Los buenos veranos 1-3

Los agridulces vacaciones de la familia Faldérault.

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Edición original:Les beaux étés 1 Cap au sud !, Les beaux étés 2 La calanque, Les beaux étés 3 Mam’zelle Estérel FRA, Dargaud
Edición nacional/ España:Norma Editorial
Guión:Zidrou
Dibujo:Jordi Lafebre
Color:Jordi Lafebre y Mado Peña
Formato:Cartoné, 56 Páginas
Precio:16€

 

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¡Recuerdos…¡

Don Bermellón es el tercer álbum de la serie Los buenos veranos. Acaba de salir en nuestro país, así que es un buen momento para reseñar toda la obra. Los autores de la serie son Zidrou a los guiones y Jordi Lafebre al dibujo, que para el color cuenta con la ayuda de Mado Peña. Los tres álbumes han sido editados en nuestro país por Norma Editorial siguiendo la edición de Dargaud.

Zidrou (Benoît Drousie) es un guionista belga nacido en 1962. Uno de los más talentosos y prolíficos de los últimos tiempos. En Zona Negativa hemos reseñado ya parte de su obra: El paseo de los sueños , Lydie , Una aventura de Spirou. La luz de Borneo , Naturalezas muertas, El crimen que tú cometiste, Marina o Shi.

Jordi Lafebre es un historietista, ilustrador y diseñador gráfico nacido en Barcelona en 1979. Tras su paso por la escuela Joso comienza a publicar en las revistas NOBANDA y Mister K además de en diversas publicaciones eróticas. Tras conocer a Zidrou comienza a colaborar con él en la revista Spirou. De esa colaboración han surgido obras como la colectiva La anciana que nunca jugó al tenis y otros relatos que sientan bien. En 2010 publica Lydie, su primera obra larga con Zidrou. También con él dibujó los dos tomos La Mondaine aparecidos durante el 2014. La colaboración continúa con Los buenos veranos cuyo primer número es de 2015. Todas sus colaboraciones están publicadas en España por Norma Editorial.

Los buenos veranos nos cuenta las vacaciones de la familia belga Faldérault, formada por Pierre y Mado y sus cuatro hijos, aunque en el tercer álbum los abuelos maternos son también parte esencial, siempre a bordo de su coche Don Bermellón. Vemos como van construyendo sus rituales, con sus bromas privadas, sus momentos altos y bajos y con cada álbum les queremos un poco más. Cada uno de los álbumes nos cuenta las vacaciones de un año distinto con tramas cerradas, con lo cual se pueden leer de manera independiente aunque se disfruta mucho más si se han leído todos. El primero fue ¡Rumbo al sur! (del que mi compañero Raúl López hizo una fantástica reseña que podréis leer aquí) y se desarrolla en 1974, después llegó La cala que transcurría en 1969 y Don Bermellón nos lleva a 1962. Zidrou y Lafebre consiguen crear una historia diferente en cada álbum a pesar de ser similares en tono, y cuyo centro es la relación entre Pierre y Mado. En el primer álbum vemos cómo su relación está en crisis por la convivencia y la frustración de los sueños no cumplidos; en el segundo los vemos en el punto álgido de su relación, con sus sueños a punto de cumplirse y en el el tercero vemos los inicios de su relación y el choque entre su forma de vivir la vida y la de la generación anterior representada por la madre de Mado.

Zidrou es uno de los guionistas de más éxito en Francia, algo que se ve reflejado en nuestro país ya que es uno de los más editados. A pesar de que también ha realizado obras de género con éxito (Marina, El crimen que tú cometiste, etc…), donde más brilla es cuando nos cuenta pequeñas historias cotidianas, de esas en las que no puedes evitar sonreír mientras las lees ya que nos narran pequeños momentos de la aventura más fantástica que todos compartimos: vivir. En este tipo de historias realiza su mejor trabajo, ya que consigue algo tan difícil como es ser sensible sin caer en la sensiblería. Maneja de manera perfecta la comedia y el drama, dotando a las historias de una gran verosimilitud, con su contraste de momentos dulces y amargos. Cualquiera se puede sentir identificado ya que todos hemos vivido esos momentos. Cada nuevo álbum supone un regalo que hay que paladear y disfrutarlo, como con los grandes momentos de la vida. Puede que los puristas de la BD no se acerquen a estos álbumes porque consideren que son más novela gráfica que las típicas aventuras del cómic franco-belga, lo cual sería un error porque son tres joyas deliciosas que aportan emoción, sonrisas y alguna lágrima de nostalgia.

Zidrou nos regala en Los buenos veranos algunos de los mejores diálogos que recuerdo. Con frases tan memorables como: “Envejecer es como conducir un coche: por mucho que sepas que siempre hay que prestar atención a la carretera, no puedes evitar mirar todo el tiempo por el retrovisor” o “Puede que el sol no brille todos los días en nuestras vidas…¡Pero me gustan nuestros rayos!” son dos ejemplos, pero por los tres ábumes hay muchas más.

Con cada uno de los tres álbumes que componen Los buenos veranos, Zidrou y Lafebre han conseguido despertar en mí recuerdos muy gratos, de esos que te ponen un nudo en la garganta, ya que te recuerdan a gente muy querida que ya no está. En mi caso las vacaciones no me dirigían al Sur, sino al Oeste, pero la sensación era la misma que sienten los hijos de la familia Faldérault, la diversión y la aventura comenzaban al huir de la monotonía de la ciudad.

En Los buenos veranos vemos la realidad de las familias de clase media en la Europa de los sesenta y setenta. Pero también observamos cómo son la relaciones entre los miembros de una familia, que a pesar de los años y las transformaciones sociales no cambian. Al haber más de una década de diferencia entre el primer álbum y el tercero vemos cómo el tiempo desgasta las relaciones, los sueños de juventud que a veces no se cumplen, las perdidas de personas queridas, cómo los hijos crecen, pero sobre todo lo importante que es disfrutar de las persona que quieres y los recuerdos que conservas de ellas. Muchas veces ligados a lugares o objetos, esos que te emocionan al volver a verlos. Al ser Pierre dibujante de BD vemos numerosos guiños a su historia y su evolución.

Lafebre realiza un trabajo sobresaliente. La parte más importante de la historia es la capacidad para retratar las emociones de los protagonistas y lo consigue de manera muy brillante, consiguiendo que nos emocionemos con ellos. Sale con éxito de una de las partes donde más dificultades suelen tener otros dibujantes que es a la hora de dibujar niños, los consigue hacer llenos de vida, distintos y reales. Las escenas dentro del coche son de lo más destacado ya que consigue que veamos todo lo que pasa sin que tengamos la sensación de que el coche crece de una escena a otra. Además está muy acertado en las escenas sin diálogos que hay en los tres álbumes. Los escenarios y la ambientación también están muy logrados. El color es luminoso y brillante como tiene que ser en las escenas de verano, pero además no solo se usa como elemento descriptivo sino también narrativo. Un trabajo brillante que confirma a Lafebre como una realidad y uno de los mejores dibujantes de BD del momento.

Norma Editorial hace una gran edición en los tres álbumes, de gran tamaño, buen papel y buena reproducción. Esperemos que nos sigan trayendo todos lo trabajos de Zidrou ya que siempre merecen la pena y es una presencia refrescante en la a veces anodina BD.

Los buenos veranos es una serie maravillosa, lejos de contarnos historias trágicas o cómicas las mezcla, mostrándonos un pedacito de vida. Una serie que sin duda será recordada como una de la mejores que ha dado el s.XXI y que confirma a Zidrou y Lafebre como uno de los mejores equipos del medio. Lo mejor es que hay anunciado un cuarto número de la serie para este año en Francia, así que en breve volveremos a ver a la familia Faldérault.

  Edición original:Les beaux étés 1 Cap au sud !, Les beaux étés 2 La calanque, Les beaux étés 3 Mam’zelle Estérel FRA, Dargaud Edición nacional/ España:Norma Editorial Guión:Zidrou Dibujo:Jordi Lafebre Color:Jordi Lafebre y Mado Peña Formato:Cartoné, 56 Páginas Precio:16€   ¿Una tarjeta de fidelidad?¿Qué ganamos? ¡Recuerdos...¡ Don Bermellón es…
Guión - 9
Dibujo - 9
Interés - 9

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Vida

Zidrou y Lafebre nos nuestran la grandeza de las historias pequeñas.

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Diego García Rouco
Nacido en Barakaldo en 1977 donde sigo viviendo. Descubrí los cómics en una librería de barrio con Tintin, Asterix, SuperLopez y los personajes de Ibáñez. En 1989 descubrí los superheroes de la mano de Stern y Buscema con el numero 73 de la edición de Forum de Los Vengadores. A estas lecturas se fueron incorporando la novela gráfica y el manga, de los cuales, a diferencia de los superheroes, nunca me cansé. Todavía sueño con ser agente Espacio-Temporal y de Planetary, con visitar mundos de fantasía con el señor T., Philemon, Lord Morfeo, Arale y Thor. Viajar con Reed, Ben, Susan y Johnny al futuro y pasear por el cuartel de la Legión. Recorrer la antigua Roma con Alix y una cantimplora de poción mágica. Buscar Mú, perderme en un viaje al corazón de la tormenta, contemplar el Olmo del Cáucaso mientras paseo por un Barrio Lejano leyendo El almanaque de mi padre. Conseguir beber la sangre del Fénix. Leer, al fin, algún articulo de Tintín y de Fantasio sin que me molesten los absurdos inventos de Gastón. Perderme por las murallas de Samaris, mientras de la pirámide flotante de los inmortales cae John Difool. Enamorado de la chica de los ojos rojos y de Adele. Y cabalgar hacia el amanecer con Buddy Longway, Red Dust y el teniente Blueberry. Con un poco de humo azul en los labios...
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Nippur
Nippur
Lector
23 mayo, 2018 17:57

Zidrou es un guionista que me sorprende en cada album. Es un placer encontrarme con el desarrollo de sus ideas en cada historia