Zona Negativa está de aniversario. Bueno, todos los que participamos en la página, estamos de aniversario. Así que nos disponemos a celebrar la grandeza de los cómics, de aquellos que nos gustan a rabiar y nos han mantenido en esta senda mucho tiempo después, que para miserias ya tenemos el día a día. Y el que escribe estas líneas ha elegido los 4 Fantásticos de Stan Lee y Jack Kirby. Probablemente no sea mi etapa preferida, aunque disfruto de ella como un enano, pero cierto deber moral me obligaba a seleccionarla. Cuando Raúl López nos reunió a toda la redacción para contarnos sus planes para dominar el mundo el aniversario, por mi mente pasaron muchas posibles etapas a elegir que me interesan o me llamaban la atención, por diversos motivos. Pero pronto me di cuenta de que esos cómics, muy probablemente, jamás hubieran visto la luz si no se hubiera publicado Fantastic Four#1. En esas páginas, y las que continuaron, están las bases de como a un servidor le gustan que se hagan los cómics. Es indudable que sin las aportaciones de Stan y Jack, no existiría el Universo Marvel tal como lo conocemos. La prueba la tenemos en la gran cantidad de conceptos y personajes que fueron creados en esta colección, que han mantenido su vigencia durante todo este tiempo. Así que, sin más dilación, abrimos el baúl de los recuerdos y traemos al tiempo presente una de las mayores proezas creativas de la era moderna.
El comic-book previo a los 4 Fantásticos. Estado de la cuestión
La publicación de Fantastic Four#1 (con fecha de portada de noviembre de 1961) supuso un punto y aparte en la historia del comic-book americano. No pretendemos decir que hasta entonces no había material de calidad. Antes de FF1 no faltaban autores de relumbrón que dieron lustre al medio y tampoco después de su aparición han dejado de surgir obras que merezcan el calificativo de “maestras” en el género. Pero es indudable que fue el pistoletazo de salida para la creación de uno de los universos de ficción más ricos y germen de una forma de hacer cómics que persiste en la actualidad. La cuestión a tratar en este punto es ver cuál era el estado de las publicaciones periódicas, de manera sucinta, en los momentos previos a la salida al mercado de la serie.
El formato comic-book nace a consecuencia de recopilar varias tiras, formato básico del arte secuencial, pasando de la panorámica apaisada a la vertical. Esto ocurre en los años treinta del pasado siglo, albergando todo tipo de temáticas y géneros imaginables. En cuanto al tema superhéroes, objeto de nuestro estudio, no hay sorpresa si decimos que todo empezó con Superman, creación de Jerry Siegel y Joel Shuster, y la mítica cabecera de Action Comics#1 (fecha de portada de 1938). A partir de ese momento se produjo un boom del género superheroico, proliferando las series y personajes dedicados a tales menesteres. Numerosas editoriales, entre las que destacamos a Timely Comics (germen de la actual Marvel), se lanzaron a desarrollar nuevos proyectos y un nutrido grupo de autores dispuestos a innovar se subieron al carro. Nos encontramos en la llamada “Golden Age” de los cómics. Martin Goodman, empresario hecho a sí mismo en la edición de revistas pulp y dueño de Timely, abrazó la moda cuando dio salida a personajes como la Antorcha Humana o Namor, cuya aparición en diversos seriales eran motivo de grandes ventas, creaciones de Carl Burgos y Bill Everett respectivamente. Si hay un momento relevante en estos tiempos en apariencia tan lejanos para Marvel es la entrada en la editorial del tándem creativo compuesto por Joe Simon y Jacob Kurtzberg, al que todos conocemos como Jack Kirby. Juntos realizarían gran cantidad de historias para la editorial, pero su gran aportación vendría dada por un conflicto que cambiaría la faz del mundo. Hablamos de la II Guerra Mundial, la mayor conflagración militar que ha sufrido la humanidad. Con motivo de ella, hubo un repunte de la temática bélica que afectó a los superhéroes, dando salida a series y caracteres donde predominaba el discurso patriótico. Para Timely significó la aparición del Capitán América, cortesía de Simon y Kirby. Casi al mismo tiempo, un joven y desenfadado Stanley Lieber, primo de la mujer del jefe, pedía trabajo en la editorial y se ofrecía de chico para todo. Este muchacho es el mismo Stan Lee, que tan importante es para nuestra historia posterior. Goodman seguiría dando salida a publicaciones de superhéroes mientras éstas fueran rentables. Si no era así, no le temblaba el pulso en copiar descaradamente el género que triunfara en ese instante.
A primeros de los años cincuenta, se produce un retroceso del comic “pijamero”. Con el fin del conflicto armado y el comienzo de la “Guerra Fría”, la población norteamericana comenzó a ponerse nerviosa, lo que propició un giro hacía otras temáticas. La ciencia ficción y el terror fueron la base de la producción de la industria en los primeros cincuenta. Por lo menos hasta la llegada a altas instancias de las conclusiones del Dr. Fredic Wertham y sus tesis detalladas en el libro La Seducción del inocente. Este ilustre psiquiatra venía a decir que la influencia de los cómics en los jóvenes era básicamente nociva, induciéndoles a acciones delictivas y antinaturales. Basaba esas tesis en el análisis de obras cuya temática era el terror y el crimen, principalmente. En una época convulsa, donde se juzgaba a gente por no ser lo suficientemente “americana”, sus conclusiones tuvieron mucho predicamento, organizándose actos tan dantescos como la quema de comic-books públicas. Tanto fue el ruido creado por Wertham que llegó hasta el Senado norteamericano, donde numerosos editores y gente de la industria fueron reclamados para dar explicaciones. En un ambiente conservador, las decisiones ya parecían tomadas con antelación, a pesar de la lucha enconada a favor de la libertad de gente como Bill Gaines, editor y propietario de EC Comics, sin duda la gran perjudicada en este proceso. La conclusión a este lio era la implantación de la censura, en busca de lo “políticamente correcto”, representado por el tristemente famoso Comics Code Autorithy. De su aprobación (con el consiguiente sello en la portada) dependía que el contenido exhibido fuera consecuente con lo establecido por el comité. El no llevar el susodicho sello podía ser síntoma de vida o muerte para una editorial, ya que los vendedores no aceptaban aquellos tebeos que no lo llevaban.
Martin Goodman, empresario implacable, se pliega a los designios del recién creado Comics Code, lo que le va a permitir seguir ofreciendo su mercancía basada en la moda del momento. Pero la crisis en el sector es un hecho. Goodman realiza entonces un movimiento temerario, al abandonar la autodistribución, firmando un contrato con Indepent News. El problema surgió cuando esta distribuidora, propiedad de DC Comics, le puso una limitación a Timely: solo ocho títulos mensuales. La debacle para los profesionales que trabajaban en la editorial no se hizo esperar. Un Stan Lee ascendido a editor jefe tuvo que deshacerse de gran cantidad de colaboradores y las oficinas quedaron reducidas al mínimo. Contando con dos artistas de lujo como eran Jack Kirby y Steve Ditko, el bueno de Stan todavía seguiría haciendo aquello de lo que tanto tiempo llevaba renegando, guiones de tebeos. Pero su nivel de hastío a finales de los años cincuenta estaba llegando a su límite. Jack Kirby no era más afortunado. Su antiguo colaborador, Joe Simon, se metió en el campo más seguro de la publicidad. Jack no tenía ese espíritu y se mantuvo en el mundo de la viñeta. Mundo, por cierto, donde no se sentía realizado, dibujando cómics de monstruos que le horrorizaban.
Después de un breve lapso, los superhéroes volvían a estar de moda a primeros de los sesenta, gracias al buen trabajo realizado en la Distinguida Competencia, donde un título concreto, La Liga de la Justicia de América, llamó la atención de Goodman. Su modus operandi consistía en descubrir una moda y encargarle inmediatamente a Stan Lee una nueva cabecera con esa temática. Así que se dirigió a un cansado guionista y le exigió un éxito con respecto a los superhéroes. Lee estaba decidido a abandonar en ese justo momento, pero su esposa Joan le dio la clave: si vas a dejarlo, haz el cómic que tú quieras y pruébate a ti mismo. Stan, con energías renovadas, se apresuró a contar con Jack Kirby, que se mostró emocionado de volver al género. De la sinergia entre ambos autores nacería un fenómeno nunca duplicado y el universo de ficción definitivo que todavía disfrutamos tantos años después. Todo un hito que merece ser recordado.
Stan Lee y Jack Kirby. Cruce de caminos necesario
Stan y Jack; Kirby y Lee; tanto monta, monta tanto. Una de las parejas artísticas más importantes del noveno arte y sin embargo no han estado exentos de polémicas. No son pocas las dudas acerca del porcentaje de importancia atribuido a la creación de historias por parte del equipo creativo. La culpa la tiene el llamado Método Marvel, inaugurado por Stan Lee. Este sistema consistía en que el guionista daba las pautas básicas del número al dibujante. Éste se encargaba de recrear a su antojo la información dada por el escritor, que a su vez remataba la faena poniendo los diálogos. Las razones del invento nos las da las misma coyuntura: durante muchos años, Lee fue el único guionista de la editorial, además de responsable último de todo el producto. Esto le imposibilitaba para trabajar como un guionista al uso. De todas formas, el método se reveló como muy valido al dar salida a una retroalimentación creativa entre guionista y dibujante, cosa que ni se podía llegar a imaginar en otras editoriales, donde el sistema de producción era tremendamente estricto y organizado. Para concluir con polémicas, que mejor que traer a colación unas palabras de Mark Evanier, amigo personal y defensor a ultranza de Jack Kirby, al respecto: “cuando dos talentos creativos se unen y crean algo, ambos pueden creer honestamente que sus sugerencias fueron el núcleo del producto final…..las creaciones de Lee y Kirby son creaciones de Lee y Kirby. Algunas ideas me suenan más a Stan, otras más a Jack, y en ocasiones encontramos testimonios que indican que uno participó más activamente que el otro. Aún así, incluso cuando uno contribuyó un 80%, el resultado sigue siendo una creación de Lee y Kirby” (extraído de “King Kirby. Jack Kirby y el mundo del cómic”, José Joaquín Rodríguez, Ed. Dolmen, 2013, pág. 150). Sin lugar a dudas, son dos genios que tienen un lugar merecido en el Olimpo del cómic. Hagamos un breve repaso de los caminos que les llevaron a cambiar el género para siempre.
Stanley Martin Lieber (1922), popularmente conocido como Stan Lee, pseudónimo que utilizó porque no quería que su futura carrera como escritor fuese relacionada con la indigna labor en los cómics, fue un muchacho neoyorkino con ínfulas de grandeza. Dotado con una gran imaginación, se veía a sí mismo como el escritor de la gran novela americana. Tuvo la suerte de ser primo de la mujer de Martin Goodman, que lo acogió en Timely como chico para todo. Stan estuvo presente cuando Simon y Kirby dieron salida a los cómics del Capitán América y su consiguiente éxito. Todavía con pretensiones de ser escritor, en 1941 publica una historia corta del Centinela de la Libertad en Captain America Comics#3, donde ya usaría el pseudónimo con el que sería conocido para los restos. Aquel pequeño trabajo fue muy satisfactorio para Lee, que a partir de entonces lucharía para convertirse en guionista habitual. Primero con esas páginas de relleno que ningún escritor quería hacer, no tardaría en llegarle su oportunidad; fue en Captain America#5 (también con fecha de portada 1941) cuando debutó como guionista acreditado, lo que provocó una unión con el abanderado, del que guionizaría algún que otro número más (como Captain America#16, centrado en la figura de Cráneo Rojo). Lee comienza su larga vida como escritor de cómics, siempre unida a Timely Comics, posteriormente conocida como Marvel Comics.
Pero la carrera de Stan” The Man” no se quedó en la de simple guionista. El destino le deparó un futuro que ni el mismo Goodman llegó a imaginar. En 1942, Joe Simon y Jack Kirby, el tándem creativo estrella, abandona la compañía. Con el consiguiente problema de buscar un director editorial, puesto que ocupaba Simon. La decisión del mandamás fue ascender al joven Stan Lee a semejantes tareas. En realidad, la determinación de Goodman era temporal, a la espera de encontrar la persona adecuada. De hecho, Lee era presentado como “ayudante” del director, ya que su corta edad le restaba crédito ante los artistas que allí trabajaban. Decisiones temporales que se convierten en permanentes debido a la entrada de EEUU en la II Guerra Mundial. Lee acudió a sus deberes militares y a su vuelta recogió su puesto para hacer frente al bajón de los superhéroes, punto fuerte de Timely hasta ese momento. El gran jefe debió de sentir confianza en el primo de su esposa, ya que lo que embarcó en una carrera editorial frenética, basada en la copia descarada del género popular en vigor. También le cedió el hacer frente a los colaboradores de la editorial ante la gran crisis de la industria de finales de los años cincuenta que supuso el despido de muchos de ellos. Con un nuevo nombre por bandera, Atlas Comics, la cosa tampoco cambió para Stan, que seguía los designios de un Goodman que no respetaba ni entendía el material que editaba. La situación era crítica, con Lee a punto de abandonar, cuando la publicación de Fantastic Four#1 lo cambió todo.
Jacob Kurtzberg (1917-1994), el “Rey” de los cómics conocido como Jack Kirby, es una pieza fundamental en este relato. Nacido en un barrio popular neoyorkino, el Lower East Side, e hijo de emigrantes judíos y austriacos, la carrera del joven Kirby tardó en despegar. Su gusto por la fantasía y lo pulp le hicieron encaminar sus pasos hacia el dibujo, después de desestimar un futuro como actor. En 1935 entró a trabajar en los estudios de animación de los hermanos Fleischer, pero no duraría mucho allí ya que los estudios terminarían mudándose a Miami para 1937. Su siguiente movimiento ya sería relacionado con el dibujo de tiras de prensa, negocio poco lucrativo entonces. Comenzaban a despegar los comic-books y Jack pronto dirigiría sus esfuerzos a conseguir una posición en el medio. Trabajaría para el taller de Will Eisner y para Fox Comics, donde su gran momento fue colaborar con Joe Simon. Ambos entablarían una relación muy cercana que favorecía su resultado profesional. El clásico “una producción Simon+Kirby” comenzó a hacerse popular, tanto que llamó la atención de un nuevo empresario que quería hacerse un nombre en la industria. Martin Goodman contrató a Simon como director editorial, lo que supuso la entrada en Timely para Jack Kirby. Allí crearían el Capitán América, pero también tendrían numerosos problemas con el dueño debido a cuestiones de royalties. Los dos autores se sintieron engañados por el trato dado por Goodman, por lo que no dudaron en comenzar negociaciones con DC Comics, la más poderosa editorial del momento. La salida de Timely supuso para Jack que ya no tendría que aguantar más a aquel jovenzuelo cansino, chico para todo, que no dejaba de incordiarles cuando estaban en las oficinas. Que equivocado andaba el “Rey”.
Kirby y Simon firman un contrato muy favorable con la editorial de Batman y Superman, donde aparte de recibir un aumento de ingresos, cuentan con la libertad creativa necesaria. Este era un lujo en la DC de entonces, donde Jack Liebowitz dirigía la editorial como si una cadena de montaje se tratara. Guionistas y dibujantes jamás tenían contacto entre ellos y las historias eran planteadas de una forma estandarizada. Lógico era entonces los problemas de ambos autores con los numerosos editores de la compañía, ya que ambos se movían a su aire. Después de hacer su servicio en el ejército, la inquieta pareja siguió en busca de acomodo y mejores ingresos lo que les llevó a pasearse por diversas editoriales, siempre en busca de la mejor opción económica: Harvey Comics, Hillman Comics y finalmente, Prize Group, donde se dedicaron a las historietas románticas principalmente. Tras un tiempo allí, decidieron dar el paso más importante, la creación de su propio taller. Siendo previsores, decidieron no abandonar Prize por si su aventura empresarial se iba al traste. El siguiente paso fue la creación de su propia editorial, Mainline Publications, con títulos como Bullseye, Police Trap o Foxhole. Si la creación de su estudio fue un rotundo éxito, con grandes ganancias para ambos artistas, la de la editorial acabó siendo un fracaso, debido a que la crisis del sector estalló en ese mismo instante. Montones de editoriales se fueron a pique y muchos profesionales se vieron sin trabajo. Un momento crítico que dos artistas consolidados como Simon y Kirby apenas pudieron capear. Una nueva vuelta a DC Comics, donde ya no tendrían tantas prerrogativas, es el paso previo antes de la separación de la pareja creativa. Simon decide girar sus pasos hacia el mundo de la publicidad, más seguro y bien pagado. Kirby accede a retornar a Timely/Atlas donde Stan Lee es ahora nada menos que el editor jefe. Un Jack en busca de faena para cubrir sus necesidades, tiene que hacer de tripas corazón y tragarse su orgullo para trabajar a las órdenes de Lee. Éste, un enamorado de la obra del “Rey”, será su primera opción cuando Goodman le ordene la creación de un nuevo tebeo de superhéroes. Un Kirby emocionado pondrá toda su alma en una obra que le venía como anillo al dedo.
Fantastic Four. Radiografía de un éxito inesperado
Todo empezó con un partido de golf… Oh bueno vale, esta historia es un mito que nunca ha llegado a confirmarse. Pero es que estamos en territorio de leyendas, de mitos construidos con los sueños de unos privilegiados. Y ahí está la gracia de la leyenda; si elegimos creer, pasamos a recordar ese famoso partido de golf entre Martin Goodman, propietario de Atlas, y Jack Liebowitz, editor de DC Comics. En él, Liebowitz informó a Goodman de que la editorial había juntado a varios personajes populares para formar un supergrupo, al que se le llamaría La Liga de la Justicia de América. Como ya hemos dicho, el propietario de Atlas se dirigió a Stan Lee para que copiara la idea de un grupo de superhéroes. The Man, que ya había decidido hacerlo a su manera, planteó una historia con un equipo formado por nuevas adquisiciones, totalmente alejado del cómic al uso. Sin lugar a dudas, la entrada de Kirby en el proyecto supuso todo un torrente de ideas. Baste recordar los paralelismos con otra serie ideada por el “Rey” llamada Challengers of the Unknown.
Stan y Jack idearon una cuarteto protagonista, tres hombres y una mujer, con unas características bien definidas y una dinámica personal que sería la base de la serie. El primer esbozo que le pasó Lee a Kirby los definía así:
- Reed Richards ( Mr. Fantastic): científico joven y atractivo. Líder del cuarteto. Inventa una nave espacial para ir a Marte. Quiere ser el primer hombre en pisar Marte.
- Susan Storm (Invisible Girl): es la chica de Reed. Es una actriz. Hermosa. Glamorosa.
- Ben Grimm (The Thing): Ben es un tipo rudo, un bruto. Piloto. También está enamorado de Susan.
– Johnny Storm (Human Torch): hermano pequeño de Susan. Un adolescente, 17 años. Estrella del deporte en el instituto.
El “Rey” recibió las indicaciones, donde ya se aprecia el típico gusto por el melodrama de Stan Lee, modificando algunos aspectos. Reed sería un poco más viejo de lo pensado inicialmente, pasando de ser un joven atractivo a un maduro interesante. Susan finalmente no fue actriz y, aunque no se puede negar que sea bella, Kirby la alejó del concepto de “glamour”. Ben se mantuvo en principio según el plan y de Johnny solo se modificó su gusto por los coches de carreras en vez de ser alguien destacado en el deporte. Pero más allá de sus características básicas, el punto fuerte debía centrarse en la dinámica de grupo. La relación entre ellos debía provocar chispas: enfrentamientos, rechazos, envidias, peleas… toda una nueva visión del superhéroe, a los que los lectores tenían por seres inmaculados y casi perfectos. Un ejemplo lo tenemos en otra nota que Lee le pasó al dibujante centrado en la personalidad de Ben: “hagamos que la Cosa sea el tipo duro, en otras palabras, que no sea realmente uno de los buenos…. está enamorado de Susan….de hecho, tiene celos de Mr. Fantástico y no le cae bien la Antorcha Humana…. hagamos que el lector siempre tenga miedo de que traicione al grupo en cualquier momento….” (extraído de Alter Ego: The Comic Book Artist Collection y reproducido en el libro de José Joaquín Rodríguez, Op. Cit., págs. 144-145).
Hagamos un pequeño ejercicio de ficción e imaginemos que somos un niño neoyorkino que vamos a comprar nuestra ración de cómics un 8 de agosto de 1961 (fecha real de la salida a la venta de FF1). Ante nosotros se abre el catálogo típico de superhéroes cuando, y sin aviso previo, una portada concreta nos golpea con unas imágenes inesperadas. La icónica visión, repetida y homenajeada hasta la saciedad a posteriori, nos muestra un terrorífico monstruo surgiendo de las profundidades, sobre un fondo blanco y ante la mirada atónita de transeúntes ocasionales. Cuatro figuras principales se enfrentan a la amenaza, presentándose mediante los clásicos globos de diálogo. Llama poderosamente la atención el hecho de que los protagonistas se muestran diminutos al lector, además de echar en falta los típicos trajes que definen al superhéroe. Obviamente, el impacto y la sensación de tener entre manos algo diferente era palpable, sensación aumentada al abrir el cómic y disfrutar de su interior. El tándem Lee-Kirby nos rompe los esquemas al presentar un hombre en la sombra obligado a llamar a los llamados 4 Fantásticos. Comienza el baile de personajes: una refinada chica deja su amigable tarde de té, un destartalado gigante naranja va destruyendo todo lo que encuentra a su paso y un joven se enciende en llamas saliendo volando de su taller de coches preferido. Todos han sido convocados por el líder del grupo, el experimentado científico Reed Richards para una misión. De paso nos cuenta el origen de tan magníficos prodigios. En una época donde la carrera espacial era motivo de propaganda entre EEUU y la URSS (los rusos ya habían puesto en órbita la primera nave tripulada por Yuri Gagarin), este Richards planea una salida orbital a espaldas de la instituciones pertinentes, en aras de ser los primeros en la carrera espacial. Para ello cuenta con su mejor amigo, Ben Grimm, piloto con muchas horas de vuelo, la enamorada de Reed y su hermano adolescente. El malhumorado piloto le recuerda al científico los problemas que pueden surgir al estar sometidos a los rayos cósmicos. Aún así, el deber es lo primero y se embarcan en semejante aventura. Como ya se ha había previsto, una tormenta de rayos cósmicos baña la nave, dando al traste con la misión y propiciando unos inesperados cambios en nuestros personajes. Reed sería capaz de estirar su cuerpo hasta niveles indecibles, Sue tendría la habilidad de alterar su masa para hacerse invisible, Johnny se encendería en llamas a su antojo y el pobre Ben acabaría convertido en un monstruo, recubierto de escamas de piedra naranja. Ahora reunidos como un extraño grupo de superhéroes, deben hacer frente a gigantes subterráneos, muy al estilo de lo que Kirby andaba dibujando previo paso a los fantásticos, enviados por el malvado Hombre Topo.
Este grupo, que pronto sería conocido como la Primera Familia, por su funcionamiento y sus relaciones personales, se diferencia del resto de equipos superheroicos por diversos detalles. Lo más llamativo es la ausencia de trajes. El hábito hace al monje reza el dicho, pero en las primeras aventuras los fantásticos carecen de uniformes. A partir del tercer número, donde Susan se dedica a elaborar trajes para todos, obtendrán su apariencia definitiva. Una sencilla pieza de color azul que les cubre todo el cuerpo, con un cuatro sobre el pecho, será la icónica imagen del grupo durante largo tiempo. Exceptuando a Ben, que en este episodio se le pone un casco antiestético que pronto será desechado. Por cierto, en este tercer número también debuta el Fantastic-car y se le añade el famoso “El mejor cómic del mundo” que acompañará al encabezado principal. Otro detalle típico obviado por los autores es la identidad secreta. Los antifaces y máscaras estaban a la orden del día, cosa que con Reed y compañía no sería necesario. Su identidad será pública, además miembros relevantes de la comunidad a los que acudir cuando hay problemas, auténticas celebridades. Su base de operaciones, el Edificio Baxter situado en la ciudad de Nueva York, es un hecho conocido, base que se convierte en refugio de los más extravagantes experimentos de Richards, además de contar con una gran infraestructura y múltiple logística. El frecuente recurso de los sidekicks es dejado de lado. Lee siempre ha hecho público su desagrado por la figura del acompañante juvenil, que prefirió sustituir por el héroe adolescente, siendo un claro ejemplo Johnny Storm en los 4F.
En Fantastic Four#11 los autores comienzan a darnos más detalles sobre la historia de los personajes. Así sabemos que Ben y Reed fueron compañeros en la universidad, pero mientras Richards destacaba en los estudios, Grimm era una estrella de los deportes (idea pensada para Johnny y luego reciclada). Ambos participaron en el gran conflicto que supuso la II Guerra Mundial. Al igual que en la facultad, tuvieron destinos distintos ya que Reed se quedó en la retaguardia mientras que Ben estuvo en primera línea, donde alcanzó su amplio historial de vuelo. Richards siempre tuvo en su cabeza a su bella vecina de la que estaba enamorado, Sue Storm. Los caracteres de los principales protagonistas se van forjando conforme pasan los números. Mr. Fantástico se lleva la apariencia de héroe clásico. Siempre con la solución al problema y casi sin defectos en esta primera época, se nos antoja como lo más parecido a la “Golden Age”. A pesar de considerarse el responsable último del accidente y de tratar de ayudar a recuperar el aspecto físico de su mejor amigo, el expediente del científico se puede considerar como intachable. La Chica Invisible representa uno de los puntos más flojos del tándem creativo. Muy lejos queda todavía la imagen de Susan Richards como una de las mujeres más poderosas del Universo Marvel. De momento, es la damisela en apuros o el alivio romántico de Reed, aunque Namor se sitúa durante una temporada como el otro vértice de un triangulo amoroso melodramático. Situación a la que se pondrá fin con la grandiosa boda entre Susan y Reed, de la que seremos testigos (y a la que Stan y Jack no se le permitirá pasar) en el tercer anual de la colección. La unión de ambos cónyuges ha sido referencia constante para las parejas de superhéroes, tan difíciles de consolidar. A pesar de que en tiempos recientes han tenido problemas conyugales por distintos motivos, la vida marital en la época Lee-Kirby solo se puede calificar de apacible.
Quizás los personajes más llamativos de estos primigenios 4F sean los de Ben Grimm y Johnny Storm. La Cosa, originario de la calle Yancy y adorable sobrino de la tía Petunia con su grito de guerra “es la hora de las tortas”, es una persona torturada bajo los designios de Stan y Jack. Acostumbrados a trabajar la figura de los monstruos, el destino del piloto se asemeja mucho al de esas criaturas que tanto juego dieron durante una temporada (recordar que Hulk también se puede considerar descendiente directo del concepto de monstruo; por cierto, la primera de las muchas batallas entre la Cosa y el Goliat Verde se produjo bien pronto, en Fantastic Four#12). Con unos infructuosos intentos de recuperar la normalidad, su carácter se torna agrio y vengativo, llegando a abandonar el grupo. Será su encuentro con Alicia Masters, hija de un villano conocido como Amo de las Marionetas, el que provoque un cambio de actitud, ya que la joven ciega será capaz de ver lo bueno que hay en su interior, a pesar de su apariencia monstruosa. Personaje muy querido en el Universo Marvel, llegó a contar con serie propia, Marvel Two-in-One, donde colaboraba con otros superhéroes en aventuras de todo tipo. Ya fuera de los clásicos team ups, Ben Grimm ha contado con dos volúmenes a cargo de John Byrne inicialmente (1983-1986) y Dan Slott (2006). Tanto Stan como Jack siempre pensaron que sería el primero en desligarse del grupo y tener aventuras en solitario. Pero tal honor le correspondió al pequeño de los Storm. La Antorcha Humana protagonizó uno de los muchos seriales compartidos que tenía la editorial en la “Silver Age”. Comenzó su periplo en Strange Tales#101 (con la Cosa como actor secundario) y terminó en Strange Tales#134 (1962-1965). La figura del adolescente con gran poder que tiene que acometer responsabilidades fue llevada a su máxima expresión con la creación de Peter Parker y su alter ego Spider-man, obra de Stan Lee y Steve Ditko. Pero en el joven Johnny ya vemos muchos de esos comportamientos temperamentales y despreocupados que le deja su papel de benjamín del grupo. Inspirado en uno de los héroes más destacados de la época dorada de Timely, se modificaron algunos aspectos para diferenciarse de la obra de Carl Burgos. La Antorcha original era un androide creado por el profesor Phineas Horton, pionero en eso de la inteligencia artificial. Como gran descubrimiento, es presentado en una exposición científica cuando de repente estalla en llamas. Enseguida es tachado de amenaza por lo que los primeros derroteros de la antorcha no serán fáciles. Su gran momento lo tendrá cuando se enfrente a Namor (otro clásico de la “Golden Age”) que venía dispuesto a inundar Nueva York con sus hordas atlantes. Pronto ese enfrentamiento se tornará colaboración cuando un peligro más grande se descubra: Hitler y sus ejércitos nazis. El androide se buscó una identidad secreta, como era normal en la época, y se bautizó como Jim Hammond, obteniendo un trabajo de policía. Servir y proteger era lo único que quería esta gentil antorcha pero cayó en desuso a mediados de los años cincuenta. Tras varias tentativas de recuperación, disfruta de una segunda juventud actualmente en manos de James Robinson y sus All New Invaders.
Es difícil precisar datos de ventas en tiempos en que la estadística y los registros no eran abundantes (además de llegar de forma tardía), pero en la redacción enseguida notaron que aquel cómic había gustado. El correo de los lectores era un buen indicador y aumentó de forma exponencial. Los lectores deseaban saber más de aquellos personajes. La mezcla de ciencia ficción (factor donde sobresalía el “Rey”) y las relaciones melodramáticas (punto facilitado por The Man) hacen despegar a estos Imaginautas. Lee y Kirby se dedicarían a crear más cabeceras y nuevos superhéroes, de los que también sabríamos en Fantastic Four, ya que el universo compartido será una de las características fundamentales de la era Marvel de los cómics. Nueva era que comenzaba su marcha triunfal gracias, y eso siempre hay que recordarlos, a los 4 Fantásticos.
Los grandes conceptos surgidos en FF (1961-1970)
Stan Lee y Jack Kirby dan el pistoletazo de salida de la Era Marvel con “el mejor cómic del mundo” donde se mantendrán incansables durante 102 números (más anuales), hito solo superado recientemente por el tándem Bendis-Bagley en Ultimate Spider-man. Con las características básicas de continuidad cronológica y universo compartido, el que era el tebeo estrella de la editorial dio lugar a gran cantidad de aventuras y tramas que es imposible condensar en un único texto. Pero repasando una a una esas historias lo que maravilla es la cantidad de situaciones y personajes que fueron creados en esas páginas y la cantidad de veces que han sido reutilizados y reformulados con el tiempo, llegando claro está hasta nuestro presente. Y para eso estamos aquí. Para trazar un breve repaso de esos conceptos que surgieron de la imaginación de la pareja de autores y que todavía disfrutamos (o sufrimos, elijan ustedes) en la actual producción de la Casa de las Ideas. Emulando a los Imaginautas, nos subimos al Fantastic-car y comenzamos nuestro viaje.
Skrulls (FF#2): en el segundo número de la colección debutan unos alienígenas verdes pronto identificados como Skrulls. Éstos tienen el poder de adquirir cualquier apariencia a su antojo y escogen la de los 4 Fantásticos para realizar fechorías, dejando en mal lugar al cuarteto protagonista, únicos capaces de detener una pretendida invasión. Obviamente, sus planes serán frustrados y para dejar constancia de que nunca más crearán problemas, serán convertidos en vacas. Lee ya había utilizado el concepto de alienígenas que poseían el poder de cambiar de forma en una publicación llamada Amazing Adult Fantasy#7 junto a otro de los grandes, Steve Ditko. Aquí ya se les da nombre por primera vez y se comienza a perfilar su historia. Tras muchas aportaciones, ahora sabemos que los Skrulls son un imperio interestelar situado en la galaxia de Andrómeda, donde llegaron a entrar en contacto con los Celestiales. Se convirtieron en un pueblo rico y culto, por lo que se dedicaron a expandir su conocimiento por el cosmos. Eso les llevo al planeta Hala, donde habitaban los Kree y los Cotati. Cedieron su tecnología a los primeros que consiguieron convertirse en un imperio que rivalizaba con ellos. Esto dio lugar a uno de los primeros conflictos intergalácticos de los que nosotros tuvimos constancia, la célebre Guerra Kree-Skrull, que tan gustosamente nos presentaron Roy Thomas, Sal Buscema y Neal Adams. A pesar de sus conflictos estelares, siempre tendrán fijación con la Tierra y los 4 Fantásticos serán sus antagonistas predilectos. Tras la invasión de los ejércitos de la Zona Negativa conocida como Aniquilación, el imperio Skrull sufrió un gran número de bajas. Mientras tanto, en el planeta azul se había producido una suplantación paulatina de muchos personajes terrestres organizada por la reina Veranke, con forma de Spider-woman. Es el gran momento de los metamorfos verdes en tiempos recientes, la Invasión Secreta, que nos contaron Brian Michael Bendis y Leinil Francis Yu. Aunque los hemos vistos regularmente, incluso en un evento tan actual como Infinito, se puede decir que los efectivos skrulls son realmente reducidos a día de hoy.
Dentro de esta raza destaca sin duda la figura de el Super-Skrull (FF#18), cuyo nombre de pila es Kl’rt. Hay que decir que este fue el primero de una serie de intentos de crear superguerreros skrulls, a la vez que el más famoso y duradero. En el número en cuestión, el emperador Dorrek VI manda a la Tierra a este poderoso ejemplar que cuenta con los poderes combinados de los 4 Fantásticos para vengar la derrota del Imperio en el número dos de la serie. La Primera Familia lo dejará sepultado en una montaña, pero esto no será obstáculo para Kl’rt. Héroe reconocido para su pueblo, ha estado en los conflictos más importantes representando a su planeta, desde la Guerra Kree-Skrull hasta Aniquilación. Pero también ha hecho extraños compañeros de viaje como cuando se puso bajo las ordenes de Thanos, el Titán Loco. En Aniquilación contó con una miniserie propia que nos contaba el lado desconocido y personal de este largo tiempo antagonista de los fantásticos. Como héroe contra la invasión de Annihilus, le tocó liderar una armada de Super-Skrulls contra el ataque de la Falange, aunque no pudo evitar ser infectado por el virus tecno-orgánico. Caído en desgracia, se alió con Nova para evitar los planes de la reina Veranke, que lo había dejado fuera de la Invasión Secreta. De todas formas, Kl’rt tenía en mente su propio camino. Durante Infinito se enfrentó a los distintos señores de la guerra que dominaban el reducido espacio skrull y se convirtió en Emperador, puesto que de momento no ha abandonado.
Namor (FF4): el Sub-Mariner no es una creación de Lee y Kirby, sino de Bill Everett. Pero sin la aportación y relevancia que ambos le dieron durante los primeros números sería imposible comprender la importancia del personaje actualmente. Así que le asignamos el tanto a Stan y Jack, pero recordamos la creación original a cargo de Everett.
Johnny Storm tiene una de sus frecuentes peleas con Ben Grimm, cosa que provoca que el joven se retire a un barrio de mala muerte a refugiarse hasta que pase la tormenta. Allí hay un extraño inquilino que destaca por su fuerza y por estar en estado amnésico. La Antorcha afeita al extraño para descubrir que está delante del legendario Hombre Submarino. El chico piensa que su retorno al mar provocará el regreso de la memoria. Lo que no podía prever es que tras recordar su pasado, Namor tiene viles intenciones con respecto a la humanidad. De nuevo el equipo debe juntarse para evitar una invasión de monstruos submarinos y frustrar los planes de conquista del atlante. Namor será un actor recurrente en las serie. Stan y Jack lo utilizarán repetidas veces, pasando de villano de manual a anti-héroe con zonas grises, insinuando por momentos un conato de romance entre Susan y él. Fue miembro recordado de los Invasores, grupo que enarbolaban la bandera de la libertad frente a la tiranía nazi. Allí luchó codo con codo con el Capitán América. También se unió al no-grupo más famoso de Marvel, los Defensores (formado por Dr. Extraño, Hulk Y Silver Surfer), y llegó a obtener la redención total cuando formó parte de los Vengadores. Encontró el amor junto a Marrina, miembro de los Alpha Flight, aunque su trágica conversión en monstruo marino frustró sus planes de futuro. Rey de los mares, ha tenido frecuentes problemas en su reino atlante, destacando su rivalidad con Attuma, situación que no le ha impedido intervenir en conflictos terrestres como Civil War, ser miembro de la Cábala de Norman Osborn o ser convocado por el grupo clandestino de superhéroes conocido como los Iluminatti. Descubierto como el primer mutante (¿éste no era Apocalipsis?), asentó su recuperado reino en la base de Utopia, nueva base de los mutantes en San Francisco. Desde aquí participará activamente en los asuntos que conciernen a la Patrulla X, como la invasión vampírica, que también afectó a los atlantes, o todo el asunto del Mesías (es decir, Hope, la primera mutante nacida tras el día de M). Tras un último intento de reflotar Los Defensores, se produjo el enfrentamiento entre Vengadores y X-Men. Namor se posicionó al lado de Scott Summers, lo que le llevó a ser uno de los cinco Fénix. Tras arrasar Wakanda, fue despojado de su poder. Al final del conflicto abandona el entorno X y regresa de nuevo en los Iluminatti, aunque las tensiones con Pantera Negra y el resto del grupo no se harían esperar. A pesar de ser miembro de los Nuevos Invasores, su deriva hacia la villanía deja un panorama incierto para este personaje creado en 1939 y que todavía sigue dando guerra.
Dr. Doom o Muerte, si prefieren (FF5): la fiesta no cesa y ahora pasamos a recordar la primera vez que conocimos a uno de los villanos fundamentales del Universo Marvel. Antiguo colega de facultad de Reed Richards, éste lo reconoce cuando les tiende una trampa. Mr. Fantástico nos habla de Victor Von Doom, de cómo era un brillante estudiante pero fascinado por la brujería y la magia negra. Llevado por ese interés por lo oculto, provocó un accidente que le desfiguraría la cara y sería expulsado de la universidad. Desde este capítulo, Muerte es representado por su típica coraza metálica, como señor feudal de una fortaleza, poseedor de una máquina del tiempo que envía a los fantásticos a otra época y nos dejaría uno de los trucos más utilizados por el doctor, sus repuestos robóticos conocidos como Doombots, que tantas y tantas veces han servido de saco de boxeo para nuestros héroes (uno de ellos ha tenido relevancia en la recientemente cancelada Avengers A.I.).Al terrible Von Muerte lo tendremos como el villano definitivo de la colección, el más temible rival de Reed Richards (FF6, FF10, FF16, FF17 por solo nombrar algunos de los primeros números).
La historia de este personaje es una de las ricas y sugerentes del catalogo de la Casa de las Ideas. También de las más extensas, provocado sobre todo por el cariño que pusieron en su creación el tándem creativo. Nacido en la región de Latveria, en el seno de una familia gitana que practicaban magia negra. Estos juegos con lo oculto acabaron en tragedia ya que su madre perdió su alma a manos de Mefisto. Victor siguió su camino, intentando conseguir la mayor cantidad de conocimiento, tanto en magia como en ciencia, llevando sus pasos hacia la universidad donde coincidió con Reed Richards. Tras ser expulsado, se dirigió a las montañas heladas del Tíbet, donde le fue forjada su legendaria armadura y regresó a Latveria, pasando a conseguir todo el poder como monarca absoluto. Sus mayores enemigos siempre han sido los Imaginautas, con los que ha entablado complicadas relaciones con el tiempo, llegando a ser una especie de “padrino” para la segunda hija de los Richards, Valeria (nombre elegido por el mismo Muerte en honor de su primer amor). Pero también se ha paseado largo y tendido por el resto del Universo Marvel, recordando enfrentamientos con Iron Man o la Patrulla X. No se olvidó del alma de su madre, ya que consiguió la ayuda del Hechicero Supremo, el Dr. Extraño, para acceder al reino de Mefisto en una de las mejores novelas gráficas publicadas por Marvel. Uno de sus momentos estrellas fue su participación en las recordadas Secret Wars, donde su papel fue fundamental, poniendo en verdaderos apuros a la entidad conocida como el Todopoderoso. Civil War, miembro de la Cábala en Reinado Oscuro, la Guerra de Muerte contra Wakanda para obtener el vibranium o la Cruzada de los Niños, la búsqueda de la Bruja Escarlata por parte de los Jóvenes Vengadores, son algunos momentos destacables de este villano del que siempre esperamos ver algún retorno triunfal. Y ojo, que parece que lo tenemos dispuesto a entrar en acción en el cercano evento conocido como Axis.
Uatu, miembro de la raza de los Vigilantes (FF13): uno de esos extraños seres que pueblan el universo con propósitos difíciles de comprender. Los fantásticos llegan a la luna debido a un enfrentamiento con un peligro comunista, el llamado Fantasma Rojo y sus supersimios mejorados. Allí son detenidos por un gigantesco personaje que se hace llamar Uatu el Vigilante. Él mismo nos explica su historia: proviene de un mundo lejano con forma de computadora. Todos sus habitantes son enviados por el cosmos para observar el devenir de la vida. Y han sido testigos de muchos actos indignos, pero siempre se han mantenido al margen. Él interviene para avisarles de que sus respectivos países se dirigen al cataclismo y no va a permitir una guerra en la luna. Los contendientes parecen ignorar a Uatu, sobre todo el Fantasma Rojo, que tiene la osadía de pisar la casa del Vigilante. Es rápidamente expulsado lo que aprovechan los 4 Fantásticos para reducirle.
Los Vigilantes son una raza intergaláctica muy avanzada que hace eones decidieron ayudar a otros pueblos con su tecnología. Pero algunos de ellos la usaron para destruir, lo que provocó que esta raza decidiera no interferir en más asuntos. Se dedicaron a observar, sin otro propósito más que el conocimiento. Uatu fue asignado al Sistema Solar y quedó prendado del planeta Tierra. Tendría la costumbre de aparecer siempre que hubiera un suceso importante que afectara al momento actual. A pesar de su juramento de no actuar, no se puede negar que Uatu ha interferido lo suficiente en el Universo Marvel. Ayudó a los fantásticos contra la amenaza del Hombre Molécula y fue fundamental para detener a Galactus, ya que facilitó el Nulificador Supremo a Reed Richards, el arma definitiva que acabó con el Devorador de Mundos. En el apartado cósmico se posicionó como enemigo del Capitán Marvel, acciones que le llevaron a un juicio en la época de Steve Englehart en la colección. Le hemos visto observando, relacionándose con Celestiales, participando en la memorable FF de Matt Fraction y Mike Allred, donde conocimos a su embarazada novia. Pero también hemos sido testigos de su muerte en el evento del verano de 2014 a cargo de Jason Aaron y Mike Deodato, Pecado Original. Alguien desea los secretos del Vigilante por lo que ni corto ni perezoso acaba con su vida para obtener sus ojos, fuente de conocimiento. Un grupo de héroes se hará cargo de la investigación para descubrir al asesino.
Rama-tut, popularmente conocido como Kang el Conquistador (FF19): veamos el debut del Faraón que vino del futuro antes de entrar en el espinoso tema de las personalidades. Reed y Sue estaban de visita en una exposición de egiptología, cuando advirtieron un panel donde explican que, en una época inexplorada, un faraón recobró la vista perdida. Inmediatamente, Richards piensa en la enamorada de Ben, Alicia Masters. Esto hace que el grupo se dirija a la máquina del tiempo del Dr. Muerte para intentar descubrir ese método. Cuando llegan al antiguo Egipto, alguien les está esperando y los conoce muy bien. El llamado Rama-tut es en realidad un viajero temporal, Nathaniel Richards. Se hizo con los planos de una máquina del tiempo y se propuso gobernar la humanidad, instalando su base en el antiguo Egipto. Ahora instaurado como faraón, ha derrotado a los fantásticos con una pistola que anula sus poderes. Es obvio que Reed y sus chicos conseguirán librarse del influjo del malvado Rama-tut, aunque éste conseguirá huir por el flujo temporal. Sin embargo, no podrán transportar el remedio para la ceguera que pensaban utilizar con Alicia.
Este es el germen del personaje llamado Kang el conquistador, también conocido por ser el amo del tiempo. Rama-Tut, Centurión Escarlata o Inmortus son diferentes versiones de Nathaniel que han ido forjando su camino por distintas líneas temporales. Llegando a darse enfrentamientos entre ellas, como bien vimos en la Guerra del Destino, a cargo de Kurt Busiek y Carlos Pacheco. Recientemente hemos descubierto una versión adolescente del personaje en Jóvenes Vengadores llamado Iron Lad. Kang ha sido uno de los más terrible enemigos de los Vengadores y por su control del tiempo, uno de los más escurridizos.
Hombre Molécula (FF20): Uatu hace acto de aparición para advertir a Reed de que hay un gran peligro que solo ellos pueden derrotar. El mismo Vigilante les muestra la historia del insignificante Owen Reece , técnico de laboratorio sometido a un accidente atómico. Este suceso le permite controlar con una varita todas y cada una de las moléculas que nos rodean. Los 4 Fantásticos no perderán tiempo e irán a enfrentarse a este Hombre Molécula. Para acabar con él deben separarle de la varita, fuente de su poder, así que con un truco ideado por Mr. Fantástico, consiguen reducirlo. Uatu hace acto de presencia para llevarse al villano. Aparentemente, lo transportó a un sitio donde no podía escapar y además el tiempo se movía más acelerado de lo normal. Reece se construyó un acompañante artificial y cuando llegó el momento de su muerte, traslado toda su psique al ser artificial, lo que también conllevaría su control sobre las moléculas, independiente de la varita. Así es como surge un nuevo Hombre Molécula mucho más poderoso, pero a la vez más inestable.
Su gran momento fue durante las llamadas Guerras Secretas, incorporado al bando de los villanos por el Todopoderoso en una galaxia lejana. Allí debían luchar contra los héroes, pero en este extraño planeta Owen consiguió control total de sus poderes, además de encontrar el amor en Volcana. Después de volver a la normalidad, se retiró de la vida de villano. Pero los acontecimientos se volvieron a revolver con la llegada del Todopoderoso a la Tierra, en aras de comprender a la humanidad. En un principio, adoptó un papel pasivo en la historia. Pero conforme la entidad iba volviéndose más y más agresiva, tuvo que actuar, enfrentándose a él en una lucha titánica. Gracias a su participación, los héroes de la Tierra pudieron respirar tranquilos. Ha sido un personaje difícil de utilizar ya que sus niveles de poder se pueden salir de los registros. La última vez que lo hemos visto ha sido en los Vengadores Oscuros, donde se enfrentó a Norman Osborn y sus secuaces, con fatales consecuencias para su persona.
Inhumanos (FF44): para ser exactos, en este número tenemos el debut de Gorgon, miembro de la familia real inhumana. En el número 36 nos habían presentado a Madam Medusa, como miembro de los 4 Terribles, pero sin hacer mención a su filiación. Poco a poco, Stan y Jack nos van a ir perfilando esta raza que se ha mantenido oculta a la visión del humano normal durante miles de años. Todo comienza con Johhny Storm, que se ve secuestrado por Medusa, que intenta huir lo más lejos posible de alguien llamado Gorgon. La Antorcha y Medusa se topan sin querer con el Hombre Dragón (presentado en FF35). El poder del tal Gorgon reside en sus patas con las que golpea con una fuerza sin igual. En una batalla campal, los fantásticos intentan proteger a Medusa de Gorgon pero sus intentos son infructuosos. La mujer desaparece y todavía les queda el Hombre Dragón con ganas de batalla.
En FF45 la Antorcha, con problemas amorosos, decide dar un paseo cuando se topa con una extraña chica en un barrio de baja estofa. La muchacha se muestra esquiva cuando ve a Johnny. Finalmente, entablan contacto, aparece por primera vez Mandíbulas (el perro teletransportador) y la chica, llamada Crystal, quiere que conozca a su familia. Empieza por presentarle a Karnak, pero cuál es su sorpresa cuando descubre a Gorgon y a Medusa. Inmediatamente, se organiza una pelea que Johnny se ve incapaz de superar. Huye del emplazamiento y se pone en contacto con el resto del equipo. Ante la llegada de los fantásticos a las puertas del escondite emerge el Rey de los Inhumanos, el silencioso Rayo Negro. La batalla entre ambos grupos está servida, desapareciendo los Inhumanos en un último momento gracias al poder de Mandíbulas. Se han retirado a Attilan, donde gobierna el hermano de Rayo Negro, Maximus. Y vuelven para conseguir de nuevo el poder.
La historia de los Inhumanos daría para un post, por lo que vamos a simplificarla para su rápida comprensión. Son creaciones de una raza espacial conocida como Kree. Estos fueron testigos de los experimentos celestiales en la Tierra y no quisieron ser menos. Utilizaron humanos para sus investigaciones y sin saber muy bien porqué, abandonaron el planeta y sus creaciones. Estos Inhumanos se fueron desarrollando, encontrando sus poderes latentes tras bañarse en las nieblas terrígenas. Como la humanidad no supo entenderlos, se refugiaron en un emplazamiento oculto para seguir con su vida sin tener que entrar en conflicto con los humanos corrientes. Son un grupo muy reducido a cuya cabeza se encuentra la familia real compuesta por Rayo Negro y Medusa, a los que habría que añadir por importancia a Gorgon, Karnak, Crystal, Tritón y Maximus, el hermano malvado del rey, siempre intrigando para conseguir el poder. Desde el mismo momento en que Stan y Jack los sacaron a la luz, fueron personajes recurrentes en la colección. De hecho, Crystal (que llegaría a tener una relación amorosa con la Antorcha) y Medusa han sido miembros de los 4 Fantásticos ( Crystal también de los Vengadores). Su rica historia y su apariencia de dinastía mal avenida han marcado sus aventuras individuales, donde destacan los trabajos de Rafa Marín y Carlos Pacheco, y los de Paul Jenkins y Jae Lee. Su capital Attilan siempre va con ellos; así cuando tuvieron que abandonar la Tierra para asentarse en la luna, al igual que cuando marcharon hacía el Imperio Kree para reclamarlo como sus legítimos gobernantes, tanto la ciudad como las nieblas siempre les acompañan. Los hechos recientes acecidos durante Infinito han provocado que las nieblas terrígenas se hayan esparcido por la Tierra, despertando a todos aquellos que tenían el gen inhumano. Esto ha provocado una nueva situación de la que estamos siendo testigos en la serie Inhuman a cargo de Charles Soule.
Galactus (FF48-50): pocos hitos hay en la historia del cómic de superhéroes como la llegada de Galactus. Aún con el tema de los Inhumanos inconcluso, tenemos una nueva visita de Uatu a los 4 Fantásticos. Vuelve a romper su juramento al saber de la próxima aparición de un ser cósmico que es el enésimo peligro insalvable. Estela Plateada es la avanzadilla de Galactus, aquel que despoja de vidas mundos enteros. Este Silver Surfer, ignorando las embestidas del grupo, lanza una descarga de energía al espacio infinito, donde su amo y señor la recoge, preparándose para devorar la Tierra. La majestuosa llegada del Devorador de Mundos se produce ante la mirada atónita del grupo. El Vigilante intenta razonar con él para que deje con vida este planeta, pero Galactus está dispuesto a saciar su hambre con nosotros. Alicia Masters conversa con Estela que parece un ser bondadoso, solo que está atado por juramento a su amo. Los Imaginautas intentan atacar a Galactus pero sus ataques son baldíos contra alguien con tanto poder. Finalmente, el heraldo se da cuenta de que devorar la Tierra es un error y se enfrenta a su creador. Con todo su poder cósmico tampoco será capaz de reducir a Galactus. La llave la tenemos de nuevo en Uatu, que dispone de una ingeniosa arma cósmica llamada Nulificador Supremo. Ante tamaña amenaza, al Devorador solo le queda recoger su nave e irse a otro planeta a saciar su hambre, no sin antes despojar a Estela de la capacidad de surcar las corrientes estelares. El Silver Surfer queda preso en nuestro planeta, a la espera que su amo le levante el castigo.
Galactus, diseñado al gusto del gran Jack Kirby, es una de las grandes amenazas del panorama Marvel. Superviviente de un universo que existía antes que el nuestro, su necesidad de energía para seguir viviendo le hace devorar mundos enteros. Para ello ha ido refinado sus métodos, empezando por la construcción de una magnífica nave mundo, Ta II, donde se toma un respiro entre toma y toma, y la utilización de heraldos, que le buscan los mejores manjares por el universo. Galactus ha tenido una buena cantidad de ellos, algunos más conocidos que otros: El Caído, Terrax, Estela Plateada, Señor del Fuego… A pesar de ser uno de los seres más poderosos del cosmos, ha pasado sus dificultades, como cuando fue reducido durante Aniquilación. Thanos estuvo investigando y haciendo experimentos con su cuerpo. Recientemente, debido a los hechos producidos en la Era de Ultrón, traspasó los límites del universo 616 ( el tradicional, vaya) para amenazar la existencia del universo Ultimate. Los personajes de esta tierra ( los pocos que quedan) se opusieron a los designios de Galactus y gracias a la decisiva actuación de Kitty Pride ultimate pudieron evitar el desastre.
Silver Surfer es el más famoso de los heraldos de Galactus. Norrin Radd era un tranquilo habitante del planeta Zenn- La, enamorado de Shalla-Bal, hasta la llegada de Galactus. A cambio de que el Devorador dejara intacto a su mundo y a su amada, aceptó el precio de ser su heraldo, por lo que viajaría por el cosmos buscando planetas para saciar su hambre. Lo transformó en un ser con increíbles poderes cósmicos y le otorgó su clásica tabla. Entró en contacto con la Tierra y los 4F, lo que provocó que se volviera contra su amo. Galactus le arrebató la capacidad de surcar el espacio, por lo quedó mucho tiempo en la órbita de nuestro planeta. Aquí se volvió un héroe ligado a la actualidad terrestre, llegando a formar parte de los Defensores. Finalmente, Galactus le perdonó, lo que se tradujo una vuelta a la vertiente cósmica y luchas con enemigos espaciales: Thanos, Nébula, Ego el Planeta Viviente, el Super-Skrull…. Estuvo presente en la primera oleada aniquiladora, que además le sirvió para volver a ser heraldo de Galactus, y tuvo una regresión evolutiva cortesía del Alto Evolucionador. Actualmente podemos disfrutar sus aventuras, mezcla de cosmos y psicodelia, en un nuevo volumen a cargo de Dan Slott y Mike Allred.
Pantera Negra (FF52): la primera aparición del reino de Wakanda y sus prodigios la tenemos en las páginas de este número. Reed, Sue, Johnny y Ben aceptan la invitación de un gobernante africano para visitar su país, una nación en apariencia apegada a valores tradicionales, pero que tiene un nivel tecnológico difícil de superar. Lo que no saben los fantásticos es que han sido invitados a una cacería y ellos son la presa. El jefe wakanda es derrotado y ofrece hospitalidad a la Primera Familia. Pantera Negra y los 4F deberán unirse contra el verdadero peligro, Ulysses Klaw, un buscador de fortuna llegado a Wakanda para robar el preciado vibranium y autor material de la muerte del anterior rey, T’Chaka. Su enfrentamiento con T’Challa tendrá insospechadas consecuencias, ya que un accidente lo convierte, literalmente, en Klaw el amo del Sonido (FF53).
T’Challa o Pantera negra es hijo de los tiempos. Había que dar entrada a las minorías cuya situación estaba cambiando en los Estados Unidos. Ya habían introducido a un nativo americano, Wyatt Wingfoot, como compañero de universidad de Johnny Storm en FF50. Y previamente, en los Comandos Aulladores de Nick Furia, presentaron a un personaje de raza negra, Gabe Jones. La lucha por las libertades civiles estaba en su apogeo y para demostrar su implicación, Lee y Kirby desarrollaron un personaje que se salía de los cliches. Crearon nada menos que un rey africano, que destaca por sus características físicas, pero también por las intelectuales, llegando a tener conocimientos que rivalizan con los de Reed Richards. Pantera ha sido, y continúa siéndolo, uno de los héroes más importantes del Universo Marvel. A parte de vivir aventuras en su reino africano, que se encuentra en el punto de mira de muchos villanos por el vibranium, es un destacado miembro de los Vengadores cuando ha fijado su residencia en EEUU. Incluso llegó a sustituir a Daredevil, tras los sucesos de Tierra de Sombras, como protector de la “Cocina del Infierno”. Su hermana Shuri ha llegado a portar su manto cuando T’Challa no ha sido capaz de defender su amado país. Tuvo un amor de juventud con Ororo que se transformó en oficial cuando pasaron por el altar con el beneplácito del Dios Pantera. La mutante Tormenta ha sido su reina y ha compartido sus aventuras durante una buena temporada, hasta que el enfrentamiento entre Vengadores y mutantes saltó a la primera plana. Wakanda fue arrasada por Namor, mientras estaba poseído por el Fénix, lo que produjo el distanciamiento definitivo entre Ororo y T’Challa. Su matrimonio fue declarado nulo y Pantera se ha refugiado con sus compañeros Iluminatti en problemas acerca de mundos que chocan, universos que se deshacen, etc., etc.
Zona Negativa (FF61): en un enfrentamiento con el Hombre de Arena, villano habitual de Spiderman pero que también tuvo sus asuntos con los 4 Fantásticos, dentro del edifico Baxter, Reed Richards es absorbido por un portal que el buen científico utiliza para sus experimentos. Es la entrada a otro universo y Mr. Fantástico queda perdido en él. Sus compañeros solo pueden observarle sin saber qué hacer. La solución viene de parte de los Inhumanos. El llamado Tritón se interna en la Zona Negativa en busca de Reed cuando una extraña figura se libera de su prisión. Es Blaastar, que atento al rescate, sigue al Inhumano y al fantástico de vuelta al universo positivo (FF62). Fuera de la Zona Negativa, se aliará con el Hombre de Arena para sus planes de conquista aunque nuestro grupo dará buena cuenta de ellos antes de que el peligro sea incontrolable.
En sexto anual de la serie debuta Annihilus, el gobernante de la Zona Negativa. Este universo paralelo compuesto de anti-materia se convierte en objeto de estudio para Reed y en uno de esos viajes se topa con este ser con aspecto de insecto y ansias de destrucción. Con la ayuda de Ben y Johnny consiguen derrotarlo, además de llegar a tiempo para ver al recién nacido de la familia, ya que en este anual conocemos a Franklin Richards, eterno niño del Universo Marvel. Annihilus seguirá dando batalla, pero sin lugar a dudas su más importante operación fue cuando invadió el universo positivo con sus numerosas hordas. Gran cantidad de elementos cósmicos como Nova, Starlord, Drax y Gamora se enfrentarán con todo lo que tienen a la ola aniquiladora. La famosa prisión 42, creación de Reed y Hank Pym, para héroes no registrados durante la Guerra Civil, sería ubicada en la Zona Negativa.
Kree (FF64): el tándem creativo nos sigue descubriendo razas alienígenas que ni siquiera conocemos, pero que son sabedoras de nuestro planeta desde tiempos remotos. Ahora hablamos de los Kree, una raza espacial que un arqueólogo llamado Daniel Damian lleva mucho tiempo buscando. Ha llegado a una isla en el Pacífico donde halla la base secreta, además de un gigantesco centinela. Los Fantásticos buscan un lugar de vacaciones y van a elegir la isla donde el Centinela ha despertado. Consiguen derrotar a la máquina, pero está claro que esto no va a quedar así. La Inteligencia Suprema de los Kree manda al más reconocido de sus guerreros, Ronan el Acusador, para que les dé un soberano correctivo. La Primera Familia ya está curtida en enfrentamientos alienígenas, por lo que el Acusador será derrotado a su pesar.
Los Kree son una raza estelar que debe gran parte de su potencial a los Skrull, ya que compartieron su avanzada tecnología con ellos. Pero esos contactos amistosos acabaron convirtiéndose en rivalidad para dominar el cosmos, lo que supuso un conflicto continuo durante largos años. Pero los Skrull no serán los únicos con los que tendrán problemas, ya que los Sh’iar también serán sus enemigos durante la llamada Operación Tormenta Galáctica. Sufrirán una terrible derrota y el Imperio tardará en levantar cabeza. Durante la segunda oleada aniquiladora, la Falange se cebará con ellos, infectando gran parte del territorio. Sin tiempo a recuperarse vendrán los Inhumanos, creaciones de los Kree en la Tierra, para asentarse en la capital Hala y dominar el Imperio. Con la promesa de acabar con el bloqueo evolutivo, Ronan cede el mando a Rayo Negro que a su vez se verá inmerso en otra guerra con los Sh’iar, ahora comandados por Vulcano, el hermano malvado de Scott Summers. Siempre presentes en los acontecimientos del cosmos Marvel, son una fuerza que no se debe menospreciar.
Él o mejor dicho, Adam Warlock (FF67): el debut de uno de los personajes más singulares del cómic va a acontecer tal y como le gusta, tras nacer de su celebrada vaina. La historia comienza en FF66, donde un grupo de científicos llamado el Enclave recluta a Alicia Masters, ya que uno de sus experimentos emite una luz cegadora y ninguno puede acercarse a él. Este grupo en realidad estaban intentando crear un superhumano mejorado. Alicia se dirige a la cámara 41, donde se sitúa el experimento, y allí se encuentra cara a cara con el extraño ser, dentro de una vaina y a punto de nacer. Los 4 Fantásticos irán en busca de la novia de la Cosa y allí tendrán sus más y sus menos con miembros del Enclave. El nacimiento de Él en las últimas páginas del número nos muestran a un ser áureo, casi perfecto, que decide marcharse al espacio, dejando un rastro de destrucción a su paso.
Tras un encuentro fortuito con Thor en el espacio profundo, acabó haciendo tratos con el Alto Evolucionador, que le dio al fin un nombre, Adam Warlock, y le preparó una misión. El Evolucionador había creado un nuevo planeta, llamado Contratierra, donde había establecido una sociedad formada por los Nuevos Hombres, experimentos surgidos a raíz del cruce entre humanos y animales. Pero habían empezado una serie de revueltas, por lo que Warlock es enviado como una especie de mesías a poner paz en el mundo. Tras su periplo en la Contratierra, cayó en manos de Jim Starlin, que dibujó una de las series más psicotrópicas y rompedoras de los setenta. A parte de recurrir a él y a Thanos en cada una de las historias que ha hecho en la Casa de las Ideas, destacando su Trilogía del Infinito o Marvel, El Fin. En tiempos recientes, Dan Abnett y Andy Lanning no se olvidaron de Warlock en su renacer cósmico y lo tuvieron presente desde Aniquilación: Conquista, siendo un protagonista fundamental de sus Guardianes de la Galaxia.
El Fin de un ciclo
Como se ha podido comprobar, todo un torrente de conceptos, historias y villanos. Por el camino hemos dejado personajes “menores” como el Hombre Topo y sus topoides, la creación de los 4 Terribles, formados por Medusa, Pete Pote Pasta, el Mago y el Hombre de Arena, villanos tan peculiares como Psicoman, el Pensador Loco o Diablo, el alquimista español. Sin olvidarnos de alguien tan inclasificable como El Hombre Imposible o tan misterioso como Agatha Harkness. Todos ellos utilizados en mayor o menor medida por otros guionistas y todos ellos surgidos en las páginas de los 4 Fantásticos. Pero todo tiene un fin y ese es Fantastic Four#102, fin de la colaboración entre Stan Lee y Jack Kirby. En 2008 se publicó una historia perdida del tándem creativo, pero hacía muchos años que la magia había desaparecido. Lee continuaría en la colección con la ayuda en los lápices de John Buscema, uno de los grandes, pero la serie se resintió. A pesar de mantener un buen nivel, los aficionados echarán en falta al bueno de Jack.
Kirby se muda a la Distinguida Competencia, donde con energías renovadas emprenderá gran cantidad de proyectos donde destaca su idea de poner en píe una nueva mitología. Los Nuevos Dioses será su aventura más personal en DC. En este periodo se vería libre de soltar frustraciones, como demuestra la feroz crítica publicada en Mister Miracle#6, donde ponía en solfa a dos trasuntos de Stan Lee y Roy Thomas. Todas esas diferencias quedaron aparcadas como demuestra la efusividad con que fue recibido en Marvel en su retorno a mediados de los setenta. Pero eso petenece otra historia.
Los 4 Fantásticos de Lee y Kirby ¿una obra intemporal?
Si un servidor tuviera que pronunciarse, la respuesta sería un rotundo, categórico e incontestable sí. Se trata de unos tebeos donde el sentido de la maravilla te arrastra página a página. No solo los héroes brillan, sino villanos y secundarios relucen en las manos de Stan y Jack. Incluso la desdibujada Sue va ganando consistencia conforme va avanzando la serie, demostrando que eran capaces de sortear cualquier escollo. Mundos imposibles, situaciones insospechadas, drama a más no poder e impagables caracteres, donde destacan el Doctor Muerte o Estela Plateada, son los puntos fuertes de la serie. Si añadimos el imponente y rotundo dibujo del “Rey” son más que suficientes argumentos para contestar a la pregunta de forma afirmativa.
Pero claro, es una opinión, tan válida como otra cualquiera. Mucha gente podrá pensar que estos tebeos andan desfasados, que son demasiado simples, casi naifs, confundiendo simplicidad con simpleza, Porque hay que poner las cosas en sus contexto y en su tiempo. Así se hacían los cómics en los sesenta. Lee y Kirby se esforzaron en crear argumentos más elaborados, incluso creando sagas, cuando lo normal eran episodios autoconclusivos, pero en general estaban pensados como tiros directos al corazón y al cerebro, consumo rápido y ligero para divertimento y algarabía. Y consiguen su objetivo con creces. Pero ahora es otro tiempo distinto. Vivimos la “era del hype” donde todo el mundo va en busca y captura de “the next big thing”. En una época donde aparentemente el tebeo de superhéroes cada vez pierde más adeptos y donde parece que lo único memorable en el género sea la obra de ciertos autores ( los Alan Moore, Grant Morrison y sucedáneos ), probablemente estos 4 Fantásticos no tengan cabida. Pero personalmente, cuando me encuentro con alguna de las numerosas decepciones provocadas por la “era del hype” y se me queda un mal sabor de boca, me retiro a mi biblioteca, busco un tomo de las primeras aventuras de los Imaginautas y me sumerjo en la magia que dejaron Stan y Jack para los restos, consiguiendo que me reconcilie con los superhéroes. Pruébenlo, de verdad funciona.
Bibliografía recomendada ( aparte de los cómics en cuestión, claro está):
- Marvel Comics. La historia jamás contada, Sean Howe, Ed. Panini Books, 2013
- King Kirby. Jack Kirby y el mundo del cómic, José Joaquín Rodríguez, Ed. Dolmen, 2013
- Del Tebeo al Manga. Una historia de los cómics, vol. 3 y 4, V.V.A.A., Ed Panini Comics, 2007
- Jack Kirby. El Cuarto demiurgo, José Manuel Uría, Ed. Sportula, 2013
- Visionarios Marvel:Stan Lee, V.V.A.A, Ed. Panini Comics, 2011
- Crónica Marvel. Una historia año por año, V.V.A.A, Ed Pearson, 2099
¿Se impondra alguna vez una version definitiva en la batalla Lee VS Kirby? A mi siempre me parecio que Funky Flashman supo rentabilizar las minimas aportaciones que realizo a los conceptos de Kirby y Ditko para apropiarselos.
otro articulo de arturo porras de los de enmarcar.
y van…. 🙂 🙂
Brutal artículo, empieza bien el 15 aniversario.
Un gran articulo, una observación personal, se que Superman es el 1º super héroe (oficialmente), y que estos beben del pulp como influencia, pero Flash Gordon de Raymond creo que podría considerarse el 1º cómic de super héroes y el que mas influencio a un montón de autores en los siguientes 30 años, y nada, solo eso, quería decirlo
P.D: estaría bien que se recuperasen algunos de los mejores posts de estos 15 años, como están haciendo los de Adlo
Sólo lo he podido ojear, en cuanto pueda lo leeré con calma… es un privilegio leer artículos como estos en ZN, enhorabuena
Yo soy muy fan de la Primera Familia, me parece una serie con un desborde de imaginación inigualable. El artículo ha ido una pasada, da gusto poder leer artículos así (esperemos que, como mínimo, por 15 años más). A ver si hay suerte y Panini reedita los primeros números que aún no están en omnigold.
Y a mí que Los Cuatro Fantásticos nunca me gustaron… No sé por qué, exactamente, pero el caso es que nunca fue un cómic que me llamase especialmente. Tampoco me gustaba la forma de dibujar de Jack Kirby.
Pero el paso de los años cambia (entre otras cosas) los gustos personales. O los educa, no lo sé. El caso es que, ahora, me gusta el dibujo de Kirby (de hecho, cada vez lo aprecio más). Y los 4F ya les cojo gustillo. Sobre todo, esta enorme etapa de Lee y Kirby. El derroche de imaginación que impregna estos tebeos es alucinante. Una pasada de tebeos, sí señor.
Y el artículo, una gozada, como de costumbre.
Madre mía… articulazo. Todavía no me lo he leído entero pero, como fan de los 4F, lo haré enseguida. Pero no quería que pasara ni un segundo más sin felicitar al redactor, que es un campeón.
Otra cosa, vaya cómo cambiaba de look Stan Lee con los años. En algunas fotos está irreconocible. 😀
Pues yo secundo al señor Fábula del Mundo. Señores de Panini, déjense de leches y saquen en su mejor formato los primeros números del «Mejor cómic del mundo». Tebeos como éste merecen estar siempre en las bibliotecas de los aficionados y ya que han sacado el resto de la etapa, no me sean chapuzas y saquen también los primeros números. ¡Nos merecemos tener la etapa completa!
Lo de Stan Lee es como lo del curioso caso de Benjamin Button. Los años que guionizó la Marvel primigenia era un señor gordito, calvorota y muy avejentado para sus cuarenta y pocos años. Fue dejar de guionizar y convertirse en un clon de Hugh Heffner.
PD: Arturo, haces que me sienta muy pequeñito.
Muchas gracias a todos por sus comentarios!! No solo de este artículo en cuestión, sino de todos en general. Trabajamos para ustedes, comentaristas que se parten el cobre, y también para ustedes, lectores anónimos. Estamos de celebración, como ya todo el mundo sabrá. Pero les aconsejo que se agarren, que vienen curvas, curvas de deben agradar a todos los que le guste el mundo del cómic, en sus diversas facetas. En mi caso, como ya he comentado en la entrada, he elegido los 4F por lo excitante de ese momento único. Me interesaba sobremanera contar la historia «a mi manera», ya que es un relato bastante conocido para los minimamente entendidos. Pero también para revindicar la validez de ciertos cómics. A veces olvidamos que para que existan los «watchmen» de turno primero hay que pasar por los «4f» de turno.
Respecto a la polémica Lee Vs Kirby creo que he dejado bastante claro mi parecer en el artículo. Es muy habitual poner a Stan de malo de la pelíclula. Y hay muchas anécdotas que pueden reforzar ese pensamiento. Desde la famosa crítica de Mister Miracle#6 ( para el que no lo sepa, es lo que nombra Emilio de Funky Flashman como mofa de Lee y Houseroy como mofa de Roy Thomas) o aquella donde Kirby apareció en un entrevista radiofónica a Lee y se dedicó a soltar improperios de todo tipo ( y cosas tan desfasadas como que él fue el auténtico creador de Spiderman, ni Lee ni Ditko). Para mí, es una batalla de egos y dificilmente sabremos lo que ocurrió en realidad. Pero poniéndonos en situación, para Jack tuvo que ser duro. Se hizo un nombre mientras que Stan no era nadie; luego se convirtió en estrella mientras que Lee era un editor de una editorial de segunda. De repente, todo se fue al traste y Kirby tuvo que caer bajo los designios de Lee. Y eso nunca cambiará, ya que Stan siempre será el editor jefe, mejor pagado y mejor visto, a pesar de todos los esfuerzos de Kirby.
Docz, respecto a lo que comentas, sin negar la influencia de lo pulp en el cómic de supers, es reconocido por todos que Superman fue el primero. Sería un debate intersante hablar de ello, pero me he ceñido a lo más aceptado.
Y ahora, a disfrutar, que la fiesta continúa….
«Arturo, haces que me sienta muy pequeñito.»
No jodas Ocioso ( una vez me dijiste que te tuteara y siempre hago caso a mis mayores)!! En todo el tiempo que llevo siguiéndote no te has hecho pequeñito nunca. No empecemos a achantarnos ahora 🙂
Respecto a la foto de Lee, ha sido de lejos la mas «cachonda» que me he encontrado. Valía la pena ponerla: gafas setenteras, pelazo, pecho lobo al descubierto y mirada de «ven pa’ ca’ que te voy a dar lo tuyo». Pura esencia de Stan
Es la foto mas cachonda de Stan Lee…ex aequo con esta otra:
http://images.dangerousminds.net/uploads/images/stanleesdfsdfsdfsd.jpg
Gracias a dios no hay fotos similares de Kirby.
Un Onvre con esa pinta de putero tiene que ser grande necesariamente.
Estoy seguro y esa foto podria demostrarlo que Stan lleva en el nabo tatuado la leyenda «Stan Lee Presents:» eso si, en pequeñito, que ya sabemos todos que los marvelitas sois mas bien de mecha corta.
molon labe: Estoy seguro y esa foto podria demostrarlo que Stan lleva en el nabo tatuado la leyenda “Stan Lee Presents:”
Pero cuando se empalma se puede leer «Stan Lee Presents: With the sudden fury of a thunderbolt….» y así hasta completar el guiòn de FF#1 completo.
Tendre que darlo por cierto, no creo que me mientas en que le has visto el nabo a Stan Lee y se lo has leido entero.
Es como la Columna de Trajano. Para leerlo tienes que ir dando vueltas alrededor.
Enorme señor Porras, enorme.
Cierto es que Stan y Jack crearon en este montón de números, conceptos con los que la compañía ha tirado hasta ahora. Tiraban hacia adelante en cada número con ideas nuevas en casi cada uno de ellos. Tremendo el nivel de creatividad de estos dos.
No sé si conoceis la llamada que hizo Stan a la radio mientras hacían una entrevista al rey:
http://www.crisei.blogalia.com/historias/72808
Kirby era un visionario, hizo maravillas en Marvel y revolucionó para siempre DC.
Es un hecho que Kirby funcionó mejor con Stan Lee guaindo los hilos, porque había algo que el artífice de la Casa de las Ideas tenía, y esto era visión de los personajes y lo que buscaban leer los lectores para hacer funcionar la serie y esta tuviera éxito.
El drama está que Lee dependía 100% del dibujante de turno para que los comics funcionaran.
Kirby hacía las historias y las artes gráficas de los 4F, de Thor, de Hulk y de los Vengadores. Y se podía denotar cómo a medida que pasaban los años las aventuras iban de menos a más.
Ese era el problema de otros comics como Iron Man, Daredevil, Spiderman y otros, donde autores como Ditko o Romita, siendo grandes dibujantes no eran tan extraordinarios a la hora de contar historias, falencias que se superan con autores como Neil Adams, Gerry Congway, Gene Colan, Roy Thomas, Jim Starlim, Steranko y los Buscema.
En fin, los 4F de Lee y Kirby son insuperables, tal vez la que más se acerca es la etapa de Claremont y Byrne en X-Men.
Magnífico artículo, Mr.Porras. Como dice Franky por ahi arriba: «Y van… »
Y los que yo espero que vengan. Por que si la celebración del 15 Aniversario de ZN va a seguir esta tónica,
podré decir: Yo estuve allí 😉
Respecto a la obra escogida, ¿que decir a estas alturas? Obra Maestra si o si! No hay discusión posible.
Auténtica biblia fundacional (para mi, junto con el Spidey de Lee y Ditko)
de lo que llegaría a ser el comic pijamero y, al mismo tiempo, otra forma de ver ese mundo
de Supers totalmente diferente a la mostrada hasta el momento, como apuntas en el artículo.
Coincide que la estoy releyendo ahora mismo con las siguientes ediciones:
* Nºs 1-21 en los 2 tomos de Masterworks de Panini
* Nºs 22-43 en la Biblio Marvel de Forum
* Nºs 44-104 ya en los tres TochoGolds dedicados a la etapa en cuestión (hoy acabé el 1er TG)
Con lo cualo, creo que está claro, Sres. de Panini, que se impone otro TochoGold con los nºs 22 a 43
en un formato digno del material del que estamos hablando.
Y, bueno, respecto a la comentada lucha de egos de los dos maestros y discusiones varias
sobre la autoría de las creaciones (por cierto, muy instructivo el enlace de Mr.Antoine
con la entrevista de la radio al Rey y la llamada del Yayo) yo creo, como bien dice
Mr.Ignacio, que siempre fue cosa de los dos creadores, exactamente igual que el Spidey de Lee y Ditko.
El «problema» es que precisamente el Yayo se juntó con dos artistazos que no solo se limitaban a dibujar
lo que el les sugería si no que, además, tenían una gran imaginación y unas ganas enormes de crear y de
aportar sus propias ideas al conjunto de la obra y eso, si que es cierto, es algo de lo que Stan Lee
se «aprovechó» para completar las creaciones, suyas y de ambos dibujantes, en las dos series.
Es mi modesta opinión, por supuesto.
Rockeros Saludos
Estupendo y exhaustivo artículo. Sólo pongo una pega: para ser un artículo sobre la etapa Lee-Kirby en 4F, echo a faltar dibujos de Kirby en el repaso a los personajes relevantes creados en dicha etapa. Que no digo que estén mal las imágenes elegidas, ya que se hace un repaso a toda la trayectoria de esos personajes en el Universo Marvel más allá de esta etapa, pero al Rey lo que es del Rey…
El último número de Jack Kirby fue el 102, no el 104.
No creo que Stan se aprovechara de Kirby, dibujar ocupa más tiempo que escribir un guión. Las diferencias entre ellos se hizo más palpable en el momento en el que un periódico entrevistó a ambos y le dedicó más páginas a Stan, no porque fuera más popular sino porque era más extrovertido que Jack. Tenían sus diferencias creativas pero la sinergia de ambos contribuían a crear grandes historias. Por separado eran grandes talentos, pero juntos eran imparables.
Correcto Jesusy, los números 103 y 104 fueron ya en colaboración con John Romita Sr. Se me fueron un par de ejemplares más para Kirby, record entonces y durante mucho tiempo no superado. Gracias por el soplo 😉
Actualizado en la entrada
Todo un récord esos 102 episodios seguidos a los que hay que sumar los anuales.