Las relaciones románticas y la pareja en general son uno de los aspectos más interesantes de la sociedad en la que vivimos. Es uno de los temas junto con la muerte sobre los que más películas, novelas, series, poemas, cómics, música etc se han hecho y será siempre un tema universal al que como creadores o como simples consumidores de cultura volvemos una y otra vez a lo largo de nuestras vidas.
Y es que, ya sea por esa pareja a la que amamos y con la que hemos estado toda la vida, por esa pareja tóxica que nos hizo mucho daño, por esa relación que dejamos o en la que fuimos dejados y extrañamos, por esa pareja ideal que nunca hemos tenido pero siempre hemos añorado, por las muchas parejas que hemos tenido, o por las parejas de las que hemos carecido; amar y ser amado, tanto a nivel físico como emocional es una de las necesidades del ser humano de las que pocas personas logran escapar.
Para Rodrigo Sorogoyen (Antidisturbios, As Bestas), creador de Los Años Nuevos junto con Sara Cano y Paula Fabra (Ángela, interesante thriller que orbita alrededor de la violencia de género) la pareja no solo es uno de sus fetiches personales sobre los que le encanta escribir y dirigir, sino también, y curiosamente, el tema sobre el que trataban los primeros productos audiovisuales con los que se dio a conocer.
De este modo, su película debut 8 Citas (que coescribía y codirigía con Peris Romano), estrenada en 2008 ya trataba este tema, desde una perspectiva más generalista, siendo su segundo largometraje, Stockholm, estrenado en 2013 donde el hoy famoso director ya dio lo mejor de sí mismo, en una historia que narraba el peligro del abuso sexual, del machismo y de las relaciones tóxicas en medio de la noche madrileña.
Si bien en los últimos años la producción de Sorogoyen está mas ligada al Thriller con grandes obras como las películas El Reino, Que Dios Nos Perdone y As Bestas y series como Antidisturbios, con Los Años Nuevos el aclamado director decide dar un cambio de aires a su estilo creativo y sorprendernos con una serie de diez episodios que trata exclusivamente el complejo y amplio mundo de las relaciones de pareja.
Pero ¿De qué trata Los Años Nuevos? Los Años Nuevos nos cuenta la historia de Ana y Oscar, Oscar y Ana, dos jóvenes que cumplen treinta años casi a la vez, Ana el 31 de Diciembre y Oscar el 1 de Enero, y que se conocen en una nochevieja de 2015, acabando por desarrollar una complicada relación amorosa que durará, al menos, hasta 2024.
Cada uno de los diez capítulos en los que se divide la serie están ambientados en la nochevieja del año correspondiente, por lo que entre capítulo y capítulo tenemos elipsis narrativas de trescientos sesenta y cinco días en las que los personajes han pasado por muchas vicisitudes.
Pero Los Años Nuevos no solo se queda en la pareja, sino que también trata la complicada vida del treintañero que no está a gusto con su situación laboral, que no se siente completo con su pareja porque tampoco se siente bien consigo mismo, que sabe que necesita terapia psicológica pero no es capaz de acudir a ella, y de los amigos que lo acompañan en el camino y que también son una parte muy importante de su vida, como esa familia elegida que complementa a la familia de sangre, cuya relación también se trata con gran acierto en la serie.
Los Años Nuevos fue estrenada en Movistar Plus+ en dos tandas de cinco episodios, en lugar de en un solo día o semana a semana, y es que el final del episodio quinto, en el que Oscar y Ana finalizan su relación de pareja, supone un gran punto de inflexión para lo que viene después con las vidas de ambos en solitario, y su posterior reencuentro.
Oscar es un personaje desconfiado, con varios traumas de infancia que le impiden creer en la palabra de alguien por mucho que se trata de su pareja, de sus padres o de sus amigos, pero también un hombre cuya dificultad en confiar en los demás lo convierte en un novio tóxico que sospecha de todo sin motivo.
Ana, por su parte, es escrita e interpretada como una joven llena de ilusiones pero que poco a poco es consciente de que tiene que centrarse en su vida, sin que nunca esté a gusto con el trabajo que realiza o con las decisiones que toma, cambiando constantemente de parecer y yendo de un lado a otro persiguiendo una estabilidad que nunca llega y que ella en realidad ni busca ni es capaz emocionalmente de tener.
Por su descripción parecería que culpabilizo a ambos personajes de ser como son, que los considero personas non gratas en mi sistema de valores, pero nada más lejos de la realidad: Creo que Oscar y Ana, en efecto, son dos personas necesitadas de ayuda profesional que no gestionan sus traumas pero que, guste o no, nos representan a muchos de nosotros que en esa indudable vida adulta pero de juventud reciente que es la década de la treintena se encuentran quizás más perdidos y atrapados de lo que jamás lo estuvieron en su adolescencia o posterior veintena.
Sí, es fácil, a la vista de los errores que ambos cometen, incluyendo entre estos engañar a la pareja con otra persona, o no saber tratar con el respeto merecido a quien comparte su vida con ellos, que condenemos a ambos personajes y que no nos gustara tenerlos cerca, pero ambos no son sino víctimas de sí mismos y tan reales como la vida misma. ¿Son buenas personas? En absoluto, pero desde luego tampoco son lo que entenderíamos por malas personas. Son seres humanos y, por tanto, tienen sus luces y sus sombras, como quien esto escribe y, en definitiva, todos nosotros.
Sorogoyen, junto con el equipo de guionistas que conforman tanto Paula Fabra, como Sara Cano, Antonio Rojano o Marina Rodríguez Colás se centran en la pareja monógama, pero no olvidan que la propia decisión de vivir en una relación cerrada está cada vez más en tela de juicio en la sociedad, mostrando otras formas de entender las relaciones amorosas más acordes con la época actual.
Una vez que ya hemos tratado el interesante argumento de la serie, llega el momento de hablar de uno de sus aspectos más reconocibles y dotados de calidad: Su dirección.
Que Rodrigo Sorogoyen es un gran director es algo que, a estas alturas nadie duda, pero lo que hace en Los Años Nuevos es sin duda digno de alabarse.
Para entender mejor cómo se rodó esta serie, conviene ver este making of de media hora (que contiene toneladas de spoilers) en el que todo el equipo que ha trabajado en la serie explica su forma de proceder.
Baste con decir que en los primeros capítulos tenemos una dirección más convencional con lentes más abiertas y planos más amplios que ponen el foco en Oscar y Ana pero también en su entorno, en sus amigos, en de este modo, todas aquellas cosas que contribuyen a que dos personas se conozcan e inicien una relación de pareja.
A partir del quinto capítulo y tras su ruptura, las lentes son más cerradas, los planos más acotados, se trata de enfocar en cómo tanto Ana por un lado, como Oscar por el suyo, están lidiando con sus propios demonios y con la ruptura, abriéndose poco a poco la cámara hacia los dos últimos episodios para mostrarnos una especie de salida accidental y a trompicones de la depresión y la inestabilidad emocional que afecta a ambos protagonistas.
Mención especial merece el episodio diez, un plano secuencia que tiene lugar en una habitación de hotel y que transcurre enteramente como una conversación entre los dos protagonistas en la que las emociones están a flor de piel y que es tanto a nivel de dirección como de reparto, la guinda del pastel al cierre de esta genial serie.
En lo relativo al reparto, Iría del Río (Antidisturbios, Apocalpsis Z) como Ana y Francesco Carril (Paquita Salas, la Reconquista) como Oscar son dos grandes aciertos de casting haciendo a sus personajes tan creíbles como reales, hasta el punto de que a lo largo de este viaje ficcional de diez años los sentimos durante los escasos cincuenta minutos que de media dura cada episodio como una parte importante de nuestras amistades o de nuestras familias.
Pero tampoco podemos olvidar otros papeles secundarios de gran importancia, como el que desempeña Pablo Gómez Pando (Morir) como amigo drogadicto de Oscar, Ana Labordeta (La catedral del Mar, Vis a Vis) como madre de Ana, Carlos Blanco (Fariña, La Unidad) como el padre de ésta, o Vladimir Perrin (Monsier Julien) como su marido.
Todos ellos conforman un reparto excepcional que hacen de esta serie no solo una de las mejores del año, sino que también construyen un ecosistema familiar y afectivo muy similar al que nos rodea a muchos de nosotros en nuestras vidas diarias.
Lali Rubio y Alana Mejía González, son las encargadas del apartado visual de esta serie, el cual a pesar de su convencionalidad representa distintas ubicaciones como Madrid, Lyon o Berlín, así como pisos, locales y casas rurales de una forma muy naturalista que hace de la serie en ocasiones un documental ficcionalizado sobre la pareja más que una serie de ficción.
En cuanto a la banda sonora ésta está llevada a cabo por Juan Ibañez, con el intérprete Nacho Vegas que pone voz al tema principal de la serie que orbita constantemente sobe la vida de los personajes.
Los Años Nuevos resulta una propuesta muy naturalista y verosimil sobre el mundo de la relaciones de pareja que cierra con broche de oro un 2024 en el que las producciones españolas tanto en cine como en televisión han tenido mucho que decir.
Dirección - 10
Guión - 9
Reparto - 9
Apartado visual - 7.5
Banda sonora - 7.5
8.6
Imprescindible
Los Años Nuevos es una de las mejores series de 2024 que ningún amante de las historias naturalistas y tan reales como la vida misma debería perderse.
