#ZNSeries – Loki. Temporada 2. Episodio 6 – Glorioso propósito

Bien está… ¿loki bien acaba? , por Jordi T. Pardo

Hemos tenido que esperar al episodio seis de Loki para ver despertar a la serie protagonizada por Tom Hiddleston. Justin Benson y Aaron Moorhead alcanzan su «glorioso propósito» y nos proponen una resolución de temporada que no solo cierra la situación de «inminente apocalipsis» que hemos visto en esta tanda de episodios, sino que también le da un giro total a la producción al retrotraerse a sus orígenes. Es un episodio en el que finalmente el Dios de las Mentiras toma el mando y en el que su alter ego Hiddleston nos ofrece todo un recital y un viaje lleno de emociones. No reinventa nada, en el sentido que sus recursos los hemos visto en muchas historias de viajes en el tiempo, pero lo hace todo bien a nivel de estructura, manejo de personajes y significado.

Por otro lado, lo que también confirma esta resolución es que la segunda temporada de Loki está alargada en exceso y que lo que nos cuenta se podría haber resumido en mucho menos espacio y, sobre todo, tiempo. Ya lo hemos comentado con anterioridad, pero hay muchas tramas innecesarias y hay muchos momentos reiterativos que lejos de servir para conectar con los personajes, nos hacen despegarnos de la serie en términos generales. La prueba la tenemos en que la mayoría de ese metraje no tiene un peso específico en este episodio final, en el que Loki va saltando de un lado a otro en el tiempo intentando encontrar la solución al «inminente apocalipsis» . Incluso hay algún cabo suelto que no se acaba de cerrar y que deja clara así su relevancia real en la trama: todo lo relacionado con Ravonna, Brad Wolfe y Miss Minutes no ha ido a ninguna parte.

Pero en lo positivo, estamos ante el mejor episodio de la serie y lo es por una estructura muy bien hilada en la que las piezas del puzzle encajan. Solo se le puede achacar a este episodio los típicos «pero» personales que le podríamos poner a cualquier historia de viajes en el tiempo. «Pero podría haber hecho esto…» u «podrían haberlo llevado a…» . Pero no es lo relevante de lo que se cuenta en este punto. La conclusión de Loki nos regala grandes momentos, con un Loki obstinado en salvar a todos y siempre entre la espada y la pared, lidiando con cuestiones realmente complejas que pondrán a prueba su ingenio: la necesidad o no de detener a Sylvie, la de romper con el chantaje de El que permanece, la de sacrificarse por el bien del continuo espacio-tiempo, etc.

La resolución a las dudas de Loki sitúa al personaje en una posición única, le posibilidad de protagonizar una escena realmente épica y muy emotiva como pocas dentro del universo de Marvel Studios. Una que le da una importancia vital e inesperada dentro de esta «macrohistoria». Además, es un momento cargado de un gran simbolismo que juega con diversos aspectos de la mitología nórdica, pero también de otras latitudes y a la propia historia de la Casa de las Ideas. Loki da paso de verdad a la nueva etapa de Marvel Studios, a una guerra que El que permanece anuncia más de una vez en sus conversaciones, aunque el final propiamente de la serie ofrece un mensaje de esperanza y confianza en el futuro.

En el episodio tienen también un papel destacado personajes como Sylvie, El que permanece y Mobius, aunque al mismo tiempo son el ruido de fondo en el destino final de su personaje principal que está dispuesto a sobrellevar las consecuencias de sus actos como nunca hubiese hecho un villano. No obstante, todas las conversaciones que Loki mantiene con estos son para enmarcar y sirven para darles una nueva dimensión a todos ellos, algo con la que se había jugado al despiste hasta este momento o no se había sabido hacer de manera tan acertada. No parece que vayamos a tener nuevas aventuras del Dios de las Mentiras por ahora, aunque es de esperar que su sacrificio y su nueva posición traiga muchas consecuencias para el futuro del universo cinemático de Marvel Studios. Pero, en términos de balance general de la serie siempre cabe preguntarse, si pese a su irregularidad, se puede decir aquello de «bien está, lo que bien acaba»…

Loki la verdad esconde, por Juan Luis Daza

Punto y ¿final? a las andanzas temporales y superheróicas del Loki de Tom Hiddleston con este último episodio de la segunda temporada de la serie homónima diseñado por Marvel Studios para Disney. El discurrir de esta segunda tanda de capítulos se ha materializado sin sobresaltos, manteniéndose fiel a lo acontecido en la primera y consolidando fielmente el perfil psciológico de los personajes que la han ido poblando. Si bien es cierto que nada sorprendía en los cuatro primeras entregas, el quinto ya daba muestras de que íbamos a encontrarnos un cierre a una escala más épica y con resultados tanto visuales como narrativos superiores a lo previamente acontencido, algo que, una vez más, certifica que la serie en general y esta temporada en particular podían haber sido mucho mejores.

El arranque del capítulo apela al humor y al aire más picaresco del protagonista, genial Tom Hiddleston recuperando algo de la personalidad de su rol, para encarrilar la traca final a un último acto repleto de emotividad que lleva la historia hacia donde el guionista Eric Martin y los realizadores Justin Benson y Aaron Moorhead querían llevarla, que no es otra cosa que redimir al Loki villanesco y convertirlo en un héroe al servicio de un bien mayor. Una vez más reincido en que ese no es el Loki que encandiloó a un servidor la decáda pasada, pero debo admitir que su evolución es hasta cierto punto creíble y orgánica, por lo tanto sus máximos responsables han hecho una buena labor que no desmerece a este nuevo Dios de las mentiras que han diseñado junto al actor de High-Rise.

Un magnífico final para una segunda temporada entretenida de una serie que sigue sin parecerme de las mejores del Universo Cinematográfico Marvel, pero que ha conseguido enamorar a gran parte del público y la crítica, por lo tanto no desmerece su visionado e invetir el tiempo y el dinero de la suscripción de Disney Plus en ella. Con The Marvels ya en la cartelera por ahora el futuro del microcosmos ficcional diseñado por Kevin Feige y sus socios en Marvel Studios sigue siendo una incógnita y su futuro un camino repleto de baches que esperemos sus creadores sepan hacia donde va, porque lo que viene siendo el fandom se encuentra ahora mismo desconcertado y con la impresión de que los cimientos de esta nueva etapa post Vengadores: Endgame no estan siendo lo suficimente sólidos como para aguantar el peso de todo el multiverso (des)conocido.

A lo Loki se vive peor, por Samuel Secades

En el mundo audiovisual en el que vivimos rodeados de hype, pocas veces podemos decir que algo ha colmado nuestras expectativas, pero aún en menos ocasiones ocurre que sean superadas. No me puede alegrar más que este haya sido el caso con el final de la segunda temporada de Loki, un final que parece incluso definitivo para la serie (que, según sus creadores, siempre fue considerada como dos partes de un mismo libro) y, aunque esto no es algo que quisiéramos, para el propio personaje protagonista, o al menos es algo que se puede deducir de sus palabras en su reciente entrevista en el Tonight Show, donde el actor da por concluido su periplo de 14 años junto al personaje. Y la verdad es que, disfrutando de este glorioso final de la serie, podemos decir que el Loki de Tom Hiddleston ha tenido posiblemente el mejor arco de personaje de lo que llevamos de MCU, y que ha estado en muchos de los mejores momentos, desde su aparición en la primera Thor pasando por el regalazo que le hizo Joss Whedon al convertirlo en el villano de Los Vengadores, siendo lo mejor de la olvidable Thor: El Mundo Oscuro, pasando por el festival de Thor: Ragnarok y su breve pero inolvidable escena en Infinity War. Pero, sin duda, ha sido con la serie de Loki donde Hiddleston ha podido desarrollar su personaje al más puro estilo de Elizabeth Olsen en WandaVision.

Y es que el glorioso propósito que le tenían preparado a Loki ha sido toda una sorpresa, con una épica escena de redención que eclipsa al resto de un episodio que había comenzado como una réplica de Atrapado en el Tiempo, donde los momentos más divertidos se daban cuando Bill Murray se convertía en el dios de Punxsutawney por mera repetición; esa parte más ligera funciona también de maravilla, con Loki teniendo que aprender ingeniería avanzada en algunos siglos (al estilo de Bart y Milhouse reparando aquel reloj mágico), y que cada vez se va poniendo más intensa llegando al clímax con la tremenda conversación entre Loki y El Que Prevalece (otra lástima lo de Jonathan Majors, que vuelve a marcarse una gran actuación y al que, posible y merecidamente le terminen enseñando la puerta trasera de salida del MCU) y en la no menos emocionante conversación de vuelta al inicio de la serie entre el Loki dios temporal y Mobius sobre las cargas y las decisiones. Y es cuando Loki toma la suya que asistimos al auténtico festival de esta despedida, con ese traje que pone los pelos de punta y esa tristísima prisión en la que se encierra el nuevo Dios de las Historias para salvar, ya no sólo el libre albedrío, sino a los que más le importan. Ese Mobius dejando pasar el tiempo observado por la emocionante expresividad de Tom Hiddleston es otro momento que tardaremos en olvidar, siendo la química entre Hiddleston y Owen Wilson el corazón de las dos temporadas de Loki. En el otro lado de la balanza, tenemos a una Sylvie que se ha llevado la peor parte de esta segunda tanda de episodios, y pasando de protagonista a poco más que espectadora.

En definitiva, Loki se ha convertido, para mi gusto, en la mejor serie de lo que llevamos de MCU; fui un firme defensor de la primera temporada, y esta segunda tanda me ha confirmado que estábamos ante lo que debería haber sido la versión televisiva y semanal del MCU, una división que no ha sabido medir sus ritmos y que en demasiadas ocasiones ha pecado de ir demasiado deprisa; aunque, también os digo, en mi balanza personal y aunque he sido muy crítico con algunas propuestas, pesan más los aciertos (Caballero Luna, Ms. Marvel, WandaVision o She-Hulk) que los fracasos. Cuando parece que todos quieren enterrar al MCU de 2023 (no miro a nadie, Variety), yo sigo viendo infinitas posibilidades que, aunque a veces nos decepcionen o sean imposibles de alcanzar, como esas expectativas de las que hablábamos, siguen siendo tan frondosas como las ramas de ese Yggdrasil donde Loki, como todos los Lokis, cumple su injusto destino en soledad. Sólo nos queda alzar nuestra jarra de hidromiel y brindar por Loki Laufeyson, por Tom Hiddleston, Kate Herron, Michael Waldron, Eric Martin, Justin Benson, Aaron Moorhead y todos aquellos que han contribuido a regalarnos los mejores momentos en el MCU en mucho tiempo.

Loki – Season Tree (Raíces profundas), por Sergio Fernández

En los últimos años, el mundo del fútbol vive en una polémica constante por el uso del VAR. Paradójicamente, este árbitro asistente de vídeo se creó con la idea de que dicho deporte fuera más justo. El rearbitraje permite rebobinar, echar la vista atrás y cambiar el curso del partido. En el arranque de Glorioso propósito (título que coincide con el del piloto de la serie formando un auténtico ouroboros), hemos sido testigos de como el hermanastro de Thor ha hecho todo lo que estaba en su mano para cambiar el curso de los acontecimientos. En un derroche de voluntad, un hiperactivo Loki trataba de salvar la jornada al más puro estilo Atrapado en el tiempo. Con el poder de un mando a distancia, el Dios del engaño y la mentira observa cómo Victor Timely fracasa una y otra vez. A ritmo de la quinta sinfonía de Beethoven, en apenas unos segundos, pasan varios siglos en los que Loki se ha estado empapando de física de tal manera que el Premio Nobel se le quedase corto.

Tom Hiddleston se ha lucido en esta segunda temporada y el último capítulo ha supuesto un auténtico broche de oro. Poco queda del Loki que nos fue presentado en el MCU. El recorrido del personaje ha visto la luz dejando de lado el ser egoísta y mezquino que era para sacrificarse por el bien de todos. Pero me estoy adelantando. Tratando de arreglar el dichoso telar temporal, la constancia de un abnegado Loki parece tener premio cuando el personaje interpretado por Jonathan Majors no se convierte en spagetti. En estos momentos, la soberbia partitura compuesta por Natalie Holt comienza a enseñar la patita para advertirnos, con su carga dramática, que algo no marcha bien. Efectivamente. La épica se desmorona al comprobar el duplicado de las ramas. Toca viajar al pasado, toca viajar al futuro.

Recordando al encuentro entre Neo y El Arquitecto de Matrix Reloaded, Loki revive unas cuantas veces el momento álgido del arco anterior. Al hijo adoptivo de Odin se le presenta un dilema. Si quiere salvar la papeleta, deberá matar a su variante femenina antes de que esta hiciera lo propio con El que permanece. La ecuación tenía una clara solución. Cuando todo estaba preparado para que Lokill Sylvie, el protagonista absoluto de la serie creada por Michael Waldron pone sobre la mesa sus líneas rojas (verdes, en su caso). No piensa prescindir de nadie. Si es necesario, será el mismo quien cambie la configuración de ese sistema de seguridad que ha resultado ser el telar.

Nos acercamos al final y por ello las siguientes conversaciones tienen sabor a despedida. Mobius ha sido el mejor amigo y compañero de viaje de Loki, pero también deberá encontrar su camino si el fin de todas las cosas se evita. Un contenido Owen Wilson ha resultado ser la pareja ideal de Hiddleston en la serie. En la otra cara de la moneda, tenemos a una desdibujada Sylvie que ha ido perdiendo peso en la nueva remesa de episodios. Una pena lo desaprovechada que ha estado Sophia Di Martino. Se agradece que el componente romántico no haya adquirido una importancia innecesaria, pero es cierto que los personajes femeninos no han tenido la relevancia esperada.

Loki se viste con sus mejores galas para jugarse el órdago final. Demostrando que, realmente, es un Dios, Loki recoge cada línea moribunda y las agarra con firmeza para convertirse él mismo en el corazón de Yggdrasil. Nunca antes El Árbol de la Vida había hecho tanto honor a su nombre. A raíz de esto, Marvel Studios acaba por equilibrar su multiverso posibilitando un universo infinito. No es bueno que el universo 616 esté solo.

Locura es hacer lo mismo una y otra vez, esperando resultados diferentes. Kevin Feige y compañía han demostrado que pueden hacer cosas distintas si cuidan el producto como han hecho con Loki. Desde que WandaVision diese el pistoletazo de salida, ninguna serie del MCU había vuelto a estar a la altura. Ni siquiera la primera temporada de Loki, con sus virtudes, nos hacía imaginar lo que nos iba a esperar dos años más tarde. La mente es como un paracaídas, solo funciona si la tenemos abierta. Aaron Moorhead y Justin Benson se han consagrado para tomar el relevo de los hermanos Russo en el próximo súper evento. Loki ha resultado tener todos los ingredientes necesarios para colarse en el Olimpo de los Dioses. El villano que dejó de serlo para convertirse en el mayor héroe que jamás existió.