que pudimos ver postRenacimiento. Y es que esta Montoya que es una Question ya habiendo un Question y que dispara a todo lo que se mueva que lleve falda esta en las antipodas de los excelentes trabajos de Marguerite Bennet en Batwoman (serir que recomiendo mucho) o Tom Taylor en el Año del Villano. Y es que batwoman y Montoya son para mi una de las parejas mas perfectas de la editorial, al nivel de Lois y Clark o Midnighter y Apolo. Y que Rucka lo ignore porque es una contribucion posterior y ajena me escuece un poco…
Saludos!