#ZNSeries – Loki. Temporada 2. Episodio 1 – Ouroboros

Loki a la vez en todas partes, por Jordi T. Pardo

La primera temporada de Loki se presentó como uno de los platos fuertes de la apuesta de Marvel Studios para la plataforma de Disney Plus. No era para menos: recuperaba a Tom Hiddleston en su papel de Loki y nos prometía adentrarnos en el concepto de multiverso a través de una serie de ciencia ficción pulp con muchas e increíbles posibilidades. Las expectativas estaban altas y se empezaron a desmoronar un poco a medida que pasaban los episodios y se evidenciaba una cierta falta de ambición y una importante falta de presupuesto para afrontar sus pretensiones. El resultado final fue desigual, quedaban su mayor mérito en presentarnos oficialmente a Jonathan Majors en una de sus primeras versiones de viajero multiversal y aspirante a supervillano Kang. La serie acababa con un cliffhanger que auguraba una segunda temporada y su interés ha estado a punto de echarlo por tierra la calidad de las últimas producciones de Disney Plus que alcanzó su nivel más bajo con la anterior Invasión Secreta.

Pero todo hay que decirlo, ¿cómo resistirse al magnetismo de Hiddleston? Para servidor, ha sido el principal motivo para darle una oportunidad a la segunda temporada de esta serie que sigue ambientada en los pasillos de la Agencia de Variación Temporal y que conecta su argumento allá donde se quedó el final de la primera temporada. En apariencia, no hay grandes novedades, pero la situación de inminente apocalipsis y el hecho de sustituir momentáneamente el diálogo sobre realidades paralelas por uno sobre saltos en el tiempo, hace -curiosamente- mucho más sugerente y atractiva la propuesta. El Doctor Who se pasea por El Quinto Elemento de Luc Besson y se encuentra con el Brazil de Terry Giliam mientras se lanza un guiño bastante orgánico a la oscarizada Todo a la vez en todas partes de los Daniels, con la introducción de Jonathan Ke Quan en el papel de Ouroboros. El trío que este hace con Loki y con el Mobius de Owen Wilson nos roba la atención durante todo el episodio.

Por otro lado, Loki evidencia la huida hacía delante de Marvel Studios con una serie que para nada es introductoria y que difícilmente podrá ser puerta de acceso para ningún espectador que no haya visto al menos la primera temporada. La estrategia de crossovers y tie-ins que lleva un tiempo desarrollando Marvel Studios puede que no sea de cara al futuro su mejor idea, pudiendo desencantar a la larga al público ya fiel y vetando la entrada de los nuevos. En ese sentido, es curioso como la compañía ha sabido replicar tanto las virtudes como los defectos de las publicaciones de la Casa de las Ideas. Para que nos quejemos de fidelidad al material original… Pero dado que los que estamos aquí somos «conversos» aplazaremos este debate para intentar valorar esta segunda temporada de Loki por sí misma. Y lo cierto es que su primer episodio es bastante prometedor… Aunque también lo fue el primero de la primera temporada.

Por ahora, tenemos a un Hiddleston muy motivado y una situación de peligro que mantiene nuestro interés sobre lo que pueda pasar. También tenemos un reparto de personajes principal bastante carismático, cosa de la que no han podido presumir otras propuestas televisivas de Disney Plus. Además, visualmente hay una coherencia respecto a la primera temporada, pero al menos en este primer contacto -aunque sea por alguna escena aislada- se evidencia una ligera mejora en algunos apartados. Hay misterio, intriga, acción, humor… La oferta parece bastante variada. Pero habrá que ver hasta que punto esta segunda temporada de Loki se puede permitir ser ambiciosa y la relevancia real que podrá tener de cara al futuro del universo compartido de la compañía. Lo comprobaremos a lo largo del camino, por ahora seamos cautos.

Regreso al futuro, por Juan Luis Daza

Después de un 2022 repleto de series y largometrajes del Universo Cinemartográfico Marvel impulsados por Disney y Marvel Studios, que ya empezaron a dar las primeras muestra de agotamiento de los espectadores con la ficción protagonizada por personajes de cómic, este 2023 solo la intrascendente Invasión secreta y Loki han sido las series dentro de la plataforma propiedad de Walt Disney pueden contarse como estrenos dentro del sobresaturado mercado de los superhéroes cinematográficos siempre que nos refiramos solo al apartado audiovisual vinculado a la Casa de las Ideas, obviando a una DC Studios a la que, desgraciadamente, le va incluso peor.

Pero finalmente sí, ya está aquí la segunda temporada de Loki, la única serie de las ideadas por el equipo de Kevin Feige al amparo de Disney Plus que ha llegado a superar su primera temporada. Aunque fue una de las ficciones más celebradas relacionadas con el UCM para la pequeña pantalla, un servidor no quedó muy satisfecho con el proyecto, que era muy estimable en sus apartados técnico y artístico, pero ofrecia un perfil de Loki demasiado blanqueado y suavizado, que entroncaba con la versión que hasta ese momento había dado Tom Hiddleston del Dios del Engaño en los largometrajes que contaron con su presencia en el primera gran arco del microcosmos audiovisual davturado por Marvel Studios.

Por consiguiente esta segunda temporada de Loki es 100% continuista con lo visto en la anterior tanda de epiosidos, recuperando a todos los secundarios de aquella con el núcleo central de la TVA retomando sus roles y alguna nueva incorporación como la de Ke Huy Quan, que después de la notable resurección de su carrera, con Oscar al mejor actor secundario incluido, tras el descomunal éxito de Todo a la vez, en todas partes, debuta en el UCM como Ouroboros, dando su personaje, por ahora no muy reseñable, nombre al capítulo en concreto. Eric Martin, Michael Waldron y Katharyn Blair al guion o Justin Benson y Aaron Moorhead repiten los patrones ya preestablecidos por el show en 2021, pero añadiendo en la recta final un pasaje que destila una prometedora épica que esperemos se mantenga en el resto de entregas.

Siendo ya conocedor de lo que es Loki como serie dentro del UCM y asumiendo que la perspectiva ofrecida del personaje no es demasiado plato de mi gusto solo, solo queda intentar disfrutar la propuesta en la medida de lo posible, Esta primera toma de contacto vuelve a remitirnos a series de televisión tan longevas como Doctor Who o efímeras como Firefly, de manera que la sensación transmitida es agradable, pero no para echar las campanas al vuelo. A partir de la semana que viene empieza la prueba de fuego con el segundo episodio que, casi con toda seguridad, ya macará la hoja de ruta seguida por sus máximos responsables con la intención de configurar una producción que saque del estancamiento un UCM que necesita urgentemente volver a ser el que fue.

Loki el tiempo se llevó, por Samuel Secades

Regresa la que, posiblemente, fue mi serie favorita de esos esperanzadores comienzos del MCU televisivo; y es que la primera temporada de Loki se convirtió para mí en gran parte de lo que debería ser una cita semanal con el universo de Marvel Studios, rebosante de originalidad, sorpresas y un fascinante universo de fondo con la autoridad temporal y los quebraderos de cabeza con variantes rebeldes, versiones de Loki y terribles amenazas en la sombra; para colmo, nos presentó a la mejor versión hasta la fecha del Kang (o El Que Prevalece, mejor dicho) del denostado Jonathan Majors, toda una patata caliente en esta segunda temporada de Loki que regresa en medio de una desmantelada división televisiva que no ha alcanzado las expectativas de la propia Marvel Studios ni de un público saturado y cada vez más indiferente dada la irregularidad en las propuestas para la pequeña pantalla de Feige y compañía, y también con un MCU cinematográfico que no ha despertado precisamente entusiasmo en sus últimos asaltos a la gran pantalla. Y, al menos viendo el comienzo de esta segunda tanda de episodios de la que ha sido una de las series más exitosas de la Casa de las Ideas, casi pareciera que Loki había sido contagiada de la misma desidia en la fórmula Marvel, con una trama que nos recoge en el mimsmo momento que nos dejó el sorprendente cliffhanger del final de la primera temporada, y nos lleva de la mano por unos más que confusos primeros compases en los que somos testigos de los continuos saltos temporales del sufrido personaje interpretado por Tom Hiddleston. La sobreexposición de la trama y a la vez lo confuso de la misma nos hace llegar a pensar en si pérdida de Kate Herron como showrunner de la serie en esta segunda temporada ha hecho un daño irreparable a la serie.

Por suerte, pronto nuestras dudas son despejadas, y es que en esta ocasión tenemos a Justin Benson y Aaron Moorhead como directores de este primer episodio (y gran parte de los escasos episodios de la segunda temporada), y de los que ya disfrutamos dirigiendo dos episodios de la fantástica Moon Knight o sorprendentes películas como El Infinito o la reciente Something in the Dirt, saben imprimir a la serie de nuevo ese tono alocado donde todo es posible; y lo hacen convirtiendo de repente el episodio en un festival del absurdo con la presentación del personaje que da título al capítulo, Ouroboros, interpretado por un Ke Huy Quan recién llegado de su éxito con Todo a la vez en todas partes, y que vuelve a enfrentarse a las paradojas multiversales con un personaje quizás algo simplón en su planteamiento inicial, acompañado de la interpretación un tanto forzada del actor, pero que, sorprendentemente, termina encajando en el histérico universo de la TVA y con la dinámica de buddy movie entre Loki y Mobius. A partir de la presentación de O.B., la serie comienza a coger velocidad con planes absurdos que ni siquiera acabamos de entender bien, viajes temporales con recuerdos que se van creando sobre la marcha y reflexiones sobre qué es mejor, si ser erradicado de la corriente temporal o que te arranquen la piel a tiras.

Sí, parece que a la segunda temporada de Loki le ha costado un poco presentarnos sus propuestas, pero de momento tengo esperanzas en que Benson y Moorhead cojan ritmo y pongan un poco de felicidad y locura en un MCU muy necesitado de reencontrarse con propuestas divertidas y diferentes; y si hay algo en lo que destaca (y sigue destacando) Loki es en haber apostado por un apartado visual propio, en una serie que sin duda tiene mucho más empaque visual y personalidad que la media del MCU, acompañado por un fantástico diseño de producción que no tiene miedo de meterse en terrenos peliagudos (ese traje de buzo en el que meten al bueno de Owen Wilson, o lo francamente desagradable -en eso estamos con Mobius- de los desplazamientos temporales de Loki); y, como guinda al pastel, seguimos contando con la fenomenal música de Natalie Holt, que promete regalarnos otra deliciosa banda sonora para esta segunda temporada de Loki con la que, a pesar de que no nos dé ni remotamente al Loki de los cómics, sí nos da al menos a una de sus variantes más atractivas y magnéticas en la piel de Tom Hiddleston, todo un superviviente de la primera fase del MCU que nos recuerda lo divertido que puede seguir siendo perderse por esta multiversal Marvel cuando tienes buenos guías.

El cine de Loki yo te diga, por Sergio Fernández

Os voy a contar un secreto. A pocos días de que Loki regresase a la pequeña pantalla, buena parte de la redacción de cine apenas tenía clara la fecha del citado retorno. En el cruce de mensajes de Whatsapp incluso las bromas con sorna eran lanzadas como si de flechas se trataran. Y no, ni los personajes que formamos esta área nos creemos Carlos Boyero, ni somos haters de nacimiento, simplemente hemos sufrido el desgaste que Marvel Studios nos ha generado con sus últimas producciones televisivas. La guinda del pastel, sin azúcar ni calorías, la puso Invasión Secreta provocando un hastío como pocas veces se recuerda. Por lo tanto, no teníamos mucha fe en que Tom Hiddleston y compañía pudiesen enmendar el daño causado.

Tras los primeros compases de visionado de este Ouroboros me doy cuenta que recuerdo cosas pero que gran parte de la trama forma parte de una nebulosa de difícil acceso. Por una vez, el resumen previo de lo acontecido el curso anterior se me antoja escaso. Algo así como si un agente de los MIB hubiera utilizado el neuralizador con servidor tras un mal viaje. Esta nueva (pero conocida) toma de contacto vuelve a retrotraerme a lugares comunes. El retrofuturismo con toques surrealistas hace que Loki juegue en la misma liga que Legión, olvidada serie centrada en la figura de David Haller. Por otra parte, su toque conspiranoico y esa burocracia gris que forma parte de la AVT siempre me recordó a un escenario creado por George Orwell.

Como si de un patinador sobre hielo a toda velocidad se tratara, Loki se desliza sin control por el tiempo. Perdido en el tiempo, perdido en otra dimensión era parte de la letra de la canción Llamando a la tierra que el grupo MClan tomó prestada de Steve Miller Band. Y esa es la cuestión. La mayor amenaza del hermanastro de Thor en este arranque de temporada ha sido quedarse varado en el tiempo. Entre medias, cual Guadiana, aparecía y desaparecía en el momento menos oportuno. Cuando crees que me ves, miro a la pared, hago ¡chas! y aparezco a tu lado.

La sorpresa de esta compleja vuelta (recordemos que el último capítulo del arco anterior se emitió en julio del 2021) ha llegado de la mano de Ke Huy Quan. El ganador del Oscar gracias a Todo a la vez en todas partes recupera el espíritu del personaje creado por Daniel Kwan y Daniel Scheinert subiendo el listón varios enteros. Desde que le descubrimos en Indiana Jones y el Templo Maldito o Los Goonies a mediados de los ochenta, pocos actores han conseguido el carisma que Ke Huy Quan derrocha en pantalla. Por su parte, Owen Wilson continúa siendo el contrapunto ideal del Dios del engaño y la mentira mientras vemos imágenes de Kang sabiendo que, en un futuro, probablemente, se borrará de todas las realidades… si nuestra realidad dicta sentencia sobre cierto asunto turbio. Veremos.

Si al principio confesaba que no tenía muchas expectativas en ver este primer episodio de Loki, tengo que reconocer que este primer visionado me ha dejado un buen sabor de boca. Dirigido por mis adorados Aaron Moorhead y Justin Benson, con quienes coincidí en un FANT hace años y de quienes no me cansó de recomendar El Infinito y Spring, la trama de Ouroboros ha encajado como un guante en el imaginario de estos dos cineastas. Por poner un pero al capítulo, al margen de mis problemas memorísticos, he echado mucho de menos a Sylvie. El personaje interpretado por Sophia Di Martino fue una de las revelaciones de la primera temporada.