Los Amanticos: El Huevo del Dragón

 

Edición original: Los Amanticos: El Huevo del Dragón
Edición nacional/ España: Ediciones GP
Guión: Queco Agreda
Dibujo: Daniel Foronda
Entintado: Daniel Foronda
Color: Diego Burdio
Formato: Rustica, 48 páginas
Precio:.

10,00 euros

 

En toda leyenda hay algo de verdad. En cada verdad hay algo de leyenda. Y en medio están las grietas por las que la imaginación se filtra para rellenar los huecos que, irremediablemente, aparecen cuando las leyendas históricas se van transmitiendo a lo largo de los siglos. Leyendas hay muchas, la de Arturo y sus caballeros de la Mesa Redonda, la de San Jorge y el Dragón, la de un Cid que conquistó su última batalla cuando su corazón ya no latía. Las leyendas nos ayudan a creer en algo mejor, en algo a lo que poder aspirar y a tener esperanza. Y no hay mejores leyendas que aquellas en las que el amor demuestra estar por encima de todas las cosas.

Un ejemplo de ello son las Bodas de Isabel y Diego, dos hijos de familias nobles del siglo XIII de la villa de Teruel. Isabel y Diego, Diego e Isabel, una historia de amor imposible, condenada al fracaso desde el momento que se juraron amor eterno. Diego, partió de Teruel para hacer fortuna con la que poder desposar a Isabel que juró esperarle cinco años. Diego batalló en las Navas de Tolosa, mientras Isabel esquivaba a pretendientes y contaba los días mirando al horizonte. Y el día de su regreso llegó, pero tarde, porque habían pasado cinco años y un día. Isabel había contraído matrimonio aquel mismo día y Diego, con el pecho partido en dos, lacerado por ver a su amada desposada con otro le rogó un beso. Isabel no podía satisfacer la demanda por haber jurado lealtad al otro hombre y Diego cayó muerto a sus pies.

El funeral fue multitudinario. Todo Teruel acudió para despedir a Diego, mientras entre la gente una mujer que portaba una corona de flores marchitas se acercaba hasta su cuerpo y entre lágrimas dejaba posar sus labios sobre los de Diego. Isabel, porque se trataba de ella, también dejó de vivir, dejó su existencia porque ya no merecía la pena seguir respirando si su Diego no estaba a su lado.

Ambos fueron enterrados juntos y aun hoy se puede visitar su túmulo en la ciudad de Teruel.

Teruel, la villa, la ciudad que lo fue todo en el medievo y que ahora lucha por no perderse en la memoria ni en los mapas, pugna por hacerse oír en medio de la enorme cacofonía que nos abruma ,día a día en nuestras vidas, reinventándose a si misma con la historia de los Amantes de Teruel, los dinosaurios y el mudéjar como principales reclamos turísticos. Tres pilares que permiten a Teruel ofrecer algo distinto a lo que uno podría esperar de una ciudad ignorada por la administración central.

Y es que eso mismo es lo que probablemente pensaron Daniel Foronda (dibujo y tinta) y Queco Agreda (guion y textos), cuando empezaron a plantearse como ofrecer algo distinto a lo que ya era sabido por todos y además hacerlo a través de un cómic con el que llegar a los más pequeños. Había que rellenar los huecos. Ver las grietas y empezar a pensar en el mito, la leyenda, la historia de forma diferente, por lo que se plantean una simple pregunta: ¿Y si Diego e Isabel ya se hubieran conocido mucho antes de su historia de amor?

Y con esto en mente arranca un cómic de escritura noble y sencilla, con un claro enfoque infantil con el que acercar la figura de Isabel y Diego a los infantes de la casa, de manera que a través de su primera aventura juntos, descubran que los mitos pueden encerrar realidades que tan solo pueden ser comprendidas muchos años después.

Agreda no va a contarnos una historia especialmente original, ya que se trata de algo tan manido como buscar un objeto robado y rescatarlo con el fin de devolvérselo a su auténtico dueño. Una estructura lineal, porque no hace falta más, que permite ir desvelando la personalidad de esos dos muchachos que están destinados a ser leyenda.

La obra está bien documentada, sabiendo bascular entre el rigor histórico y la licencia artística con elegancia, sin perder el pulso a una trama cercana a su público objetivo que son los niños. La historia, acompasada por el constante ritmo de un metrónomo, va desgranándose adecuadamente de forma que la información llegue sin problemas al lector. La estructura de viñetas ayuda a ello, siendo siempre el número máximo por página de cuatro, lo que permite poder enseñar el cómic a niños que incluso no sepan leer y puedan seguir, dentro de sus limitaciones, la trama más básica de la historia.

El dibujo, la otra gran pata de un cómic infantil, se muestra adecuado hasta el extremo de poder recrearnos con diseños bien detallados y documentados, pero ligeros en cuanto a composición e información, de manera que los niños puedan interpretar adecuadamente cada una de las viñetas. El trazo limpio de Foronda, con su estilo de línea redondeada, limpia y básica se adapta a la perfección a la historia y al objetivo de esta. Sus diseños de personajes resultan encantadores, mostrando cierta debilidad en algunos planos que para nada interrumpen el disfrute de la obra.

En resumen se trata de una obra que surge de la iniciativa de una pequeña editorial zaragozana, Ediciones GP, de la inquietud de dos autores con ganas de contar algo nuevo de lo ya conocido por todos, y que toma la forma de un cómic que permite a los niños poder adentrarse en el maravilloso mundo del noveno arte. Un trabajo que cumple con su vocación de cómic infantil, floreciendo entre la inmensidad de obras que se publican mes a mes en nuestro país.

Un amor que se hizo leyenda. Una amistad que empezó mucho antes. Una grieta que queda sellada gracias a la labor llevada a cabo por el tándem Foronda-Agreda y que merece la pena tener en nuestras estanterías… y queramos despertar al niño que todos llevamos dentro.